cartas de lectores
Sobre Petras: de Gonzalo Solari
Estimado compañero y compatriota: Amigos latinoamericanos que leen a menudo Bitácora, me han facilitado su dirección de correo electrónico. He leído su artículo sobre Petras, con quien estoy en las cosas de fondo de acuerdo.
Señor Carlos Santiago
Habría sido fácil para mí plantear una polémica con usted, públicamente.
No lo hago porque no tengo afanes de notoriedad cosa que mi carrera de
concertista de guitarra me otorga sin necesidad de pelearme con nadie y en forma
mucho más relajada y rentable y porque estoy seguro de que tanto
usted como yo estamos de acuerdo con respecto al puerto de llegada. En todo
caso nuestras diferencias pasan por el tipo de viaje y por la tripulación.
Dos aspectos que, como decía Enrique Rodríguez, "no son chica
cosa", pero tampoco son lo único.
Fundamentalmente, encuentro en el artículo de Petras dos elementos con
los que me identifico.
En primer lugar, no veo en él a un interlocutor en el que los intereses
creados puedan viciar su enfoque. No tiene cargos ni prebendas en Uruguay.
Por lo tanto, su autoridad moral no puede compararse con la de una persona que
trata de no escupir en el plato en el que come.
Yo, si bien soy uruguayo, en ese sentido me encuentro en la misma situación
de Petras. Es más, mis opiniones que no escondo y que han sido
dichas y escritas públicamente me han acarreado en Uruguay problemas
que, si me hubiera callado se habrían transformado en ventajas personales.
He preferido mantenerme siempre fiel a mis convicciones y además en
esto le soy franco y honesto puedo permitirme a esta altura de mi vida
y de mi carrera, prescindir de la opinión de más de un burócrata.
Este aspecto simplemente, sería ya un motivo para sacarse el sombrero
frente a la receta aunque no nos convenzan del todo los ingredientes.
En cambio, cuando un senador "socialista" gusanea comparando a Fidel
Castro con Jorgito Batlle, se trata simplemente de una escoria que defiende
sus privilegios parlamentarios tratando de no ahuyentar a sus votantes. Es claro
que la culpa no es del chancho, pero mi carta no pretende hoy entrar en los
meandros más mezquinos de un pueblo conservador y rutinario como el nuestro.
En segundo lugar, no estoy de acuerdo con usted cuando escribe: "¿Por
qué este profesor opinólogo de profesión
no consultó a cualquier integrante de la izquierda uruguaya?"
Creo que "opinólogos" somos todos. De los tres, tal vez el
único que no lo es "de profesión" sea yo, que me gano
la vida dando conciertos y con mi cátedra en el CIPAM (Centro Internazionale
Promozioni Attivittà Musicali).
Con respecto a la "izquierda uruguaya", mi modesta opinión
es que ésta no es monopolio del FA.
¿Usted cree que Zabalza no sea un hombre de izquierda?
¿Cree que los compañeros del Centro Carlos Marx no lo sean?
¿Cree que Yessie Macchi no lo sea y sí lo sean Nin Novoa y ese
empresario de Buquebus, cuyo nombre no recuerdo?
¿Cree que el PT uruguayo esté con Larrañaga, con Stirling
o con Enrique Iglesias?
¿Cree que los compañeros del 26 de Marzo, cuando tironean hacia
la izquierda y se indignan con un puñado de estancieros venidos a menos
como Gaggero que están allí solo por oportunismo
sean derechistas?
¿Ve usted en los compañeros de la UTD o en los piqueteros a sus
enemigos de clase?
¿Cree que si yo no fuera una persona de izquierda, en una ciudad del
interior como Fray Bentos en donde todo el mundo se conoce, me habrían
llamado como Presidente de la Comisión Departamental Pro-Referéndum
contra la Ley de Impunidad?
La gente, como el ciclista, tiene todo el derecho de escaparse. La historia
se encargará luego de juzgar si fue para adelante o para atrás.
Lo que no tiene, es el derecho de exigirle a nadie de abandonar el pelotón
en el que estuvo siempre, para reconocerle el status de "izquierdista uruguayo".
Creo que el FA tendrá que aprender a convivir con las demás fuerzas
y compatriotas de izquierda que no son frenteamplistasnuevoespacistasynuevomayoristas
y, vaya a saber cuántas cosas más!!!
Si gana en octubre, esto será aún más importante, ya que
la responsabilidad de la coalición será a nivel nacional
un factor inexistente en la actual ecuación política.
Espero que usted no interprete esta carta como una demostración de hostilidad
de parte mía.
Es, simplemente, un mate con el agua demasiado caliente, que se ceba sólo
a quien se estima.
En todo caso, es preferible un mate hirviendo, de frente, que un tereré
por la espalda.
Un abrazo desde Italia,
Gonzalo Solari