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28.10.24

¿Que nos jugamos ayer domingo?

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Por Esteban Valenti (*)

Ayer fueron las elecciones nacionales, por razones técnicas de la edición de Bitácora, este artículo tuve que escribirlo la semana anterior. Sobre los resultados publicaremos notas en UYPRESS apenas estén disponibles los datos finales.

Institucionalmente todos sabemos que se elige a la fórmula presidencial, Presidente y Vice, a todos los legisladores, los 99 diputados y 30 senadores (el senador 31 es la vicepresidente que solo se elegiría si algún candidato gana en primera vuelta), se eligen las autoridades nacionales y departamentales electorales.

La campaña electoral comenzó muy temprano, antes que lo habitual, las polémicas, la propaganda y publicidad y otras cosas non santas, se iniciaron mucho antes que campañas anteriores. Y hubo un candidato que gastó una enorme cantidad de plata y nunca contesto sobre el origen de los fondos, Andrés Ojeda.

El elemento central y excluyente que se definió es si el actual bloque político, social y cultural sigue gobernando o si hay un cambio y el Frente Amplio gobierna el país nuevamente durante cinco años. Está en juego un cambio muy importante luego de haber cumplido el proceso de una rotación en el poder, la primera de nuestra historia, entre los 3 gobiernos progresistas y a través de la consolidación de un bloque de cinco partidos (quedan solo 4)  volvieron al poder las fuerzas tradicionales en el Uruguay. Ese solo motivo, con el bloque conservador consolidado como una opción de poder, encabezado por fuerzas claramente conservadoras y de derecha, es un dato importante.

En todo este proceso no ha surgido ninguna opción diferente y en materia de estabilidad de los partidos políticos el Uruguay reafirman su estabilidad. No surgieron alternativas ni en la derecha, la ultra derecha o la izquierda. Fue el choque de fuerzas políticas tradicionales, con una variable sus fórmulas a la presidencia se renovaron totalmente, como nunca antes desde la recuperación democrática, con la excepción de la de Cabildo Abierto, con Manini Rios.

Hay cosas muy importantes que se definieron a nivel político, cultural e ideológico, que pesarán no solo en la estructura del gobierno, sino en la composición de nuestra sociedad, su sensibilidad, sus expectativas, su moral pública y obviamente influirán en las instituciones.

La batalla electoral y política en general, previa a este domingo 27 de octubre se libró en muchos terrenos. En la política, en la batalla cultural, en la justicia y las fiscalías, en la moral y la imagen del gobierno y la política en general, tanto entre los uruguayos como en la imagen internacional del país.

Se enfrentaron dos visiones del manejo de la economía, con sus promesas pre electorales del 2019 y su actual situación, tanto en los datos macro, con un aumento de la deuda externa del 13% y un déficit fiscal del 4.2%, con un crecimiento económico promedio bajo, lejos del promedio de los 15 años de gobiernos del FA. Pero la mayor diferencia en la economía fue su relación con la sociedad, el 5% de la población obtuvo grandes beneficios y acumuló riqueza, el 95% fue afectada y perdió capacidad de gasto, ahorro y nivel de vida. Las cifras son implacables.

Se enfrentaron en la ejecución de los diversos gobiernos concepciones diametralmente opuestas en materia del manejo del patrimonio nacional, el ejemplo más claro y definitorio es la entrega del puerto de Montevideo por 60 años a la empresa belga Katoen Natie. La mayor entrega de soberanía monopólica de nuestra historia.

Otro de los elementos claramente contrapuestos no fueron solo la cantidad, sino la calidad de los escándalos que vivió y protagonizó este gobierno, algunos vinculados a la droga y con una persistente ofensiva para tratar de que nos acostumbremos a ese nivel de amoralidad a nivel nacional y departamental, sobre todo de integrantes del Partido Nacional, sino que estuvieron directamente relacionados de una u otra manera con la Presidencia de la República.

El resultado en la interna de la coalición también nos aportará elementos importantes para el balance político, del estilo de campañas, una de ellas basada sobre todo sobre la trivialidad, la banalización y directamente el victimismo y la mentira. Incluso comprando encuestas. El resultado interno impactará fuertemente en la estabilidad del bloque multicolor.

Del otro lado, luego de la dura derrota sufrida por la izquierda y el movimiento popular en las elecciones del 2019, estaba en juego como absorbía y superaba esta prueba y mantenía su unidad y recuperaba su capacidad de proponer un Proyecto Nacional, realmente diferente al de la derecha en el gobierno.

La autocrítica se hizo mucho más con los hechos, hacia adelante, qué en un debate interno, pero dio sus resultados, apelando a los tres intendentes que tenía el FA, es decir posiciones de poder, se eligió a la fórmula presidencial. Una renovación total con una amplia mayoría para Yamandú Orsi.

Se mantuvo integra la unidad del FA e incluso se amplió a nuevos sectores de los partidos tradicionales históricos y sobre todo se recuperó una proporción muy importante de los votantes descontentos del FA y de votantes de otros partidos y los que votaron por primera vez. Esto incluso antes de conocer los resultados se puede prever con toda seguridad. El Frente Amplio creció en el número de votos y en los porcentajes de manera clara en relación al 2019. Este es un doble balance, de la opinión ciudadana sobre el gobierno multicolor y sobre la recuperación del FA. Las cifras darán una dimensión muy importante de la calidad de este cambio de resultado, en relación a las elecciones anteriores.

Los resultados internos también tienen una importancia muy grande, más allá de las mayorías parlamentarias y en los órganos internos, en el humor político e ideológico del voto del pueblo frenteamplista. Un dato importante para los próximos 5 años.

La aprobación o no del plebiscito del PIT-CNT apoyado por el PCU y el PS, tiene dos aspectos, uno cual será la situación de la macro economía y del financiamiento para el futuro gobierno, con un impacto negativo muy fuerte si triunfó el SI y en segundo lugar algo que algún momento deberemos discutir, son las conductas frenteamplistas y unitarias de los diversos partidos y grupos. La unidad no se construyó tragando sapos y culebras, sino construyendo juntos ideas, identidades, comportamientos políticos y democráticos.

Esta es una discusión que no podemos evadir, como tampoco podemos huir del debate sobre la moralidad y la inmoralidad pública que torpedea las instituciones y la propia lucha contra la delincuencia.

De esta elección surgirá también cual es el camino para enfrentar la principal enfermedad que atacó a la sociedad uruguaya; el delito y en especial el narco delito, con su violencia y su perversión de la convivencia en zonas de todo el país.

De un lado el Frente Amplio que se presentó claramente con una visión autocrítica y proponiendo encarar este drama como una enormes y compleja tarea nacional, no solo del estado sino de toda la sociedad uruguaya y las mayorías de la coalición que quieren insistir por este mismo camino con ajustes menores, como los allanamientos nocturnos.

Si se aprueba este plebiscito, el de permitir los allanamientos nocturnos, aunque tenemos que tener bien claro que no se trata de ningún tema de principios para la izquierda, es un retroceso importante para los uruguayos y mostrará cuan hondo caló en nosotros el "pequeño enano represivo" que llevamos adentro.

El Frente Amplio pudo disputar en buenas condiciones estas elecciones porque recuperó, a partir sobre todo de la batalla contra la LUC, de su actuación parlamentaria frente a diversos temas, elaborar un nuevo discurso a la ofensiva desde la nueva presidencia del FA de Fernando Pereira y porque su candidato durante 20 años, junto con Marcos Carámbula gobernó con muy buen resultado el departamento de Canelones. Y la gente se lo reconoce incluso ahora que ya no es más intendente. Hechos concretos construidos detrás y a partir del discurso de un gobierno fundido totalmente hace 20 años y hoy en pleno funcionamiento. Esa fue la clave de las elecciones internas y de la construcción de la presidencia de alternativa.

Un presidente de todos los uruguayos y de todos los frenteamplistas y no de un solo sector, por importante que sea dentro del FA y las manos tendidas como candidato y como intendente a todos los ciudadanos. Y ese discurso fue el hilo conductor de toda su identidad como candidato incluso en los momentos más duros, cuando quisieron destruir su vida personal, familiar y política que fue lo peor de lo peor de esta campaña.

El resultado también expresara la propia campaña, como el FA fue creciendo, en su comunicación, pero sobre todo en su participación y al finalizar alcanzó los niveles de las grandes y memorables campañas electorales, en Montevideo y en el Interior, con un esfuerzo especial de la fórmula que realmente trilló todo el país y no solo las capitales.

Tendremos tiempo además para analizar la distribución territorial, social, por edades, niveles culturales y por su lugar en la producción de los votantes, de todos los votantes.

También tendremos el derecho y la obligación de analizar las diversas encuestadoras, tanto cualitativas (las más famosas y conocidas) los paneles en Internet y la cuantitativas. Veremos cuanto pesó el supuesto apoyo o simpatía hacia el presidente Lacalle Pou en los resultados.

Esperamos con ansias y confianza el 27 de octubre del 2024.

Montevideo, 24 de octubre del 2024

 

Análisis del resultado electoral.

PRIMER BALANCE. Queda un trecho largo y empinado, pero posible


 

(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net) Uruguay.


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