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3.8.20

O Globo escribe bravatas y llama al PT para conversar ¿Se negará el partido?

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Por Gilberto Maringoni (*)

El ex editor en jefe y columnista de O Globo AscânioSeleme publicó el sábado (11-07) una inteligente y provocativa columna titulada "Es hora de perdonar al PT".

No faltan dosis explícitas de arrogancia a lo largo del texto. Pero la señal es inconfundible: la empresa de la familia Marinho hace un movimiento táctico importante y llama públicamente a la izquierda para conversar. La respuesta petista hasta ahora ha sido despolitizada y pueril. Vayamos a los detalles.

Seleme no es un escritor ocasional. Es una figura confiable de la jefatura y sus líneas tienen el peso de la voz oficiosa de O Globo. Su visibilidad no es la misma que la de Merval Pereira o MíriamLeitão, pero sin lugar a dudas él es un hombre de la máquina.

Cada palabra del alegato parece haber sido medida y pesada con cuidado. La apertura va a lo esencial: "El odio hacia el partido ya no tiene sentido y debe ser reconsiderado si el país realmente quisiera seguir su destino como una nación soberana, democrática y tolerante". Lo esencial es el llamamiento al partido. A partir de ahí, Seleme corta incisivo:

"No hay forma de que una nación se reencuentre si el 30% de su población es sistemáticamente rechazada. Ese es el tamaño del problema que Brasil debe enfrentar y superar. Significa esa parte del país que vota y apoya al Partido de los Trabajadores bajo cualquier circunstancia. Estoy hablando de electores, no solo de los militantes. Me refiero a aquellos que creen en la política de cambio del partido, no a sus líderes".

Tácitamente, O Globo reconoce la principal marca de la izquierda, hegemonizada por el PT. Ella representa un tercio del país y no habrá entendimiento para salir del abismo en el que nos encontramos sin tener en cuenta ese inmenso contingente. El monopolio de la comunicación parece verificar: al contrario de 1964, cuando se pudo eliminar a esa porción de la sociedad y dar curso a un proyecto de desarrollo dictatorial, hoy, por las transformaciones operadas durante el último medio siglo, esto ya no es posible. Y la percepción de Seleme no es solo cuantitativa - el tamaño del segmento - sino también cualitativa: "Ese agrupamiento político, tal vez el más fuerte y sustentable de la historia partidaria brasileña, tiene que ser readmitida en el debate nacional".

El periódico muestra sus condiciones para la aproximación. Señala la existencia de corrupción en la gestión del partido, pero la disculpa. "Claro que hubo desvíos de dinero público en las gestiones de Lula y Dilma, las pruebas son abundantes y las condenas no dejan dudas. Pero el PT es más grande que eso. (...) No es posible mirar el PT y ver solo corrupción. El petismo no es sinónimo de robo, como el malufismo" ¿Qué persona sensata no estaría de acuerdo con tales palabras?

El artículo sigue reclamando la "naturaleza autoritaria" del PT. Y ejemplifica: "El intento de censurar a la prensa a través de un cierto 'control externo de los medios', de substituir la Justicia por  "instrumentos de mediación" en casos de agresión contra los derechos humanos, o cambiar la gestión administrativa por los "consejos populares".

Vamos por parte. Sobre la comunicación, si algo puede caracterizar las gestiones petistas, es su total rendición a los monopolios de los medios. No solamente los gobiernos de esa vertiente asignaron miles de millones en publicidad a la Red (R $ 8,1 mil millones para ser más exactos, según una relevamiento realizado por el sitio web Poder 360), como que en ningún momento su monopolio fue cuestionado. Al contrario.  Una propuesta de regulación del sector  elaborada por el ex ministro Franklin Martins  fue solemnemente archivada por  Dilma Rousseff. Por lo tanto, es falsa la afirmación de Seleme sobre "intentar censurar" a quien quiera que sea. La historia de "herramientas de mediación" es un delirio del periodista y la creación de consejos en los organismos públicos en nada coincide con la Constitución.

Después de reiterar el llamado planteado en la apertura del artículo - "el odio dirigido al PT ya no tiene sentido" - el redactor avanza:

 "No se puede esperar esa buena voluntad [para que el país "siga su destino como una nación soberana, democrática y tolerante"] de aquellos que portan pancartas pidiendo intervención militar y la clausura del Supremo y el Congreso, un grupejo ideológico, burro  y pequeño que forma parte de la base del presidente Jair Bolsonaro. Pero es bastante razonable tener esa expectativa en relación a todos los demás, ya sean ellos de derecha, de centro derecha o de centro".

Y luego agrega: "No se puede negar que una parte considerable de Brasil está a la izquierda. (...) El país necesita reencontrarse pronto para construir una alternativa al bolsonarismo, este es un problema grave que debe ser enfrentado por todos. Perdonar al PT no significa renunciar a las convicciones. Por el contrario, significa pavimentar caminos por los que se puede llegar al objetivo común de paz y prosperidad".

El texto combina inteligencia y cierta arrogancia. Perdón es un concepto del moralismo cristiano contrabandeado en la política. Implica la afirmación de superioridad de quién lo otorga sobre los perdonados. Si esa es la métrica, Seleme ingeniosamente construye una trampa para el PT. Aquí y no en las condicionalidades - todas en el terreno de la política - está puesto el obstáculo. La expresión da razón a los petistas para devolver la invitación con "¿Brasil perdonará a Globo?". No son pocos los "pecados" de la Red (O Globo), desde la campaña contra Getúlio en la década de 1950, la articulación del golpe de 1964, el apoyo de la dictadura, la edición del debate de Lula X Collor en 1989, la campaña por el impeachment en 2015-16 y las jornadas para la condena del ex presidente (Lula), junto con el Lava Jato.

El PT también cometió graves ataques contra los trabajadores y la democracia en 2015-16. Perpetró un fraude electoral, provocó la depresión económica más profunda en cien años hasta entonces y duplicó las tasas de desempleo en 15 meses. No hay santos - otro galardón cristiano más en esta historia - y, vale recordar, que la política no se hace con tristezas.

El hecho es que responder a Globo con flautas implica abstraer el peso del conglomerado en la vida nacional y la retirada táctica de la familia Marinho, implícita en el artículo. La empresa siempre ha negociado con los gobiernos - incluidos los del PT - detrás de las bambalinas y ahora propone un pacto a la luz del día. Este tema es particularmente importante. Y declara abiertamente: Bolsonaro llevará al país al desastre y no lo eliminaremos de la escena solo con los liberales. Necesitamos una alianza a la izquierda.

Desde que el mundo es mundo, nadie negocia cosa alguna sin contar las ventajas o poner una bravata sobre la mesa. Globo ya lo ha demostrado y los líderes y simpatizantes del PT acaban de dar satisfacción a sus burbujas, simulando una voz gruesa.

Habiendo hecho los honores y las apariencias de la casa, es un buen momento para iniciar conversaciones como gente grande. La situación en el país es gravísima, para que cada uno decida por lo que cada uno decida hacer olas en lugar de buscar salidas.

 

(*) Gilberto Maringoni, periodista, profesor de Relaciones Internacionales de la UFABC.

Fuente: https://jornalggn.com.br, 13 de julio 2020

Traducción: Carlos Abel Suárez