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Otras mujeres, otros tiempos Comentario sobre "20th Century Women", la última película de Mike Mills

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Aproximadamente cada seis años (2005, 2011, 2016/17), el director estadounidense Mike Mills nos entrega una pequeña joya. Aquellos que se emocionaron con Beginners, esa fábula autobiográfica de un hijo entrando en los cuarenta y su padre octogenario (que le valió a Christopher Plummer un Oscar) no querrán dejar pasar en este Bafici 20th Century Women, su última película. Y volverán a acertar.

Es el turno ahora para Mills de revisar la relación con su madre y las mujeres de su infancia. En este caso se trata de un adolescente de 15 años con su madre divorciada viviendo en una casa compartida con otros personajes. Una madre que casi podría ser su abuela, una joven fotógrafa recuperándose de una enfermedad, un carpintero, mecánico y escultor solitario, una adolescente lidiando con sus propios dilemas, con una madre terapeuta y que se cuela cada noche en la casa para dormir con James; sólo dormir como amigos.

Eran tiempos extraños cuando se podía fumar en una clase de yoga. Es 1979 en California y después de la explosión del punk la historia podía dispararse en varias y diversas direcciones (incluso antagónicas). El filme, desde el punto de vista de James (hay tantos puntos de vista como personajes) bien podría llevar el subtítulo de ¨La Importancia de la música de Talking Heads (y el feminismo) en nuestras vidas¨. Como en Beginners, la historia avanza y retrocede (si eso es posible) a golpe de flashbacks y progresiones.

Aunque lo emotivo está a flor de piel la recreación de una época nunca es para Mills un ejercicio de nostalgia sino una forma de indagación. Su cine tiene contacto tanto con otros directores independientes ya en su madurez como Richard Linklater, Wes Anderson o Noah Baumbach como con un clásico Woody Allen, no en su vertiente autoparódica, sino en sus obras más reflexivas y melancólicas.

En una escena deliciosa de Beginners el padre llama a su hijo desde una discoteca gay para preguntarle qué clase de música electrónica es esa que hace punch punch punch. "Se llama House, padre", contesta el hijo en el teléfono y el padre anota en un papel para no olvidarlo. Aquí la madre en otra escena hermosa entra al cuarto del hijo que junto a la fotógrafa escuchan The Raincoats: "Ellos saben que son malos, ¿no?", pregunta tratando de entender eso que le parece ruido. "Lo saben y no les interesa. Su pasión es mucho más grande que las herramientas para expresarla".

Mills proviene del pop (fue director de videoclips de los ingleses Pulp y Moby entre otros artistas) la publicidad y el diseño gráfico, lo que le ha dado una buena conciencia acerca del rol de la cultura popular a la hora de moldear nuestra memoria y nuestra personalidad toda. Hay mucho más que ello. Se podría decir que se trata de una comedia dramática pero sólo como una tímida referencia. Mike Mills está casado con la también multifacética escritora y directora Miranda July, con quien comparte una visión mágica, agridulce y de una ingenuidad profunda y seria de las relaciones humanas y las cosas.


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