10.6.24
2025/2030: El bloque social y político de los cambios.
Por Esteban Valenti (*)
Esta categoría puede tener un defecto grave: fosilizarse en las cifras o los porcentajes o consolidarla una categoría electoral, una alianza. Sería un profundo error. Es la clave para todo, para ganar las elecciones a fin de año y sobre todo para gobernar con éxito para el país y su gente.
No es una categoría teórica, un lema, es un concepto clave de la verdadera acumulación de fuerzas y experiencias, en la oposición y en los 3 gobiernos del FA.
Para aplicar el Programa del FA, un plan de gobierno con impactos inmediatos y visibles en los temas fundamentales: unir la política económica a las políticas sociales, a las inversiones claves en educación, salud, ciencia y tecnología, a un giro importante en la seguridad y en la política internacional y ambiental y un cambio histórico, renovado y mucho más de fondo en la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres no alcanza solo con ganar las elecciones, incluso con mayoría parlamentaria, es necesario construir un nuevo bloque político y social de los cambios.
Naturalmente que eso implica capacidad de diálogo con toda la sociedad, con otras fuerzas políticas, con amplios sectores sociales y culturales. La amplitud no debe ser en detrimento de la profundidad de los cambios necesarios, que no son un conjunto de ocurrencias, son las palancas para acelerar el crecimiento, dinamizar y renovar el aparato productivo en todo el territorio, mejorar progresivamente el Estado en su eficiencia y en su calificación y darle sostenibilidad ambiental a todo el proceso de cambios.
El bloque requerirá de auténticas políticas nacionales, es decir que van más allá de las políticas de estado, porque incluyen en todas sus fases a los sectores sociales necesarios, los trabajadores, los profesionales y universitarios, las Pymes y las empresas y empresarios dispuestos a invertir en un plano de desarrollo progresista y los sectores claves del Estado.
El bloque implica romper la alternativa reduccionista y ortodoxa de estado o mercado, implica naturalmente considerar estos factores fundamentales, pero incluir lo más amplio de la sociedad civil y de las organizaciones sociales y culturales.
Los aspectos institucionales y naturalmente legales, como el presupuesto nacional, son una base insustituible, pero el éxito final depende de la capacidad de involucrar a sectores y mecanismos mucho más amplios y asegurar la coordinación más eficaz en las diversas áreas y tener la capacidad crítica a lo largo de todo el proceso. No es ni puede basarse en modelos.
La transparencia, el control ciudadano a través de la propia obra de las autoridades, de la prensa de la sociedad no es un lujo, es la clave para no vivir enfrascados en el deterioro del prestigio de la política y del propio gobierno, o de los diversos gobiernos nacional y departamentales. Recuperar la moralidad, terminar con esa imagen de que detrás de demasiadas cosas hay mal olor, hay opacidad.
Esto es fundamental para todo, pero en particular para la batalla por la seguridad, contra la delincuencia y en especial contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
El bloque político y social no es un amontonamiento de cosas, de sectores, es el soporte del programa, del plan de gobierno, de las prioridades en los cambios, de los objetivos sociales prioritarios y es la batalla cultural para devolver la confianza en TODOS los uruguayos en su país, para volver a ese momento extraordinario que volvían más compatriotas de los que se iban. Esa etapa trágica que es expresión de falta de la comunidad espiritual ha vuelto, se nos van demasiados jóvenes e incluso no tantos.
Necesitamos un gobierno con capacidades en el manejo político, en la gestión, en el diálogo en sus diferentes materias y con capacidad de coordinar y mucha voluntad de diálogo. A la derecha feroz y alocada, que prolifera en el mundo y en las inmediaciones, no se la vence y se la derrota con una izquierda y un progresismo simétricamente fanático y verborrágico.
Tenemos una tarea fundamental y urgente, afrontar el tema de la seguridad social, para terminar con la pésima e injusta ley aprobada por el actual gobierno y porque será la primera prueba de la construcción de este nuevo bloque, incluso desde el punto de vista cultural, como lograron hacer los bancarios.
La autocrítica y más en general el sentido crítico, precisamente por las muchas cosas que se cambiaron positivamente en los gobiernos del FA, no puede ser la continuidad del pasado, necesitan un nuevo impulso y corregir los defectos, las desviaciones en el ejercicio del nuevo gobierno. No un retoque, un auténtico nuevo impulso que incorpore los cambios que se han producido en el mundo, en la región y en el Uruguay, y que contenga en cada etapa una real y nueva descentralización.
El bloque político y social no será estable y permanente es un proceso, con acentos diferentes y prioridades que se reflejarán en su propia composición y donde la batalla cultural es imprescindible. No como la entiende la actual derecha en el poder, sino en el sentido más democrático, más plural, más laico que nunca y donde el debate sea una parte central de la riqueza espiritual del país.
No tenemos todos los cuadros necesarios, hay que asumirlo, por lo tanto necesitamos audacia en la selección, apelar a las capacidades académicas y políticas y al aporte fundamental de las mujeres y de las nuevas generaciones. Nadie es capaz de entender a fondo las nuevas realidades de esas generaciones que deben ser sujetos y no objetos de las políticas renovadoras.
Hace falta la construcción permanente de un renovado proyecto nacional, con una especial atención a la democracia y las heridas que todavía sufrimos, como por ejemplo los 197 desaparecidos y los islotes, pequeños pero muy oscuros de complicidades y silencios con la dictadura y sus crímenes.
La fortaleza y amplitud del bloque tendrá mucha importancia en el desarrollo de una política internacional, de cooperación, de integración, de paz, de apertura comercial, de protección ambiental y lucha contra el calentamiento global. Nuestro país puede aportar no tanto por su tamaño, sino por su ejemplo, por sus resultados, por substituir el actual griterío sin ningún resultado, con una estrategia y una práctica diplomática audaz y basada en nuestras mejores tradiciones.
Las retos que afronta nuestra civilización, las guerras, las pandemias, el cambio climático, el crimen organizado a escala global, la concentración vergonzosa de la riqueza, la lentitud con la que progresamos en los grandes desafíos contra el hambre, de los 100 millones de refugiados, no podemos ignorarlos o tratarlos como un hecho de la crónica inevitable. Estamos navegando en esos mares y debemos remar duro y con inteligencia.
También los retos contradictorios, como las nuevas formas del trabajo, por lo tanto de la vida en sociedad, del ocio, del arte, del deporte, de la cultura requieren cambios permanentes e inteligencia y audacia para enfrentarlos. Un ejemplo es el debate que hoy acucia al mundo, el de la Inteligencia Artificial.
Un abordaje especial, audaz y creativo, pero con los pies en la tierra será sin duda el de la situación demográfica y prácticamente la paralización del crecimiento de nuestra población. Un gobierno progresista debe considerarlos a corto, mediano y largo plazo.
No se trata de un bloque circunstancial y utilitario, sino de la parte medular de un nuevo momento en la vida nacional, de sus pies bien plantados en la dura realidad y la herencia que nos quedará en muchos frentes, pero mirando siempre en la estrategia, en el futuro, no como una coartada para dilatar los cambios, sino todo lo contrario, para ser más audaces y creativos que nunca. Eso fue la base de la acumulación positiva de nuestro primer estado del bienestar.
(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net) Uruguay.
