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25.3.24

30 años de Zapatismo por la humanidad, contra el neoliberalismo

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Por Júlia Martí,  Arturo Landeros (*)

¿Cómo fue posible que un levantamiento indígena contra el neoliberalismo lograra irrumpir en la escena internacional y permanecer vigente desde hace tres décadas? ¿Qué ocurrió en Chiapas antes del 1 de e

¿Cómo ha sido la construcción de la autonomía zapatista para lograr materializar sus demandas de libertad, justicia, democracia, tierra, trabajo, salud, educación, en los territorios bajo su control?

Han pasado 30 años desde que el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional saltara a la luz pública mundial, haciendo coincidir la insurrección indígena con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. El enfrentamiento armado entre la guerrilla chiapaneca y el ejército federal mexicano duró 12 días, cobrando vidas de ambos lados. Fue la sociedad civil la que salió a pedir el alto al fuego y el diálogo a ambas partes. El EZLN consultó a sus bases y desde entonces ha seguido una senda pacífica que busca el reconocimiento de los derechos indígenas en todo México. Sin embargo, gobiernos de diferentes colores han confrontado a los y las zapatistas, a veces con malabarismos legales, a veces con represión disfrazada de grupos paramilitares, para no dar salida al derecho de los pueblos y comunidades indígenas a la autonomía sobre sus territorios ancestrales.

Más allá de los debates teóricos, debemos reconocer que el zapatismo influyó fuertemente los caminos de transformación de algunas de las ideas que se daban por muertas en el mundo tras la caída del muro y el aparente triunfo del capitalismo. Abrió la posibilidad de la construcción altermundista, poniendo énfasis es la construcción de nuevas formas de relacionarse políticamente desde abajo, para que quien mande, lo haga realmente obedeciendo a los pueblos.

A su vez, los y las zapatistas ponen el dedo en la llaga de la herida sangrante del capitalismo, en su etapa neoliberal, sobre la humanidad. La capacidad destructora de los megaproyectos y sus empresas nacionales y transnacionales sobre el territorio de realización material y cultural de las comunidades indígenas. 

El EZLN nos enseña el valor de la construcción de la autonomía indígena para poder reproducir su vida en condiciones de dignidad, vinculada al territorio. La existencia digna que pasa por poner en valor Lo Común, lo que no es de nadie, pero es de todos y todas. También, a través de la lucha ejemplar de las mujeres zapatistas, y de las diversas identidades de género, han logrado poner la vida en el centro de la lucha revolucionaria. Para ello, las comandantas, las milicianas, pero también las compañeras en su quehacer político, dan testimonio vivo de la posibilidad de cambio hacia el interior de sus organizaciones.

Y sin lugar a duda, el zapatismo ha sido ejemplar en la construcción de redes internacionales en diálogo permanente, no sólo por motivos de supervivencia frente al poder represor, sino con la idea firme de que para que las cosas cambien tienen que cambiar en cada rincón del mundo. Ejemplo de ello es la llegada de casi 200 zapatistas a Europa con motivo de la Gira por la vida en 2021.

Así mismo, es ejemplar la capacidad de resiliencia de los y las zapatistas, recomponiendo sus estructuras organizativas, analizando lo que no ha salido tan bien y así proponer nuevos caminos. En ese marco, la coyuntura actual es la de la transformación interna de autogobierno, con la fundación de los Gobiernos Autónomos Locales y el cierre de las Juntas de Buen Gobierno. Un movimiento que refuerza la democracia directa desde abajo. 

Hoy, 30 años después de su primera aparición pública, queremos dedicar este plural al Zapatismo, para recorrer su historia, pero, sobre todo, reconocer los aprendizajes y lecciones que nos han brindado en su caminar. 

Abrimos el plural con un artículo de Arturo Landeros Suárez, sociólogo de la organización Taula per Mèxic, en el que se hace memoria sobre los orígenes del zapatismo, que actualmente celebra su triple aniversario: 40 años de la creación del EZLN, 30 años del levantamiento del 1 de enero del 94 y 20 años de la fundación de las Juntas de Buen Gobierno; además, se explican algunas de las novedades sobre la organización interna de los pueblos y comunidades zapatistas ratificadas en la celebración del aniversario que tuvo lugar en el Caracol VIII en Dolores Hidalgo.

En el siguiente artículo, Luis Hernández Navarro, periodista, escritor y coordinador de opinión del periódico La Jornada y en su momento asesor del EZLN para los Acuerdos de San Andrés, analiza los primeros años del EZLN desde la óptica de quienes lo fundaron al alba del levantamiento. Relata su testimonio sobre los inicios del zapatismo en el Chiapas profundo, sobre la explotación y humillación del régimen caciquil, la rabia acumulada y el despertar de la insurgencia.

La violencia sufrida pero también la creatividad y firmeza en la defensa de la dignidad rebelde aparecen en el artículo de Marta Durán de Huerta, decana periodista y una de las primeras personas en entrevistar al subcomandante Marcos en 1994. En él la autora describe las muchas dificultades sufridas, incluido el contexto actual en el que el narcotráfico se expande por el territorio chiapaneco, convirtiéndolo en zona de guerra para el control de las rutas de migración y de tráfico de droga.

El trabajo de Arturo Anguiano, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana y ex miembro del comité editorial de la revista Rebeldía, recompone la historia del zapatismo en su relación con los gobiernos y movimientos a escala nacional en México, desde sus inicios en un contexto marcado por el recién firmado TLCAN, hasta la actual constelación de poderes con un gobierno nacional encabezado por López Obrador y un EZLN que se mantiene firme en sus posiciones impugnadoras.

Raúl Romero, profesor universitario y técnico académico en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, miembro de la Red Universitaria Anticapitalista, aborda las influencias que ha tenido el zapatismo en los movimientos de todo el mundo, un cambio cultural que también está ligado a un cambio material para las comunidades, que nos enseñan formas de defender y vincularse a la tierra y el territorio y construir alternativas al progreso ecocida.

En la misma línea, y a modo de cierre del plural, Lola Cubells, profesora e investigadora en antropología jurídica de la Universidad Jaume I, nos trae el testimonio de las redes neozapatistas y su desborde internacional. El texto continúa con reflexiones vitales sobre el sentido del internacionalismo hoy en día, alertando sobre lo que los y las zapatistas nombraron como el "síndrome de la cenicienta", pero también poniendo en valor el potencial de la escucha para transformar nuestras prácticas y el mundo.

 

 (*) Júlia Martí Comas es doctora en Estudios de Desarrollo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL).

(*) Arturo Landeros. Periodista.

 


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