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11.10.21

Brasil: Debates y corrientes en el congreso del PSOL. Dossier

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Por Deborah Cavalcante, Roberto Robaina (*)

Al calor de las luchas de resistencia contra el gobierno de extrema derecha populista de Bolsonaro, ha tenido lugar a finales de septiembre el Séptimo Congreso del Partido Socialismo y Libertad, con un rico debate democrático sobre la estrategia y táctica a seguir por la izquierda alternativa.

El debate ha configurado dos bloques, "PSOL de todas as lutas" y la "Oposición de izquierdas", a su vez compuestos de diferentes corrientes y tendencias. Reproducimos un balance de los resultados del congreso de cada uno de los bloques. SP

 

7º Congreso del PSOL: las polémicas y un paso adelante en la lucha contra Bolsonaro

Deborah Cavalcante

Los días 26 y 27 de septiembre de 2021, el 7º Congreso del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) reunió a 402 delegados/as en online. Han votado 51 mil personas, el doble que en el anterior congreso. Por ello, parte de lo mejor del activismo brasileño acudió a las urnas para elegir las tesis que se debatirían en los Congresos estatales y nacionales.

Hay dos grandes bloques dentro del partido. Por un lado, el bloque del "PSOL de Todas as Lutas", formado por la unidad de dos campos: el PSOL Semente, (Semilla), formado por Resistência [1], Insurgência [2], Subverta [3], Maloka Socialista [4], Vamos PSOL [5] y Carmen Portinho [6], además de la militancia independiente [7] y el PSOL Popular, formado por Primavera Socialista (la mayor corriente que nombró al nuevo presidente, Juliano Medeiros) y Revolução Solidária (la corriente de Guilherme Boulos y el MTST). El PSOL de Todas as Lutas contó con 228 delegados/as, siendo 61 del PSOL Semente y 167 del PSOL Popular.

Por otro lado, el autodenominado bloque de la "oposición de izquierda", que reúne al MES (Movimento Esquerda Socialista, corriente de Luciana Genro), Commune (corriente de João Machado), APS, Fortalecer, CST, LS (las dos últimas secciones de la UIT-CI) y corrientes locales. Este bloque reunió a 173 delegados/as. La sección brasileña de la ASI, la LSR, tenía un delegado y no presentó ningún candidato a la dirección nacional.

Los dos bloques se formaron especialmente en tres momentos: 1) En 2016 ante las masivas movilizaciones de las derechas a favor del golpe institucional contra el PT, cuando la mayoría del PSOL se posicionó en contra del golpe y denunció el Lava-Jato (lo contrario de la minoría); 2) En 2018, cuando la mayoría invirtió en la relación con el MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) y la APIB (movimiento indígena), dos movimientos sociales de peso, para una lista del PSOL para la Presidencia, hacia un proceso de reorganización de la izquierda. Con la campaña de Boulos y Guajajara, el PSOL ha acumulado fuerzas para intervenir en las manifestaciones de Ele Não, duplicar su bancada parlamentaria y apoyar el movimiento del Vira-voto (Cambia el voto) en la 2ª vuelta, pidiendo el voto para el PT contra Bolsonaro; 3) Tras la victoria de Bolsonaro y el asesinato de Marielle Franco, con amenazas de cárcel y muerte a líderes del movimiento social como Stédile y Boulos, nos mostramos a favor del Frente Único, que se expresó en dos grandes demandas de impeachment unificadas (una de los partidos de izquierda y otra de carácter de unidad de acción) en las movilizaciones del Tsunami Educativo (la primera gran manifestación contra el gobierno) y, después de la pandemia, en el apoyo a la primera protesta convocada por la Coalición Negra para luego formar la Campaña Nacional Fuera Bolsonaro, responsable de convocar los grandes actos que la izquierda construyó para Fuera Bolsonaro. Durante la pandemia, también se organizaron grandes campañas de solidaridad contra el hambre, como las Cocinas Solidarias del MTST, las más de 20 toneladas de alimentos distribuidas en campañas en las que participó la Resistencia y la participación en la campaña "Tem Gente com Fome" (Hay Gente con Hambre).

En este Congreso se formó una nueva mayoría con el PSOL de todas las luchas. Esta mayoría es plural y tendrá grandes responsabilidades. La Tesis Nacional del PSOL Semente [8] tiene un papel decisivo. Con 61 delegado/as (15% del total), presentamos una visión internacionalista y coherente con la realidad brasileña, influyendo decisivamente en las victorias obtenidas en el Congreso.

El primer marco político del Congreso es unitario e inmediato: la reafirmación de que el PSOL no espera a las elecciones de 2022 para librar a Brasil de Bolsonaro. Como mínimo, luchamos para que Bolsonaro no llegue políticamente vivo a las elecciones de 2022. Derrotarlo por la fuerza de la calle, a la que por ahora dedicamos nuestras energías, abriría la puerta a un cambio cualitativo en la relación de fuerzas.

Pero el PSOL no es suficiente. Es un partido minoritario (pero en ascenso) dentro de la clase trabajadora. No tendría forma de operar las luchas proletarias brasileñas por sí sola. La entrada del MTST, en este terreno, expresa una enorme victoria, pues se trata de uno de los movimientos sociales más importantes de Brasil por el tamaño de su base, por la capacidad de organizar una masa trabajadora precarizada y por la radicalidad de su acción. En la semana anterior al Congreso del PSOL, el MTST ocupó la Bolsa de Valores de São Paulo para denunciar el hambre y la inflación.

A continuación, informaré sobre la polémica del Congreso y sus resultados.

La primera polémica: Bolsonaro no se derritió

Hubo una polémica en el Congreso sobre la fuerza de Bolsonaro, su capacidad de acción y reacción. El bloque opositor, aunque diverso, presentó una visión que iba desde considerar a Bolsonaro fuera de juego, como un gobierno ya hundido, hasta considerar que la extrema derecha y el bolsonarismo serán seguramente derrotados en una 2ª vuelta de las elecciones de 2022 y, por tanto, el PSOL tendría un papel menor ante la "ya anunciada" derrota del gobierno en las elecciones, debiendo preferir su autoconstrucción.

El PSOL de Semente defendió otra visión que, a fuerza de unidad en el bloque del PSOL de todas las luchas, resultó victoriosa. Con el 57% de los votos (contra el 42% de la minoría), aprobó la centralidad en la defensa de Fuera Bolsonaro y la lucha callejera por el impeachment.

No consideramos que Bolsonaro ya se haya derretido o que haya un camino natural predeterminado para su derrota política y electoral. En los actos gubernistas y golpistas del 7 de septiembre, Bolsonaro sacó a cientos de miles a las calles. Incluso si se limita a su base más leal, el acto fue mayor que el de la oposición. Todo para sobrevivir y llegar en condiciones de disputar las elecciones de 2002, porque si no es posible ganar las elecciones, pretende acumular fuerzas para una aventura golpista siguiendo el ejemplo de la invasión del Capitolio en Estados Unidos.

Bolsonaro ya ha advertido que no aceptará una derrota electoral de forma pacífica, siguiendo el mismo guion que Trump con el discurso del fraude. En este momento, no hay condiciones para un golpe clásico, ya que ni las Fuerzas Armadas ni la mayoría de los diputados han señalado que apoyarían un golpe o una provocación del tipo de ocupación del STF (Supremo Tribunal Federal). Sin embargo, no descartamos el escenario de que Bolsonaro intente un golpe más adelante -antes, durante o después de las elecciones- si logra reunir las condiciones para hacerlo. Esta posibilidad representa en sí misma un elemento muy grave en la situación actual.

La segunda controversia: Frente único y unidad de acción

Resistencia y el PSOL Semente se mantuvieron firmes en la defensa del Frente Único como primera táctica para enfrentar a la extrema derecha, porque sin unidad no es posible derrocar al gobierno. Apostamos en la construcción de la Campaña Nacional "Fuera Bolsonaro" con centrales sindicales, movimientos populares y juventud que reúne al PSOL, PT, PCdoB, PSTU y PCB. Desde este lugar se convocaron y masificaron todos los grandes actos nacionales de la izquierda para la destitución. Guilherme Boulos fue, sin duda, uno de los principales portavoces de estas movilizaciones.

La oposición de derechas al gobierno organizó un acto nacional, que fue el más pequeño de todos. Están debilitados y sufren las consecuencias de adoptar una postura golpista en el periodo anterior, dando paso a la elección de Bolsonaro. Aun así, defendemos las iniciativas para la unidad de acción, para ampliar la lucha por el impeachment.

El bloque de la oposición en el PSOL está en contra de la visión del Frente Único y ha construido su propio frente, "Povo na Rua" (Pueblo en la Calle) con la minoría del PSOL, UP y el apoyo del PCB, para desde fuera de la campaña Fuera Bolsonaro influir en la unidad de acción con la burguesía para el impeachment.

El Congreso del PSOL aprobó su prioridad sobre la campaña Fuera Bolsonaro y dentro de ella, el Frente Povo Sem Medo (Frente Pueblo Sin Miedo). Dentro del Frente Único, luchamos contra el quietismo y el divisionismo. Lucharemos por ampliar las movilizaciones como unidad de acción. Es la respuesta fundamental a una etapa de retrocesos a todos los niveles: económico, social y político, que se agrava con la pandemia del nuevo coronavirus.

La tercera controversia: el frente de izquierda en 2022

Resistencia defiende que el PSOL, en caso de que Bolsonaro se mantenga como vector de polarización política (escenario más probable hoy), haga un Frente de las Izquierdas, sin la burguesía, donde el PSOL pueda tener un perfil propio, expresando su papel como ala de la izquierda radical. Esto es así porque la hipótesis de que el PSOL no sea un componente activo de la derrota (en las calles o incluso en términos electorales) sería un completo desastre. Como la elección es una táctica (no cualquiera, sino una táctica), la existencia de una ultraderecha con peso de masas no puede pasar impune para el PSOL.

En este sentido, el Congreso (con el 56% de los votos) autorizó a su dirección a iniciar diálogos formales con las izquierdas sobre un posible frente electoral nacional en 2022. La decisión final sobre la táctica electoral del PSOL se tomará en abril del próximo año en la Conferencia Electoral. Hay mucha agua para correr.

Este diálogo pasa por el programa y no puede ser una vía de mano única. El Congreso aprobó que los puntos programáticos de partida son la revocación de las medidas y contrarreformas del post-golpe de 2016., la defensa del cambio de modelo económico, la recuperación de los derechos laborales y previsionales, la protección de las empresas públicas y de la función pública, la ampliación de las inversiones en áreas sociales, la recuperación de las políticas de protección del medio ambiente, el fin de la deforestación, la demarcación de las tierras indígenas.

Por lo tanto, el PSOL no lanzará una precandidatura a la Presidencia. Si la minoría sigue avanzando con las actividades de precandidatura, no lo hará con el aval del Congreso.

La minoría afirma que es posible apoyar a Lula y al PT en una segunda vuelta. Una vez más, la minoría subestima el papel que puede jugar Bolsonaro. Aunque la desaprobación del gobierno alcanza a las mayorías sociales, esta mayoría aún no ha logrado traducirse en levantamientos populares con la fuerza necesaria para forzar la aprobación del impeachment. Todo indica que irá a las elecciones como el nombre más fuerte de la derecha, de un gobierno que aún unifica a fracciones del capital, de la clase media propietaria, a las iglesias fundamentalistas, a los aparatos militares y tiene apoyo en una precaria base de masas.

Por supuesto que esto es posible, pero creemos que el espacio político para presentar una campaña fuera de la campaña entendida por las amplias masas como de izquierda, que muy probablemente tomará la forma de una campaña-movimiento, con amplia movilización del activismo que quiere derribar a Bolsonaro, pondría al PSOL en un verdadero choque con lo mejor de la sociedad brasileña. Tendremos varias candidaturas en todo el país marcando el perfil del PSOL y necesitamos una movilización pública y exigencia a Lula, al PT y a toda la izquierda, en torno a la composición y al programa del Frente.

La unidad de un Frente Electoral no significa necesariamente una mera adaptación. La unidad que proponemos va acompañada de un programa que pueda denunciar los más de 600 mil muertos, presentar medidas anticapitalistas a los más de 14 millones de desempleados y 15 millones de hambrientos. .frente de izquierda con medidas anticapitalistas, perfil propio del PSOL dentro del frente de izquierda. Tampoco significa integrar  gobiernos. Si Lula es elegido y si invita al PSOL a participar en su gobierno, será el Directorio Nacional quien decida al respecto. En este caso no hay duda de la posición de la Resistencia o del PSOL Semente: no participamos en gobiernos con la burguesía.

La cuarta polémica: la defensa de la independencia de clase

Por la fuerza del PSOL Semente, con el apoyo del PSOL Popular, el congreso aprobó dos medidas decisivas para preservar su carácter de clase. El primero sobre la no participación en los gobiernos de conciliación de clase:

"Reafirmar la posición de no participar y no orientar la participación en gobiernos de partidos de derecha o que promuevan ataques a los trabajadores y reproduzcan la agenda liberal/conservadora y/o aspectos autoritarios." (extracto de la resolución aprobada)

Esta resolución no fue unitaria, porque la minoría presentó una resolución que trata exclusivamente de un "posible gobierno de Lula" que, como todo el mundo sabe, no se ha puesto en marcha, ni ha anunciado su vicepresidente ni su arco de alianza, y mucho menos ha tomado posesión. En este sentido, la minoría optó por demarcarse con un gobierno que aún no ha tomado posesión, en lugar de aprobar una resolución de criterios políticos que incluso podría apoyar la discusión en los municipios donde el PSOL está llamado a participar en alcaldías donde hay presencia de la derecha o incluso de la extrema derecha.

Además, el PSOL aprobó una resolución contra la recepción de financiación privada de campaña, procedente de banqueros, contratistas, agroindustria, empresas mineras o multinacionales. Se trata, efectivamente, de una resolución consensuada. Un gran paso para el PSOL.

Hay métodos inaceptables en la disputa

No toleramos el chantaje, la intimidación, la falsificación de posiciones o el insulto a los cuadros y militantes. Repudiamos las prácticas en este sentido del MES - que ya no parece conocer la diferencia en la lucha de ideas entre revolucionarios y enemigos de clase.

La información (que hace circular el MES: ndt) de que existe una negociación secreta de la mayoría del PSOL, incluida Resistencia, con Lula y el PT para conformar puestos en un eventual gobierno es una grave calumnia política. Los chismes y las mentiras en el debate político son perjudiciales. Esperamos que después del Congreso estos camaradas dejen de utilizar este recurso.

Conclusiones

El PSOL permanece como partido de la clase trabajadora. Dondequiera que haya ataques a nuestra clase, la bandera del PSOL debe plantarse en oposición. Mantenerse firme ante la presión será decisivo, y ese es el papel del campo PSOL Semente.

El PSOL es un partido democrático, incluso coexisten facciones públicas. Esto no desmerece al PSOL, al contrario, en la medida en que los tiempos que vivimos indican que la izquierda radical necesita pluralidad y elasticidad política.

Resistencia, una organización con cientos de militantes activos en los movimientos sindical, juvenil, feminista, negro y LGBTQIA+, ha conseguido una importante victoria. En su primera experiencia en los Congresos del PSOL, se convirtió en la 4ª fuerza política, eligiendo 31 delegados (7,5%), asumiendo la presidencia del PSOL en Minas Gerais y en más de 10 ciudades.

El PSOL sigue siendo uno de los principales partidos anticapitalistas a nivel mundial. Se acaba de consolidar una nueva mayoría plural, en la que tienen gran peso las corrientes de Semente del PSOL y los trotskistas.

El futuro de la izquierda brasileña y el papel del PSOL hacia la reorganización pasa por ser una organización política útil en la derrota de Bolsonaro. El 7º Congreso del PSOL dio un paso importante en esta dirección. Remamos con firmeza.

Notas:

[1] Resistencia es la organización de Valério Arcary, historiador e intelectual marxista, y de los concejales municipales Silvia Ferraro, Paula Nunes, Dafne Sena, Carolina Iara, Matheus Gomes, Talia Sobral e Iza Lourença, y de cientos de militantes de los movimientos sindical, estudiantil y popular.

[2] Insurgência es la organización de Fernando Silva "Tostão", Ana Cristina, Renato Roseno y Dani Monteiro, diputados estatales. Es una organización de la Cuarta Internacional.

[3] Subverta es la organización de Talíria Petrone, diputada federal, y Flávio Serafini, diputado estatal. Es un organización de la Cuarta Internacional.

[4] Maloka Socialista es una organización de São Paulo y Minas Gerais, de Erick Ovelha, concejal de San Pablo..

[5] Grupo local de Pernambuco, de Ivan Moraes, concejal.

[6] Grupo local de Río de Janeiro

[7] Esta tesis fue defendida por referentes como Mônica Francisco y Érika Malunguinho, diputadas estatales, y Tarcísio Motta, concejal.

[8] La tesis completa puede leerse en: https://psolsemente.org/

https://esquerdaonline.com.br/

PSOL, un partido necesario y en construcción

Roberto Robaina
 
El séptimo Congreso Nacional del PSOL acaba de terminar. El PSOL ha reflejado los esfuerzos de una parte importante -incluso podemos decir que mayoritaria de los activistas que han ido surgiendo en los últimos 15 años- por construir un partido político. Un partido que ha reflejado los poderes y los límites de esta vanguardia y de la lucha de clases del país. En cualquier caso, ha crecido año tras año. En este congreso hubo casi 50.000 participantes. Su resultado es contradictorio. Por un lado, el partido está creciendo. Por otro lado, aún está lejos de ser un instrumento de intensa politización. Los debates son débiles, cuando existen. Unas 5.000 personas participaron en los debates virtuales. El partido consigue ser una expresión parlamentaria de las reivindicaciones sociales progresistas y apoya los movimientos sociales, pero no ha sido, por regla general, un operador de las luchas obreras y populares.

El Congreso tuvo un mérito fundamental: la unidad del partido para defender la movilización por el derrocamiento de Bolsonaro. La unidad de acción con todos los que quieren el impeachment es un punto común de todo el partido. Esto se expresa en la voluntad de volcar todas las fuerzas en la convocatoria de la jornada nacional de luchas del 2 de octubre. Esta unidad debe ser destacada. También se expresó en una posición unánime que, incluso en el campo electoral, en el caso de una segunda ronda, el PSOL, de antemano, deja claro que apoyará cualquier candidatura que se enfrente a Bolsonaro, lo que concretamente significa dejar claro el apoyo al nombre de Lula.

Pero aquí también se produjo la principal polémica del Congreso: el 44% de los delegados defendió que el partido debería tener una candidatura propia para presentar en la primera vuelta. Se propuso el nombre de Glauber Braga. Esta necesidad fue defendida por el hecho de que Lula y el PT ya han dejado claro que pretenden hacer una alianza con sectores de la burguesía para gobernar Brasil. El PSOL se fundó para construir un proyecto anticapitalista y socialista, no para participar en un gobierno con los capitalistas. Pero, las fuerzas de adaptación del partido demostraron que también actuaron en el Congreso.

En general, el régimen político burgués en crisis sigue buscando líderes de otras clases sociales y forjados en partidos de la oposición para que se defienda su mantenimiento. Sus mecanismos de poder abren más espacios y garantizan la visibilidad de los nuevos liderazgos, siempre que acepten integrarse en una lógica de defensa del régimen político. El PSOL recibió estas presiones directamente, como vimos en el caso de Randolfe Rodrigues y Marcelo Freixo. (El primero dejó el partido para integrarse al de Marina Silva y en el caso de Freixo al Partido Socialista Brasilero, un partido al estilo de la socialdemocracia europea). De militantes del PSOL, cuya tesis central programática fundacional defiende la expropiación de los grandes capitalistas y la movilización revolucionaria del movimiento de masas, han pasado a ser políticos cuyo programa es la defensa de la democracia liberal. Todo esto en los últimos 5 años, y Freixo recientemente. Sin embargo, las presiones del régimen político se ejercen con más fuerza sobre el PSOL a través de la vía indirecta del PT. Y en este congreso, una vez más, esa presión fue evidente.

La presión en este sentido se vio en la decisión de una mayoría del 56% de no lanzar su propia candidatura. Este sector defendió una conferencia en abril para decidir si el partido lanza su propio nombre o apoya el de Lula en la primera vuelta. La tendencia predominante en esta parte de la dirigencia ha sido apoyar a Lula, aunque el líder del PT defienda un programa liberal burgués y construya una plancha con representación directa de los grandes capitalistas.

La principal presión del régimen político sobre el PSOL es que un sector de la dirección del partido quiere estar en esta campaña desde la primera vuelta precisamente para negociar, en mejores condiciones, la participación en un eventual nuevo gobierno. Nuestra posición ha denunciado esta política como oportunismo. El 44% de los delegados ya ha percibido el oportunismo que se esconde detrás de esta política de esperar y luego unirse. En un partido como el PSOL, tener un 44% bien organizado es tener mucha fuerza. Esta fuerza se organizará en una mesa nacional de dirigentes para la defensa de la independencia de clase y la construcción de un PSOL que tenga como eje la derrota de Bolsonaro, pero que también se levante con sus propias banderas y organización independiente. La organización de este 44% en un bloque, cuya firmeza se vio en el Congreso, puede incluso significar que la posición pro adherencia puede acabar siendo minoritaria. Al fin y al cabo, entre el 56% que optó por el aplazamiento, hay muchos sectores que no aceptan la defensa y participación en una lista que defiende un programa burgués en las elecciones presidenciales, ni, lógicamente, aceptan participar en un gobierno burgués. Por esta razón, el Congreso del PSOL no fue concluyente, y la lucha de clases seguirá influyendo fuertemente en el curso del partido.

Otro punto fundamental de unidad en el PSOL fue la defensa del apoyo a la campaña por la libertad de Claudemir y José Rainha (ambos son líderes del Frente Nacional de Luchas FNL un movimiento de sin tierras que es la segunda fuerza en importancia detrás del MST). Para nuestra tendencia, MES Movimento de Esquerda Socialista, (que reunió a más del 20% de los delegados y se unió a la oposición de izquierdas), esta campaña es fundamental. Tenemos una alianza estratégica con el Frente Nacional de Lucha (FNL), que reúne a históricos luchadores sociales que siguen organizando a los sectores pobres y sin tierra de nuestro pueblo. Y la persecución de estos líderes no es nueva hoy en día. Zé Rainha fue perseguido por el gobierno de Cardoso en 1997, cuando el PT lanzó la campaña "Zé Rainha es inocente, el delito es no hacer la reforma agraria". Años después, lamentablemente, la persecución continuó en los gobiernos de Lula y Dilma. Los llamados diputados radicales, empezando por Luciana Genro, encabezaron la campaña con el mismo eslogan que el PT desde su periodo de oposición. Ahora, en el gobierno de Bolsonaro, el peso de los terratenientes ha aumentado aún más y Claudemir y Zé Rainha están amenazados de prisión. Estos dos dirigentes, históricos luchadores por el derecho al pan, a la tierra, a la vivienda y a la libertad, son líderes del pueblo y de la lucha por la reforma agraria. Por eso la decisión del Congreso fue tan importante. En defensa de estas causas, a partir de octubre, en la estela de la manifestación del 2 de octubre, tendremos la marcha del Frente Nacional de Lucha, que saldrá de Sorocaba hacia la capital de São Paulo. La elección de la dirección del partido reflejó el Congreso.

La lista defendida por Boulos y otros militantes recibió 228 votos. La lista defendida por Sâmia Bonfim y los compañeros que formaron el bloque de oposición de izquierda obtuvo 173 votos. Hubo una abstención. El tesorero del partido fue nombrado por la lista que quedó en segundo lugar, precisamente con el 43% de apoyo. La firmeza de la tesorera, Mariana Riscali, que lleva en esta tarea desde el último Congreso, es una garantía de que el aparato del PSOL es transparente, construido de forma unitaria, no burocrática, y mucho menos desequilibrada al servicio de políticas oportunistas.

El Presidente Juliano Medeiros también fue reelegido. Su reelección es también el reconocimiento de que la dirección del partido seguirá siendo un lugar de contradicciones que no permiten una dirección estable con una sola línea. Juliano no es un líder público, actuando de forma centralizada entre bastidores y tratando de organizar no a todo el partido ni a toda la dirección, sino a su propia tendencia, Primavera, que obtuvo poco más del 25% del Congreso. Elegido por equilibrio de fuerzas, también es mérito suyo, como de todos los principales líderes del partido hasta ahora, que el partido se mantenga unido, a pesar de las fuertes y estratégicas divergencias.

Nuestro optimismo en este sentido es también un voto de confianza en el propio PSOL. Al fin y al cabo, actualmente es uno de los pocos partidos de Brasil cuyas direcciones son definidas por sus militantes. Así que, por muchos límites y problemas que haya en esta construcción, es un partido cuya naturaleza democrática se mantiene, contra viento y marea.

https://movimentorevista.com.br

(*) Deborah Cavalcante, abogada, Master en Ciencias Políticas por la UNICAMP (Universidad de Campinas), integra la dirección nacional de Resistencia/PSOL.

(*) Roberto Robaina, dirigente del PSOL y del Movimiento de Izquierda Socialista (MES), director de Revista Movimento y concejal de Porto Alegre.

Fuente: Varias