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3.8.20

Los subsidios de paro han salvado a los Estados Unidos de la catástrofe económica. Acaban a final de julio

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Por Doug Henwood (*) 

Lo único que evita que los trabajadores en Estados Unidos no caigan en la miseria absoluta es el seguro de desempleo y otros subsidios sociales. Si el Congreso no extiende el subsidio de desempleo a fin de mes, la economía se precipitará por un precipicio y millones de personas quedarán desamparadas.

Debido a la pandemia, Estados Unidos ha puesto en marcha el programa social más generoso de nuestra poco generosa historia. Aunque limitado en su alcance y duración, las ayudas suplementarias de subsidio de desempleo en la ley de estímulo económico han amortiguado seriamente los efectos del desempleo masivo, razón por la cual muchos empleadores y políticos republicanos quieren que el programa expire definitivamente a fin de mes en lugar de renovarlo. Eliminarlo tendrás efectos muy destructivos.

Algunos analistas se han entusiasmado con los signos de recuperación en los últimos meses. Sí, la tasa de desempleo cayó de su máximo de abril de 14.7 por ciento a 11.1 por ciento en junio, pero, aparte de abril y mayo, todavía es más alta que cualquier otro mes desde mayo de 1941. La tasa de desempleo más general, "U-6", que incluye a personas que quieren trabajar a tiempo completo pero solo pueden encontrar trabajo a tiempo parcial y aquellos que desesperados han renunciado a la búsqueda de empleo, alcanzaba el 18 por ciento, también por debajo del máximo de abril, pero mayor que en cualquier momento durante la recesión de 2009 (ver gráfico). La modesta recuperación tras el desplome de abril fue en gran parte resultado del fin del confinamiento en los estados y la vuelta al trabajo de los trabajadores, pero ha impulsado el aumento de los contagios, por lo que los avances conseguidos no parecen sostenibles.

Tasas de desempleo en los Estados Unidos entre 1950 y 2020.

La pérdida de empleos provocó fuertes caídas en los ingresos salariales ; la media de abril y mayo, cayó un 7 por ciento respecto al año anterior. (No tendremos los números de junio hasta finales de julio). Eso es casi el doble de las pérdidas en el peor momento de la recesión de 2009. Pero esas pérdidas fueron más que compensadas por el reparto de los cheques de $ 1,200 y los subsidios de desempleo ampliados en el proyecto de ley de estímulo, oficialmente conocida como la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica contra el Coronavirus (CARES). Los beneficios del seguro de desempleo (UI) solo aumentaron un 3,257 por ciento casi incomprensible respecto al año anterior. Como resultado, a pesar de la pérdida masiva de empleo, el ingreso personal aumentó más del 9 por ciento en abril y mayo respecto al año anterior.

A principios de julio, había 17,3 millones de personas que recibían prestaciones por desempleo de programas estatales tradicionales, por debajo de un pico de casi 25 millones en mayo, pero son cifras sin precedentes. (Ver gráfico a continuación. El gráfico muestra a los beneficiarios como un porcentaje del empleo en lugar de números absolutos para tener en cuenta del crecimiento de la población a lo largo del tiempo). La Ley CARES también creó una nueva clase de seguro de desempleo para la pandémia, accesible a trabajadores autónomos y otros trabajadores que normalmente no están incluidos en los programas tradicionales. Hubo 14,3 millones de esos beneficiarios, lo que eleva el total a 31,6 millones, casi una décima parte de la población de los Estados Unidos, o casi una cuarta parte de los que todavía están empleados. Como muestra el segundo gráfico, esos números no han disminuido en absoluto. Y, debe enfatizarse, debido a que muchos sistemas estatales de IU eran anticuados y estaban claramente sobrecargados, así que las personas tardaron semanas en obtener los beneficios a los que tienen derecho.

Beneficiarios del desempleo como porcentaje del empleo entre 1967 y 2020.

 

Beneficiarios del desempleo en millones por semana en 2020.

El desempleo, como ocurre con todo en los Estados Unidos, no se distribuye por igual. En junio, las tasas estatales de desempleo variaron ampliamente, desde un mínimo de 4.3 por ciento en Kentucky hasta el 17.4 por ciento en Massachusetts, uno de los estados más afectados por la ola inicial de COVID-19 (ver el mapa). Los siguientes dos estados son Nueva Jersey (16.6 por ciento) y Nueva York (15.7 por ciento), también muy afectados por la enfermedad.  Muchos de los estados con menor desempleo no sufrieron la primera ola de contagios, pero algunos están sufriendo ahora tanto el aumento de enfermos como la crisis económica. En Florida, las nuevas solicitudes de IU casi se duplicaron en las semanas del 4 de julio y el 11 de julio. Arizona, Arkansas y Georgia también han experimentado saltos bruscos en el número de casos de contagio y solicitudes de IU.

Tasas de desempleo por estado en junio de 2020.

A pesar de las declaraciones de que el fin del confinamiento de los estados mitigaría el perjuicio económico, parece haber poca relación entre la rapidez de los estados a la hora de levantar el confinamiento y sus tasas de desempleo. Algunos de los estados más rápidos en hacerlo, como Florida y Arizona, tienen índices de paro de dos dígitos (azul oscuro en el mapa). Si deja de lado los estados ligeramente afectados en el centro de EEUU, casi no hay relación entre el fin del confinamiento y el desempleo. Estos datos a nivel estatal han sido confirmados por un trabajo más detallado geográficamente de AustanGoolsbee y Chad Syverson. Utilizando datos de teléfonos celulares para rastrear las visitas de clientes a tiendas minoristas y otros puntos de venta comerciales, descubrieron que los llamamientos a quedarse en casa tenían poco efecto en el comportamiento, al igual que el fin del confinamiento. La mayoría de las personas se quedaron en casa porque tenían miedo de enfermarse, no porque el "estado niñera" les dijeran que lo hicieran.

Pero si no iban al centro comercial, compraban por correo, algo que fue posible gracias a los pagos autorizados por la Ley CARES. Según un rastreador de gastos de consumo casi en tiempo real del proyecto OpportunityInsights, basado en datos de tarjetas de crédito y débito, el consumo colapsó a principios de marzo, se estabilizó justo después de que se aprobase la Ley CARES y comenzó a aumentar cuando comenzaron los pagos de estímulo económico. (Ver gráfico). La recuperación fue especialmente fuerte para las personas que viven en zonas con códigos postales de bajos ingresos. La gente más pudiente fue más cautelosa, porque se lo pueden permitir. El gasto se ha aplanado desde mediados de junio a niveles justo por debajo de antes de la pandemia: los cheques de $ 1,200 no duran mucho.

Gasto del consumidor en 2020.

Más duradero que esos cheques ha sido el suplemento de $ 600 a los subsidios habituales de desempleo, que ha ayudado a 25 millones de estadounidenses a no ahogarse. Como resultado, dos tercios de los desempleados tienen ingresos más altos que los que tenían mientras trabajaban. Además de facilitar que decenas de millones paguen sus facturas, los beneficios ampliados han evitado que la economía inplosione.

No lo hemos hecho tan bien como Europa Occidental; en mayo, la tasa de desempleo promedio de la Unión Europea fue del 6.7%, la mitad de la de EEUU. Sus esquemas de preservación del trabajo han sido mucho más efectivos, sin mencionar su contención del COVID-19. Pero las cosas habrían sido mucho peores sin estos programas sociales.

¿Pero durarán? Los beneficios de desempleo ampliados expiran a fines de julio, y la Casa Blanca y los republicanos del Congreso no quieren renovarlos en su forma actual. Aunque quieren perdonar los préstamos otorgados a las empresas para mantener a los empleados en nómina sin molestarse en verificar cómo los empresarios usan realmente el dinero, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin dice que los cheques de $ 600 para los desempleados son demasiado generosos: "Nos aseguraremos que no le pagamos a la gente más dinero para quedarse en casa que por ir a trabajar". La principal prioridad legislativa de los republicanos parece ser proteger a las empresas de las demandas judiciales en caso de que los trabadores enfermen por verse obligadas a volver al trabajo.

Si se permite que esos beneficios expiren o se renueven recortados, hay que esperar lo peor. Incluso con ellos, los bancos de alimentos han tenido que funcionar a plena capacidad. Con el aumento de los casos de COVID-19 en gran parte de EEUU sin que se pueda esperar mejoras a corto plazo, los empleadores se están preparando para una nueva ronda de despidos. Los sueños de una recuperación rápida en la segunda mitad de este año se han evaporado, excepto en las mentes más delirantes. Si se recortan los beneficios de desempleo, además de propagar el contagio en masa y la muerte, habrá una nueva ronda de empobrecimiento.

 

(*) Doug Henwood, edita Left Business Observer y es el presentador de "Behind the News". Su último libro es "MyTurn". Colaborador habitual de la revista Jacobin.

Fuente: https://jacobinmag.com/2020/07/unemployment-benefits-coronavirus-covid-cares-act

Traducción: Enrique García