2.9.24
Mijaíl Gorbachov
Por Esteban Valenti (*)
Voy a cumplir un compromiso asumido con un amigo y compañero periodista, con el que en diversas oportunidades nos comprometimos a escribir algo sobre el Mijaíl Gorbachov.
Lo voy a hacer sin ningún aniversario de por medio y en plena campaña electoral uruguaya. ¿Tiene algo que ver? Decidan ustedes.
Mario Dujisín murió hace pocos días y con el compartí las tareas de periodistas en Inter Press Service y largos debates a la distancia.
No le tengo ninguna simpatía a Mihail Gorbachov y soy muy crítico sobre el papel que jugó en todo el proceso como máximo líder de la URSS y del Partido Comunista de la Unión Soviética. Considero que la Perestroika y la Glasnost fue un envoltorio de imagen, de marketing mundial para un proyecto inexistente, que trató de diseñarse sobre la marcha, sin una base teórica, política ni siquiera instrumental y que fracasó estrepitosamente. No alcanzó ninguno de los objetivos que se había propuesto.
Analizando todo el proceso de la caída de la Unión Soviética y sus resultados posteriores, es más que evidente que no había un plan, un equipo humano y político capaz de conducir el proceso y que no se previeron los choques inevitables que se iban a producir, los enemigos y los posibles aliados.
Gorbachov, buscó sus aliados con más fuerza y empeño en el exterior de la URSS, en los EE.UU., la OTAN y la Unión Europea que dentro de la propia URSS para formar una base política y social de apoyo a sus objetivos.
¿La Unión Soviética cayó fundamentalmente por Gorbachov? No, hubo una combinación de factores que se venían acumulando desde hacía muchos años, pero el detonante fue Gorbachov y sus incapacidades. Fue superado totalmente por los problemas acumulados de la URSS y del PCUS, en particular una burocracia omnipotente, dividida en cuantos sus objetivos y la falta de cuadros y apoyos políticos y sociales como para iniciar grandes transformaciones, de democratización, de la economía y de la sociedad.
El proceso iniciado por Teng Siao Ping en China Popular en 1978 y hasta el año 1989 que realmente revoluciónó radicalmente todo el proceso político, económico y social chino y cuyas consecuencias se ven hoy en la transformación de ese país, en una de las dos principales potencias mundiales, con un crecimiento inigualable por parte de China, no es comparable.
No hay ningún país en toda la historia de la humanidad, que en menos de 40 años haya producido un cambio social de las dimensiones humanas, con cientos de millones de personas que cambiaron y mejoraron radicalmente su vida y lo siguen haciendo en medio de una expansión económica como la de China. Ningún otro país lo ha logrado hasta ahora.
La URSS se disolvió, se fragmentó, se desplomó económicamente y le llevó varias décadas comenzar a recuperarse, no tiene en absoluto una democracia que funcione realmente, ni la tuvo en el proceso de transición conducido por parte de los mismos burócratas que poco antes lideraban el PCUS.
Gorbachov aceptó sin chistar el compromiso de la OTAN de que los países que formaban el Pacto de Varsovia, que se estaban destruyendo, no se incorporarían a la Alianza Atlántica y no irían rodeando y ahogando a Rusia no solo de tratados militares, incluyendo las ex repúblicas integrantes de la URSS, como las tres repúblicas bálticas, sino que toda la estructura militar occidental se reorientaría a fortalecer un proceso de encerrar a Rusia, incluyendo todo lo sucedido en Ucrania, agravado por la marginación y opresión de las poblaciones de origen ruso en el Dombass y en Crimea.
Gorbachov consideró que el cambio en la URSS correspondería a un cambio simétrico en occidente, por el supuesto fin de la guerra fría. La degradación del otro lado del muro comenzó al otro día de su caída y el cerco a Rusia también, aún con su incipiente sistema capitalista, Rusia cambió la guerra fría por un cerco cada día más caliente. Los EE.UU. demostraron de inmediato que estaban dispuestos al mayor "sacrificio", ahogar y enfrentar a Rusia a costa de todos los muertos y los gastos militares de Europa.
Se podrá decir que esto ha quedado demostrado con los varios años pasados luego de la acción de Gorbachov, pero el grave error de no incluir en su ecuación el carácter imperial de los EE.UU. su tendencia genética a tratar de construir un mundo unipolar, fue una demostración no solo de ingenuidad sino de falta de visión histórica. El abandono de la ideología rígida y ortodoxa generada desde el Estado en la URSS, no exime a nadie a ir construyendo una base ideológica diferente y seria.
La caída de la Revolución de Octubre comenzó con "El Estado y la Revolución" y la incapacidad de Vladimir Ilich Lenin de revisar su propia teoría y visión política y económica a través de la Nueva Política Económica, por su muerte prematura y por terrible el error de permitir que alguien como José Stalin se apropiara del poder total durante 30 años, incluyendo la profunda y radical transformación de la dictadura del proletariado, en una dictadura de un partido y de un dirigente absoluto. Una involución totalmente previsible, por la historia rusa y por la base teórica manipulada y deformada por Stalin, que incluyó el dominio absoluto y total sobre la economía, la propiedad, la vida social, la ideología oficial, la historia oficial, la comunicación e información, la cultura y el arte oficial y hasta la genética oficial a través de su personal dictadura, pero de un entramado burocrático elevado a religión de estado.
El daño producido, las heridas en amplios sectores sociales, en el campesinado, en la inteligencia, en los intelectuales, los militares y en toda la sociedad soviética fue enorme y criminal. Los cambios producidos por Nikita Jrushchov fueron incipientes y cortados radicalmente por el aparato que restauró el oficialismo total en la vida soviética y en los países del este europeo. No se utilizó la violencia de la misma manera, también porque el daño dejado por Stalin era tan profundo que no fue necesario. Pero el pensamiento único siguió siendo ley.
El daño a la Unión Soviética, a los restantes países del "socialismo real" y los partidos comunistas en el mundo era en cierto sentido irreparable.
Cuando Gorbachov asumió y a pesar de un momento previo, un instante de reacción con Yuri Andrópov, la URSS, con su derrota en Afganistán, su pérdida notoria de energías productivas y creativas, y el hartazgo de su sociedad y de todas las sociedades de socialismo real, estaba en una franca crisis. No era la clásica crisis económica y social, de la super inflación, de las crisis financieras y comerciales, de la miseria y el hambre, sino del agotamiento de las fuerzas que mueven una sociedad y por ello implosionó desde adentro. Sin prácticamente violencia, con excepción de Rumania.
¿Era imprevisible? En absoluto, se supone que el poder en esos países y sobre todo en la URSS manejaba datos, estadísticas, estados de ánimo sociales, señales múltiples del propio Estado y de su sociedad. Fue imprevisible para los servicios de inteligencia occidentales, los más sorprendidos.
Gorbachov al frente de todo el poder se fue deslizando hacia la nada, escalón tras escalón y acelerando su caída en sus vacaciones en el Mar Negro. El intento de golpe de estado militar y de algunos segmentos del aparato de seguridad, fueron un fracaso total, por el poco apoyo y sobre todo porque esas tropas no estaban dispuestas a disparar contra su pueblo. Y el poder se resbaló rápidamente hacia el más oportunista y "popular" de los burócratas, Boris Yeltsin.
El grupo de cuadros, gobernantes y mandos militares de apoyo a Gorbachov brillaron por su ausencia, como habían brillado las bases teóricas de una posible transformación.
Gorbachov, hijo joven y dilecto de esa casta de burócratas, actuó en ese marco y nunca se animó a romper radicalmente para plantearse una transformación planificada de la URSS.
Inclusive el tan celebrado fin de la Guerra Fría fue solo un recreo, porque del otro lado, las tendencias al dominio global se acentuaron, en diversos gobiernos. Si no fue más violenta fue por Angela Merkel.
Hoy vivimos una etapa todavía más peligrosa, con más guerras calientes en todo el globo, desde que se terminó la Segunda Guerra Mundial, con alianzas específicas contra China y Rusia, que irónicamente están mucho más unidas que en la época en la que ambos países eran parte del socialismo real y estaban gobernadas por Partidos Comunistas.
La caída del "campo socialista" en Europa, en zonas de Asia y de regímenes anticoloniales en África produjo un impacto muy fuerte en las relaciones internacionales, en las nuevas tensiones, en la economía mundial, pero sobre todo en la batalla ideológica y cultural, en el surgimiento de fuertes tendencia de ultraderecha en los EE.UU. y en Europa y A. Latina.
Obviamente que todo esto no es responsabilidad de Gorbachov, sería no solo una simpleza sino una profunda deformación de la historia y es notorio que tendremos que ver todo el proceso comenzado por él con una visión de mayor perspectiva, pero a 35 años de la caída de la URSS Gorbachov no figura en el Panteón ni de los rusos, ni de la izquierda en el mundo.
(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net) Uruguay.