bitacora
ESPACIO PARA PUBLICIDAD
 
 

Trump, la guerra y la cobardía norteamericana

imagen

Por Esteban Valenti (*)

Es muy malo tener que comenzar el año escribiendo sobre los tambores de guerra, pero el asesinato de Qasem Soleimani tiene un impacto y lo seguirá teniendo,  va mucho más allá del episodio y de la región. Es el uso de asesinato selectivo, tecnológico, a distancia contra líderes de otros países por parte de los Estados Unidos.

En el ataque con drones norteamericanos cuya filmación (desde los propios drones) utilizando misiles y fuego de sus cañones, por lo tanto autorizado y promovido por las autoridades USA, asesinaron también a Abu Mahdi al-Muhandis, el líder adjunto del Comité de Movilización Popular (PMC) de Iraq, el organismo que supervisa las  múltiples fracciones de milicias chiíes de Iraq, era el dirigente de la milicia más influyente de Irak, Kata'ib Hezbollah, lo que le convertía en la figura más poderosa de las milicias iraquíes. Ambas figuras fueron fundamentales, primero en la resistencia y luego en la derrota del califato creado por el ISIS.

Ahora el parlamento de IRAK exige la retirada inmediata de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de su territorio y en IRAN se ha desatado una furia popular sin precedentes, con decenas de millones de personas manifestando en todo el país. Nunca se estuvo tan cerca de la guerra entre los EE.UU. e Irán y la explosión del polvorín regional.

¿Por qué el bravucón, provocador, pero charlatán de Trump pasó de sus tuits y declaraciones provocativas a emprender una acción tan grave? Sondear en esa cabeza delirante y de tan bajo nivel político y diplomático es realmente difícil, incluso para sus colaboradores. Pero hay que intentarlo, junto con un análisis de las posibles consecuencias. No se trata de una crisis local, ya se pronunciaron duramente Rusia y China, condenando la acción.

Trump ha sido acusado por la Cámara de Diputados de los EE.UU. de favorecer sus intereses políticos personales violando la ley y la Constitución y se inició un proceso de Empeachment. Es el tercer presidente en toda la historia de los EE.UU. a enfrentar este proceso, que ahora a pasado al Senado.

A nivel mundial, de los líderes y de la opinión pública, ningún presidente de los EE.UU. tuvo una peor imagen. Hasta asistimos a burlas de parte de sus pares de los países aliados. No lo tomaban muy en serio, porque vivía amenazando y poco más. Ahora pasó a la acción, y golpeando muy arriba y muy hondo en su escalada. Y declaró pocas horas después que tenían localizados 52 blancos dentro de Irán, incluyendo reliquias arqueológicas y arquitectónicas. Es decir, una escalada con una violación total de los convenios internacionales sobre las guerras. Trump se siente inmune.

A nivel nacional, el belicismo cobarde del presidente norteamericano, que sin arriesgar ni siquiera un piloto o un solado, asesina decenas de personas a distancia, tiene un impacto importante para sus seguidores y algo más. Exacerba lo peor del público norteamericano, sus sentimientos más bajos y primitivos. Y que los tienen, los tienen.

Y hacia allí apunta Trump, así como hacia sus aliados burlones, y a sus enemigos globales.

Hay que asumir que Trump pasó de escribir cualquier cosa irresponsable, a hacer cosas tan o más irresponsables. Y eso nos afecta a todos, en cualquier rincón del mundo.

Es además, el ejercicio sin honor y sin límites de la superioridad tecnológica y de inteligencia. Sabían de la llegada al aeropuerto de Bagdad del general iraní y lo atacaron con sus drones, posicionados en sus bases en Irak o su flota en el Golfo Pérsico.

Es burro, es irresponsable, pero sabe perfectamente que ese tipo de acciones afecta todavía más su imagen mundial, pero no le importa, al contrario. Quiere profundizar la fractura entre la opinión pública norteamericana más atrasada y belicista y la del resto del mundo. Y ese es el factor más peligroso, porque lleva a una escalada de incalculables consecuencias bélicas.

Turquía, decidió aumentar su presencia militar en Corea del Norte, que no necesita muchos incentivos para afirmar estar planeando hacer algo grande y provocativo, los líderes del sur de Yemen se han retirado de las conversaciones de paz con el gobierno yemení, posiblemente para reabrir ese frente en la guerra de Yemen.

El asesinato del líder iraquí Kata'ib Hezbollah, ya está determinando una escalada en Irak que ya estaba al borde del caos más completo, ya que las calles se han llenado de manifestantes indignados por la corrupción, la ineficacia del gobierno y la influencia extranjera y que exigen un cambio político completo. La respuesta violenta del gobierno iraquí, probablemente encabezada por las Milicias de Movilización Popular, ha provocado la muerte de cientos de personas y finalmente ha forzado la renuncia del primer ministro iraquí Adil Abdul-Mahdi. Pero la política iraquí es tan caótica que Abdul-Mahdi permanece en el cargo como primer ministro interino porque los líderes políticos iraquíes no han podido acordar un sustituto. Ese es el contexto, al menos parcial, en el que se han producido los recientes acontecimientos.

Paralelamente al colapso político de Irak, el país ha experimentado una escalada de violencia con la participación de las diversas milicias. Eso incluye los ataques con cohetes contra bases militares iraquíes donde están estacionadas las fuerzas estadounidenses, y también incluye ataques aéreos esporádicos, no atribuidos pero probablemente llevados a cabo por Israel (y/o Arabia Saudi, pero probablemente Israel), a bases de las milicias y los arsenales escondidos de armas. Los líderes de las milicias han culpado a Estados Unidos de ayudar o, al menos, permitir estos ataques.

La tensión entre Estados Unidos e Irán ha ido creciendo desde que Trump rompió el año pasado el acuerdo nuclear con Irán de 2015, lo que ya ha provocado varios incidentes violentos en y el Golfo Pérsico. Toda la región vive una situación de extrema tensión y obviamente la posibilidad que se concrete un acuerdo en Afganistán con los talibanes para un alto el fuego se está evaporando rápidamente.

Lo que podemos estar seguros es que Irán no se quedará en las protestas, la presión y el odio popular es enorme y las variantes son múltiples. Lo que es seguro es que todas las restricciones impuestas en su programa nuclear se hicieron añicos y eso no augura nada bueno, a medio plazo.

Cualquier choque directo EE.UU.-Israel con Irán y sus aliados puede tener consecuencias muy graves. Hay que recordar que Israel no logra formar un gobierno estable después de dos elecciones y que Benjamín Netanyahu no es precisamente un pacifista, sino todo lo contrario y que estas tensiones mejoran su posición política interna. Sus declaraciones belicistas contra Irán han sido constantes.

En el análisis de la situación regional, que involucra directamente o puede impactar a corto plazo contra Irán, Irak, Siria, Turquía, Yemen, Libia, Arabia Saudita e Israel es fundamental, pero la componente interna de los EE.UU. el Empeachment, el nivel de histeria belicista en cierta parte de la opinión pública conservadora, xenofoba y racista de los norteamericanos, como un factor extremadamente peligroso. No hace falta que se manifiesten en las calles, su humor lo recoge sistemáticamente las grandes encuestadoras, incluyendo el apoyo a Trump.

En medio de tantas banalidades veraniegas, a veces llevadas al extremo por los medios locales, sería bueno que los uruguayos, a pesar de las vacaciones, le pusiéramos un ojo y medio y los dos oídos a esta espiral bélica y sus posibles derivaciones mundiales.

Sin olvidar brindarle un poco de preocupada atención sobre el irresponsable Primer Ministro de Australia el liberal Scott Morrison, que sigue negando el cambio climático y mostrando una total inoperancia en el combate a la más grande serie de incendios en ese país-continente.

 

(*) Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITACORA. Uruguay.