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Gramsci no responde

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Por Esteban Valenti (*)

El 27 de abril se cumplieron 80 años de la muerte de Antonio Gramsci. En solo 46 años de vida fue fundador del Partido Comunista de Italia, dirigente de la Internacional comunista, periodista, diputado y sin duda uno de los teóricos más brillantes e innovadores que ha tenido el marxismo leninismo.  Fue detenido y estuvo preso desde el 8 de noviembre de 1926 y muere el 27 de abril de 1937, sin conocer la libertad. Sus principales aportes los

"Mi estado de espíritu hace la síntesis de esos estados llamados optimismo y pesimismo y los supera: soy pesimista por la inteligencia, pero optimista por la voluntad"

Antonio Gramsci

 

Se le han brindado muchos homenajes en todo el mundo, más a nivel de prensa y de la academia que de la política. Gramsci es incómodo, casi para todos. Sin embargo hay mucha gente intentando hacerle decir a Gramsci lo que no dijo o forzándolo más allá de lo lícito de una interpretación.

Antonio Gramsci fue un leninista convencido que sin embargo fue capaz de romper el duro cerco ideológico y teórico de esos tiempos para brindarnos una mirada más amplia, más compleja, más europea y cosmopolita y menos rusa sobre los temas del socialismo y el comunismo y sobre todo se animó a incursionar en previsiones, en la búsqueda de respuestas novedosas para su tiempo.

Eso es lo principal que podemos rescatar de Gramsci en la actualidad, lo que es indefendible es la convocatoria a Gramsci para responder sobre algunas de las nuevas preguntas que nos plantea el mundo actual y sobre todo sobre la crisis del socialismo y del progresismo ante los nuevos desafíos civilizatorios.

Conocemos y valoramos su enorme aporte a la importancia de la superestructura cultural en todas las sociedades y en particular en el capitalismo y a la batalla que debía librar la clase trabajadora con sus ideales a través de lo que el definió como los "intelectuales orgánicos", con el objetivo de la hegemonía. Un concepto que está mal atribuido a Gramsci porque es muy anterior, ya las polis griegas lo utilizaban el concepto y la palabra hegemonía en relación a todos los aspectos de la supremacía sobre otras ciudades estado, en particular en lo cultural.

De ese legado tan complejo voy a rescatar un aspecto central, la audacia para encarar nuevos temas no previstos en la agenda tradicional de la izquierda y del movimiento obrero y socialista de aquellos tiempos, incluso con el aporte de otros pensadores no marxistas y menos leninistas. 

¿Cuál fue el cambio más profundo y dramático que se ha producido en el mundo en los últimos 40 años? La paulatina salida del tema de la explotación del hombre por el hombre, base fundamental sobre la que se asienta todo el pensamiento socialista de las más diversas variantes.

Esa idea era un fundamento político, ideológico, cultural y teórico clave y, lentamente ha ido desapareciendo del escenario. ¿La explotación de los seres humanos ha dejado de existir? No.

La caída del socialismo real en toda Europa, las transformaciones en China y en Viet Nam con la aparición de burguesías locales y de la participación del estado en mecanismos globales de inversión, producción, comercio y acumulación que forman parte de la llamada economía de mercado, es decir del capitalismo, llamado con más elegancia y modernidad, determinó que un concepto fundamental del pensamiento y del choque de ideas de finales del siglo XIX y XX se fuera sumergiendo hasta casi desaparecer de la agenda, nada menos que la explotación de los seres humanos.

¿Fue solo la caída del muro o a ello hay que agregar el pantano teórico, la falta de aportes y de nuevos pensadores para afrontar los nuevos temas desde una óptica de izquierda, avanzada y renovadora? Es que el muro antes que de ladrillos fue un muro burocrático en las ideas.

Si analizamos los tres temas que han dominado la preocupación de los seres humanos en todas las latitudes desde los albores de la historia, encontraremos sin duda, el hambre, las pestes y las guerras. Hoy han cambiado profundamente aunque persistan las hambrunas y las guerras, pero su carácter devastador cambió radicalmente.  Es un potencial una amenaza nuclear que no se ha concretado.

Hoy irrumpieron procesos como por ejemplo las grandes corrientes migratorias y los refugiados (65 millones, más que durante la 2da. Guerra Mundial) que se han transformado en los centros del debate y de las tensiones del norte del planeta, en particular de los temas políticos e ideológicos de EE.UU. y Europa. ¿Cuánto jugaron los refugiados y las migraciones en el Brexit, en la elección de Trump, en Holanda y en la reciente elección en Francia? ¿Y juegan en Alemania, en Italia, en España, en Grecia y en otros países europeos?

Los emigrantes y refugiados no están determinados solo por las guerras, sino por la combinación con el hambre y la destrucción de diversas naciones.

De Gramsci tenemos que rescatar en ese caso su visión de las culturas nacionales, el papel de las lenguas nacionales pero sobre todo su atrevimiento para analizar nuevos procesos, su ruptura con los moldes. Lo que no se puede pretender es interrogar a Gramsci sobre las nuevas preguntas que nos formula el mundo actual, no responderá.

No responderá sobre el cambio climático y la compleja y estrecha relación con los procesos industriales, con la relación entre los países desarrollados y el medio ambiente a través del uso de las diversas fuentes energéticas. Y este es uno de los temas centrales del debate y de la realidad mundial.

Comparemos con un ejemplo de su época, el fordismo, el pensador sardo no solo lo analizó desde la óptica de la cadena de montaje, sino sobre un profundo cambio en el mercado, con los obreros como potenciales compradores de los autos fabricados por ellos mismos y todavía más, su impacto en la ideología dominante en la sociedad norteamericana, no solo entre la burguesía sino incluso entre los otros sectores sociales. Elegimos un solo texto:

 "Gran cantidad de problemas deben ser examinados bajo la rúbrica general y un poco convencional de "Americanismo y Fordismo", después de haber tenido en cuenta el hecho fundamental de que sus soluciones son situadas y buscadas en el cuadro de las condiciones contradictorias de la sociedad moderna, hecho que determina complicaciones, posiciones absurdas, crisis económicas y morales que tienden a devenir catastróficas, etc.

"De una manera general se puede decir que el americanismo y el fordismo derivan de la necesidad inmanente de llegar a la organización de una economía planificada y que los distintos problemas examinados deberían ser los eslabones de la cadena que señala precisamente el paso del viejo individualismo económico a la economía planificada. Estos problemas nacen de las diversas formas de resistencia que encuentra el proceso de desarrollo en su desenvolvimiento, resistencias que provienen de las dificultades insitas en la societas rerum y en la societas hominum. El hecho de que una tentativa progresista sea iniciada por una u otra fuerza social no deja de tener consecuencias fundamentales: las fuerzas subalternas, que deberían ser "manipuladas" y racionalizadas según los nuevos fines, ofrecen necesariamente una resistencia, que se produce también en algunos sectores de las fuerzas dominantes, o al menos aliados a dichas fuerzas. El prohibicionismo, que en los Estados Unidos era una condición necesaria para desarrollar el nuevo tipo de trabajador conforme a una industria "fordizada", cayó debido a la oposición de fuerzas marginales todavía atrasadas y no ciertamente por la oposición de los industriales o de los obreros"

"Registro de algunos de los problemas más importantes o de un interés esencial, aunque en primera instancia no parezcan serlo: 1) sustitución de la capa plutocrática actual por un nuevo mecanismo de acumulación y distribución del capital financiero basado inmediatamente sobre la producción industrial; 2) cuestión sexual; 3) ¿Puede el americanismo constituir una "época" histórica?, vale decir, ¿puede determinar un desarrollo gradual del tipo, ya examinado en otro lugar, de las "revoluciones pasivas" propias del siglo pasado, o representa solamente la acumulación molecular de elementos destinados a producir una "explosión", es decir, una subversión de tipo francés?; 4) cuestión de la "racionalización" de la composición demográfica europea; 5) Este desarrollo debe tener su punto de partida en el seno mismo del mundo industrial y productivo o puede provenir del exterior, a través de la construcción cautelosa y sólida de un andamiaje jurídico formal que guíe desde afuera los desarrollos necesarios del aparato productivo; 6) problema de los "altos salarios" pagados por la industria fordizada y racionalizada; 7) el fordismo como punto extremo del proceso de las reiteradas tentativas realizadas por la industria para superar la ley tendencial de la caída de la tasa de beneficio; 8) el psicoanálisis (su enorme difusión en la posguerra como expresión de la creciente coerción moral ejercida por el aparato estatal y social sobre cada uno de los individuos y de las crisis morbosas que tal coerción determina; 9) el Rotary Club y la masonería"

Observemos la amplitud de miras y recatémoslo. Un detalle no menor, Cuadernos de la Cárcel no fueron escritos para ser publicados como tal, pero precisamente esa característica los hace más interesantes, más reflexivos, más densos.

La globalización y las nuevas tecnologías que la hacen posible, en particular las TICs y el software que es la base de todo, incluyendo la robotización creciente deben ser analizados en su amplio espectro de cambios productivos, del valor del trabajo y por lo tanto del ocio, de la cultura dominante  y la velocidad de transmisión de todos los nuevos factores culturales e ideológicos. A todo el planeta.

Si peligroso es no analizar, no considerar en estos tiempos la velocidad de los cambios introducidos por las nuevas tecnologías, incluyendo la biotecnología y su impacto en la modificación genética de muchos seres vivos, en su momento incluso de los seres humanos, más peligroso es no analizar esos procesos desde el punto de la moral, de la ideología, del valor de la vida y de la convivencia en sociedad.

¿Las batallas culturales que pretendemos dar, sobre qué temas serán? ¿Le dejaremos a los que quieren que el mundo se rija invariablemente por la ley del lucro, por ejemplo, los nuevos temas migratorios, demográficos, tecnológicos, biotecnológicos, medioambientales, del uso de la biotecnologías y sus límites, y por encima de todo de la organización de las sociedades y por lo tanto de las libertades y de los derechos es decir, la democracia?

Otro enfoque tiene que ver con los cambios radicales que se han producido en el trabajo, en las características de la "clase obrera" tradicional y su relación con las transformaciones productivas y sobre todo con la transformación del conocimiento como la principal fuerza productiva de la actualidad. ¿Qué impacto tienen esos cambios sociales y culturales en los bloques transformadores?

Podríamos tratar de abordar otros temas, pero quiero concluir con una frase que es una respuesta concluyente sobre esta época: "El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos".

Vivimos en esta época de monstruos en un mundo nuevo que no siquiera logramos imaginar.

(*) Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITACORA. Uruguay