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La importancia de los cuadros para la izquierda

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Por Esteban Valenti (*)

La historia de las izquierdas desde su nacimiento se podría escribir en base a la historia de sus cuadros, de sus principales figuras políticas, intelectuales, culturales. ¿Alguien tiene dudas?

Lo mismo podría decirse de todas las grandes corrientes políticas, pero en el caso de la izquierda llegamos incluso al nivel de denominar algunas de sus principales corrientes con el nombre de pensadores y autores políticos, aunque sus aportes los llamamos "ciencias".

La imagen de una izquierda primitiva y amorfa como una masa plana y sin figuras, es además de una falsedad que no se corresponde en absoluto con la historia, es una visión derrotista y muy peligrosa, que existe en los sectores más atrasados y burros de la izquierda. Esas opiniones las he escuchado y discutido.

Las izquierdas en Uruguay, como en todo el mundo tienen una larga lista de cuadros dirigentes a los diversos niveles que marcaron su actividad política, sindical, cultural, parlamentaria, la labor ideológica y editorial. Hoy vivimos un momento particular. Del nivel y calidad de esos cuadros políticos dependió el nivel de toda la política nacional y fue un aporte fundamental al nivel cultural general del Uruguay.

En la izquierda nunca tuvimos tantos votos (al menos en las tres últimas elecciones nacionales y municipales) y sin embargo desde hace tiempo asistimos a un descaecimiento, un empobrecimiento del nivel de nuestros cuadros. Ahora incluso ha surgido la idea de incorporar la formación de cuadros a las actividades orgánicas del propio Frente Amplio. No es una mala iniciativa, pero es totalmente parcial.

Los cuadros en cualquier orden de la vida, en particular en la más difícil y compleja de las actividades, la política es decir la lucha por el poder y su ejercicio, dependen de un conjunto de factores combinados y muy exigentes. Es obvio que dependen en primer lugar del nivel educativo e intelectual del conjunto de la sociedad.

En una sociedad que no lea, que no estudie e investigue en las diversas disciplinas en especial en las ciencias sociales, que no tenga una rica base cultural, no será posible que se genere una isla de políticos capaces, inteligentes y cultos. Esa es la base, y también es por ello que el Uruguay tuvo cuadros dirigentes políticos de muy buen nivel.

Es notorio que la izquierda mejoró sensiblemente el conocimiento del funcionamiento del Estado en todos sus niveles, porque desde hace 28 años ocupa cargos importantes a nivel departamental y 13 años a nivel nacional. Pero cuando esos conocimientos del funcionamiento institucional y de las actividades de gobierno no se acompañan de un proceso de desarrollo en los niveles del pensamiento político, de la cultura general y en especial de las ideas, se generan procesos muy negativos, la burocratización de la política. La política de los funcionarios.

Pero en este sentido tiene particular importancia una advertencia de Antonio Gramsci: "El realismo político "excesivo" (y por consiguiente superficial y mecánico) conduce frecuentemente a afirmar que el hombre de Estado debe operar sólo en el ámbito de la "realidad efectiva", no interesarse por el "deber ser" sino únicamente por el "ser". Lo cual significa que el hombre de Estado no debe tener perspectivas que estén más allá de su propia nariz".

"El político de acción es un creador, un suscitador, más no crea de la nada ni se mueve en el turbio vacío de sus deseos y sueños. Se basa en la realidad efectiva, pero, ¿qué es esta realidad efectiva? ¿es quizás algo estático e inmóvil y no sobre todo una relación de fuerzas en continuo movimiento y cambio de equilibrio? Aplicar la voluntad a la creación de un nuevo equilibrio de las fuerzas realmente existentes y operantes, fundándose sobre aquella que se considera progresista y reforzándola para hacerla triunfar, es moverse siempre en el terreno de la realidad efectiva, pero para dominarla y superarla (o contribuir a ello). El "deber ser" es por consiguiente lo concreto o mejor, es la única interpretación realista e historicista de la realidad, la única historia y filosofía de la acción, la única política."

Y no hablo solo de los funcionarios como empleados del Estado, sino también a nivel de los partidos.

Este proceso de empobrecimiento de nuestros cuadros que puede analizarse a nivel de los discursos, de las declaraciones a la prensa, de los debates, de la exposición de las ideas, de los libros o artículos de prensa ¿cómo se produjo y por qué?

Es posible que para muchos esta sea una versión negativa creada por mi imaginación o la de unos cuantos descontentos, si es así, no hay nada que agregar, sigan por este camino, con este clima intelectual y político confiando en que los votos nos seguirán premiando y asegurando la renovación en el poder, como si ese fuera el único objetivo, casi obsesivo.

La política es en primer lugar cultura, capacidad de razonamiento, talento, audacia intelectual y condiciones para transmitir esos conocimientos y aptitudes a los propios partidos y hacia la sociedad. Políticos capaces, inteligentes, estudiosos, talentosos podrán proponerse proyectos avanzados y ambiciosos y hacer avanzar a sus sociedades. Los otros tendrán la tendencia natural a rebajar todo a su propio nivel.

Por ejemplo en la visión de Gramsci, los cuadros constituyen el elemento fundamental de un partido político revolucionario: "Se habla de capitanes sin ejército, pero en realidad es más fácil formar un ejército que formar capitanes. Tan es así que un ejército ya existente sería destruido si le llegasen a faltar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes, acordes entre sí, con fines comunes, no tarda en formar un ejército aún donde no existe"

Los cuadros políticos, los dirigentes políticos - yo no establezco una frontera entre estas categorías - porque considero que en realidad se trata de un proceso continuo, tienen una base propia de conocimientos y capacidades profesionales, intelectuales pero también es cierto que hay militantes humildes, sin mayores estudios que pueden alcanzar altos niveles en sus capacidades políticas y ser grandes capitanes.

Eso depende del clima intelectual, del nivel que se construye en las diversas organizaciones, en los debates internos, en la exigencia de estudio y análisis de los temas, en combinar las diversas capacidades. Pero también es cierto es que cuando se desprecia, se le quita valor a los intelectuales, a los profesionales no se contribuye por cierto a formar cuadros.

La política, la comunicación política, el manejo de los temas estatales e institucionales, las especializaciones en ciencias sociales asociadas a las actividades políticas son -o deberían ser - cada día más exigentes. Por el avance de la cultura universal, de la investigación de las propias ciencias sociales.

Para ello hay que contribuir desde el debate y la vida de las propias organizaciones a crear un clima que obligue, que favorezca el estudio, el rigor, el análisis, la preparación y no el talenteo y las disputas por el poder como la principal referencia.

Hay que asumir que la política es esencialmente competencia, con los enemigos, con los adversarios, pero también con los aliados y dentro de los propios partidos, no es una tabula rasa donde rige el amor angelical, pero tampoco debería promover un clima de guerra abierta y total. Pero la sana competencia por las capacidades y habilidades, sin triquiñuelas, con lealtades y principios es también un clima que favorece la formación de los cuadros. Asumiendo que las líneas divisorias, son muy sutiles.

Hay una materia, una zona particularmente sensible e importante en estos tiempos, la formación en la moral, en la ética, en los valores que no puede ser una materia, es una forma de vida estrechamiento vinculada a la lucha, al contacto con los problemas de la gente, de los humildes, de los trabajadores. También es formativo un clima político y moral de exigencia sobre todos los temas, en particular en el manejo del poder y del respeto no solo de las normas legales sino de los más elementales principios. No hay recetas, hay que construir una nueva alerta, ante una de las principales armas de la reacción y la conservación, la corrupción.

En la formación de cuadros, no hay dogmas, no hay esquemas que funcionen, no hay un recetario o un menú, hay sobre todo el ejercicio concreto del espíritu crítico, de la autocrítica actuada con naturalidad y constancia.

Importa desarrollar la amplitud de razonamiento, que considera los argumentos negativos y positivos, que los valora con independencia de criterio, sin devociones y que busca lo nuevo, que no acepta lo viejo y repetitivo como un cerco.

Un ejemplo de la complejidad de formar en ese razonamiento lo exponen Portantiero y Aricó: "El maquiavelismo, al igual que la política de la filosofía de la praxis ha servido para mejorar la técnica política tradicional de los grupos dirigentes conservadores; pero esto no debe enmascarar su carácter esencialmente revolucionario"; en todo caso nos corresponde asumir la parte que nos corresponde en la demora por apropiarnos de Gramsci y sus aportes teóricos facilitando la labor de tantos"

Otro de los aprendizajes que estos años de crisis del socialismo real y de muchas formas tradicionales de la izquierda nos debería aportar es el combate contra la obediencia, contra la sumisión intelectual y política a los líderes, a los dirigentes. Ese clima lejos de formar cuadros, forma poleas de transmisión que se integran a un sistema decadente. La responsabilidad de los dirigentes en este frente es enorme.

De la calidad política, intelectual y moral de los cuadros que se forjen en la lucha, en la práctica, en el estudio y en el clima de las organizaciones de izquierda, dependerá el nivel de nuestros logros y avances. No hay otras recetas.

Vale más que nunca la frase de Aristóteles: "La excelencia moral es el resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía". Con un pequeño agregado, exactamente lo mismo funciona al revés, la inmoralidad es también el resultado del hábito...

  (*) Periodista, escritor, director de uypress.net y de bitacora.com.uy - Uruguay


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