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Trump denuncia el acuerdo nuclear con Irán (I)

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Por Emma Wilde Botta y Silvie Kauffmann (*)

Las consecuencias de la denuncia del acuerdo nuclear con Irán

Emma Wilde Botta

El anuncio de Donald Trump de que los EE.UU. se retiran del acuerdo nuclear con Irán de 2015 y vuelven a imponer sanciones económicas intensificarán los conflictos geopolíticos en la región y amenazan con provocar una guerra más amplia en la región y posiblemente el mundo.

En una conferencia de prensa el 8 de mayo, Trump calificó el acuerdo nuclear de 2015 de "defectuoso en su núcleo". Citó como prueba documentos de la inteligencia iraní hechos públicos por Israel el 30 de abril.

En una presentación de esos documentos la semana pasada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu afirmó que demuestran concluyentemente que Irán continúa desarrollando un programa de armas nucleares a pesar del acuerdo de 2015 negociado con la administración Obama junto con otras cinco potencias.

Pero de acuerdo con el informe de noviembre de 2017 de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA)  [ 1 ] , que se encarga de supervisar el cumplimiento iraní del acuerdo, no hay indicios de que Irán lo haya violado.

De hecho, las "pruebas" de Netanyahu se referían a antiguos esfuerzos nucleares de Irán  [ 2 ] y no demostraban que Irán estuviera produciendo armas nucleares o violase de otra manera el acuerdo de 2015.

En realidad, los EE.UU. son el único país que no han cumplido los términos del acuerdo de 2015, como consecuencia de la decisión de Trump de reinstaurar las sanciones económicas que han infligido a millones de iraníes dificultades económicas. El objetivo de la administración Trump parece ser, según un diplomático europeo  [ 3 ], para "romper el régimen" estrangulándolo económicamente.

Inmediatamente después del anuncio de Trump, el presidente de Irán, Hassan Rouhani respondió que Irán, por ahora, mantenía su parte del acuerdo con los demás países que habían firmado  [ 4 ]. Sin embargo, si otros países denuncian el acuerdo, Irán se prepararía para reiniciar el enriquecimiento industrial de uranio.

La mayoría de los aliados de Estados Unidos están molestos con la decisión de Trump. El presidente de Francia Emmanuel Macron twitteo: "Francia, Alemania y el Reino Unido lamentan la decisión de Estados Unidos de abandonar el JCPOA [Plan Integral de Acción Conjunto]. El régimen de no proliferación nuclear está en juego".

Netanyahu, por supuesto, aplaudió a Trump, llamando a la denuncia del acuerdo de Estados Unidos un "paso histórico"  [ 5 ].

En Irán, los críticos conservadores de las concesiones realizadas durante la negociación utilizarán la denuncia del acuerdo por parte de Trump para acusar al primer ministro Rouhani de débil e ingenuo en sus relaciones con los EE.UU., y culparle del empeoramiento de la situación económica que se producirá.

El acuerdo nuclear de 2015 fue negociado entre Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (EE.UU., China, Francia y Rusia, junto con Alemania) conocidos como P5 + 1.

Después de años de conversaciones, Irán accedió a una reducción del 98 por ciento de sus reservas de uranio enriquecido  [ 6 ]  y a una moratoria de 15 años en el desarrollo de la infraestructura de este tipo de armas. A cambio, se levantaron la mayoría de las sanciones económicas contra Irán, permitiendo al país reintegrarse a la economía mundial, incluyendo la exportación de petróleo.

El acuerdo marcó supuso un cambio decisivo en la estrategia de Estados Unidos hacia Irán. Como Ashley Smith describió para la International SocialistReview[ 7 ] , el predominio de Estados Unidos como la única superpotencia del mundo comenzó a descomponerse con el fin del boom económico neoliberal de la década de 1980 a 2008. En el nuevo "orden mundial asimétrico y multipolar", los EE.UU. y su competidor global, China, contienden por el poder en Asia, mientras que sus rivales regionales como Rusia e Irán tratan de expandir su influencia, sobre todo en las zonas donde el control imperial de Estados Unidos se había debilitado.

Una serie de derrotas militares han obstaculizado los esfuerzos de Estados Unidos para establecer su orden en el Oriente Próximo, una región geopolíticamente vital dados sus enormes recursos energéticos. La administración Bush pretendió tras el éxito de la invasión de Irak "cambiar los regímenes" en Irán y Siria. Sin embargo, la resistencia iraquí a la ocupación de Estados Unidos obligó a un cambio de planes.

En 2011, los levantamientos de la primavera árabe desestabilizaron una serie de regímenes del norte de África y Oriente Próximo, obstaculizando los planes de Washington.

El gobierno de Estados Unidos dijo apoyar los levantamientos populares en Túnez y Egipto, mientras ayudaba a Bahrein a aplastar sus movimientos de resistencia. La desastrosa intervención de la OTAN en Libia terminó en el vergonzoso suceso en el que el embajador de Estados Unidos fue arrastrado fuera de la embajada y asesinado. Esta experiencia distanció aun más a los EE.UU. de la política de la administración Bush de "cambio de régimen", sustituida por una política de "estabilización de regímenes".

Los EE.UU. negociaron el acuerdo nuclear de 2015 desde una posición de relativa decadencia imperial y en el contexto de estos acontecimientos en el Oriente Próximo y el Norte de África.

Excluido el "cambio de régimen" en Irán después de la desastrosa invasión de Irak de la administración Bush, los EE.UU. pasaron del aislamiento hostil a un acercamiento prudente con Irán. El gobierno de Obama se conformó con un acuerdo que esencialmente concede el acceso sin restricciones a inspecciones de las instalaciones de Irán, y proporciona un pretexto para ataques preventivos si hay el menor indicio de falta de cumplimiento, real o supuesta.

En ese momento, el acuerdo nuclear fue condenado por los halcones y derechistas en EE.UU. como una capitulación. Muchos en la izquierda anti guerra, por el contrario, lo saludaron como un paso hacia la paz. En realidad, el acuerdo era una expresión diplomática de los intereses del imperialismo estadounidense  [ 8 ], que emplea diversas sutilezas diplomáticas o la guerra en base a las necesidades del momento.

Aunque los medios pueden ser diferentes, los objetivos finales son los mismos. Los EE.UU. tiene como objetivo controlar el flujo de petróleo de Oriente Próximo, satisfacer a su aliado Israel, frenar la creciente influencia de Irán en la región y proteger su monopolio de las armas nucleares y el de sus aliados.

En la pasada década, Irán ha emergido como una potencia regional. Las intervenciones de Estados Unidos en el Oriente Próximo han fortalecido secundariamente a Irán al acabar con Saddam Hussein en Irak y debilitar a los talibanes en Afganistán, ambos rivales del estado iraní.

La sangrienta intervención militar de Irán en Siria para salvar el régimen de Bashar al-Assad ha cimentado una alianza mutuamente beneficiosa. Irán es cada vez más influyente en la "media luna chiíta" que va de Hezbolá en el Líbano, a través de Siria e Irak, a Irán, y sus aliados en Afganistán y Yemen.

En respuesta a estos acontecimientos, Israel ha tratado de contener a Irán mediante su participación interpuesta en la guerra de Siria. Y Arabia Saudí, aliado de Estados Unidos, en un esfuerzo para construir un bloque de estados sunitas para contrarrestar la influencia de Irán, también participa en esta guerras interpuesta y en  maniobras políticas -de Siria a Líbano y Yemen  [ 9 ]-  para contener a Irán.

Tanto Israel como Arabia Saudí se han felicitado del giro de Trump, abandonando la estrategia de Obama, que buscaba poner fin a las sanciones contra Irán, a cambio de su aceptación de límites estrictos para sus programas nucleares.

Mientras tanto, incluso cuando las fuerzas interpuestas aliadas de los EE.UU. e Irán están en lados opuestos en Siria, las dos potencias a menudo han colaborado en Irak para contener a los enemigos comunes que amenazan al gobierno federal de Irak, que está alineado con Irán.

La denuncia del acuerdo con Irán puede ser una manera de estrechar lazos entre Trump, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el príncipe heredero saudí Mohammadbin Salman.

Desde el comienzo de su presidencia ,Trump ha adoptado un agresivo nacionalismo y militarismo de  "AmericaFirst"('América primero'). Ha llenado su gobierno de proteccionistas y halcones que defienden la confrontación con Corea del Norte, Irán y China [ 10 ] .

El asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, recientemente nombrado, ha abogado públicamente por llevar a cabo ataques preventivos y un "cambio de régimen" en Irán  [ 11 ]. Y Mike Pompeo, el ex director de la CIA y recientemente nombrado Secretario de Estado, también ha defendido la denuncia del acuerdo nuclear.

La retirada unilateral del acuerdo enfrenta a los EE.UU. con sus aliados europeos Francia, Gran Bretaña y Alemania. El acuerdo nuclear sigue técnicamente vigente, siempre y cuando el resto de los P5 + 1 no reinstauren las sanciones.

Las empresas europeas, sin embargo, tendrán que poner fin a su operaciones en Irán dentro de 90 a 180 días o correr el riesgo de ser sancionadas por Estados Unidos  [ 12 ], que prohíbe a las empresas y los bancos internacionales que hacen negocios con Irán acceso a los mercados y el sistema bancario de Estados Unidos. Los EE.UU. han tomado la iniciativa y ahora presiona a sus aliados europeos para que asuman sus decisiones.

En la medida en que EE.UU. busca negociar un acuerdo nuclear con Corea del Norte, es difícil predecir el impacto de la denuncia de Trump de un acuerdo de este tipo con Irán.

El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-un, puede decidir que es el momento de exigir concesiones adicionales, pensando que no tiene mucho que perder si los EE.UU. denuncian un acuerdo en un par de años. Y algunos en el círculo interno de Trump están preocupados de que el afán de Trump por llegar a un acuerdo con Corea del Norte podría dar lugar a un acuerdo poco favorable  [ 13 ]: -exactamente lo que dijo Trump del acuerdo de Obama con Irán.

El giro de Trump de la búsqueda de estabilidad en Oriente Próximo a la hostilidad abierta con Irán allana el camino para un mayor conflicto y caos en la región. Los principales beneficiarios en este momento son los sectores más militaristas de Estados Unidos, la alianza entre Israel y Arabia Saudí y los conservadores más reaccionarios en Irán.

El mayor peligro inmediato es el del pueblo iraní, que se enfrentan a la reintroducción de las sanciones económicas que previamente han devastado su economía y les han desabastecido de productos de primera necesidad.

Como puso de manifiesto la ola de protestas contra el gobierno y las huelgas obreras en Irán el pasado mes de diciembre y enero [ 14 ] , el pueblo de Irán no es un mero espectador pasivos de las crisis económicas y políticas que convulsionan su sociedad.

Trump acusa a Irán de "intromisión" en toda la región, pero son los EE.UU. los que ha enviado tropas a la otra parte del mundo para luchar en una serie de conflictos alrededor de Irán.

La decisión de Trump para despejar el camino diplomático para intensificar la guerra económica - y potencialmente una confrontación militar- es la amenaza más peligrosa para la paz en Oriente Próximo y en el mundo, así como una clara violación de la soberanía de Irán.

Notas:

[1] https://www.cbsnews.com/news/iran-complying-nuclear-deal-iaea-says-donald-trump-united-nations/

[2] https://www.vox.com/world/2018/4/30/17303576/netanyahu-iran-deal-speech-amad

[3] https://www.nytimes.com/2018/05/08/us/politics/trump-iran-nuclear-deal-news-analysis-.html

[4] https://www.vox.com/2018/5/8/17332830/iran-deal-rouhani-announcement-trump-netanyahu

[5] https://www.pbs.org/newshour/world/watch-netanyahu-praises-trump-for-withdrawing-from-iran-nuclear-deal

[6] https://abcnews.go.com/International/history-made-world-powers-iran-reach-nuclear-accord/story?id=32330942

[7] FEES (artículo 38825), El orden mundial asimétrica - rivalidad interimperial en el siglo XXI .

[8] https://socialistworker.org/2015/07/23/keeping-the-nukes-for-the-empire-only

[9] https://socialistworker.org/2017/11/16/turmoil-in-americas-favorite-kingdom

[10] https://edition.cnn.com/2018/05/08/politics/north-korea-iran-deal-donald-trump/index.html

[11] https://www.nytimes.com/2015/03/26/opinion/to-stop-irans-bomb-bomb-iran.html?

[12] https://www.nytimes.com/2018/05/08/world/middleeast/trump-iran-nuclear-deal.html

[13] https://edition.cnn.com/2018/05/08/politics/north-korea-iran-deal-donald-trump/index.html

[14] https://socialistworker.org/2018/01/10/the-new-resistance-in-iran

https://socialistworker.org/2018/05/09/trump-moves-iran-back-into-the-crosshairs

 

La denuncia del acuerdo dinamita el sistema multilateral

Por Sylvie Kauffmann(*)

En su brutalidad, Donald Trump ha tenido el martes, 8 de mayo un detalle asombrosamente delicado: prevenir por teléfono a Emmanuel Macron, su "amigo", "perfecto", de su decisión de denunciar el acuerdo nuclear con Irán. Él, el presidente de los malos modales, la tuitero compulsivo, el rey de los "hechos alternativos" ha querido, curiosamente, respetar las formas. Como un momento incongruente de cortesía, antes de dejar caer una bomba.

El presidente francés no se ha dejado engañar. La brevedad del comunicado del Elíseo habla del carácter gélido de esta conversación telefónica: un 8 de mayo por otra parte, de desafortunada coincidencia: "Los dos presidentes discutieron temas relacionados con la paz y la estabilidad en el Oriente Próximo". Escuetamente se da a entender que con la decisión esperada, esta paz, ya bastante perturbada, puede convertirse en una verdadera guerra y engullir una región más cercana a  Europa que a Estados Unidos.

Como una bomba de racimo, la decisión de Donald Trump también afecta a sus aliados europeos y al orden internacional liberal del que son los mayores defensores.

Una lógica brutal de superpotencia

El candidato electo con el lema "América primero" desde su llegada al poder ha abierto las hostilidades con la retirada de los Estados Unidos del Acuerdo sobre el Clima de París. Más tarde denunció el tratado de libre comercio Trans Pacífico (TPP Trans-PacificPartnership), y recientemente ha decretado impuestos sobre las importaciones de acero y aluminio, en violación de las normas comerciales internacionales.

La culminación de esta lógica de fuerza bruta, la denuncia del "JCPOA" nombre técnico del acuerdo sobre el nuclear iraní (Plan Integral de Acción Conjunto), dinamita el sistema multilateral que rige las relaciones internacionales desde el final del Segundo Guerra Mundial. un sistema, debe recordarse, creado por los Estados Unidos.

¿Por qué esta denuncia es más grave que las anteriores? Porque se trata de la seguridad y la proliferación nuclear en una zona particularmente peligrosa. Porque destruye los grandes esfuerzos diplomáticos de tres países europeos - Francia, Alemania y el Reino Unido - que durante cuatro meses, junto con la diplomacia de EE.UU.,  han intentado salvar un acuerdo sin duda imperfecto, pero considerado por los mismos diplomáticos como el mejor medio para impedir que Irán construya su bomba nuclear.

Porque, finalmente, se pulveriza un principio fundamental del derecho internacional: pacta suntservanda. Los tratados deben ser respetados.

Unidad de los europeos

Para los europeos, es una sonora bofetada. Iniciativa Europea, el JCPOA es el resultado de una década de negociaciones duras y difíciles, fruto de la diplomacia multilateral, firmado en julio de 2015 por los tres países del Viejo Continente ya mencionados, Irán, Estados Unidos, China Rusia y la Unión Europea (UE).

Estaba, como ha señalado la declaración conjunta emitida por la tarde por Macron, la canciller alemanaAngela Merkel, y la primera ministra británica, TheresaMay, respaldado por una resolución adoptada por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU.

El presidente francés lo ha defendido sin tapujos, comprometiendo su capital político. Merkel le ha seguido inmediatamente después a Washington para abogar por la misma causa, así como el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, que acababa de deshacerse en  halagos en "Fox & Friends", el programa favorito de Trump, cuando este ya había tomado su decisión. A los esfuerzos europeos, el llamamiento del Secretario General de la ONU Guterres y el respeto al derecho internacional, el presidente de Estados Unidos ha preferido la manipulación de los medios del líder israelí, Benjamin Netanyahu, y la fuerza sin más.

¿Y ahora? Tozudamente, París, Berlín y Londres dicen mantener su línea y sus esfuerzos con Irán: su unidad es bienvenida. Sin embargo, se ha abierto una grave crisis en las relaciones transatlánticas, más grave que la de la guerra de Irak en 2003: Europa entonces se dividió entre los países que se sumaron a la aventura de Washington en Irak y los que la criticaron.

Crisis del sistema internacional

Además de las fuertes tensiones comerciales entre Washington y Bruselas, la crisis iraní enfrenta a los Estados Unidos con Europa en temas tan fundamentales que cabe preguntarse si todavía hay una comunidad transatlántica.

Cuando se prepara otra negociación sobre la desnuclearización de la península coreana, el sistema internacional ve muy debilitada la credibilidad de sus instituciones, cuestionadas en el mismo momento en que deben ser garantes de procedimientos de verificación y desmantelamiento. Quienes las cuestionan son Pekín y Moscú.

Experto de la ONU en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), el británico Richard Gowan preveía hace unos días un "deterioro masivo de la atmósfera" del Consejo de Seguridad en caso de retirada de Estados Unidos del JCPOA y "daños terribles" de la política europea en la ONU. Así estamos, en lo que la diplomática francesa Janaina Herrera llama "la era de la brutalización de la diplomacia".

El 9 de mayo, Día de Europa y el aniversario de la Declaración Schuman de 1950, el presidente Macron fue a Aquisgrán. Allí se encontrará el jueves en la catedral con la canciller Merkel, con la que asistirá a la misa de la Ascensión, antes de recibir el Premio Carlomagno. Veinticuatro horas de reflexión y de historia europea compartida para un eje franco-alemán puesto a prueba por el retorno de potencia bruta y el equilibrio de fuerzas: rara vez la misión de la UE ha estado tan lejos del "fuego y furia" de más allá del Atlántico.

http://www.lemonde.fr/idees/article/2018/05/09/le-retrait-de-l-accord-sur-le- nuclear iraní-dinamita-la-sistema-multilateral_5296386_3232.html

Contratos por valor de miles de millones en peligro

La decisión de Donald Trump para restaurar las sanciones contra Irán afecta a  empresas de Estados Unidos, pero también a las de Europa que habían comenzado a operar con Teherán.

Además de los fabricantes de aviones Boeing y Airbus, el conglomerado industrial General Electric y los fabricantes alemanes de Volkswagen y franco japonés Renault-Nissan podrían verse afectados por la decisión de los Estados Unidos de denunciar el acuerdo, que han insistido en que las empresas europeas cumplan también las sanciones.

El asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, dijo que el restablecimiento de sanciones por parte de Estados Unidos entra en vigor "inmediatamente" para los nuevos contratos y las empresas ya presentes en Irán, que tendría unos meses para "salir". De acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos, el tiempo varía entre noventa y ciento veinte y cuatro días. Varias empresas habían recibido después de la firma del acuerdo con Irán en 2015 licencias especiales del Tesoro de Estados Unidos para comerciar con Irán.

Las empresas alemanas deben cesar sus actividades en Irán "inmediatamente", según pidió el martes el embajador estadounidense en Alemania.

Boeing y Airbus pierden miles de millones

Los contratos firmados por Boeing y Airbus son los más importantes. Teherán desea modernizar su envejecida flota después de años de aislamiento económico. Boeing yIran Air, la compañía aérea iraní, habían firmado en diciembre de 2016 su mayor contrato en casi cuarenta años para la compra de 80 aviones por valor de 16,6 mil millones de dólares. Pero la entrega del primer avión, que estaba prevista para finales de 2018, se pospuso hasta el anuncio del martes.

Boeing también había finalizado un contrato por valor de 3 mil millones de dólares para la venta de 30 737 MAX a la compañía iraní Aseman. Se esperaba la entrega entre 2022 y 2024. Boeing había explicado que estos contratos permitirían mantener "decenas de miles" de empleos en los Estados Unidos, pero el martes anunció que respetará la decisión de la Casa Blanca de restaurar las sanciones.

Por su parte, Airbus había recibido órdenes de compra de varias aerolíneas iraníes (Iran Air Tours, Zagros Airlines) de 100 aviones, incluyendo A320neo, por valor de casi 10 mil millones de dólares. El miércoles, el Ministro de economía francés Bruno Le Maire, dijo que era "inaceptable" que Estados Unidos actuaran como el "policía económico del mundo" y denunció la denuncia del acuerdo como un "error", tanto económicamente como desde el punto de vista de la seguridad internacional.

Fábricas en los EE.UU.

El fabricante de aviones europeo tiene fábricas en los Estados Unidos, y un número importante de piezas instaladas en sus aparatos se fabrican en suelo estadounidense, sometidos automáticamente a las sanciones de Estados Unidos. En general, es un golpe para la industria de la aviación, porque Irán necesitará entre 400 y 500 aviones en la próxima década, según la Organización de Aviación Civil iraní.

En el caso de General Electric, varias de sus subsidiarias ubicadas fuera de los Estados Unidos han recibido contratos por valor de decenas de millones de dólares para la explotación de yacimientos de gas y el desarrollo de productos petroquímicos.

La petrolera francesa Total, asociada con la empresa china CNPC, firmó un acuerdo para una inversión de $ 5 mil millones para operar el yacimiento de South Pars, pero advirtió que el acuerdo depende de la posición de Washington sobre Iran.

La industria automotriz y el turismo afectados

El Grupo Volkswagen, fabricante de automóviles alemán, anunció en 2017 que comenzaría a vender automóviles en Irán, por primera vez en diecisiete años, pero ahora podría verse obligado a elegir entre Irán y los EE.UU., el segundo mayor mercado de automóviles, donde tiene una fuerte presencia. La francesa Renault, que vendió más de 160.000 vehículos en Irán el año pasado, también podría verse afectada debido a la presencia de Nissan en Estados Unidos.

Su compatriota PSA ya está bien establecida en Irán, donde cuenta con una cuota de mercado del 30%. Ausente de los Estados Unidos desde 1991, PSA había anunciado en enero un servicio de coches compartidos en una o dos ciudades de Estados Unidos a los que puede tener que renunciar.

British Airways y Lufthansa, que había reanudado vuelos directos a Teherán, tendrá que cerrar estas líneas si quieren seguir operando sin problemas sus vuelos transatlánticos. Lo mismo ocurre con la cadena de hoteles francesa Accor, que abrió un hotel en Irán en 2015, la cadena española Meliá Hoteles y el grupo emiratíRotana hoteles, que había anunciado planes para establecerse en Irán.

http://abonnes.lemonde.fr/international/article/2018/05/09/fin-de-l-accord-avec-l-iran- contrato-de-varios mil millones-s-envolent_5296328_3210.html

(*) Emma Wilde Botta Investigadora en la Universidad de California, San Francisco. Es activista feminista y del ISO, a cuya revista SocialistWorker contribuye regularmente artículos sobre relaciones internacionales.

(*) Silvie Kauffmann. Periodista especializada en Oriente Próximo del diario francés Le Monde.

Fuente: Varias


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