18.3.24
Dos guerras, cinco naciones perdedoras
Por Melvin A. Goodman (*)
Solo hay perdedores en las guerras entre Rusia y Ucrania en Europa y entre Israel y los palestinos en Oriente Medio.
El aumento de la brutalidad de las fuerzas militares rusas e israelíes contra las poblaciones civiles inocentes de Ucrania y Gaza ha expuesto la crueldad y la violencia que el presidente Vladimir Putin y el primer ministro Benjamin Netanyahu han desatado. Los civiles ucranianos y de Gaza y sus infraestructuras se han convertido en los principales objetivos tanto de Rusia como de Israel, respectivamente. Como resultado, Ucrania y Gaza están sufriendo enormes pérdidas civiles, y Rusia e Israel están sufriendo una derrota moral y política en términos de aislamiento y oposición internacional.
Los Estados Unidos, cómplices de las acciones genocidas de Israel y del envío de señales contradictorias con respecto a Ucrania y Gaza, también están perdiendo en términos de influencia y posición. La comunidad internacional entiende la hipocresía de la administración Biden que condena el terrorismo de Rusia, pero permite el terrorismo de Israel. Estados Unidos ha sido el escudo político de Israel en el escenario mundial durante los últimos 75 años. Un editorial del New York Times el lunes continua apoyando el veto más reciente de Biden a una resolución del Consejo de Seguridad que pedía un alto el fuego inmediato en Gaza.
La guerra del primer ministro Netanyahu contra los civiles y los niños de Gaza ha aislado a Israel y solo los Estados Unidos han bloqueado las demandas del Consejo de Seguridad de la ONU de un alto el fuego. Como resultado, Israel está en declive legal, moral y económico. Israel está aislado en la Corte Internacional de Justicia, que advirtió a Israel que no recurra a operaciones genocidas en Gaza. Esta semana, el Tribunal también escuchará el testimonio sobre la ilegalidad de la "ocupación, el asentamiento y la anexión" de Israel en los territorios palestinos, incluida Cisjordania y Jerusalén Oriental. Además de llevar el caso del genocidio israelí a la Corte, Sudáfrica ha etiquetado el trato de Israel a los palestinos como una "forma extrema de apartheid".
La guerra de terror del presidente Putin también ha aislado a Rusia a pesar de la voluntad de China, India y Brasil de comprar recursos energéticos rusos a precios muy reducidos. Al final de la guerra, Putin encontrará a Rusia enfrentándose a una falange de naciones de la OTAN en su frontera occidental que está aumentando el gasto en defensa contra una Rusia que subestimó la voluntad de los ucranianos y europeos de contrarrestar su agresión. Como ha informado el profesor Raj Menon, el gasto militar anual combinado de Canadá y los miembros europeos de la OTAN aumentó un 8 por ciento en 2023 desde el 2 por ciento en 2022. Los Estados Unidos están dedicando cantidades récord de recursos a la modernización militar, incluida una modernización nuclear innecesaria.
En términos de sangre y recursos, los ucranianos y los habitantes de Gaza son los que más están perdiendo y sufriendo. Los palestinos han sido víctimas de la limpieza étnica israelí desde la Guerra de Independencia de Israel. La guerra de 1948 involucró una de las mayores migraciones forzadas de la historia moderna. Alrededor de un millón de personas fueron expulsadas de sus hogares a punta de pistola; los civiles fueron masacrados; y cientos de aldeas palestinas fueron destruidas. Actualmente, Israel está llevando a cabo una guerra contra los niños palestinos con cientos de bebés que son asesinados antes de que se les pueda dar nombres, según el periódico israelí Haaretz.
Los ucranianos son igualmente superados en combatientes y en armamento, y hay pocas razones para creer que puedan tener éxito. Las personas que mejor deberían saberlo argumentan que más armamento militar occidental permitiría a Ucrania salir victoriosa. Michael O'Hanlon, catedrático Philip H. Knight de defensa y estrategia en la Brookings Institution, argumentó en el Washington Post el 24 de febrero, el segundo aniversario de la guerra, que "Ucrania es más fuerte de lo que se cree", lo que subestima la superioridad de Rusia en población, recursos, armamento e industria de defensa, así como la voluntad de Putin de ignorar todas las leyes de la guerra y la moralidad. El historiador de Yale, Timothy Snyder, cree que el estado de derecho solo tendrá una oportunidad en Rusia si "pierde esta guerra", y un destacado historiador británico, Timothy Garton Ash, argumenta que "es hora de que Europa finalmente se tome en serio una victoria ucraniana".
Mientras tanto, en Estados Unidos se tambalea el apoyo a Ucrania y se niega a apoyar incondicionalmente a Israel. Las nuevas medidas de sanción a raíz de la muerte de Aleksey Navalny contra Rusia y Putin tendrán muy poco impacto a corto plazo en la guerra contra Ucrania, y las limitadas medidas de sanción contra el terrorismo de los colonos israelíes en Cisjordania, que cuentan con el apoyo de las Fuerzas de Defensa de Israel y la policía israelí, han sido criticadas por los palestinos y por los árabes estadounidenses. La continua voluntad del presidente Biden de proporcionar armamento militar letal y cobertura diplomática a Israel tendrá un impacto en importantes bloques de votantes en EEUU, incluidos los liberales, progresistas, jóvenes estadounidenses, afroamericanos y árabes estadounidenses. Si esto conduce a la pérdida de Michigan en noviembre, podría llevar a la derrota general de Biden. La estrecha pérdida de Michigan por parte de Hillary Clinton en 2016 debería ser una advertencia a la Casa Blanca.
Se han cometido muchos errores, y la masacre sin sentido parece no tener fin. Putin subestimó el coraje y la determinación de los ucranianos que querían la independencia. Netanyahu ignoró la difícil situación de los rehenes y decidió optar por el castigo colectivo de todos los palestinos en Gaza. Durante 75 años, los israelíes han sido culpables de no mostrar empatía por el sufrimiento de los palestinos y la pérdida de sus territorios. Los árabes se preguntan regularmente: "¿Por qué debemos soportar las onerosas consecuencias de Auschwitz?"
Los presidentes de los Estados Unidos no reconocieron que Ucrania era clave en la percepción de Rusia de una esfera de influencia americana en Europa, y llevaron a cabo una expansión de la OTAN hasta la frontera rusa. Una Guerra Fría a largo plazo entre Rusia y Occidente está prácticamente garantizada. La referencia del presidente Biden a Putin como un "HP loco" indica que su administración no buscará una salida negociada. El empeoramiento de las hostilidades entre israelíes y palestinos también es una certeza, y ambas partes tienen menos seguridad como resultado.
Debemos recordar que cuando el director de la CIA, William Burns, era un oficial político de la embajada de EEUU en Moscú en la década de 1990, advirtió a Washington que "la hostilidad a la expansión de la OTAN se siente casi universalmente en todo el espectro político", y como embajador en Rusia en 2008 advirtió que "la entrada de Ucrania en la OTAN es la más importante de todas las líneas rojas para la élite rusa (no solo para Putin)". Burns señaló: "Todavía no he encontrado a nadie [en Rusia] que vea a Ucrania en la OTAN como algo distinto de un desafío directo a los intereses rusos". "Rusia", explicó Burns, "vería una mayor expansión hacia el este [de la OTAN] como una amenaza militar potencial".
Hemos leído sobre la barbarie de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial en el siglo XX; ahora somos testigos de las peores crueldades del siglo XXI. Biden ha demostrado una genuina simpatía por los rehenes israelíes en Gaza, lo cual es completamente apropiado, pero insuficiente. La elección moral y política correcta debe incluir la simpatía y la protección de mujeres y niños inocentes en Ucrania y Gaza del salvajismo y el terror de las fuerzas militares rusas e israelíes. En una de sus raras apariciones ante la prensa, Biden demostró su profunda preocupación por el destino de los rehenes, pero ignoró totalmente el destino de dos millones de palestinos en Gaza que se enfrentan a una máquina de guerra israelí que no tiene límites. "Nunca más" se ha convertido en una pegatina para el parachoques, no en una guía de política operativa.
(*) Melvin A. Goodman miembro sénior del Centro de Política Internacional y profesor de gobierno en la Universidad Johns Hopkins. Un ex analista de la CIA, Goodman es el autor de Failure of Intelligence: The Decline and Fall of the CIA y National Insecurity: The Cost of American Militarism. y A Whistleblower at the CIA. Sus libros más recientes son "American Carnage: The Wars of Donald Trump" (Opus Publishing, 2019) y "Containing the National Security State" (Opus Publishing, 2021). Goodman es el columnista de seguridad nacional de counterpunch.org.
Fuente: https://www.counterpunch.org/2024/03/01/two-wars-five-losing-nations/
Traducción: Enrique García