6.5.24
Italia: Monólogo del 25 de abril
Por Antonio Scurati (*)
El monólogo sobre el 25 de abril censurado por la televisión italiana que el escritor Antonio Scurati debía leer en CheSarà, el programa de la RAI presentado por Serena Bortone, lo ha publicado el propio autor en sus perfiles sociales.
Este es el texto:
Cinco personas le esperaban delante de la casa, todos ellos escuadristas llegados de Milán, profesionales de la violencia contratados por los más estrechos colaboradores de Benito Mussolini. El honorable [Giacomo] Matteotti, secretario del Partido Socialista Unificado, la última persona del Parlamento que aún se oponía abiertamente a la dictadura fascista, fue secuestrado en pleno centro de Roma, en pleno día, a la luz del sol. Se debatió hasta el final, igual que había luchado toda su vida. Le apuñalaron hasta la muerte y después descuartizaron su cadáver. Lo doblaron para meterlo en una fosa mal excavada con una lima de herrero. Mussolini fue informado inmediatamente. Además del crimen, fue culpable de la infamia de jurar a la viuda que haría todo lo posible por traer de vuelta a su marido. Mientras juraba, el Duce del fascismo guardaba los papeles ensangrentados de la víctima en el cajón de su escritorio. En esta falsa primavera nuestra, sin embargo, no sólo conmemoramos el asesinato político de Matteotti; también conmemoramos las masacres nazi-fascistas perpetradas por las SS alemanas, con la complicidad y colaboración de los fascistas italianos, en 1944.
Y aquí están, estas masacres, las más atroces: Fosas Ardeatinas, Sant'Anna di Stazzema, Marzabotto. Estos son sólo algunos de los lugares donde los demoníacos aliados de Mussolini masacraron a sangre fría a miles de indefensos civiles italianos. Entre ellos había cientos de niños y hasta bebés. A muchos incluso los quemaron vivos, a algunos los decapitaron. Estos dos luctuosos aniversarios concomitantes -primavera del 24, primavera del 44- proclaman que el fascismo fue a lo largo de toda su existencia histórica -no sólo al final u ocasionalmente- un fenómeno irredimible de sistemática violencia política homicida y de masacres. ¿Lo reconocerán de una vez los herederos de esa historia? Todo indica, por desgracia, que no lo harán. El grupo gobernante postfascista, tras haber ganado las elecciones en octubre de 2022, tenía dos caminos ante sí: repudiar su pasado neofascista o intentar reescribir la historia. Sin duda, ha tomado el segundo camino. Tras haber evitado el tema durante la campaña electoral, la primera ministra, cuando se ha visto obligada a abordarlo con motivo de los aniversarios históricos, se ha ceñido obstinadamente a la línea ideológica de su cultura neofascista de origen: se ha distanciado de las crueldades indefendibles perpetradas por el régimen (la persecución de los judíos) sin repudiar nunca la experiencia fascista en su conjunto, ha culpado únicamente a los nazis de las matanzas perpetradas con la complicidad de los republicanos fascistas [de Saló] y, por último, ha ignorado el papel fundamental de la Resistencia en el renacimiento de Italia (hasta el punto de no llegar a mencionar en ningún momento la palabra "antifascismo" el 25 de abril de 2023)".
(*) Antonio Scurati, escritor napolitano, es profesor asociado de la Universidad Libre de Lengua y Comunicación de Milán (IULM). Ensayista y novelista conocido por su trilogía sobre Mussolini, de la que han publicado dos volúmenes, "M. Il figlio del secolo" y "M. L´uomo della provvidenza", es también articulista del Corriere della Sera y ha obtenido alguno de los premios literarios italianos más importantes como el Strega, el Viareggio o el Campiello.
Fuente: www.sinpermiso.info, 28 de abril
