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25.3.24

"Humanitarismo de sofá": el problema del corredor marítimo de Gaza

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Por Samer Badawi (*)

Cuando Huwaida Arraf ayudó a organizar el primer viaje marítimo "Gaza Libre" desde Chipre en 2008, sabía que el esfuerzo era sobre todo simbólico. Habían pasado dos años desde que Israel comenzó a imponer restricciones que eventualmente se transformarían en un asedio casi total de la Franja, prohibiendo todo tráfico marítimo entrante y la pesca m

El bloqueo limitó severamente una fuente clave de alimentación y medio de vida para muchos residentes palestinos, pero el objetivo del viaje "Gaza Libre", que llevaba una sola caja de audífonos para una organización benéfica que trabaja con niños sordos, no era entregar ayuda.

"Teníamos dos barcos de pesca con los que con muchas dificultades cruzamos el Mediterráneo", dice Arraf, un abogado y activista de derechos humanos, a la revista +972. "El verdadero objetivo era enfrentarnos y desafiar el propio bloqueo ilegal de Israel".

Ahora, cinco meses después de la devastadora guerra de Israel contra Gaza, Arraf está trabajando con la Coalición de la Flotilla por la Libertad para organizar un nuevo viaje. La nueva flotilla, que aún no ha anunciado una fecha de salida, sin duda llevará ayuda, pero su misión a largo plazo, explicó Arraf, es "desafiar las políticas de control".

Esas políticas, dicen los críticos, son la razón de un nuevo "corredor marítimo" hasta Gaza, incluido un puerto en alta mar, anunciado por los Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido. Aunque el proyecto se promociona como un medio para entregar rápidamente ayuda humanitaria a la franja asediada, deja a los palestinos de Gaza a merced de los mismos gobiernos que ayudan e instigan el ataque de Israel al enclave.

También revela la impotencia de quienes apoyan a Israel. Después de todo, el baño de sangre que continúan financiando se mide no solo en cuerpos palestinos destrozados y paisajes devastados, sino por una campaña deliberada de hambruna que tiene lugar ante sus ojos y que, como admiten incluso los funcionarios estadounidenses, no se puede paliar con medidas parciales. Al mismo tiempo, mientras cientos de miles de palestinos luchan contra el hambre, el corredor marítimo propuesto puede ser su única oportunidad de supervivencia a corto plazo.

Los palestinos esperan una comida caliente preparada por voluntarios, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 20 de febrero de 2024. (Abed Rahim Khatib/Flash90)

"Los niños que ya han muerto de hambre en Gaza habían sobrevivido a innumerables bombardeos y desplazamientos antes de morir angustiados", afirma Yara M. Asi, profesora asistente de salud global en la Universidad Central de Florida  y autora de How War Kills. "Nadie quiere ver a otro niño morir de hambre".

Al mismo tiempo, Asi advierte que el nivel de desesperación en Gaza implica que los palestinos tendrán que tomar decisiones desgarradoras sobre quién recibe la ayuda primero. "¿Cómo se prioriza entre las madres mayores, los niños y los adultos sanos?" señala a +972. "Es una elección imposible para las familias".

Se ha venido advirtiendo "durante meses", añade Asi. En diciembre, UNRWA advirtió que la insuficiente ayuda ponía al 40 por ciento de la población de Gaza "en riesgo de hambruna". Tres meses después, el Programa Mundial de Alimentos estima que toda la población de Gaza de 2,2 millones de personas está "en "crisis" o en niveles peores de inseguridad alimentaria aguda".

Sin embargo, a pesar de la urgencia, las fuentes involucradas en la planificación del corredor marítimo, que solicitan el anonimato, declararon a +972 que los detalles clave de su ejecución siguen sin resolverse, incluyendo, lo que es crucial, cómo se distribuirá la ayuda una vez que llegue a Gaza. En particular, la falta de coordinación con UNRWA, que ha sido víctima de una campaña de difamación y desfinanciación de Israel en los últimos dos meses, es casi seguro que hará inefectivo el esfuerzo internacional, lo que plantea serias preguntas sobre su intención.

"Una brillante operación de distracción"

Gran parte de la incertidumbre en torno al corredor marítimo gira en torno a la última parte de lo que una fuente llamó un "enfoque en tres fases".

La primera fase está siendo encabezada por la organización benéfica española Open Arms y su socio World Central Kitchen (WCK), que mantiene docenas de sitios de preparación de alimentos en Gaza. El viernes, una barcaza arrastrada por el barco Open Arms llegó frente a la costa de Gaza desde Chipre, con unas 200 toneladas de donaciones de alimentos proporcionadas por la misma ONG y WCK.

Los organizadores, según nuestra fuente, habían contratado a trabajadores palestinos para construir un " embarcadero flotante" para recibir los envíos, un esfuerzo que estaba "estrechamente coordinado con el gobierno de Israel". WCK publicó un vídeo en X que muestra que la ayuda se estaba descargando, aunque, al momento de escribir este artículo, no estaba claro cómo se estaba distribuyendo. Mientras tanto, la ONG dice que se está preparando un segundo barco para zarpar desde Chipre.

La segunda y tercera fases dependen de que militares de Estados Unidos construyan un camino frente a la costa de Gaza y supervisen la transferencia de suficiente ayuda para preparar 2 millones de comidas al día, según la Casa Blanca. Pero incluso si los envíos marítimos llegaran a tierra según lo planeado, el Pentágono estima que tomará dos meses distribuirlos, demasiado tiempo para que la población hambrienta de Gaza espere, advierten los expertos en ayuda humanitaria. Se estima que 300.000 personas se enfrentan a una hambruna inminente en el norte de Gaza y, según la ONU, el hambre ha alcanzado "niveles catastróficos" en toda la Franja.

Mientras tanto, las agencias de ayuda humanitaria ya están criticando el plan marítimo por no abordar la causa fundamental de la crisis de hambre en Gaza. Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió que los planes de Estados Unidos en relación al corredor marítimo son una "operación de distracción evidente" de la continua negativa de Israel a facilitar más envíos de ayuda al enclave, especialmente a medida que continúa el asalto armado que hasta ahora ha matado a más de 31.000 personas.

Se han dirigido críticas similares a los lanzamientos aéreos de alimentos alentados por Estados Unidos, que solo proporcionan una pequeña fracción de la ayuda necesaria en el norte de Gaza y que, en cualquier caso, no pueden garantizar una distribución segura. El 8 de marzo, por ejemplo, cinco personas murieron y 10 resultaron heridas por la caída de paquetes de ayuda cuando los paracaídas no se abrieron.

En los últimos cinco meses, según la ONU, los envíos de ayuda a Gaza se han estancado en un máximo de 150 camiones al día de media, cuando antes del 7 de octubre entraba diariamente en Gaza más de tres veces esa cantidad. La creciente escasez de alimentos ha significado que el flujo de camiones se ha reducido cada vez más de lo que se necesita, un hecho reconocido por nada menos que Samantha Power, directora de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU (USAID). Incluso cuando la ayuda alimentaria ha logrado llegar a las zonas más afectadas, las fuerzas israelíes a veces han abierto fuego contra los gazatíes hambrientos, como sucedió durante la "masacre de la harina" del 29 de febrero, en la que murieron al menos 110 palestinos.

Los paquetes de ayuda para los palestinos en la Franja de Gaza cayeron de los aviones en el norte de Gaza, visto desde el lado israelí de la frontera, el 11 de marzo de 2024. (Chaim Goldberg/Flash90)

 

Socavar la UNRWA

Esta creciente emergencia está intrinsicamente relacionada con los agresivos esfuerzos israelíes para socavar la UNRWA , una agencia que desde hace tiempo han sido objetivo de los funcionarios israelíes. Según el ex portavoz de la UNRWA, Chris Gunness, el convoy que provocó la masacre de la harina "fue ejecutada efectivamente por mercenarios, camioneros coordinados por las autoridades israelíes", que trataron de eludir a la agencia de la ONU. Estos conductores, dijo, no estaban familiarizados con el área o la logística necesaria para la entrega de ayuda en Gaza.

El desastroso intento del 29 de febrero, argumenta Gunness, mostró que la UNRWA es "la única organización con la experiencia, el personal y la infraestructura necesarias para distribuir la ayuda de forma segura" en el enclave, especialmente en las cantidades anunciadas por el presidente Joe Biden la semana pasada.

"Es impensable que pueda desarrollarse una nueva organización de ayuda como la UNRWA para supervisar la distribución de alimentos a esa escala", afirma Gunness +972. "Eso es humanitarismo de sofá, de personas que nunca han estado en Gaza o que [no] entienden las complejidades de la entrega de la ayuda humanitaria en esta situación tan volátil".

Reconociendo el papel vital de la UNRWA, Canadá, la UE, Suecia y Australia reanudaron recientemente la financiación de la agencia después de suspenderla brevemente por las acusaciones israelíes no verificadas de que una docena de los 13.000 empleados de la UNRWA con sede en Gaza estuvieron involucrados en el ataque del 7 de octubre efectuado por Hamas contra el sur de Israel. A pesar de una evaluación de inteligencia que expresó "baja confianza" en las afirmaciones de Israel, Estados Unidos aún no ha restaurado su financiación, haciendo más opacos los planes de la administración Biden para los envíos de ayuda por mar.

Y aunque los expertos están de acuerdo en que UNRWA es la única organización con almacenes, vehículos y personal de almacén para la entrega de suministros de alimentos de forma segura a esa escala, Juliette Touma, directora de comunicaciones de la UNRWA, dijo a +972 que la agencia "no está involucrada y no se ha contactado con ella". Mientras tanto, los ataques de Israel, que hasta ahora han destruido o dañado 157 de las instalaciones de la UNRWA en Gaza y se han cobrado la vida de 165 miembros del personal de la agencia, continúan sin cesar.

Los palestinos reciben bolsas de harina en el centro de distribución de UNRWA, 23 de noviembre de 2023. (Abed Rahim Khatib/Flash90)

A pesar de los planes para un corredor marítimo, la situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose rápidamente. La UNRWA anunció esta semana que, en promedio, solo 168 camiones de ayuda habían entrado cada día este mes en Gaza. El 11 de marzo, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, dijo en una nota en X que las restricciones israelíes a los llamados artículos de "doble uso" se han endurecido, prohibiendo entrar "artículos que salvan vidas" como anestésicos, respiradores y medicamentos contra el cáncer. Una investigación de CNN del 2 de marzo reveló que el ejército israelí había prohibido camiones enteros de ayuda esencial cuando solo uno de esos artículos prohibidos se encontraba a bordo.

Y con tanta impunidad, ¿por qué no iban a hacerlo? Los funcionarios israelíes siguen insistiendo que "no hay escasez de alimentos en Gaza", a pesar de que la mayoría de los israelíes quieren que haya una hambruna: una encuesta reciente del Canal 12 de Israel sugirió que el 72 por ciento de los israelíes estaban a favor de retener la ayuda humanitaria hasta que Hamas y otros grupos no liberen a los rehenes en Gaza. Para mostrar su acuerdo, el ministro de finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, ordenó a los contratistas del puerto de Ashdod que no entregaran los envíos de harina tan necesarios a la UNRWA, y un día después, la Knesset aprobó un proyecto de ley para prohibir que la agencia operara en el "territorio soberano" de Israel.

"Los palestinos no quieren vivir de la ayuda"

Es difícil imaginar una tragedia más emblemática de la fracasada política de los Estados Unidos en estos últimos cinco meses que la propuesta del corredor marítimo. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha negado a escuchar repetidamente las súplicas a medias de la Casa Blanca para que ponga freno a lo que Biden llamó informalmente la masacre "excesiva" de inocentes. La protección de los niños palestinos- de los que más de 13.000 han muerto hasta ahora-, no ha figurado en un lugar destacado en la agenda de la administración Biden; sino hubiera significado cancelar al menos algunas de las más de 100 ventas de  material militar que Washington ha aprobado desde el 7 de octubre. Evitar el hambre parece ser solo una idea de último momento.

"Los palestinos en Gaza han sufrido inseguridad alimentaria mucho antes del 7 de octubre", dice Asi. "Pero el trauma esta vez es diferente. Los palestinos saben muy bien que si se mueren de hambre o sobreviven depende de una decisión tomada al capricho por potencias y en circunstancias que están 100% fuera de su control".

Por lo tanto, ¿por qué un país que tiene la intención de matar de hambre a los palestinos de Gaza revertiría repentinamente de política cuando la ayuda alimentaria llega en barcos, no en camiones? Según los funcionarios israelíes, el corredor marítimo trata de obtener "legitimidad internacional" para continuar la guerra en Gaza, suyo objetivo es destruir a Hamas.

El barco de la flotilla del Movimiento de Gaza Libre Rachel Corrie se acerca al puerto de Ashdod, dirigido por barcos de la marina de Israel, en el sur de Israel, el 5 de junio de 2010. (Edi Israel/Flash90)

Eso podría explicar por qué las autoridades israelíes han establecido instalaciones de inspección en la ciudad portuaria chipriota de Larnaca, y el portavoz militar israelí Daniel Hagari anunció una "inundación de ayuda" a Gaza. Pero estos argumentos no tienen sentido mientras Israel continúa impidiendo el acceso por tierra, especialmente al norte de Gaza.

"Esta iniciativa marítima de ninguna manera dispensa a Israel de sus obligaciones como potencia ocupante de abrir completamente los cruces terrestres y permitir el acceso humanitario sin trabas", advierte Gunness, señalando que la Corte Internacional de Justicia ha reafirmado esa obligación en sus medidas cautelares del 26 de enero. Y nada de esto va a ser posible, agregó, a menos que haya un "alto el fuego estable y creíble".

Sin embargo, incluso con un alto el fuego, el tan promociado corredor marítimo de Estados Unidos sufre un problema estructural, cuyas raíces están en el largo asedio israelí de Gaza. Dov Weisglass, antiguo asesor principal del entonces primer ministro Ehud Olmert, describió para su verguenza el objetivo del bloqueo como poner a los palestinos "a dieta". Las políticas subsiguientes, que vinieron precedidas de cálculos calóricos para cada palestino, se pusieron en marcha hace casi dos décadas, y deberían ser razón más que suficiente para dudar de las actuales intenciones de Israel.

"No tiene sentido que la ayuda humanitaria se coordine con la misma entidad que ha anunciado públicamente que tiene la intención de matar de hambre a los palestinos en Gaza", afirma Arraf. "Y en definitiva, los palestinos no quieren vivir de la ayuda. Quieren, necesitan y merecen libertad".

 

(*) Samer Badawi se unió a +972 en 2014 y cubrió la Operación Filo Protector en Gaza y Cisjordania en el verano y otoño de ese año. Escribe sobre la política de Estados Unidos hacia la región, el activismo por los derechos humanos en Israel y Palestina y el nexo entre el movimiento por los derechos palestinos y otras luchas de liberación. Sus informes y análisis han sido citados por The Washington Post, presentados en Al Jazeera, la BBC y otros medios.

Fuente:  https://www.972mag.com/gaza-maritime-corridor-starvation-blockade/

Traducción: Enrique García


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