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19.7.21

América Latina y el poder ciudadano (*)

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Por Esteban Valenti

Hay dos hechos que marcan un nuevo momento del protagonismo ciudadano en América Latina, la elección de la Convención Constituyente en Chile y la entrega de casi 800.000 firmas ( bastante más del 25% requerido) para convocar el referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) en Uruguay.

No hay que confundir estos procesos con las elecciones que han marcado también cambios importantes, ante las previsiones de que se venía una ola de derecha en la región. Bolivia, Perú, las tendencias en Brasil e incluso en Colombia muestran otra realidad.

Son dos situaciones diferentes, que además son la culminación de procesos totalmente diversos. En Chile es la acumulación de décadas de frustraciones democráticas y sociales y con una gran explosión de protestas populares, en Uruguay es el resultado de una larga y muy compleja campaña de recolección de firmas. Lo que tienen ambas situaciones en común es el papel de la democracia como elemento central para la izquierda y las fuerzas progresistas.

Las fuerzas progresistas y la izquierda en particular asumieron plenamente que la democracia es una conquista que hay que defender, ejercer y proteger. Es un lento cambio histórico que se ha ido consolidando.

Es además una reafirmación de un cambio profundo y estructural en la política, de la ideología y de la cultura en nuestras sociedades. En otro momento tendremos que analizar el proceso chileno incluso a partir de su historia del último medio siglo.

Uruguay tiene una larga historia de referéndum y plebiscitos y es bueno recordarlo para algunos que presentan esta instancia como una novedad.

El referéndum, es el mecanismo por el cual la ciudadanía puede manifestarse en contra de una ley previamente aprobada por el parlamento uruguayo. Mientras que El plebiscito es un mecanismo por el cual las personas habilitadas son convocadas para decidir si se aprueba o no un proyecto de reforma constitucional.

Desde el plebiscito del 25 de noviembre de 1917 donde se aprobó la Constitución de 1918, se convocaron 28 plebiscitos y referéndum nacionales hasta la fecha y dos de carácter local, en Cerro Chato y en Montevideo. Tenemos una larga y sólida tradición.

El haber alcanzado esa cifra tiene diversos significados, también por el alto porcentaje de firmas que se requiere y que fue superado ampliamente en este caso. El primer impacto es en la política, luego de muchos meses de una oposición política y social al actual gobierno muy golpeada y con poca capacidad de iniciativa y un gobierno exultante por las encuestas de opinión pública, la situación cambiará mucho. Ya el centro del debate no será la pandemia y sus variantes radicales, sino los temas en que se agrupan los 135 artículos cuestionados:

 

 NORMAS PENALES; NORMAS SOBRE EL PROCESO PENAL;  LEGISLACIÓN PROFESIONAL POLICIAL;  NORMAS SOBRE ESTUPEFACIENTES;  NORMAS SOBRE ADOLESCENTES PRIVADOS DE LIBERTAD;  NORMAS SOBRE GESTIÓN DE LA PRIVACIÓN DE LIBERTAD; EDUCACIÓN; ECONOMÍA Y EMPRESAS PÚBLICAS - REGLA FISCAL; - LIBERTAD FINANCIERA;  MERCADO DEL PETRÓLEO CRUDO Y DERIVADOS;  DEL CONTROL DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DE LOS ENTES AUTÓNOMOS Y SERVICIOS DESCENTRALIZADOS DEL DOMINIO INDUSTRIAL Y COMERCIAL DEL ESTADO; SECTOR AGROPECUARIO  - DEL INSTITUTO NACIONAL DE COLONIZACIÓN;  LIBERTAD DE TRABAJO Y DERECHO DE LA DIRECCIÓN DE LA EMPRESA;  PORTABILIDAD NÚMERICA; SECRETARÍA DE INTELIGENCIA ESTRATÉGICA DE ESTADO

https://resistencia.uy/    Análisis comparado

http://aebu.org.uy/sites/default/files/2021-01/SobreLosArticulos.pdf

Texto completo de la LUC 19889-2020

https://www.impo.com.uy/bases/leyes/19889-2020

He considerado conveniente incluir en esta columna toda la información posible, por dos motivos: en primer lugar porque para ejercer el voto una de las claves es la información; segundo para ver la complejidad y amplitud de los temas que estarán en discusión.

Conviene recordar que la ley 19889-2020 cuenta con 475 artículos, de los cuales la mayoría fueron votados por todos los partidos y el plebiscito es para anular 135 de esos artículos, lo que demuestra que el Frente Amplio, no tuvo en ese debate político y parlamentario una actitud primitiva y básica de oponerse a todo en bloque, se tomó el trabajo de analizar cada uno de los artículos y definir su actitud, asumiendo sus responsabilidades. Toda la campaña que se desatará sin dudas para mostrar una actitud de oposición sistemática y sin matices, es directamente falsa, y la propia LUC es la mejor y más clara demostración.

El debate se concentrará y se asociará. No solo es inevitable, sino que es necesario. Hay un conjunto de temas centrales, que expresan un retroceso importante en los derechos, en las libertades, en las conquistas obtenidas por el pueblo uruguayo no solo en los 15 años de gobiernos del Frente Amplio, sino en la acumulación democrática de la Constitución y la legislación nacional, que estarán en el centro de la discusión y definirán el resultado del referéndum.

El gobierno presentará SIN NINGUNA DUDA una divisoria única: quienes apoyan el cambio de gobierno y quienes se oponen, quienes están preparando el escenario para las elecciones del 2024 y quienes quieren gobernar ahora.

Una cosa debemos tener clara, estas 800 mil firmas no fueron ni recogidas, ni brindadas por un partido, que sin duda hizo un aporte muy importante pero incluso la iniciativa partió de un amplio espectro de organizaciones sociales, el PIT CNT, la FEUU, Cooperativas y diversas organizaciones de la sociedad civil. Ellos, sus militantes, sus estructuras, sus dirigentes fueron los impulsores de esta iniciativa cívica y eso le da un enorme valor complementario. En el Uruguay la democracia y su ejercicio está en las manos de un amplio espectro de fuerzas sociales, culturales además de los partidos políticos. Y en el caso de la recolección de casi el 30% del padrón electoral multiplica su significado.

Por lo anterior, la batalla por derogar los 135 artículos, como lo fue la recolección de firmas, es exclusivamente por contenidos, por ideas, por principios y por programa, no hay un solo cargo en juego, una sola posición de poder y eso le dio a esta batalla un especial significado épico. Porque la democracia tiene también su épica en el esfuerzo y el trabajo de decenas de miles de personas y de cientos de miles de firmantes y ahora en todos los votantes.

Las fuerzas progresistas lograron recoger las firmas en las más difíciles condiciones que se puedan imaginar, con la pandemia golpeando la salud de más del 11% de la población, con secuelas muy dolorosas, como las muertes y las consecuencias de la peste, con miles de nuevos desocupados, de pobres y de indigentes. Y es en esas condiciones que se salieron a buscar y se obtuvieron las firmas. A lo que hay que sumar que el tema excluyente en la agenda informativa y del debate político durante todos estos meses fue sin duda la pandemia.

Otro tema que pretendió pasar desapercibido fue la entrega por un decreto anticonstitucional y anti legal (leyes de 1992 y 2008) de 60 años de control monopólico del movimiento de contenedores en el puerto de Montevideo a la empresa belga Katoen Natie y si faltara algo, se le regaló por igual plazo la última palabra sobre el Reglamento de atraque. No son temas disociados, en este caso es parte esencial de la estrategia del sector herrerista del gobierno de coalición. Se puede decir que esa entrega de 60 años del puerto tiene un significado de retroceso histórico y se hizo sin consultar a nadie, ni a nivel institucional: parlamento, ANP, etc ni a sus propios aliados en el gobierno. ¿Por qué?

El tema portuario también estará en el debate del referéndum, porque si triunfan las fuerzas conservadoras, seguirán avanzando a toda marcha por este camino extremadamente peligroso para la economía, la sociedad y la soberanía nacional.

Es obvio que en el debate previo y en la votación en el referéndum estará presente el balance ciudadano sobre la marcha del gobierno, no solo ni principalmente en el manejo de la pandemia, sino en la situación económica del país y su rumbo, en las condiciones sociales y el alto precio que están pagando amplios sectores, en particular en el desempleo y en temas de primera importancia como la educación y la seguridad.

El gobierno va a tratar de concentrar buena parte de sus baterías en el tema de la seguridad, atribuyéndole a los artículos correspondientes de la LUC el elemento clave del combate a la delincuencia. Un grave error de la oposición sería transformar el debate en una reivindicación de la política de la seguridad de los anteriores gobiernos. No es nuestro paradigma, ni el de los uruguayos. Habrá que hilar muy fino. Y las mejoras que se lograron en la lucha contra la delincuencia, tienen directa relación con alguien como Jorge Larrañaga que ocupó el Ministerio del Interior con un gran empuje y esfuerzo y no en la LUC.

Lo que será imposible de separar, son los aspectos de la política económica para la reactivación del país, de las inversiones, que por ahora en un altísimo porcentaje son las de UPM2 y del Ferrocarril Central y muy poco más.

Todos convocarán a un debate serio, documentado y riguroso, pero cuando frente a 800 mil firmas algunos capitostes del oficialismo, ponen en duda su legitimidad, o acusan de que se ejercieron presiones, insultando no solo a los que juntaban firmas sino sobre todo a los firmantes, ya podemos prever que la batalla será dura y hay que tener especial cuidado en no dejarse arrastrar al barro. En el barro ganan solo los embarradores.

 

(*) Columna escrita el lunes 12.7.21

 

Esteban Valenti

Periodista, escritor, director de Bitácora (bitacora.com.uy) y Uypress (uypress.net), columnista de Wall Street Internacional Magazine  (wsimag.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias). Uruguay