bitacora
ESPACIO PARA PUBLICIDAD
 
 

9.6.25

ULTRADERECHA. Milei ataca el consenso de la memoria en Argentina al degradar el museo de la ESMA

imagen

Por Eva Máñez (*)

La directora del centro asegura que el Gobierno puede erosionar las políticas públicas pero no el sentimiento de 'Nunca más', que forma parte del ADN del país.

El Gobierno de Javier Milei ha degradado la secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH) a subsecretaría, en una nueva muestra de su desprecio a las políticas de memoria y garantía de no repetición que colocaron a Argentina a la vanguardia del mundo en la lucha contra la impunidad, el olvido y el silencio en los crímenes de lesa humanidad. El partido de ultraderecha La Libertad Avanza tensa así la política de derechos humanos construida en las últimas cuatro décadas en Argentina.

El pasado 21 de mayo el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni (recién triunfador en las elecciones legislativas de Buenos Aires del 18 de mayo), anunció esta medida junto a un recorte del 40% de la estructura y el 30% del personal de la ahora Subsecretaría. Adorni calculó que esta medida supondrá, según sus cálculos, "un ahorro de 9.000 millones de pesos" (aproximadamente siete millones de euros). "La cartera de Derechos Humanos se va a encargar de garantizar todos los derechos humanos y no defender un sector ideológico partidario", dijo en una rueda de prensa.

En el mismo acto, Adorni también comunicó que ni el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) ni el museo, que funciona en lo que fue el campo de concentración y tortura de la Escuela de Mecánica de la Armada (ex ESMA), dependerán de la subsecretaría. El museo -que es patrimonio de la humanidad y acaba de conmemorar los diez años de su creación- y el ANM -creado en 2003 para preservar fondos documentales vinculados a la lucha por los derechos humanos y la documentación generada por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) en los primeros meses de la democracia- pasarán a ser "unidades organizativas" dentro del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH), que se creó como parte de un convenio con la Oficina de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Desde su llegada al poder, Javier Milei no ha cesado de cuestionar las políticas de derechos humanos

No es el primer ataque a los consensos sobre la memoria que ejecuta el partido de la motosierra. Desde su llegada al poder, el Gobierno de Javier Milei no ha cesado de cuestionar sistemáticamente las políticas de derechos humanos que se desarrollaron en Argentina desde el inicio de la democracia, y ha llegado a poner en duda la cifra de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura.

A través de videoconferencia hablamos de todo esto con Mayki Gorosito, directora ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA para conocer cómo se valora esta noticia justo en la semana en la que se celebra el décimo aniversario de la entidad.

Gorosito, profesora y licenciada en Ciencias de la Educación y experta en cooperación internacional, con una amplia experiencia en organismos internacionales, asumió el cargo de directora ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA, tras su éxito como coordinadora de la candidatura del museo a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Este golpe a la memoria viene a sumarse al recorte ya sufrido en abril cuando el Ministerio de Justicia suspendió todos los pagos para el funcionamiento y mantenimiento, lo que generó protestas de los empleados que quedaron sin cobrar sus sueldos. "El Gobierno tenía el compromiso conmigo y con los organismos de derechos humanos de que en el museo no se iba a despedir a ningún integrante de los equipos. Hubo un intento en el primer año que lo pudimos salvar, y después ejecutaron los despidos a partir de noviembre del año pasado" relata la directora. "Empezaron con tres, después con cinco y un proceso de reducción de salarios por el que hubo muchas renuncias. Así que por una vía o por otra, el museo pasó a contar con menos trabajadores. Éramos 42 y ahora somos 28", continúa Gorosito.

¿Cuál es la situación actual?

Se acaba de publicar en el Boletín Oficial el decreto donde se dispone que el Museo Sitio va a transformarse en una unidad organizativa, disminuyendo su característica administrativa institucional, y que va a depender del Centro de Promoción Internacional de los Derechos Humanos (CIPDH), que a su vez va a depender de la Subsecretaría. A su vez, la subsecretaría depende del secretario de Justicia, que depende del ministro. Esto quiere decir que el museo pierde la jerarquía que tenía en el organigrama del Estado argentino. Le quitan al museo la conducción de la institución a partir de una dirección ejecutiva. Se deroga el artículo del decreto de creación de la entidad. Lo que va a suceder tampoco lo sabemos, porque conocemos lo que dice la letra del decreto, nada más. Estamos a la espera de que alguna autoridad se digne a informar cómo van a implementar esos cambios.

La presidencia del CIPDH está vacante en estos momentos y todo indica que recaerá sobre Ana Belén Mármora, una activista antiderechos proveniente de los grupos ultracatólicos del Frente Joven que hasta ahora ocupaba la subsecretaría de Políticas Familiares de Capital Humano del Gobierno de Milei. ¿Pueden poner al frente de esta institución a una persona que no tiene ninguna experiencia, ni currículum en memoria ni en museos?

Las designaciones políticas no necesariamente requieren un conocimiento o un acervo de experiencia en la gestión, en la profesión o en el saber. Es una cuestión de confianza política.

Estos actos que estamos viendo, no solo con la ex ESMA, sino con otros organismos de derechos humanos, ¿ponen en peligro la democracia en Argentina?

El 'Nunca más', en el sentido de nunca más una dictadura cívico militar, es muy fuerte en la sociedad argentina y forma parte del ADN de nuestro país. El Gobierno puede establecer definiciones que van erosionando y desmantelando las políticas públicas de memoria, verdad y justicia, transformándolas o dejándolas en su mínima expresión, pero no creo que la sociedad argentina permitiese un golpe de Estado. Es cierto que hay nuevos mecanismos que están permitiendo frágiles democracias a través del voto y no de golpes de Estado. Y que han accedido al poder colectivos que desprestigian y desprecian la política, la participación, el propio Estado, las políticas con enfoque de derechos, los colectivos LGTBIQ, el movimiento de mujeres y las conquistas respecto de la legalización del aborto. Por eso debemos construir un relato que tenga incidencia en las juventudes, que son una cantidad importante de votantes.

La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) fue el mayor centro clandestino de detención y torturas de la última dictadura argentina (1976-1983). Durante los últimos cuarenta años de democracia este espacio sufrió distintas etapas de memorialización, resignificación y patrimonialización. En 2015 se inauguró como Museo Sitio de Memoria ESMA. Cuéntenos, ahora que estamos en el décimo aniversario, cómo fue convertir un centro clandestino de detención, tortura y extermino en un lugar de memoria y darle un diseño museístico y pedagógico.

No creo que la sociedad argentina permitiese un golpe de Estado

Como toda acción vinculada al campo de los derechos humanos, y más particularmente en el campo de la memoria, fue un proceso con alta participación porque debía alcanzar amplios consensos para definir la puesta museográfica. Esta se desarrolló a través de la convocatoria de un equipo interdisciplinar que hizo una propuesta museográfica que se fue presentando durante mucho tiempo a diferentes sectores sociales. Por supuesto los primeros fueron los supervivientes y los organismos de derechos humanos, pero luego también sectores de la cultura, de la academia, etc. Y en ese proceso se fue definiendo la propuesta inicial de los arquitectos, los historiadores y de las curadoras. A partir de ello se construyeron las herramientas de la didáctica o de la pedagogía de la memoria. Cómo guiar, qué decir en el guion de las visitas, los recorridos, dónde poner énfasis, cómo transmitirlo, etc. También se fue construyendo con la vida que tiene el propio movimiento de un museo, estar a la escucha de las preguntas del alumnado, de las inquietudes del profesorado, etc. Hay una particularidad, y es que durante estos diez años y hasta finales de 2023, el trabajo del museo era acompañado por otras instituciones. El Ministerio de Educación tenía programas de memoria, el Ministerio de Cultura, la televisión pública, el Canal Encuentro y otras agencias del Estado argentino hacíamos un trabajo colectivo y articulado que era una transversalidad de la memoria en el Estado. Y eso obviamente ya no funciona así.

En septiembre de 2023 fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad. La UNESCO determinó que la ex ESMA es representativa de la represión ilegal llevada a cabo y coordinada por las dictaduras de América Latina en las décadas de los setenta y ochenta sobre la base de la desaparición forzada de personas. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios consideró que cumple el criterio seis de selección, que implica "estar directa o materialmente asociado a acontecimientos" de "alcance universal excepcional". ¿Esta categoría patrimonial es una garantía de protección?

Es un círculo de protección en el sentido de que el Estado argentino se comprometió ante un organismo multilateral en preservar el bien cultural, la prueba judicial y su funcionamiento, para los objetivos para los que fue creado, que es la transmisión de los crímenes de lesa humanidad. Aquí se cometieron sus causas y sus consecuencias. Yo creo que hubiéramos tenido muchos más riesgos de los actuales si no hubiésemos logrado formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y de la lista de Bienes Culturales del Mercosur. También porque ese proceso nos permitió construir una institución más profesional, con más sistemas de defensa en su quehacer. Nuestro trabajo nos permitió ser reconocidos en el ámbito regional e internacional y tener proyectos de trabajo conjunto con instituciones de otros países.

Pero un organismo multilateral no puede opinar sobre cómo un gobierno administra o define el organigrama de un Estado. No es una competencia de la UNESCO, que solo puede intervenir cuando un bien está en riesgo y el Estado lo abandona o no dispone de los recursos presupuestarios para financiar su mantenimiento y su conservación, o lo cierra y el público no puede ingresar, o no puede cumplir la función de difusión, de integración de la comunidad al Patrimonio. Eso sucede a veces con denuncias de la comunidad, de vecinos u organismos de la sociedad civil y, en ese sentido, funciona.

Estamos viendo visitas de representantes del Gobierno a represores presos por crímenes durante la dictadura, medidas y discursos del Gobierno que atentan contra el proceso de memoria, verdad y justicia, que niegan los crímenes de lesa humanidad y que en ocasiones hacen apología de la dictadura que imperó entre los años 1976 y 1983. Se está hablando de esa teoría de los dos demonios y del reconocimiento de las víctimas de los grupos armados guerrilleros de los setenta y de los ochenta. ¿Qué sucedería si quisieran meter eso dentro de la ex ESMA?

El Estado argentino se comprometió ante un organismo multilateral en preservar el bien cultural

No, eso no se podría hacer. Primero hay que pensar que aquí el museo sitio y el predio de la ex ESMA, es decir, el espacio para promoción y defensa de los derechos humanos, está defendido primero por la historia de conseguir que esto fuera un espacio de democracia, de transmisión de vidas, de educación, por los organismos de derechos humanos, por los y las supervivientes, y por ese mismo consenso social sobre el 'Nunca más'. Y este lugar también, en su condición de prueba judicial, solo puede relatar los crímenes de lesa humanidad que aquí se cometieron. También, y en palabras del juez Rafecas, en el mundo de la justicia vinculada con los crímenes de lesa humanidad existía un amplio consenso en considerar que son crímenes de lesa humanidad los que cometió el Estado argentino en el periodo del terrorismo de Estado, y que son imprescriptibles. Yo no haría futurología sobre eso, porque no estamos ahí. Hay que ver cómo defender lo construido, que está basado en la memoria, la verdad y la justicia.

Usted ha dicho en numerosas ocasiones que "el museo no es una interpretación, es la verdad absoluta de lo que hizo el Estado argentino ejecutando el terrorismo de Estado". ¿Se están planteando cómo seguir haciendo esa pedagogía cuando cada vez hay más fuerzas negacionistas en la sociedad y en las instituciones?

Hay que aferrarse y profundizar en las explicaciones y la transmisión que nosotros hacemos, que solo está basada en el testimonio de los y las supervivientes ante los juicios. Y en los juicios se condenó a los represores. O sea que hubo pruebas suficientes para la justicia: lo que dicen los y las supervivientes fue lo que sucedió, y por eso fueron juzgados y condenados. Así que nosotros tenemos esa obligación, transmitir los crímenes de lesa humanidad acontecidos en el lugar donde funcionaba el centro clandestino. Eso está aprobado por la justicia y eso es lo que nosotros transmitimos.

¿Cómo están viviendo las víctimas y sus familias estas nuevas medidas?

Yo hablo constantemente con ellos, son parte del consejo asesor y del Museo Sitio. Lo viven con mucha preocupación y tristeza; el discurso de Rosita fue contundente durante el evento del aniversario. (Gorosito se refiere al discurso de Ana María "Rosita" Soffiantini, sobreviviente de la ex ESMA, quien durante el evento del décimo aniversario tomó la palabra para remarcar el carácter colectivo de la transformación del sitio: "Este fue un trabajo colectivo que convirtió el sitio en prueba judicial". Y agregó: "Este sitio es la evidencia de lo que nos pasó a toda la sociedad. Es una denuncia que interpela el presente y resiste al olvido"). Pero no quiero hablar por ellos, eso nunca.

Al cierre de esta entrevista los colectivos de derechos humanos argentinos están convocando una caminata para el próximo 30 de mayo al Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA) en protesta por "el daño causado por el Gobierno de Milei y Villarruel a las políticas de memoria y los derechos laborales", y para mostrar su rechazo por los "despidos masivos, el vaciamiento de las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia, la persecución a delegados y delegadas, la reducción del rango de la secretaría de Derechos Humanos a subsecretaría, el traspaso del Archivo Nacional de la Memoria y el Sitio de Memoria ESMA al Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, la pérdida de la autarquía y autonomía del Banco Nacional de Datos Genéticos y el cierre del Centro Cultural Haroldo Conti".

 

(*) Eva Máñez. Combina el trabajo freelance como fotoperiodista con las prácticas artísticas y el artivismo social.

Imagen: Mayki Gorosito, durante el evento del X aniversario del Museo Sitio de Memoria ESMA. / Museo Sitio de Memoria ESMA


Atrás

 

 

 
Imprimir
Atrás

Agrandar texto

Achicar texto

linea separadora
rss RSS