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30.12.24

¿Mirará impasible el mundo mientras se impide a la UNRWA salvar vidas palestinas?

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Por Philippe Lazzarini (*)

La UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas encargada de la protección y el bienestar de los refugiados palestinos durante tres cuartos de siglo, fue diseñada para tener una existencia temporal desde el comienzo.

El final de su mandato estaba previsto desde su creación. La elección que tenemos que hacer ahora es tirar por la borda la inversión de varias décadas en desarrollo humano y derechos humanos desmantelando la agencia de forma caótica de la noche a la mañana, o continuar un proceso político muy comprometido en el que la UNRWA continuaría proporcionando educación y servicios de salud a millones de refugiados palestinos, hasta que las instituciones palestinas tengan los medios para tomar el relevo.

La agencia podría verse obligada a dejar de trabajar en los territorios palestinos ocupados a partir del próximo mes de enero, si se aplicara la legislación aprobada por el parlamento israelí. Las leyes paralizarían la respuesta humanitaria para Gaza y privarían a millones de refugiados palestinos de servicios esenciales en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Este. También eliminarían a un testigo directo de los innumerables horrores e injusticias sufridos por los palestinos durante décadas.

Los descarados esfuerzos del gobierno israelí para frustrar la voluntad de la comunidad internacional, expresada a través de múltiples resoluciones de las Naciones Unidas, y desmantelar unilateralmente una agencia de las Naciones Unidas han provocado indignación y condenación públicas que se han disipado en gran medida por la inercia política. La falta de coraje político y liderazgo moral, precisamente cuando más lo necesitamos, no augura nada bueno para nuestro sistema multilateral.

¿Qué está en juego? Para los refugiados palestinos, nada menos que su vida y su futuro. Prohibir el acceso a la educación, a los servicios de cuidados y salud, así como a otros servicios sociales, tendrá un efecto devastador en varias generaciones. Cualquier complicidad en esta empresa erosiona no solo nuestra humanidad, sino también la legitimidad de nuestro sistema multilateral. La ausencia casi total de sanciones políticas, económicas o jurídicas por violaciones flagrantes de los Convenios de Ginebra, el desprecio mostrado a las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y el rechazo manifiesto a las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, son una burla al Estado de derecho internacional.

La guerra contra los palestinos en Gaza va acompañada de una agresión sin precedentes a todos los que hablan o actúan para defender los derechos humanos, el derecho internacional y las víctimas de una guerra bárbara. Los trabajadores humanitarios con décadas de experiencia en poblaciones afectadas por la guerra, se encuentran repentinamente acusados de terrorismo o complicidad con terroristas. Aquellos que critican la política y las acciones del gobierno israelí son acosados y amenazados. La propaganda incendiaria difundida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel se encuentra ahora en vallas publicitarias en lugares estratégicos de Estados Unidos y Europa, así como en anuncios de Google que promueven sitios web de desinformación. Estos esfuerzos ampliamente financiados tienen como objetivo desviar la atención de la brutalidad de una ocupación ilegal y de los crímenes internacionales cometidos ante nuestros ojos con total impunidad.

El gobierno israelí y sus afiliados justifican las acciones emprendidas contra la UNRWA con acusaciones de que la agencia está infiltrada por Hamas, aunque todas las acusaciones respaldadas con pruebas han sido investigadas exhaustivamente. Al mismo tiempo, Hamas acusa a la dirección de la UNRWA de colusión con la ocupación israelí y se opone a los esfuerzos de la agencia para promover los derechos humanos y la igualdad de género. Lejos de participar en el conflicto, la UNRWA es una de las víctimas de esta guerra.

Los esfuerzos para desacreditar y posiblemente desmantelar la UNRWA tienen un objetivo simple: eliminar la condición de refugiado palestino y modificar unilateralmente los parámetros establecidos desde hace mucho tiempo para una solución política al conflicto israelo-palestino. La búsqueda obcecada de este objetivo ha pasado por alto el hecho de que la condición de refugiado palestino no está vinculada a la UNRWA, sino que se inscribe en el marco de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que precede al establecimiento de la agencia.

Hoy en día, la comunidad internacional se encuentra en una encrucijada. Uno de los caminos conduce a un mundo en el que neguemos nuestro compromiso con una solución política a la cuestión de Palestina. Se trata de un mundo distópico, donde Israel, como potencia ocupante, es el único responsable de la población que vive en los territorios palestinos ocupados, subcontratando potencialmente la ocupación a actores privados aún menos responsables ante la comunidad internacional.

El otro camino conduce a un mundo en el que las salvaguardias del Estado de derecho internacional se mantienen firmes y en el que la cuestión palestina se resuelve por medios políticos. Este es el camino que está tomando actualmente la Alianza Global para la implementación de la solución de dos Estados, creada por iniciativa del Reino de Arabia Saudí, la Unión Europea y la Liga de Estados Árabes. Este esfuerzo, que reaviva la iniciativa de paz árabe, tiene como objetivo dar un paso irreversible hacia una solución de dos Estados, y dar a una administración palestina los medios para gobernar el futuro Estado de Palestina, incluida la Franja de Gaza.

Este es el camino que la UNRWA está destinada a apoyar. A la espera del establecimiento de un Estado palestino, la agencia será esencial para garantizar que los niños de Gaza no estén condenados a un futuro en los escombros, sin educación y sin esperanza. Ninguna otra entidad, excepto un Estado operativo, puede educar a cientos de miles de niñas y niños, o proporcionar atención primaria de salud a millones de palestinos. Como parte de una solución política, la UNRWA podrá completar gradualmente su mandato; sus profesores, médicos y enfermeros se convertirán en el personal cualificado de instituciones palestinas independientes y autónomas.

Todavía hay tiempo para evitar un futuro cataclísmico, en el que el poder militar y la propaganda den forma al orden mundial, determinando dónde y cuándo se aplican los derechos humanos y el estado de derecho, si es que todavía se aplican. Tenemos las herramientas e instituciones adecuadas para defender y fortalecer nuestro sistema multilateral y nuestro estado de derecho internacional. Simplemente necesitamos encontrar el valor político para usarlo.

 

(*) Philippe Lazzarini Es Comisario-General de la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Fuente: https://blogs.mediapart.fr/philippe-lazzarini/blog/201224/l-urnwa-pourrait-etre-contrainte-de-cesser-de-sauver-des-vies-gaza-le-monde-restera-t-il-de?

Traducción: G. Buster