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1.4.24

El populismo pertenece a la izquierda (entrevista a Thomas Frank) - (I)

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Por Thomas Frank  (*)

 ¿Cómo es posible que el populismo tenga tan mala fama? Es una palabra que, para muchos, transmite sucintamente todo lo que hay de racista, antiintelectual, conspirativo y provinciano en la política de masas de la clase trabajadora. 

Es una etiqueta que se aplica a demagogos de derechas como Donald Trump, Jair Bolsonaro y Marine Le Pen, a los que luego se confunde con líderes de izquierdas como Bernie Sanders, haciendo que todos ellos aparezcan como diferentes instancias de la misma fuerza peligrosa.

En resumen, dice Thomas Frank, fueron las élites enemigas del populismo quienes definieron el movimiento de agricultores y trabajadores de finales del siglo XIX como una amenaza maníaca para el orden social. El historiador de mediados del siglo XX Richard Hofstadter convirtió este ataque partidista en un lugar común, dando como resultado que muchos críticos con el establishment hayan sido estigmatizados y vistos como una masa indiferenciada. Todo ello sentó las bases de la dinámica actual, con un Partido Demócrata que santifica el gobierno de los expertos y un Partido Republicano que se ha apropiado con éxito de la revuelta popular y la ha transformado en un conflicto de clases sociales en el que las cuestiones de poder económico aparecen estetizadas.

El último libro de Thomas Frank, The People, No: A Brief History of Anti-Populism, es una historia de esta dinámica política.

En esta entrevista para el podcast The Dig de Jacobin Radio, Astra Taylor conversó con Frank sobre esta importante historia. La transcripción ha sido editada por razones de extensión y claridad.

Astra Taylor: La elección de Donald Trump dio lugar a una avalancha de artículos, que se convirtieron en libros sobre el auge del populismo, con la idea de que Trump era el epítome del término. En todos ellos se establecía una falsa equivalencia entre Sanders y Trump, que me pareció muy falsa.

Pero me pregunto si puedes recapitular ese discurso para nosotros, porque también abres tu libro con él. ¿Por qué te resultó tan frustrante?

Thomas Frank: Hace años que me fascina el populismo. Me refiero al movimiento político de la década de 1890, a la gente que inventó la palabra "populismo".

Era una especie de movimiento obrero-agrícola, especialmente fuerte en mi estado natal, Kansas. Durante un tiempo, los populistas básicamente gobernaron el estado. Yo conocía el tema muy bien. Admiraba mucho a los populistas originales y no me lo podía creer cuando la gente empezó a utilizar esa palabra como una especie de abreviatura de "demagogo racista", que es lo que estaban haciendo con Donald Trump. Me volvía loco porque eso no era el populismo, y eso no es lo que la palabra significa para mí.

Yo diría que Donald Trump imita el populismo o que Donald Trump es una especie de falso populista o que Donald Trump y el Partido Republicano están construyendo una especie de extraña "izquierda fantasmagórica", que es lo que están haciendo.

Creo que todas esas cosas son correctas, pero llamarle populista sin más me sacó de quicio, Astra. Me he dado cuenta de esto junto con otras personas que conozco, de Kansas y del Medio Oeste, que están familiarizadas con el movimiento populista original y saben algo sobre él y tienen esta especie de orgullo regional por nuestros antepasados que estuvieron en el movimiento populista.

Escribí un artículo sobre ello para The Guardian, en el que criticaba parte de esta literatura por el hecho de entender la tradición populista en Estados Unidos de forma completamente errónea. Y luego decidí escribir un libro sobre ello. Hablemos de la realidad, pensé. Hablemos de lo que era el populismo. Pero en el camino me tropecé con un argumento mucho más interesante, con una historia mucho más interesante, que es la historia del antipopulismo. La gente que odiaba el populismo en la década de 1890 y que lo sigue odiando hoy en día. Estas personas me resultan fascinantes.

Astra Taylor:¿Qué es el populismo? Es ciertamente un término que está siendo cuestionado. Está siendo utilizado como un arma por estos antipopulistas. Y me ha sorprendido la forma en que el populismo está siendo apropiado por la derecha.

Thomas Frank: Steve Bannon usa la palabra todo el tiempo. Y no creo que Steve Bannon sepa lo que significa. Pat Buchanan la usa todo el tiempo. Desde que escribí el libro, he descubierto que [Barack] Obama más de una vez se llamó a sí mismo populista. Jimmy Carter solía llamarse a sí mismo populista, pero no es habitual que los políticos se apliquen la palabra a sí mismos.

Si se quiere rastrear la historia real de la palabra, hay que remontarse a su origen. Fue inventada por una gente que creó lo que se dio en llamar el Partido del Pueblo en el año 1891, el último ejemplo de movimiento relativamente exitoso en su pretensión de constituirse en tercer partido en la historia de Estados Unidos.

Tocaron poder. Eligieron cargos públicos en toda una serie de estados del Medio Oeste, el Sur y el lejano Oeste. Su nombre formal era el Partido del Pueblo [People's Party], pero era un nombre muy torpe. No es muy pegadizo. Así que un grupo de políticos de Kansas estaban sentados un día en un tren en 1891, tratando de encontrar un apodo para esta organización y se les ocurrió "populismo". Y tuvo éxito.

Mi definición, si queremos tomarnos en serio esta historia -lo que creo que estamos obligados a hacer con la tradición populista-, es el resultado de extrapolar las principales características de ese movimiento y de otros movimientos muy similares. La tradición populista es una coalición multirracial de trabajadores unidos, un movimiento de masas de personas trabajadoras unidas en su lucha por la democracia económica.

La multirracialidad es una parte importante. No es un movimiento racista. También la referencia a las "personas trabajadoras" es importante. Los populistas estaban intensamente centrados en la gente trabajadora, en la clase trabajadora, hablaban de ello todo el tiempo. Y el motivo por el que se unen también es importante: la democracia económica. Se unen para ayudar a la gente de abajo. Los agricultores, los obreros... quieren la jornada de ocho horas. Quieren un programa agrícola federal. Quieren una forma de lucha contra los monopolios. Quieren un sistema bancario que funcione para la gente corriente. No quieren recortes fiscales para los ricos. No tratan de poner a Estados Unidos de nuevo en el patrón oro. Así que esa es mi definición de populismo.

Y si lo defines así, hay movimientos populistas que han estallado a lo largo de la historia estadounidense. En los años 30, el movimiento obrero. En los 60, el movimiento por los derechos civiles, que se transformó en un movimiento populista más amplio sobre cuestiones económicas. De eso hablaba Martin Luther King Jr. todo el tiempo. Luego fue asesinado y, entre eso y la Guerra de Vietnam, se puso fin a todo. El movimiento de Bernie Sanders está en la misma línea. Y cuando ves a alguien como Donald Trump o cualquiera de estos republicanos sobre los que he estado escribiendo toda mi vida, ves con claridad que es una forma cínica y fantasmagórica de falso populismo, falso obrerismo, falsa izquierda.

Demos un paso atrás. Un tema presente en todos mis escritos y en todos los libros que he estado escribiendo todos estos años es que este es un país que ya no tiene una izquierda tradicional. El Partido Demócrata acabó con ella en los años 90 con el clintonismo. ¿Quién va a ocupar ese nicho?

En Estados Unidos sigue habiendo mucha gente de clase trabajadora. No es que sus necesidades hayan desaparecido. Entonces, ¿quién va a llenar ese nicho de mercado? Y la respuesta es que tienes a estos estafadores de la derecha que llegan a esas personas y les dan falsas promesas. De eso se trata. La ausencia de un verdadero movimiento populista allana el camino al falso populismo.

Astra Taylor: En un momento dado escribes que el populismo fue uno de los primeros grandes esfuerzos por domar el sistema capitalista. Y este es un podcast orgullosamente socialista. Así que me pregunto dónde encaja históricamente el socialismo en esta conversación. Acabas de decir que Bernie Sanders está muy dentro de la tradición populista. Y estoy de acuerdo. Me preguntaba si podrías profundizar un poco más en eso.

Thomas Frank: Hay una diferencia. Muchos de los populistas eran socialistas, pero su idea era ser un movimiento mucho más amplio que eso. No eran marxistas. Es importante recordar que su pensamiento se remontaba a Thomas Jefferson y Thomas Paine. Gente así. Padres fundadores americanos muy conocidos. Ellos sabían quién era Marx. Si lees sus periódicos, se refieren a Marx y cosas por el estilo, pero no eran marxistas. El marxismo generalmente no considera a los agricultores como proletarios adecuados, normalmente porque los agricultores son dueños de su propia tierra, lo que ciertamente era el caso en Kansas.

Pero probablemente eso sea un error. Esta gente en Kansas era dueña de su propia tierra, pero a pesar de ello se trataba de algunas de las personas más pobres de Estados Unidos. Si nos fijamos en los populistas en el Sur, sí, muchos de ellos eran dueños de sus propias tierras, pero, una vez más, se trataba de algunas de las personas más pobres de Estados Unidos. Los agricultores eran entonces absolutamente mayoritarios en Estados Unidos. Eran más del 50 % de la población. Cuando el populismo murió después de las elecciones de 1896, el partido perduró un poco más, pero básicamente se quedaron sin aliento después de esas elecciones.

Y ese fue su fin. Pero muchos de los líderes se pasaron al nuevo Partido Socialista. Eugene Debs, por ejemplo, que se convirtió en líder socialista, había sido un populista, y el gran periódico socialista, Appeal to Reason, se publicaba en Girard, Kansas. Appeal to Reason comenzó su vida como un periódico populista y luego hizo el gran cambio al socialismo, como tantas de estas personas populistas hicieron. No es un movimiento que mire a los teóricos europeos. Es muy americano. Cuando hablo con europeos y explico en qué creía el Partido Populista, dicen: "Bueno, eso es simplemente socialdemocracia". Y es verdad. Lo es. Es absolutamente correcto. Pero es la versión estadounidense de eso. El Partido Populista era muy similar al Partido Laborista en Inglaterra o al Partido Laborista en Australia, que surgieron al mismo tiempo. Pero, al mismo tiempo, era genuinamente estadounidense.

Astra Taylor: Háblanos un poco más de aquellos primeros agricultores y de algunas de las instituciones que crearon, como la Alianza de Agricultores, para conformar una visión que nos permita sentirlos con nosotros en la década de 2020.

Thomas Frank: Los agricultores eran la mayoría absoluta de la población, más del 50 %. Se trataba, con diferencia, del grupo ocupacional más numeroso de Estados Unidos en las décadas de 1880 y 1890, pero era un grupo que estaba de capa caída. Se empobrecían con el paso de los años. Cada vez les resultaba más difícil sobrevivir. Se prolongó durante décadas y los agricultores no hacían más que sentir que su situación empeoraba y empeoraba y empeoraba.

En el Sur, se habían convertido en una especie de siervos. Básicamente estaban controlados por banqueros y comerciantes locales que les concedían créditos. Estos banqueros y comerciantes dirigían a los agricultores, diciéndoles qué cultivar, a qué dedicar su tiempo... todo.

Así que el grupo llamado Alianza de Agricultores, que es básicamente un sindicato de agricultores, se formó con la idea de que, si todos los agricultores se unían por todo Estados Unidos y empezaban a estudiar economía y a estudiar su situación, podrían averiguar qué había ido mal y qué podrían hacer al respecto. Este movimiento entre los agricultores creció a pasos agigantados. Se convirtió en un enorme movimiento de masas. Tenía toda una serie de divisiones y secciones diferentes y había variedades regionales del mismo. Tenía millones y millones y millones de miembros. Se referían a sí mismos como una universidad nacional porque la idea era educar a los agricultores.

Los agricultores eran personas que, por definición, no tenían mucha educación y no habían ido a la universidad, normalmente no habían ido al instituto. Y la Alianza de Agricultores distribuía panfletos entre esta gente, panfletos que explicaban su situación económica. Intentaron crear universidades aquí y allá; enviaban conferenciantes por todo el país para hablar de la situación económica de los agricultores. También crearon periódicos. La idea era que cada pequeña ciudad de Kansas, del mismo modo en que tenía un periódico republicano, tuviera también un periódico populista o un periódico de la Alianza de Agricultores, que cubriera desde una visión muy izquierdista las cuestiones de actualidad. Y su idea era averiguar qué había ido mal para los agricultores y tomar medidas colectivas para hacer algo al respecto.

Lo que descubrieron después de probar todas estas formas de acción colectiva es que no podían hacer nada sin la política. Así que se metieron en política, y al principio lo hicieron apoyando a políticos de uno de los dos grandes partidos. Pero fue frustrante. Y entonces decidieron lanzar su propio partido, lo que fue un movimiento muy atrevido, pero lo hicieron. Y esto fue el populismo. Salieron de la nada en el año 1890.

Este es el primer año en el que lo intentaron. Salieron de la nada y obtuvieron la legislatura de Kansas. Kansas fue su estado más exitoso. Kansas era bastante radical en ese momento. El Estado fue fundado por abolicionistas. Y así se consiguieron la legislatura estatal en Kansas, fue una sorpresa total para el Partido Republicano local y, de hecho, para todo el mundo. De allí pasaron a todos los estados de las Grandes Llanuras, a todo el Oeste, a todo el Sur, a todo el Medio Oeste con diferentes niveles de éxito dependiendo del lugar. El único lugar donde no tuvieron ningún éxito fue el Noreste. Pero fue la última vez que un tercer partido se organizó a nivel nacional. Disputaron elecciones a lo largo y ancho del país. Y, de hecho, eligieron a miembros del Congreso, alcaldes, gobernadores... incluso presentaron a un candidato a la presidencia, pero eso fue algo secundario. Eso era el populismo. De ahí vino.

Por el camino, se fueron uniendo otros grupos. Comenzó con la Alianza de Agricultores, pero con el tiempo se unieron todos los demás grupos que pedían una reforma laboral en la época. Los Caballeros del Trabajo [Knights of Labor] formaban parte de este movimiento. Muchos otros sindicatos formaban también parte del mismo. La AFL [American Federation of Labor] no lo era, por cierto. Samuel Gompers no quería formar parte de esto. Pero muchos de los sindicatos más radicales se unieron. Querían muchas reformas electorales. El movimiento por el sufragio de las mujeres formaba parte de este esfuerzo reformista del populismo.

Astra Taylor: Así que están tratando de averiguar dónde intervenir realmente en el sistema político estadounidense, lo que me parece que los izquierdistas están empezando a hacer de una manera estratégica en la actualidad. Por otra parte, muchas de sus demandas son ahora de sentido común porque se llevaron a término, ¿cierto?

Thomas Frank: Sí, absolutamente. Tenían sus tres grandes demandas económicas, que eran un programa gubernamental para los agricultores, que conseguimos, por supuesto, en el New Deal. Querían que el gobierno nacionalizara los ferrocarriles, lo que nunca hicimos, pero sí regulamos los ferrocarriles, que al final va en la misma línea; querían este tipo de lucha contra el monopolio. Y el patrón oro: querían reformar la moneda.

Es difícil para los oyentes de hoy en día entender este enorme problema económico en la década de 1890, pero voy a intentarlo. Estábamos en lo que se llamaba el patrón oro en ese momento, lo que significaba que el valor del dólar estaba vinculado a la cantidad de oro que teníamos en el Tesoro de Estados Unidos. Y debido a que el oro es extremadamente escaso, el valor del dólar iba a subir todo el tiempo. Esto podría provocar deflación, lo contrario de la inflación, y es muy, muy, muy malo para ti si pides dinero prestado. Y los agricultores en ese entonces y hasta el día de hoy son una clase deudora.

Piden dinero prestado como parte de sus operaciones. Todos los años piden dinero prestado. Y al final de la cosecha, después de venderla, lo devuelven. Esto es lo que hacen los agricultores. El problema es que, si la moneda aumenta su valor real, tú pides dinero prestado y luego, cuando vas a devolverlo, vale mucho más. Pongamos que pides prestado el equivalente a cinco fanegas de maíz. Cuando vas a devolverlo, son siete u ocho fanegas de maíz. Esta es una gran parte de la explicación de por qué los agricultores estaban de capa caída en la década de 1890, por qué su nivel de vida estaba disminuyendo, por qué se estaban arruinando.

Y por eso querían sacar a Estados Unidos del patrón oro y tener una moneda que siguiera el ritmo del crecimiento de la economía y de la población en lugar de hacer lo contrario, que es lo que hacía el patrón oro. También querían reformas electorales. Querían facilitar el voto y hacerlo más seguro. Querían el voto para las mujeres. Querían el voto secreto. En aquella época se votaba en público y todo el mundo podía ver a quién se votaba porque la papeleta era distribuida por uno de los dos partidos políticos. Querían...

Astra Taylor: Una innovación australiana, ¿verdad? No algo de Estados Unidos.

Thomas Frank: Sí, lo llamaban "la papeleta australiana". Así es. ¿No reparten salchichas gratis en el colegio electoral? Es parte del trato allí, ¿cierto?[1]

Volviendo a lo que comentábamos, había una increíble concentración de riqueza. No había impuesto sobre la renta. Querían un impuesto sobre la renta: esa fue una de las demandas populistas. Este es el gran apogeo de los Vanderbilt y los Astor y los Carnegie, las grandes fortunas americanas. Enorme concentración de riqueza, enormes monopolios. Es cuando surge la Standard Oil. Todos los monopolios ferroviarios ya están formados. Tienes un monopolio del acero. Y el gobierno no hace nada para detener a estos monopolios. También es una época de extraordinaria corrupción política.

Y de lo que se dieron cuenta los populistas, y de lo que empezamos a darnos cuenta de nuevo hoy, es de que estas tres cosas iban de la mano. Que la concentración extrema de la riqueza y la monopolización van de la mano con la corrupción política. Desafortunadamente, la palabra ha sido envenenada en la actualidad.

Astra Taylor: Se les consideraba unos aficionados descerebrados, que se metían donde nadie les llamaba e intentaban opinar sobre cosas que deberían dejarse a los expertos, pero ¿quién tenía razón al final? Ya no estamos en el patrón oro. Estos agricultores autodidactas pueden ser reivindicados.

Thomas Frank: Sí, resultaron tener razón en todos los temas que mencioné. Ahora tenemos un programa agrícola. Regulamos los ferrocarriles. Regulamos los monopolios, o al menos la gente cree que lo hacemos. Las mujeres tienen voto. Tenemos el voto secreto. Todos tenemos la jornada de ocho horas. Tenemos todas estas cosas. Se trata de un grupo al que la historia le ha dado totalmente la razón. Básicamente todo lo que estaba en su agenda finalmente sucedió, aunque no sucediera por su mano. Tuvieron que pasar veinte, treinta, cuarenta años para que sucediera. Y fue hecho por otros porque el Partido Populista se desmoronó. No duraron mucho: seis o siete años, básicamente.

Astra Taylor: ¿Era la banca pública una de sus principales reivindicaciones?

Thomas Frank: No se menciona en su plataforma, pero hubo lugares donde lo hicieron. Si nos fijamos en Dakota del Norte, era un estado populista. Y crearon un banco público allí. Hubo una especie de movimientos neopopulistas durante varios años después, como en Dakota del Norte, donde se llamaban la Liga No Partisana. Por cierto, antes mencionaste algo interesante sobre la táctica y la estrategia. Esta fue una gente que no prevaleció. Obviamente, no ganaron en sus vidas, pero hicieron un gran revuelo y utilizaron un montón de tácticas bastante duras.

Si nos fijamos en el Partido Demócrata de hoy en día, parece que siempre le toman el pelo: son muy buenos controlando su ala izquierda, pero son muy malos en todos los demás aspectos del juego político. Una de las tácticas que utilizaban los populistas -y esto era común en el siglo XIX para los terceros partidos- era obligar a los otros dos partidos a tratar un tema que los dos partidos mayoritarios preferían ignorar.

En el caso del Partido Republicano, el tema era la esclavitud. En el caso del [Partido Demócrata],[2] el problema era el capitalismo industrial. Y los dos, los partidos principales, preferían simplemente ignorar el tema y no hacer nada al respecto. Pero los terceros partidos les obligaban.

Esa estrategia ya no está a nuestro alcance. Una de las cosas que los populistas hicieron para poner estos temas en la agenda fue una táctica llamada fusión, donde a veces se alineaban con los demócratas y otras veces se alineaban con los republicanos. Y a veces no se alineaban con nadie y se presentaban solos. De cualquier manera, negociaban con estos otros partidos y conseguían lo que querían. Utilizaron esta estrategia con gran éxito.

Así eligieron a dos gobernadores de Kansas. Eligieron a muchos otros cargos de esta manera. Cuando hay tres partidos en lugar de dos, así es como se hace. Alguno de los dos principales se aliará con el tercero para poder prevalecer.

Astra Taylor: Creo que deberíamos detenernos en Carolina del Norte porque tenemos que hablar de la cuestión del racismo y los populistas. En el corazón de esta idea del populismo y en el corazón de la democracia está la cuestión de quién es "el pueblo", quién está incluido en "el pueblo" y quién está excluido.

Creo que defiendes muy bien que el populismo es un movimiento multirracial a favor de la democracia económica. Pero algunos de los populistas más famosos, como Thomas Watson, de Georgia, se convirtieron en supremacistas blancos acérrimos. Se trata de un hombre que una vez dijo a los trabajadores blancos y negros: "Se os mantiene separados para que podáis ser desplumados por separado de vuestras ganancias", lo que creo que es cierto. Pero la trayectoria final de este hombre fue en contra de esa idea.

Thomas Frank: Sí. Y esto es especialmente importante porque la palabra "populista" se utiliza hoy en día como sinónimo de racista. Y es muy, muy importante entender que los populistas originales no eran así. No eran el partido racista de la década de 1890. Cualquiera que conozca la historia americana sabe quién era el partido racista de la década de 1890. Eran los Demócratas del Sur. Se les llamaba "demócratas borbónicos" [Bourbon Democrats][3] y eran una corriente venenosamente racista. Esto es sobradamente conocido. Eran el legado de la Confederación.

El populismo, como ya he dicho, era un movimiento de agricultores. Y el Sur, obviamente, era una región agrícola. Todavía lo es. El populismo tuvo un ala negra. Los historiadores se refieren a ellos como los populistas negros.

La Alianza de Agricultores estaba segregada, al menos en el Sur. Así que los populistas se enfrentaron a este sistema en el Sur, que se conocía como "solidaridad blanca". En ese momento, los negros todavía podían votar en la mayoría de los estados del Sur. Estamos hablando de principios de la década de 1890. La forma en que la clase dominante blanca, representada por los demócratas borbónicos, se mantuvo en el poder, fue diciendo a los votantes: "Vuestros intereses como blancos son primordiales con respecto a cualquier otro interés que podáis tener. Y tenéis que manteneros unidos como blancos y votar por el partido de la gente blanca y votar por los demócratas borbónicos". Y así es como mantienen su control sobre el Sur a través de esta doctrina de la solidaridad blanca.

Y los populistas dijeron algo muy, muy interesante a principios de 1890. Dijeron: "No, de hecho, vuestros intereses como agricultores son más importantes que vuestros intereses como blancos". Y de esta forma, por lo tanto, les dijeron a los agricultores negros: "Venid y uníos a nosotros". Y los agricultores blancos se unieron a los negros y dijeron: "Juntos vamos a unirnos y vamos a conseguir reformas". Este fue su discurso a principios de 1890.


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