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Hyundai y la cultura del trabajo en el Uruguay

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Por Esteban Valenti (*)

No tengo nada que ver con la empresa coreana Hyundai, mi único vínculo es un televisor de 42 pulgadas de esa marca. Nada más. Lo aclaro porque esta es época de bajezas y porquerías varias, que yo hace tiempo aprendí a soportar si quiero opinar.

Hyundai tuvo a su cargo la construcción de la central de ciclo combinado de Punta del Tigre cuya segunda etapa es de 530 megavatios y que estaba asociada a la construcción de la planta regasificadora. Aunque son proyectos diferentes lo cierto es que sin el gas necesario, la planta de generación termoeléctrica de respaldo a otras fuentes de energía, es como tener un Ferrari y hacerlo funcionar a keroseno. Y gas no tenemos.

La central es naturalmente de UTE que la planificó hace muchos años cuando el déficit energético por falta de inversiones en el sector por parte de los gobiernos blancos y colorados casi hace colapsar ese sector clave de la economía nacional. La central tenía que terminarse hace más de dos años, pero no había apuro, energía sobra (eólica, hidráulica, solar y biomasa) y gas no había ni hay.

Ahora nos enteramos por la prensa que Hyundai le inició un juicio la UTE pero también al SUNCA, dos referentes sagrados de la izquierda uruguaya y en cierta manera de los uruguayos. Es un juicio por 150 millones de dólares.

No tengo la menor idea legal sobre el tema, no conozco ni el contrato, ni las leyes en la materia pero conozco la realidad bastante bien y la justicia debe intentar aproximarse a la realidad. Y la realidad es lamentable.

Es posible que a nadie le preocupe, que nadie se ocupe de esa realidad, pero como yo se que tiene que ver con cosas mucho más importantes que una multa millonaria, tiene que ver con el trabajo, con los sindicatos sus derechos y sus limitaciones y tiene que ver con gobernar, me voy a atreverle a otro tema incómodo y espinoso.

Efectivamente la construcción de esa central fue un calvario para UTE, para el país y para Hyundai y para varias empresas. ¿Por qué? Porque en ese rincón del departamento de San José se ejerció en toda su magnificencia una nueva forma de lucha de clase, el boicot, el paralizar las obras por cualquier motivo y de la manera más arbitraria y con el objetivo por demás claro de que se extendiera el trabajo hasta el máximo y un poco más. Y eso no fue espontáneo, fue organizado y ejecutado sistemáticamente.

La cantidad de paralizaciones, inclusive los bloqueos mediante piquetes en la ruta 1 que impidieron durante días el ingreso de las turbinas desembarcadas y transportadas hasta la planta de UTE merecerían una novela. Las causas las más diversas, en realidad una sola, un modelo sindical de arbitrariedad total.

Empresas tercerizadas con 300 trabajadores que llegaron a tener 25 delegados sindicales y responsables de la seguridad que nunca trabajaron, su única tarea era paralizar las obras y reclamar más personal. Por algo, bien concreto y actuado con la complicidad de la Cámara de la Construcción, el aumento del personal. Es que el aumento de los costos se traslada al contratista, en este caso UTE.

En las obras inconclusas de la planta regasificadora, al interrumpirse los trabajos, se pacto un "premio de fin de obra" de 36 meses. Si señor 36 meses, todo el contrato. Y el SUNCA festejó y UTE y ANCAP pagaron con la plata de todos los uruguayos. Eso no es de izquierda, ni es nacional ese es el peor sindicalismo y las peores patronales.

No tengo elementos para analizar el papel que jugaron las empresas tercerizadas que trabajaron en la obra en Punta del Tigre, no sé si perdieron o ganaron, serán ellas las que deberán opinar o callarse. La plata la va a poner UTE y por lo tanto los uruguayos y corremos el riesgo de perder mucho más en un juicio.

Pero mucho se va a perder si no hacemos salir a la luz esta situación, que también se dio en la construcción de la planta de celulosa de Montes del Plata, con beneplácito de muchas empresas tercerizadas y en muchas otras obras de la construcción, incluyendo por ejemplo la construcción de un mega tambo en Durazno en que tuvo que intervenir la justicia para desalojar un piquete que bloqueaba el acceso a la empresa por un lío interno entre unos pocos sindicalizados y el resto de los trabajadores. En los pasillos, estos temas lo conversa medio mundo, pero nadie lo pone arriba de la mesa. Lo pusieron los finlandeses de UPM.

¿Alguien cree que el acuerdo que exigieron firmar en cuanto a ocupaciones y paros y que fue suscripta por el PIT CNT pero no por los dos sindicatos directamente involucrados, SUNCA y UNTMRA, es un invento de los malpensados finlandeses? No, lo sabemos muchos pero lo callamos.

Nadie planifica una inversión de miles de millones - a esta altura no se cual es la cifra real y final - y deja que en definitiva un sindicato o dos le manejen el ritmo de las obras a su gusto y gana y de acuerdo a sus intereses y al mercado laboral uruguayo.

Voy a ahorrarme una palabra que lo cubre y lo encubre todo, el corporativismo, esto es algo diferente, que en otros países como la Argentina tiene como referente a la UOCRA y en los Estados Unidos el sindicato de camioneros desde tiempo inmemorial. Otra que corporativismo.

Ni que hablar que no tiene nada que ver con la cultura del trabajo, al contrario es la negación más absoluta de cualquier cultura de izquierda, es la cortada para enfrentar al capital con métodos que el movimiento sindical uruguayo nunca utilizó en su mejor historia, la que vale, la que costaba sacrificios y no licencias sindicales interminables.

El problema de fondo no es Hyundai, ni Montes del Plata o UPM, el problema es el país. ¿Se puede pensar en un país realmente productivo, innovador y que funcione apostando a la calidad cuando en un sector de la sociedad, no solo de los dirigentes, sino de los trabajadores se instala esta sub cultura de tirar para atrás en el laburo y transformarlo en táctica sindical?

Las grandes empresas tienen sus recursos, sus capacidades, pero... ¿Y las empresas nacionales, medianas y pequeñas? ¿Cuántas hoy en día no quieren contratar a nadie más o buscan sustituir al personal por alguna tecnología porque tienen un gran miedo y una gran desconfianza?

Si para sustituir el socialismo por la caída del muro, ahora esas nuevas formas de otra lucha de clases son la nueva línea en determinados sectores de la izquierda, deberíamos discutirlo a cara descubierta y no imponerla en silencio y sin argumentaciones y por la fuerza.

Si tiene una base teórica o al menos política en la lucha por la redistribución de la riqueza, también tendríamos que conocer los argumentos, las bases de tan novedosa teoría.

Ya que esas direcciones sindicales apoyan con fervor a los regímenes y modelos de Cuba y Venezuela me pregunto ¿Qué pasaría en esos países si se intentara imponer esas prácticas sindicales? Por un minuto...

Quiero un país con mejor distribución de la riqueza, con menos pobres, con derechos laborales para todos los trabajadores y en especial con salarios iguales para hombres y mujeres y, uno de los enemigos principales para ese país de justicia y progresista, son las arbitrariedades sindicales. Y quiero un gobierno que no se haga el distraído de esta situación.

¿Los trabajadores de UTE no tienen nada que decir sobre la defensa de la empresa, ante el riego de un juicio de 150 millones de dólares y la postergación de la entrega de la central durante más de dos años?

A esta altura sería necesario conocer con más precisión los números. ¿Cuánto costaba el proyecto original de la central del Punta del Tigre? ¿Cuánto terminó costando? ¿Cuánto va a tener que previsionar UTE ante el juicio de Hyundai?

¿Por cuánto tiempo puede convivir esa visión totalmente distorsionada de los derechos sindicales enfrentados a los intereses de la inmensa mayoría de los trabajadores y de los uruguayos?

Es un debate muy incomodo, muy delicado, pero inexorable, en algún momento habrá que afrontarlo y no por una imposición de los finlandeses o de un juicio iniciado por los coreanos, porque con estas deformaciones no hay país de primera ni de quinta.

 (*) Periodista, escritor, militante político y director de UYPRESS y de BITACORA.


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