13.5.24
La política sucia del tercer milenio
Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo. Abraham Lincoln, presidente de los EEUU.
Por Esteban Valenti (*)
Hace pocos días asistimos a un episodio escandaloso de política sucia que se descubrió en pocas semanas, sin la intervención de la Justicia, ni de la Fiscalía, sino del periodismo. Las acusaciones reconocidamente falsas contra el pre-candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi.
No pretendo hacer el relato, que se ha repetido mil veces de este caso concreto, sino tratar de analizar las nuevas formas de la política sucia, desleal, degradante. Aunque es importante, muy importante que la historia o las nuevas tecnologías no reduzcan un milímetro la gravedad de esta OPERACIÓN POLITICA de una fuerza política montada paso a paso contra el candidato que encabeza todas las encuestas en el camino hacia la Presidencia. Pero también sería grave en el caso de atacar a otro dirigente político, porque por algún lado se empieza a caer en el barro.
La política sucia no es nueva en nuestro país, aunque este caso de las dos prostitutas trans tiene sus particularidades. La "ofensiva baguala", que muchos recordarán fue un conjunto de jugadas sucias, algunas apoyadas en la realidad y realizadas en la interna del Partido Nacional y con aportes colorados. No hace mucho tiempo.
Las campañas de deformación y miedo durante el plebiscito contra la ley de impunidad y la prohibición aceptada por los tres canales de televisión de pasar publicidad del voto verde (año 1989) o en 1999 de emitir publicidad sobre una campaña totalmente mentirosa sobre el IRPF son parte de ese tipo de jugadas, ilegales y repudiables. La lista sería larga, aunque nuestro país no ocupa de ninguna manera las primeras posiciones a nivel regional y menos internacional en esta materia de utilización del barro.
La campaña mentirosa del Partido Nacional con apoyo de los colorados, para involucrar el caso de Saúl Feldman y su depósito de armas ilegales con el FA y más específicamente con el MPP en las elecciones del 2009. Una falsedad completa y organizada en forma de un falso informativo en un medio de información en Tacuarembó, para luego difundirlo a nivel nacional. Se les cayó encima estrepitosamente.
En este caso de la acusación contra Orsi la situación incorporó elementos nuevos: a) acusaciones centradas contra una persona b) utilizando mentiras totalmente fabricadas c) divulgadas pagando una estructura en las redes montada en el exterior d) utilizando plata relativamente fácil de comprobar ( de 30.000 a 40.000 dólares) en las redes, e) utilizando unos pocos medios dispuestos a cualquier porquería para ayudar a que se replique en otros, y apoyo técnico-legal para preparar a la acusadora. Y que ahora guardan la mano.
Las dos responsables, Papasso y Diaz fueron detenidas por la policía por orden de la fiscalía, luego de una absoluta pasividad y que la fiscal Sandra Fleitas anunciara que procesaría el caso en 50 días, casi exactamente el periodo pre electoral de las internas...Como para tenerle la más mínima confianza, luego de la experiencia de la fiscal Fosatti.
La Fiscalía está muy mal parada en todo este episodio.
Esperemos que la investigación vaya a fondo y se descubra quien está detrás de toda esta política sucia, quien puso la plata, quien aportó los equipos técnicos para las redes, para sacarle las fotos y los documentos de Orsi que mostraron en la TV. Eso no lo hizo ni Romina ni Paula Díaz.
Históricamente la política sucia se practica desde Roma, cuando facciones diferentes llegaban hasta el asesinato de sus contrincantes y a utilizar la mentira, las celadas de todo tipo en el senado para disputar el poder, como en el caso del partido popular de César y Pompeyo se enfrentaba al partido republicano de los senadores. Unos buscaban reformas que beneficien a los veteranos de las legiones, los colonos y otros grupos sociales desfavorecidos, mientras que los segundos buscaban detener todos esos cambios reteniendo su poder sobre la república. Por supuesto que todo esto se mezclaba con ambiciones personales, pero aun así había una disputa ideológica de fondo.
En el medioevo, cuando no se trataba de una disputa política entre bandos con una base ideológica sino de luchas intestinas entre distintas familias o dentro de una misma familia por hacerse con el poder y obtener tierras, cargos, la corona u otros beneficios, la mugre era el principal componente de todos estos procesos, hasta llegar al asesinato.
En la iglesia católica durante varios siglos, sobre la base de una disputa teológica se enfrentaron fracciones en combates muy duros y muy sucios, incluso luego de la Reforma, llegando hasta las largas guerras religiosas.
En la actualidad la extrema vigilancia de toda la vida de los políticos a través de la prensa, de las redes ha incorporado, en diferentes países, el uso y abuso de la mentira, del ataque personal, de operaciones muy bien organizadas. En el caso de este castillo de naipes que funcionó en Uruguay que se derrumbó en pocas semanas, pone al descubierto un serio peligro para la institucionalidad democrática y republicana.
No fue la creación de dos desquiciadas, eso no tienen ninguna credibilidad, fue una operación muy bien armada, financiada, con soportes técnicos y utilizando experiencias y aparatos de otros países. Y reitero con la plata necesaria, que fue a pescar a los dos actores en el submundo de la sociedad.
Un debate serio sobre este escándalo que terminó de forma tan abrupta y concluyente y además tratando de mezclar las acusaciones falsas contra Yamandú Orsi, de acusaciones de hechos conocidos perfectamente sobre el accionar del ex senador Gustavo Penadés, son parte de todo el tarro de basura.
Como en el caso de las investigaciones criminales hay que hacerse una pregunta ¿A quién favoreció la mugre? Y es notorio que todo apunta hacia el Partido Nacional. No todo el Partido, pero sectores bien concretos.
La defensa contra estas prácticas son muy complejas, deben ser legales, aunque la Justicia en este caso salga tan mal parada, pero sobre todo cívicas y culturales. Una ciudadanía inteligente, educada en su sentido ciudadano democrático, de diversos partidos es la mejor arma contra los sucios.
Es una batalla que hay que librar en forma permanente, porque el mundo no muestra señales de transparencia, de nobleza y limpieza política, sino todo lo contrario.
Siempre hay que tener en cuenta la frase de Nicoló Machiavelli: "El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar". No podemos resignarnos a esta sentencia, es una batalla cultural y democrática permanente donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental.
La Inteligencia Artificial, el uso de las redes no pueden ser un pretexto para justificar las peores bajezas, todo sigue dependiendo de la conciencia democrática y de la moral de los políticos, hombre y mujeres que realmente creen en la república.
No hay ninguna ley natural que permita que se cumpla la frase de Abraham Lincoln, solo es posible por la calidad democrática de una sociedad. Y este episodio es realmente deplorable, no solo para la política, sino para todos los uruguayos.
(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net) Uruguay.