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Honduras: Y luego, ¿Qué?

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Editorial - "El Tiempo de Honduras" (*)

En política -dicen- se sabe cómo empiezan las cosas, pero nunca cómo terminarán. Quienes se coludieron para dar el golpe de Estado para derrocar al presidente de la República , José Manuel (Mel) Zelaya Rosales, jamás imaginaron el repudio mundial que esto les depararía ni las graves consecuencias para Honduras y su pueblo.

En política -dicen- se sabe cómo empiezan las cosas, pero nunca cómo terminarán. Quienes se coludieron para dar el golpe de Estado para derrocar al presidente de la República , José Manuel (Mel) Zelaya Rosales, jamás imaginaron el repudio mundial que esto les depararía ni las graves consecuencias para Honduras y su pueblo.

A estas alturas, con el presidente Zelaya en el exilio, nuestro país está prácticamente aislado de la comunidad internacional, y de hecho cercado comercial y políticamente por sus vecinos del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que le han sellado sus fronteras.

Que nosotros sepamos, esta acción diplomática mundial de rechazo a un golpe de Estado es inédita a nivel centroamericano, latinoamericano y universal. Denota un paso más en la evolución del derecho internacional, puesto que no se admite la ruptura de los principios básicos del sistema democrático, principalmente los de la separación orgánica de las funciones de los poderes en el Estado y la subordinación efectiva de la fuerza militar al poder civil, encarnado en el Ejecutivo.


En este contexto, cualquier Estado que admitiera el rompimiento de estos principios en otro Estado, legitimándolo con su reconocimiento, sentaría para sí mismo el precedente con el que, en cualquier momento en el futuro, pudiera excusarse -por no decir justificarse- la consumación de un hecho similar en su país. Esa es, en realidad, la razón fundamental del rechazo total al golpe de Estado del 28 de junio/09.


De allí la posición a este respecto de Estados Unidos y del resto de los estados americanos, de la OEA , de la Unión Europea , de la Organización de las Naciones Unidas y de las integraciones regionales latinoamericanas SICA, ALBA, Grupo de Río, y de cada país, en particular, lo mismo que de los núcleos económicos y comerciales como el G-8, el G-16 y el G-22.


La forma en que se han ido desarrollando y siguen desarrollándose los acontecimientos al interior del país permanecen en el limbo para los hondureños, pues los medios de comunicación locales ignoran su obligación informativa, por colusión los más y por coerción oficial los menos.


En este sentido, nunca se había sufrido en Honduras una violación tan profunda y masiva de la libertad de expresión, debido a la intervención gubernamental, ni en las más oscuras épocas de franca dictadura, y que ahora encierra a la sociedad hondureña en una auténtica burbuja, lo cual constituye un caso incuestionable del protagonismo del "latifundio mediático", en su condición de actor consustancial del golpe de Estado.


Este capítulo de destrucción de los derechos constitucionales a informar y a ser informados, que viola asimismo la Carta Democrática Interamericana y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no sólo afecta al periodismo hondureño sino al periodismo internacional, y, por lo tanto, a toda la población mundial que tiene derecho a saber cuánto ocurre en nuestro país.

Ante la consumación de tanto atropello y la contundente condena mundial, el pueblo hondureño debería preguntarse: Y luego, ¿qué? . (www.tiempo.hn)



*Anexo: Carta de Adolfo Pérez Esquivel

Al secretario General de la OEA
A las Iglesias, Movimientos y organizaciones populares.

Nuevamente surgen en el continente los golpes militares apoyados por el Pentágono y la CIA y los grupos de poder económico, eclesiástico y político que no quieren cambio alguno y están dispuestos a imponer nuevamente gobiernos dictatoriales en los países que intenten cambios estructurales y la conquista de la soberanía y autodeterminación de los pueblos.

Lo estamos viviendo en la República hermana de Honduras, víctima de un golpe de Estado por las fuerzas armadas y sus aliados contra el gobierno del Presidente Manuel Zelaya, a quien detuvieron y expulsaron del país, encontrándose actualmente en Costa Rica.

El Presidente de Costa Rica, Oscar Arias asumió su responsabilidad en defensa del gobierno democrático hondureño al decir "que el golpe de Estado contra el gobierno hondureño es un gran retroceso", y expresando su solidaridad con el pueblo hermano, reclamando la restitución de Presidente Zelaya en su función presidencial.

Rechazamos el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya y reclamamos acciones urgentes de la OEA, y de los gobiernos en el continente para respetar y restituir en sus funciones de gobierno al mandatario depuesto, sin imposición alguna. Se debe juzgar y condenar a los militares golpistas y sus cómplices. No pueden quedar en la impunidad; son criminales que atentan contra la democracia y los derechos humanos del pueblo hondureño y dañan a todos los pueblos del continente y el mundo.

Reclamamos al Presidente de los EE.UU. Barack Obama, intervenir urgentemente para que se respete al pueblo hondureño y su Presidente electo democráticamente.

Que repudie el golpe de Estado llevado a cabo por las fuerzas armadas hondureñas y sus secuaces.

Es hora que el gobierno de los EE.UU. cambie su política intervencionista en el continente latinoamericano y sepa respetar la voluntad de los pueblos. Las fuerzas armadas no actúan sin el consentimiento del Pentágono y de la CIA y la complicidad de empresarios, sectores eclesiásticos y políticos que siempre usaron y abusaron del poder para dominar al pueblo.

Esos sectores antidemocráticos pretenden imponer conflictos y guerras de baja intensidad en la región para defender sus intereses y evitar la soberanía y autodeterminación de los pueblos.

Reclamamos a la OEA, desconocer el gobierno golpista impuesto en Honduras. Desconocer al gobierno de facto y restituir en su cargo al Presidente elegido por el pueblo, Manuel Zelaya.

Pedimos a los movimientos y organizaciones populares del continente y de otros países solidarios:
Repudiar el golpe de estado en Honduras
Reclamar el restablecimiento en sus funciones del presidente Manuel Zelaya, sin condicionamiento alguno.
Reclamamos sancionar a los militares y sus cómplices; parlamentarios, magistrados, empresarios y eclesiásticos,que no pueden quedar en la impunidad


No podemos olvidar que quedan en el continente remanentes de fuerzas armadas golpistas, impregnadas de la Doctrina de Seguridad Nacional y con añoranza de las dictaduras que, en lugar de estar al servicio del pueblo, se han transformado en tropas de ocupación de sus propios pueblos, violando los derechos democráticos y los derechos humanos

No podemos olvidar que sectores antidemocráticos y golpistas intentaron imponer un golpe de Estado, contra el gobierno legítimo del Presidente Hugo Chávez, de la República Bolivariana de Venezuela y gracias a la acción y apoyo del pueblo venezolano y la solidaridad internacional, fue restituido al gobierno y se logró derrotar a los golpistas.

Los magistrados del Tribunal Electoral, la Corte y el Congreso, deben actuar de acuerdo a la Constitución Nacional y respetar el llamado a la consulta popular sobre la Reforma Constitucional y las decisiones democráticas del gobierno.

No pueden avalar y apoyar un golpe militar contra un gobierno constitucional, se ilegitiman por sus acciones y ponen en peligro todas las democracias en el continente, al apoyar un gobierno de facto, inmoral e ilegítimo.
Por el derecho de los pueblos a su soberanía y autodeterminación decimos:

¡¡¡¡¡¡ No a los golpes militares. Basta ya!!!!!!!

Los pueblos son los constructores de su propia vida y de su propia historia.

Adolfo Pérez Esquivel , Premio Nóbel de la Paz