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Brasil: ¿Por qué Temer no cae?

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Por Pedro Paulo Zahluth Bastos (*)

La crisis política se profundiza y la economía no termina de salir de la recesión, no rebota, es casi un gato muerto. El presidente Michel Temer con un 3 por ciento de imagen positiva es el más impopular de toda la historia contemporánea. Pero se sigue verificando la teoría del shock de Noemi Klein, el caos ayuda a la puesta en marcha de po

La mayoría parlamentaria deja a la vista sus lacras, blindando a Temer como al jefe de una asociación ilícita. El Supremo Tribunal Federal (STF) baila al mismo ritmo. Y se enciende una luz roja, que estuvo apagada durante un buen tiempo: los altos mandos militares debaten públicamente la crisis y algunos altos mandos advierten con claridad que están presentes. Los sindicatos metalúrgicos - aquellos que escribieron páginas históricas en la lucha contra la dictadura - superando divisiones acordaron esta semana una estrategia común para enfrentar ley laboral promulgada hace un mes. SP


¿Impotencia, desilusión, cálculo...? Es difícil comprender las razones para la falta de movilización contra un presidente impopular y envuelto en la corrupción.

Comencé hace cerca de un mes mi año sabático como profesor visitante en la Universidad de California, en Berkeley. Eso explica tanto la discontinuidad de mi columna (en Carta Capital NdT.) como el tema de hoy. Con frecuencia tengo que explicar aquí por qué un presidente ilegítimo y corrupto no cae. No solamente fue gravado en una conversación nocturna, que llevó a la entrega filmada de una valija de dinero a un mandadero, el diputado Rodrigo Rocha Lourdes, sino que es el más impopular de la historia de todas las encuestas de opinión realizadas en Brasil.

La lógica diría que los diputados se apartarían de Michel Temer para poder ser elegidos en 2018, pero Tom Jobim nos enseñó que Brasil no es para principiantes. Parte de la respuesta fue dada por André Singer en una columna reciente: los diputados calculan que los electores en los grandes conglomerados urbanos del país mal acompañan al noticiario nacional y van a escoger los candidatos indicados por los alcaldes en vísperas de la elección.

Podemos recordar que los alcaldes, a su vez, aseguran su popularidad por medio de obras financiadas por las enmiendas presupuestarias y por la influencia de los diputados en los gobiernos federal y estadual. Así, el diputado elige el alcalde, que elige al diputado.  

Es difícil dudar que las obras continúen generando propinas que van a alimentar la caja 2 de las campañas y las pequeñas fortunas de los políticos. Luego, en tanto la población de las periferias no tuviere más capacidad de informarse sobre el golpe a sus derechos sociales y laborales realizado por sus propios diputados, éstos van a preferir apostando al dinero y apoyar al presidente que libera las partidas para obras y para la caja 2 de la campaña.

Es probable que los parlamentarios electos en las mayores ciudades sean los más perjudicados por la proximidad con el presidente impopular. Esto ayuda a explicar los intereses de parte importante de los diputados del PSDB que quieren llevar al partido a la oposición fingiendo que nunca supieron del involucramiento del tucanato con los métodos tradicionales de financiamiento de las campañas electorales. Como preguntó Sergio Machado, ex líder el PSDB en el Senado, a Romero Jucá "¿Quién no conoce el esquema de Aecio? (1) Yo, que participé de la campaña del PSDB".

Puede ser, en efecto, que el diputado del PSDB no necesita tener tanto miedo de su electorado. El elector típico de los tucanos en las grandes ciudades vistió el símbolo de la CBF para la supuesta unión nacional contra la corrupción cuando el blanco era el PT /2/, pero parece haber jubilado la camiseta de la Selección y las cacerolas después. Si este elector considera la lucha de clases más importante que la lucha contra la corrupción, es poco probable que deje de votar los partidos conservadores. Pode hasta cambiar un diputado por otro, pero manteniendo la misma línea.

El misterio es saber por qué el pueblo más concientizado de las grandes ciudades, que ganó renta y derechos con los gobiernos del PT no se moviliza para presionar por la caída de Temer. Creo que hay una combinación de impotencia, desilusión y cálculo.

Impotencia, por miedo a la represión policial, que no respeta el derecho a la manifestación pública y porque sabe que los parlamentarios corruptos que apoyan a Temer hasta el final son insensibles a la presión popular en las grandes ciudades.

Desilusión, pues tienen la memoria de la campaña electoral de 2014 y del aviso presidencial posterior que "no hay alternativa".

¿Cálculo? Para mucha gente creo que sí. Si es improbable que Temer sea derrocado por la Cámara de Diputados, es todavía más improbable que, enseguida los parlamentarios anticipen las elecciones directas. Con votación indirecta, un nuevo presidente electo por el Congreso Nacional tendría más fuerza para imponer contrarreformas - como la ley Previsional - que tienen el apoyo masivo del empresariado, aunque sean muy impopulares. Luego, para quien quiere impedir nuevos recortes de derechos sociales, es más arriesgado tener alguien como Rodrigo Maia en la presidencia. Malo con Temer, peor con el otro.

El peligro para quien piensa así es que nada garantiza la victoria de la oposición en las elecciones de 2018, a pesar de la impopularidad de Temer. Si se espera a la campaña electoral, la movilización popular puede llegar demasiado tarde.

Nota:

1. AécioNeves, líder de la bancada del Senado del PSDB, fue delatado por ejecutivos del grupo JBS de haber recibido 2 millones de reales en concepto de "coimas".  Esta semana el STF rechazó el pedido de prisión solicitado hace dos meses por el Procurador General de la República. 2. Protestas durante 2014, previas y posteriores al campeonato mundial de fútbol.

(*) Pedro Paulo Zahlut Bastos,  economista, profesor de la UNICAMP y columnista de Carta Capital.

Fuente:Carta Capital, 28 de septiembre 2017

Traducción:Carlos Abel Suárez


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