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30.9.24

La manosfera. Masculinidades frágiles e inseguras. Los hombres jóvenes buscan una 'brotherhood' y algunas certezas

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Por Carolina Pulido (*)

Las señales son muchas y están haciendo saltar las alarmas: leemos que los hombres jóvenes son un caladero de votos para la ultraderecha, que hay millones compartiendo deep fakes y revenge porn por canales masivos o que muchos niegan la violencia machista.

Además, asistimos con pavor a un goteo continuo de fragmentos de vídeos extraídos de la manosfera -ese conjunto de comunidades misóginas de internet donde se apela fundamentalmente a chicos jóvenes- que nos evocan lo peor de la masculinidad tóxica. Es para preocuparse. 

En LaIntersección nos dedicamos a analizar lo que ocurre en redes sociales y en el paisaje mediático para diseñar estrategias de comunicación y acción colectiva. Estamos inmersas en una investigación con el objetivo de llevar a cabo una campaña con la que conectar con chicos jóvenes cisheterosexuales y hablar con ellos sobre masculinidades e igualdad. En este artículo queremos compartir lo que hemos averiguado hasta ahora.

Son pocos, pero son demasiados

Es fácil dejarse llevar por cierto pánico moral cuando vemos noticias como las señalábamos al principio, pero conviene realizar un análisis más pausado. Quizá no estemos tan mal: si miramos el último Barómetro publicado por la FAD, vemos que el 90% de los hombres entre 15 y 29 años reconocen que la desigualdad de género existe. El número de mujeres que dicen haber sido objeto de violencia por sus parejas ha aumentado, pero no sabemos si es porque hay más casos o porque también es mayor la capacidad de detectarlos y denunciarlos. Si bien este informe recoge que el panorama va a peor, concluye que, por ahora, las posturas más reaccionarias siguen siendo minoritarias entre la juventud.

Nosotras hicimos un experimento para ver cómo de presente está la manosfera en la realidad cotidiana de los chicos jóvenes: le pedimos a un grupo de chicos cisheterosexuales que nos dejaran echar un vistazo a su algoritmo de Instagram. Elegimos a chicos de entre 18 y 22 años, provenientes de varias ciudades de España y de ideología moderada (no especialmente politizados). Nos señalaron una serie de cuentas-semilla y a partir de ellas fuimos navegando por los contenidos que Instagram considera relacionados y recomendables para ellos. El resultado fueron 7.888 cuentas, entre las que encontramos, sobre todo, gaming, humor y emprendedores. ¿Apareció la manosfera? Sí, pero poco: solo un par de las 20 cuentas con más alcance podrían encuadrarse en esa categoría.

Las posturas más reaccionarias siguen siendo minoritarias entre la juventud

Con la colaboración de los mismos chicos y una metodología parecida, también nos asomamos a lo que el algoritmo de TikTok está recomendando a esta audiencia. Lo que vimos fue similar: mucho humor, deporte, videojuegos, series y pelis; algo de salud mental, comida y tecnología. ¿Y la manosfera? Sí, se cuela sobre todo a través de entrevistas en canales generalistas donde invitan a sus caras visibles, pero su presencia no es mayoritaria. Son más comunes los influencers que tienen actitudes menos partisanas o conflictivas. ¿Ejemplos? qsmaConPdePodcastClub113 y Heretics. Mientras hablan de temas generalistas como amistad, ciencia, filosofía o deportes, se permiten cuestionar estereotipos y se dejan entrever modelos de masculinidad más sanos.

No se trata de minimizar un problema que, por supuesto, existe, pero sí de contextualizarlo y valorarlo en su medida para trazar estrategias de intervención más pegadas a la realidad.

Masculinidad, además de frágil, insegura

El pasado mes de enero leímos que, según el CIS, la mitad de los jóvenes españoles considera que el feminismo "ha llegado tan lejos" que ahora se les está "discriminando" a ellos. Desde LaIntersección hemos estado varios meses realizando entrevistas a profesionales de la educación y la investigación en igualdad que trabajan con chicos jóvenes y nos han confirmado que ven entre ellos un creciente temor o rechazo hacia los avances del feminismo.

Esta reacción se da en dos vertientes: por un lado, una actitud más hostil, que tiene su marco ideológico en posiciones políticas de ultraderecha; por otro, una postura más suave, sin oposición frontal y sin negar el valor de la igualdad, que les sitúa a la defensiva.

La segunda es la posición de una parte importante de los chicos jóvenes con los que se encuentran los expertos consultados que asumen los avances en igualdad y se ven alejados de los discursos más misóginos, pero que piensan que las feministas les señalan de manera injusta. Estos chicos sienten que se les hace responsables de violencias que ellos consideran ajenas porque no las ejercen de manera directa. A la vez, se sienten perdidos e inseguros en sus relaciones afectivas porque, aunque tienen claro cuales son las "líneas rojas", dudan sobre cuál es la conducta aceptable para los hombres.

En la investigación La caja de la masculinidad: construcción, actitudes e impacto en la juventud española (FAD, 2022) aparece un ejemplo elocuente: muchos de los chicos entrevistados se quejan de que las chicas solo se fijan en un perfil que ellos denominan fuckboy. Es decir, piensan que las chicas quieren chicos malos, pero, a la vez, socialmente se les está diciendo que tienen que ser sensibles, trabajadores, buenas personas. Por ello, piensan que les ha tocado vivir en una sociedad demasiado contradictoria, sin sentido o confusa.

El feminismo está proponiendo un cambio radical en las relaciones sexoafectivas, donde no encaja el modelo de masculinidad tradicional

Necesitan hablar y solo encuentran espacios tóxicos para hacerlo

El momento de paso a la edad adulta suele coincidir con una gran incertidumbre. Estamos hablando, además, de generaciones que han vivido un contexto de doble crisis económica (la del 2008 y la del covid), lo que les pone en dificultades para plantearse su futuro. A la vez, el feminismo está proponiendo un cambio radical en las relaciones sexoafectivas, donde no encaja el modelo de masculinidad tradicional. Y esto se suma a la creciente toxicidad de ciertas dinámicas de relación a través de plataformas digitales. En este proceso, lo que observan las expertas entrevistadas es que hay falta de acompañamiento de personas adultas que entiendan lo que les ocurre.

Para las chicas, los referentes que contribuyen a crear un relato colectivo y compartido para canalizar los malestares de género se encuentran fundamentalmente en el ámbito del feminismo (en un sentido muy amplio). Para los chicos, este papel lo cumple la manosfera, compuesta por influencers, streamers y gurús; y por sus fans anónimos que se reúnen en sus cajas de comentarios y en distintos foros en línea. De ahí, las narrativas misóginas saltan a grupos de WhatsApp y a las conversaciones más cotidianas.

La manosfera tiene, por tanto, una dimensión afectiva: es donde estos chavales perdidos encuentran comprensión y apoyo, donde se les reconoce su sufrimiento sin juzgarles ni ridiculizarles y se les ofrecen explicaciones del mundo que les resultan satisfactorias. Esta subcultura responde a la necesidad de sentir pertenencia y cuidados. Hay dos videoensayos que son muy útiles para sumergirse en ella: Mozo Yefimovich explica cómo los influencers de desarrollo personal ahondan en el individualismo y la competitividad tóxica, Cuellilargo define como 'monetizadores del odio' a un grupo de creadores de contenido que se lucran en plataformas digitales a la vez que incitan a sus seguidores a insultar a sus rivales.

La apertura al feminismo puede ser mayor si sienten que también les beneficia a ellos

Caminos para abordar las resistencias

Identificado el problema, la solución parece clara: tenemos que buscar maneras de que estos jóvenes puedan encontrar apoyo y certidumbre en entornos más sanos. Encontrarlas no es fácil, así que compartimos aquí algunas de las ideas que nos han contado las expertas. Ellas las suelen poner en práctica para abordar las resistencias al discurso de género en entornos educativos, y creemos que pueden servir para enfocar un cambio de narrativas.

Trabajar en su terreno. Lo primero es facilitar espacios de diálogo, intercambio y escucha genuina sin juicio. Se trata de tener en cuenta el marco de incertidumbre en que se mueven y conectar con sus inseguridades usando sus mismos códigos. Una vez abierto ese espacio, podemos abrir conversaciones en torno a temas que les interesan: el erotismo, las relaciones de pareja, lo afectivo, la salud, el amor líquido... O también podemos hacerlo de manera más indirecta, hablando de videojuegos, humor o deportes, que son vehículos a través de los que podemos introducir nuevas narrativas y enfoques.

Subrayar lo positivo de su generación. Es importante hacerlo con una mirada optimista y abierta de los chicos, apartada de los titulares que dibujan una juventud perezosa y nihilista. Es decir, aprovechar sus potencialidades, en referencia a todas las cosas positivas que aportan a la sociedad, como puede ser la apertura en cuanto a las identidades de género diversas, el ecologismo o el uso de la moda rompiendo estereotipos. Las generaciones más jóvenes están abanderando un cambio social importante que encaja muy bien con el mensaje de la igualdad.

Promover su agencia. Hay chicos jóvenes que no se sienten directamente interpelados por los discursos en torno a la igualdad, porque consideran que ya están superados, o bien porque entienden que ellos no son directamente responsables o no tienen capacidad de actuar al respecto. Para estos chicos, pueden ser más efectivos los mensajes que les interpelan directamente y que hacen referencia a sus experiencias vitales, mensajes que les aporten herramientas que les den oportunidad de recorrer su propia experiencia. Se trata de aterrizar en lo cotidiano, mostrarles metas alcanzables y proponerles cambios que sean asumibles para ellos.

Señalar el coste de las masculinidades. La apertura al feminismo puede ser mayor si sienten que también les beneficia a ellos. Esto ocurre cuando entienden que la masculinidad tradicional les genera costes, por ejemplo en forma de dificultades para las relaciones afectivas, asunción de conductas de riesgo, gestión emocional, etc.

Aquí hay un debate conceptual: no todas las expertas están de acuerdo con este acercamiento, porque hay quien opina que el coste de la igualdad siempre será mayor (perderán más privilegios de los que ganarán). En ese caso, la única opción sería apelar a valores universales de respeto y empatía por las mujeres. En cualquier caso, dejamos apuntada la estrategia.

Puede resultar útil crear contenidos alrededor del tema de la hermandad y los vínculos positivos entre amigos o pares

Alimentar la brotherhood digital. Como hemos dicho, las comunidades en línea son el espacio en el que muchos jóvenes buscan informarse sobre sus dudas e intereses y, además, encuentran un lugar de pertenencia y enunciación. Las chicas cuentan con numerosos espacios construidos en torno a la sororidad, la sisterhood. En este sentido, puede resultar útil crear contenidos alrededor del tema de la hermandad y los vínculos positivos entre amigos o pares ("bros" en jerga juvenil), y potenciar las comunidades digitales en las que se cubran sus necesidades comunitarias y afectivas de maneras más sanas.

¿Cómo serían estos contenidos que podrían servir para generar comunidades de brotherhood alternativas a la manosfera? En nuestras investigaciones de Instagram y TikTok hemos encontrado alguna inspiración. Diríamos que las claves van por aquí: colaboraciones entre streamers de diferentes géneros en las que abrir espacio para la amistad entre chicos y chicas; abordar temas serios con un enfoque de humor, ligero o atrevido (retos, entrevistas callejeras, cámaras ocultas y juegos); apostar por conversaciones pausadas y extensas, como los podcasts, de los que se pueden extraer clips cortos para redes; incorporar voces adultas y expertas sobre temas en los que los chicos tienen mucho interés (por ejemplo, el sexo); introducir enfoques y valores de igualdad de manera implícita en contenidos sobre otros temas.

Hay muchas ideas por explorar y los retos no son pocos... Por nuestra parte, seguiremos investigando cómo diseñar una campaña colectiva para hablar de igualdad con chicos jóvenes. Invitamos a las personas interesadas a echar un vistazo a nuestra web, desde la que se puede acompañar y participar en el proyecto.

 

(*) Carolina Pulido es consultora en temas de género e infancia, especialista en masculinidad. 

LaIntersección es un colectivo de comunicadoras, investigadoras, activistas y artistas. Compartimos aprendizajes sobre cambio narrativo, análisis digital, estrategias de comunicación y formación.