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La izquierda “valiente”

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"¡Que nadie se llame a engaño! Por ahí hay una izquierda cobarde a la que le da miedo y le tiemblan las piernas cuando recibe una llamada en inglés de algún embajador, y no tarda un segundo para sumarse ante hechos desconocidos para condenar a Venezuela y decir: ¡Golpe de Estado en Venezuela!" Sentencia de Nicolás Maduro, abril 2017.

El 9 de marzo de 2015 el mismo Maduro había tratado de cobarde al vicepresidente Raúl Sendic "Chávez me decía: 'Tranquilo, Nicolás, que el mundo está lleno de cobardes'. Cuando por allá salió un cobarde, a tratar de ganar indulgencia con los gringos". Raúl Sendic había afirmado que en Venezuela "Ellos están hablando de injerencias externas. Nosotros no tenemos elementos para poder acompañar esa afirmación".

Este tema de definir a la izquierda a sus diversas posiciones entre los "valientes" y los "cobardes", tanto a nivel de la fuerza política como de gobierno es toda una profunda definición. No solo se le debe responder con el asco y el estómago y reclamarle alguna muestra de valentía tangible en toda la vida personal de ese personaje, tan mediocre o mejor dicho burro, si burro con todas las letras, sino que es parte de la batalla ideológica y política de las verdaderas fuerzas de izquierda.

Maduro quiere llevar el debate al terreno de la valentía porque sabe que para la izquierda es un valor importante. No se puede aspirar y luchar por cambiar un mundo, liberar a un país de las injusticias siendo cobardes. Ni cobardes intelectualmente, ni teóricamente, ni físicamente. Su razonamiento es elemental y profundamente reaccionario, trata de crear enemigos irreconciliables, con los que ni siquiera se puede dialogar y razonar.

Entre cobardes y valientes no hay posibilidad de diálogo, es muy parecida a la polémica feroz entre los "valientes" y los patrinqueros de los años 60 y 70 en Uruguay y en toda América Latina.

Toda la valentía del lado de la aventura sin sustento político y del lado de los patrinqueros, la acumulación de fuerzas y la política. La historia se encargó de demostrar que los que siguieron enarbolando la bandera en la clandestinidad durante 12 años, los que fueron solidarios y se jugaron el pellejo incluso ayudando a los "valientes", fueron los patrinqueros. Nunca al revés. Que me desmientan.

Pero no hay que aceptar el debate en esos términos, aunque tampoco hay que ocultar la historia. En temas ideológicos, teóricos, políticos las diferencias son entre los que aciertan, los que tienen razones y los que se equivocan. No todo es tan radical, pero básicamente, si aceptamos que en el campo popular y en las izquierdas hay y hubo diferentes posiciones, debemos asumir y construir un territorio de intercambio, de encuentro. Eso fue lo que permitió la creación del Frente Amplio.

El blanco y negro fanático del Madurismo y sus cada día más patéticos personeros necesitan y construyen muros insalvables, diferencias absolutas. ¿Cómo se puede discutir y buscar intercambiar entre izquierdas valientes y cobardes?

Y eso es lo que hace Maduro y los que lo acompañan, de eso viven y sobreviven, porque no soportarían un solo intercambio serio con otras visiones de izquierda.

Para ellos la derecha y el imperialismo, más que categorías políticas e ideológicas son un pretexto.

¿Los "valientes" y falsos izquierdistas aceptan discutir, intercambiar las razones por las cuales el país con las mayores reservas petroleras del mundo, cuyo principal cliente son los Estados Unidos que no tomó ninguna acción de bloqueo ni nada parecido, padece desde hace varios años una crisis terrible que afecta a su pueblo y no a los burócratas del gobierno que se han enriquecido hasta el hartazgo? ¿ O a discutir y analizar como se explica una inflación del 720% prevista para este año y de 2.068% para el 2018? ¿Todo es responsabilidad de la derecha y del imperialismo?

¿Los "valientes" izquierdistas uruguayos están dispuestos a discutir en serio sobre el daño irreparable que la corrupción le ha hecho al proyecto original de Chávez? ¿Y del daño que esa corrupción y su mensaje ideológico, político e inmoral, del abuso del poder y del dinero le hizo a una parte importante de la izquierda latinoamericana?

La acusación de cobardía es en primer lugar una barrera para evitar ese debate.

¿Los "valientes" del madurismo y los que le hacen eco en Uruguay están dispuestos a discutir como el modelo chavista fue derivando hacia el control por parte de las Fuerzas Armadas del petróleo, del comercio de alimentos y de otros sectores vitales de la economía y la vida social de Venezuela y está fracasando en todos los planos?

¿Están dispuestos a discutir cómo han desmejorado y vuelto a los peores tiempos, los indicadores sociales de pobreza, de indigencia, de mortalidad infantil, de consumo familiar, de ingresos familiares, etc etc en Venezuela? Y eso no es por la derecha y el imperialismo, es el resultado de graves errores del gobierno y del modelo, que además destruyó buena parte del aparato productivo industrial y agropecuario nacional. Y es el resultado de las grandes y lujosas torres de civiles y militares venezolanos vinculados al régimen y de las generosas cuentas bancarias en Panamá, en Miami y otros paraísos fiscales.

Para que discutir de esas nimiedades, si se puede hacer retórica teatral sobre la cobardía e invocar a Chávez que nunca podrá ya desmentir al burro de Maduro y su pajarito.

Pero la "valentía" no se detiene ante esos "detalles", casualmente AHORA se filtran a un desconocido portal argentino, Adelanto24, nada menos que los e.mails del ex jefe del servicio de inteligencia venezolano (SEBIN) el general Miguel Eduardo Rodríguez Torres, sobre los negocios y los arreglos financieros entre ANCAP y PDVESA. ¿Qué tiene que ver el SEBIN con el petróleo, con los arreglos financieros para saldar deudas entre dos empresas petroleras del estado?

¿Por qué justo ahora aparecen esos documentos en un portal argentino? Es que los "valientes", tienen muchos recursos a disposición. Y otros conoceremos.

No toda la izquierda uruguaya es cobarde, aquí también hay "valientes", muy valientes que cuando insultan a nuestro gobierno, el que ellos integran e invocan cada vez que le conviene, se lavan valientemente las manos. "Son problemas entre estados".

El tema no es venezolano, ni es un concurso de valentía, es mucho más importante, es sobre las ideas, sobre si llegado el momento - que nunca llegará - ellos en Uruguay y como siempre echándole la culpa al imperialismo y a la derecha no aplicarían un modelo "valiente" con algunas adaptaciones uruguayas menores.

Es una curiosidad que por suerte y sobre todo por el pueblo uruguayo y la clase obrera uruguaya, incluyendo naturalmente a los cientos de miles de sindicalizados, nunca conoceremos porque si por un avatar de la historia, por un accidente se tratara de implantar aquí, al modelo "K" o el de Maduro-oriental, se desataría la mayor huelga de la historia y el modelo duraría muy poco. Pero los micrófonos soportan cualquier cosa.

En Venezuela se desciende peldaño a peldaño desconociendo la Constitución Bolivariana aprobada por la mayoría del pueblo, hay presos políticos - como reiteradamente lo ha dicho José Mujica -, se reprime con saña, se postergan el referéndum y elecciones., se proscriben dirigentes políticos como lo hizo el régimen en Uruguay y, se precipitan hacia una dictadura y una enorme tragedia en Venezuela. La gran, la absoluta mayoría del pueblo venezolano, que votó y apoyó a Chavez hoy está en contra de Maduro, Cabello y los mandos militares en el poder cada día mas absoluto.

Y esto es lo más grave, porque al desastre económico se suma el desbarranque democrático.

En algunos "valientes" orientales con sus rodillas cansadas de tanto reptar se cuela el argumento de la ayuda que Venezuela le ha dado al Uruguay. Y es cierto, aportó plata, mucha plata para buenos proyectos, pero si nuestras posiciones se definieran por eso, seríamos  los mayores mercaderes de la cobardía.

Tenemos deudas de gratitud con Venezuela, fue el único país del mundo que rompió relaciones con la dictadura uruguaya y fue en absoluto de los más solidarios. Y en lo fundamental fue durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y no por ello desconocimos el mal gobierno, los negociados, el predominio asfixiante de la oligarquía, la enorme desigualdad social.

Hacemos lo posible, desde el gobierno y desde otros ámbitos para evitar una catástrofe política y democrática en Venezuela y seguiremos aportando todos nuestros esfuerzos para una salida democrática y totalmente venezolana, a través del voto y de un mínimo nivel de diálogo civilizado. Los tiempos se acortan.

¿Qué otra cosa deberíamos hacer? Calcular la ayuda, los negocios petroleros, las casas que debían fabricarse en Uruguay para el pueblo humilde de Venezuela, pagadas y que nunca se instalaron, la venta de arroz, leche y carne a precios escandalosos y sobre esa base ponernos "valientes" y someternos a los atropellos, a los insultos, a los presos políticos y a la miseria de la inmensa mayoría de los venezolanos y ser cariñosos con Maduro y eso que pretenden llamar una revolución? No bastardeemos las palabras, son demasiado importantes.

La lucha por la democracia en Uruguay y en todos nuestros países hermanos debe ser siempre la más amplia de las banderas, pero precisamente por ello no le regalamos ese estandarte fundamental a la derecha, no lo merece por la historia, por los sacrificios y en nuestro caso expresa valores irrenunciables de la izquierda verdadera, aún con todas sus diferencias.

Esa "valentía" proclamada por Maduro se la dejamos toda, completa toda a los que quieran practicarla en Uruguay para vergüenza de su propia historia.

Los cobardes se refugian en sus debilidades y huyen de la realidad, los valientes afrontan todas las consecuencias.

  (*)Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITACORA. Uruguay


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