bitacora
ESPACIO PARA PUBLICIDAD
 
 

6.5.24

"Otros cinco años de Von der Leyen serían fatales", entrevista a Carola Rackete.

imagen

Por Àngel Ferrero (*)

Carola Rackete (Preetz, 1988) se hizo conocida internacionalmente como capitana del Sea Watch 3, cuando fue detenida en 2019 por el gobierno italiano después de desafiar las órdenes del Ministerio del Interior, entonces dirigido por Matteo Salvini.

El mismo que impidió el acceso del buque con 50 emigrantes que había rescatado en alta mar a un puerto seguro en Italia. Rackete encabeza hoy como independiente la candidatura de La Izquierda alemana al Parlamento Europeo. En esta entrevista habla sobre política de inmigración, el estado actual y el futuro de la Unión Europea y los problemas de la izquierda alemana y europea.

¿Qué le llevó a presentarse como candidata por La Izquierda?

Los movimientos sociales tienen un papel decisivo a la hora de ejercer presión sobre gobiernos y partidos para introducir cambios. Pero para que sean efectivos necesitan también el apoyo de los representantes en el Parlamento Europeo. Mi objetivo es apoyar a los movimientos en Europa y el Sur global y garantizar que sus voces son oídas proporcionándoles información y que puedan llegar a la gente. Teniendo en cuenta el próximo giro a la derecha es urgente reforzar los partidos y las políticas de izquierda, y eso es algo que me gustaría explicar con mi candidatura en los movimientos sociales.

La crisis climática es una catástrofe inexorable, causada por relaciones de poder injustas, cabildeo y falta de participación democrática. Para contrarrestar la crisis climática y la extinción de especies debemos ir a la raíz de los problemas. Por eso La Izquierda es la única opción que se pronuncia claramente en contra el capitalismo y está dispuesta a hablar de expropiaciones y socializaciones. Además, es el único partido que no acepta donaciones de empresas. En el momento de frenar a la derecha, es importante proteger las instituciones de izquierdas, combatir la crisis climática y reforzar los vínculos entre los movimientos sociales.

Entonces La Izquierda estaba dividida, hoy compite con la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW). Actualmente BSW supera en las encuestas a La Izquierda. Como eurodiputada, ¿qué relación mantendrá con los eurodiputados de esta formación?

Me presento como independiente y defiendo unos temas concretos. Mi foco se centra en la crisis climática, la socialización de los sistemas de energía y calefacción y la protección de los ecosistemas, por ejemplo, mediante una ley de protección de los recursos naturales. En la Unión Europea, los intentos hasta la fecha de pintar de verde el capitalismo han terminado como era de esperar en nada. Ni las leyes de reciclaje ni los programas de eficiencia de recursos han llevado a una reducción del consumo de recursos. Otra de las cosas que reclamaré es un impuesto a la riqueza para la gestión de la crisis climática, ya que al fin y al cabo los ricos y superricos nos han llevado a ella. Hay mucho trabajo que hacer en muchos ámbitos, por eso no haré una política de partido, sino que me ocuparé de contenidos. En ese sentido, no habrá una relación con BSW.

La actual presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado recientemente su intención de presentarse a la presidencia de la Comisión Europea. ¿Cómo valora su trabajo en el cargo?

Bajo su presidencia conservadora se ha profundizado la brecha social en la Unión Europea. ¿Qué cambiaría en un segundo mandato? Hay una influencia excesiva de los lobbies en la Comisión Europea, no solamente en la compra de mascarillas durante la pandemia. Cuando un poni de la señora Von der Leyen fue atacado por un lobo, se unió a las asociaciones de cazadores para permitir la caza de una especie protegida en toda Europa. Bajo la presión de las derechas ha frenado muchas leyes medioambientales, como el elogiado Green Deal, que se ha quedado a medio camino, y al final las ha sacrificado al populismo, como ha ocurrido con la normativa sobre pesticidas, la prohibición de sustancias químicas, el farm to fork (de la granja al plato), la ley para la restauración de la naturaleza y, posiblemente, la regulación para proteger a los bosques de la deforestación. Otros cinco años de Von der Leyen serían fatales.

Esta legislatura ha estado marcada por el conflicto en Ucrania. ¿Qué opinión le merece el rol de Bruselas en este conflicto -las sanciones contra Rusia, la ayuda militar a Ucrania- y la invitación a Kiev de entrar en el bloque?

Las sanciones contra Rusia tienen sentido, pero deben tener un objetivo mucho más concreto para debilitar la base de poder de Putin. Eso incluye la industria militar rusa, el complejo militar-industrial y la riqueza en el extranjero de los millonarios y multimillonarios rusos. La aprobación de un registro de riqueza a escala europea sería una manera eficaz para poder tener acceso a este dinero. De este modo sería transparente quién tiene qué riqueza, incluyendo propiedades inmobiliarias y yates, en Alemania o en la Unión Europea. Las sanciones dejan de tener sin embargo sentido cuando afectan a la población civil, por ejemplo, causando una escasez de alimentos. Muchas de las sanciones, en consecuencia, no cumplen con los objetivos marcados. Se sigue importando gas ruso en la Unión Europea, por ejemplo.

Estoy en contra de todo imperialismo, y Ucrania, como estado soberano, tiene el derecho a defenderse contra un nuevo ataque de Rusia. Me parece correcto que se entreguen armas para su defensa. Pero nuevas entregas de armamento o incluso la presencia de tropas terrestres no llevarán al fin de la guerra. Eso solamente se conseguirá con negociaciones y diplomacia, pero la decisión final debe tomarla Ucrania. Sobre la entrada de Ucrania en la UE, es algo que la población ucraniana debe decidir. Aceptar un estado en guerra, con todo, me parece equivocado.

Otro conflicto que ha ocupado a los eurodiputados es el de Gaza. ¿Cómo juzga el papel de Bruselas? Incluso La Izquierda en Alemania no tiene una posición unánime en esta cuestión.

La Izquierda exige desde hace meses un alto el fuego y que Hamás libere a los rehenes. Incluso la ministra de Asuntos Exteriores alemana apoya esta demanda. Una mayoría de los alemanes está favor de una crítica más clara a Israel, en La Izquierda, de acuerdo con una entrevista de ZDF, sería incluso un 67%. La declaración institucional tras la última cumbre europea tiene un lenguaje mucho más claro que las anteriores. Aunque dudo que se llegue a un consenso en este tema entre todos los estados miembro.

Los sondeos pronostican al bloque de la derecha, especialmente a la extrema derecha, representada por los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID), un importante avance. ¿Ve posible una alianza entre el Partido Popular Europeo (PPE) y la extrema derecha? ¿Cómo puede la izquierda oponerse a este bloque de derechas?

[El presidente del PPE] Manfred Weber y Ursula von der Leyen se han manifestado públicamente a menudo a favor de una cooperación con las fuerzas a su derecha. Así que cabe temer una cooperación que no es para nada improbable. La izquierda tiene delante suyo un desafío, el de contrarrestar este desarrollo. Una posibilidad consiste en movilizar a la mayoría silenciosa y activarla. Las recientes investigaciones de Correctiv en Alemania han horrorizado a muchos votantes de Alternativa para Alemania (AfD). Uno de los mayores problemas lo veo en que esta protesta no se ha transformado en nada tangible, y las políticas del gobierno federal siguen abonando el terreno a la derecha sin que éste modifique su curso. Sería importante estudiar la posibilidad de prohibir AfD. Para los partidos de izquierdas es importante motivar a las personas que acuden a las protestas para que acudan a las urnas y se aseguren que sus voces son oídas.

Según esas mismas encuestas, los partidos de izquierdas en la mayoría de países obtendrían peores resultados que en las últimas elecciones europeas. ¿Qué se ha hecho mal en su opinión?

La Izquierda ha estado lastrada durante mucho tiempo por las divisiones y conflictos internos, lo que ha llevado a que sus propuestas no sean percibidas con claridad. Pero la escisión abre nuevas oportunidades. Alemania necesita un partido de izquierdas fuerte, que ataque los problemas de raíz y, con la presión de la izquierda a socialdemócratas y verdes, consiga cambios sustanciales en la vida de las personas. Esto es algo que, por desgracia, La Izquierda no ha logrado en los últimos años, mientras, en paralelo, las derechas han jugado con el populismo muy hábilmente. EL mayor problema, con todo, ha sido la ausencia de un cortafuegos a AfD tanto de los socialdemócratas como de los conservadores, cuyos discursos han virado a la derecha y, con ellos, han transformado el paisaje político del país.

Entre los partidos de izquierdas no hay ningún consenso sobre qué pasos debería tomar el proyecto europeo en el futuro más allá de la crítica a su forma actual. En su opinión, ¿deberían profundizarse los procesos de integración y encaminarse a una federación política? ¿Deberían revisarse los tratados para replantear las estructuras comunitarias actuales? ¿O debería procederse a un desmontaje controlado de la UE y retornar a los estados miembro una parte de su soberanía?

La UE debe democratizarse urgentemente. Bruselas es conocida como la mayor capital de cabilderos del mundo, con unos 25.000 trabajadores de lobbies. Su influencia en las decisiones es enorme, y con frecuencia éstas no repercuten en el bienestar común, sino que benefician a los intereses de las grandes empresas. El poder en los procesos políticos lo tienen sobre todo las grandes empresas, no los representantes electos. Esto demuestra la necesidad de que haya un parlamento con iniciativa legislativa, para poder aprobar leyes y hacer más transparente todo el proceso. En comparación a la Comisión y el Consejo, el Parlamento Europeo sigue siendo débil. Me parece especialmente problemático que un solo país tenga la capacidad de bloquear las decisiones del Consejo, como por ejemplo han hecho los liberales alemanes del FDP con su veto contra la ley que prohibía los motores de combustión. Esta realidad, la de que un partido con un 5% de representación en el gobierno sea capaz de frenar toda una legislación europea en el Consejo, debe modificarse de inmediato.

 

(*) Àngel Ferrero es miembro del comité de redacción de Sin Permiso


Atrás

 

 

 
Imprimir
Atrás

Agrandar texto

Achicar texto

linea separadora
rss RSS