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Los desencantados, los desilusionados, los enojados.

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Por Esteban Valenti (*)

Una aclaración previa, nadie puede ni tiene el derecho a hablar a nombre de los desilusionados. Este es simplemente un análisis político interesado y personal. Lo cierto es que con diversos nombres, esta categoría de ciudadanos hemos entrado con fuerza en la agenda política, en los medios y en las encuestas de opinión pública.

Comencemos por las encuestas. La tendencia es dura, es firma y se repite en las diversas empresas encuestadoras e incluso en los grupos motivacionales, hay entre un 25% y un 30% de entrevistados que no contesta, no sabe, dice que votará en blanco o anulado. Nunca hubo este porcentaje, incluso a dos años largos de las elecciones. Es un fenómeno nuevo.

Entrando dentro de los cuadros de las encuestas se percibe que ese segmento de electores o de futuros electores (también hay que considerar a los que van a votar por primera vez) tienen, una composición particular, no reproducen la proporción electoral entre las diferentes fuerzas políticas en las pasadas elecciones o en los segmentos de edad. Si bien es cierto que hay desencantados con todo el sistema político, quedarnos en ese dato es lavarnos las manos, entre un 15% y un 20% del total del electorado son ex votantes del FA o potenciales votantes del FA entre los nuevos votantes. Nosotros nos vamos a referir precisamente a los desencantados y los diversos sinónimos que pueden utilizarse de votantes frenteamplistas.

Agreguemos un dato que no es fácil de individualizar en las encuestas, los desilusionados frenteamplistas incluyen un sector importante de ex militantes, de gente activa en la política en el pasado que se fue alejando de las estructuras del FA y tiene una visión crítica o del gobierno, o del Frente Amplio o de ambos.

Una comprobación elemental: si el Frente Amplio no recupera una parte importante de esos ciudadanos desilusionados, perderá las próximas elecciones en segunda vuelta en el año 2019, pero hay algo más de fondo, esta situación es una derrota cultural. La política, en el correcto y mejor sentido de la palabra es el territorio obligado de la lucha progresista e incluso revolucionaria y el desprestigio de la política es siempre una derrota de las ideas progresistas.

El objetivo de esta columna no es analizar en profundidad las causas de este proceso, se hará más adelante, me concentraré en las diversas alternativas y perspectivas y la feroz disputa que ya está abierta para captar esos votantes. Somos muy, pero muy requeridos porque definiremos la próxima elección. Unos trabajan explícitamente para ganarnos, otros se hacen los desentendidos pero miran la realidad con gran atención. Y actúan.

Algunos sectores del FA, tienen entre sus enfoques básicos y fundamentales la idea de que llegado el momento la gente optará por el mal menor y eso los favorecerá. Yo me niego a considerar esas circunstancias, aunque asumo que la idea de que en política, siempre se debe encontrar una fuerza, un programa, candidatos que desaten pasiones y confianza absoluta, no siempre puede lograrse. Hoy en día esa posibilidad es una rareza en todo el mundo.

¿Qué situaciones pueden influir de manera importante en este sector de los desilusionados, incluso pueden hacerlo crecer de manera importante en el futuro?

Obviamente que al referirme a este tema, en cierto sentido estoy considerando los factores que han influido en el desencanto de los votantes frenteamplistas, en especial identificando ciertos sectores sociales, culturales e ideológicos que son amplia mayoría entre los desencantados.

¿Es la economía, estúpido?  Volviendo a la famosa frase de la campaña electoral  de Bill Clinton, aunque es notorio que hay sectores que han sufrido un desgaste importante por diversos motivos de la marcha de la economía, de los impuestos, creo que el factor principal es la política, eso definirá todo.  No creo que la economía empeore en estos dos años, al contrario, pero tampoco considero que la situación será deslumbrante y, la estabilidad y la previsibilidad ya se integraron al bosque imaginario de los uruguayos.

El primer elemento que puede influir de manera importante es el pronunciamiento de la justicia sobre los diversos casos a su consideración, siempre y cuando se resuelvan antes del 2060...y con un mínimo de credibilidad y seriedad. Y lo digo con toda la maldad que sé que esta frase contiene. La inmoralidad y la corrupción, aunque mucho menores y menos sistémicas que en otros países de la región, es algo que impacta de manera muy fuerte en la gente y en especial en la gente de izquierda en el Uruguay.

Segundo elemento son los temas democráticos. No hay ningún peligro en el Uruguay, ni lo hubo durante ningún gobierno del FA, eso hay que decirlo bien claro, pero hay batallas que se definen también en  la visión internacional: La actitud ante Venezuela, su desbarranque democrático, su represión creciente unida a su crisis económica y social total, tendrán sin duda mucha importancia. Hay fuerzas en el FA que están dispuestas a imponerse en las estructuras a favor de Maduro, aunque la gran mayoría del pueblo uruguayo y frenteamplista rechazan la deriva dictatorial en Venezuela. Los argumentos de que en Brasil sucede algo parecido, no pueden encubrir la situación en Venezuela, tanto de represión, como de corrupción.

Eso también tiene que ver con las futuras candidaturas en el FA.

Y ese es precisamente el tercer elemento, él o los candidatos que el FA presentará en las internas y en definitiva en las elecciones nacionales. Lo que puede resultar bueno para determinados sectores políticos o agrupamientos dentro del FA, pueden tener un impacto altamente negativo en los desencantados. Cada uno que se ponga o no el sayo.

El cuarto elemento es la educación. Si no hay señales muy claras de que hay cambios importantes, continuados, sostenidos y bien pensados y aplicados en la educación y sobre todo en la enseñanza media, el diálogo entre la izquierda y sectores muy importantes de la sociedad estarán muy afectados. El 6% es solo una consigna sindical, eso no define nada en la consideración de los potenciales votantes que necesita el FA.

La inseguridad, no ha salido del primer lugar de la agenda pública, los delitos están realmente disminuyendo, pero en simultánea se han hecho más feroces, pero no creo que ese sea un elemento central en la definición de los desilusionados, aunque agrega un factor más al malhumor.

Dentro de los temas económicos y sobre todo productivos hay un tema que tiene una gran complejidad, el gobierno se ha quedado como eje central de todos sus grandes objetivos con la construcción de la segunda planta de UPM. Es bien poco en relación a una fuerza de izquierda, pero las características del acuerdo con la firma finlandesa, los reparos puesto incluso, por el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori en un reciente reportaje, muestran que este será un asunto de intenso e importante en el debate político.

¿Cuáles son las alternativas de los desilusionados, de los enojados o como quieran llamarle? Una parte - el asunto es ¿qué parte? - volverán a votar al FA. Tengan por seguro que el FA no va a sacar en las elecciones nacionales del 2019 el 30% de los votos que le dan ahora las encuestas. Pero está muy lejos del 44-45% mínimo que necesita obtener si quiere disputar y tener chances de ganar en la segunda vuelta.

Otra parte de los desilusionados puede elegir alguno votar por alguno de los otros partidos. Es obvio que una parte y, a pesar de que la oferta de los dos grandes partidos tradicionales es muy limitada y empobrecida, hay gente que va a cambiar su voto, se lo prestará a otros partidos. Algunos de los que se han ido con mucho estruendo del FA últimamente ya están preparando su camino para sumarse a las listas del Partido Nacional. Es parte del juego, ya tuvieron precedentes...

Una tercera opción, es que se forme uno o varios agrupamientos políticos que elijan diversas formas de relación con el Frente Amplio. Unos pedirán simplemente su ingreso al FA y se integrarán a ese universo cada día más amplio de reparto del poder que hoy forma el FA. Ingresarán con todo en la estructura actual del FA. Difícil captar votos así para Sagitario...

Otros agrupamientos pueden elegir proponerle al FA una alianza electoral al estilo del Encuentro Progresista. Habrá que ver si hay voluntad de hacerlo y si el FA acepta esas condiciones. Eso implicaría quedar por afuera totalmente de la disciplina partidaria...

La cuarta opción es que se formen uno o varios agrupamientos por afuera totalmente del Frente Amplio. Y que luego decidan alianzas electorales, no creo que con los partidos tradicionales, o resuelvan presentarse de manera totalmente separada. Incluso dentro de los desilusionados y los enojados hay muchas resistencias, porque en el fondo lo que hay es una gran desilusión con la política, sobre todos a nivel de los cuadros y militantes políticos orgánicos del pasado. Un elemento muy importante es quienes serían sus candidatos.

Y la última opción es que crezca de manera importante el número de votos en blanco y anulados en las próximas elecciones. Ya sucedió, en el año 2010 en las elecciones departamentales de Montevideo, una parte importante de los frenteamplistas se manifestó de esa manera. Pero lo hizo en las urnas, en este caso podría ser un proceso "militante" y una campaña de castigo al sistema político y que golpearía especialmente al FA.

Hablo exclusivamente por mi, y para reiterar un concepto sobre el que han preguntado en diversos medios ¿hay algunas circunstancias por las que no votaría al FA? Si.

Si el Frente Amplio mantiene e incrementa una actitud de apoyo o de lavarse las manos sobre la escalada dictatorial en Venezuela; si se comprueban manifiestas ilegalidades y corrupción en alguno de los procesos judiciales en curso y la estructura del FA respalda la actuación de los jerarcas; si el FA no se renueva en absoluto en sus candidaturas y volvemos a la vieja disputa del pasado.

Lo que hemos tratado de hacer es una descripción lo más completa posible de un tema que está hoy en la agenda política y lo estará cada día con más urgencia e importancia, en particular en la izquierda. Un tema que tiene muchísimos más matices.

(*) Periodista, escritor, director de Uypress y de Bitácora. Uruguay.


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