bitacora
ESPACIO PARA PUBLICIDAD
 
 

Carta abierta de Héctor Manuel Vidal

imagen

A quien corresponda

Hace unos meses, en esas pocas noches que deja libre el teatro me propuse ver televisión. Creo, no lo voy a investigar a fondo, pero no debe haber país en que los programas de entretenimiento que ocupan el horario central sean de otro país, más aún del vecino. Es lógico, entonces, que de 150 horas de emisión semanal de programas de ficción no haya uno sólo uruguayo. También cierra con esa condición el hecho de no tener Ministerio de Cultura, sí de Educación como Pacheco lo quiso, más allá de que Primaria, Secundaria y la Universidad no dependan de esa Secretaría. En los últimos decenios las apariciones públicas de los innumerables ministros del ramo han sido, en un porcentaje abrumador, para hablar del Fiscal de Corte.

Quienes se han venido ocupando de los temas culturales y en especial de la producción artística, a nivel gubernamental, han sido la Intendencia Municipal de Montevideo y algunas interesantes personalidades en las intendencias del interior.

La clase política ha parido desde hace 50 años brillantes parlamentarios, carismáticos oradores, incluso mártires, algunos con visos de heroicidad, muchos zurcidores, acolchonadores de conflictos e innumerables junta votos, pero pocos, muy pocos estadistas, menos aún con visión en temas culturales. El Partido Colorado se vació de batllismo y el Partido Nacional de nacionalismo. Así les fue, pero así nos fue a todos: nos salteamos en un siglo la historia del cine, no sólo no se rehizo el edificio del Sodre sino que todavía no sabemos qué pasó con el dinero del seguro, tampoco con el seguro del Odeón; y recién ahora se está terminando un larguísimo período de enfrentamientos entre el Ejecutivo y la Universidad.

Por eso al ascender esta ''colcha de retazos'' que tantos ayudamos a formar, desde hace exactamente 50 años, teníamos y tenemos confianza en que apoyados en lo mejor de la historia hagamos lo que tenemos que hacer no cayendo en ''falsas oposiciones'' como enseñó Vaz Ferreira.

A partir del discurso presidencial del 1° de marzo del 2005, dónde los temas culturales estuvieron presentes, todos esperamos indicios que auguraran la evolución imprescindible, como en otros asuntos se está dando.

También los planteos del nuevo Intendente de Montevideo fueron sólidos apuntando al desarrollo de políticas que se habían venido afinando a lo largo de 15 años. Sorprendió entonces la ausencia de un proyecto que los interpretara y desarrollara. Por ausencia de ese proyecto surgieron muchos ''proyectos''. Los resultados se están viendo.

''Hay otra forma de hacer política'' decía una de las apelaciones de la campaña electoral y como la comparto no voy a hacer apología de lo hecho y/o destratar lo que hace otro. En ese sentido me considero un marxista clásico por aquello de que el hombre se define por su producto. Pero, la experiencia acumulada me obliga a advertir:


-no puede la izquierda desconocer el fracaso histórico del discurso que opone lo nacional a lo universal y lo culto a lo popular.

-la burocracia no tiene divisa política, ni credo religioso, ni definición filosófica. Es una, grande y soberana. Si desde las direcciones gubernamentales se la utiliza con fines subalternos lo termina absorbiendo todo, incluso a quién la quiere usar.
-la autonomía no es corporativismo, es lo que teatros y elencos públicos del mundo han conseguido o están consiguiendo. Algunos lo llaman autarquía, otros autogestión o independencia. Son aplicaciones excelentes de políticas descentralizadoras que mejoran este servicio público sin convertirlo en arte oficial.

En los siete años salteados en que trabajé para la Comedia Nacional encontramos buenos caminos con el elenco, funcionarios, mucha gente del medio y del exterior, a todos les agradezco mucho. Además de apoyarme en el trabajo han sabido entender la resolución de retirarme. Es para mi un derecho y un deber cortar toda relación de dependencia con quién tengo diferencias centrales de concepción y métodos.

Mi nota del 4 de julio enviada al Intendente decía: ''Pero la gravedad estriba en ambientar desde organismos oficiales la división de un movimiento como el teatral que supo sortear otras coyunturas. Las soluciones para el sector no están en mal elegir adversarios. Sino que desde lo más organizado a lo más inestable son y deben ser responsabilidad de todos. El único camino es estimular y mejorar las estructuras ya existentes de tal manera que favorezcan al conjunto sin que nadie pierda individualidad. No es difícil y se hará tarde o temprano.''

Después de tantos años hay que volver a destruir la división, construyendo. Quizás ese sea el homenaje que le estamos debiendo a José Pedro Díaz. A eso habrá que abocarse.

Héctor Manuel Vidal
Montevideo, agosto del 2006.