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29.5.23

¿Por qué los siguen apoyando?

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Por Esteban Valenti (*)

Es una pregunta que me he formulado  muchas veces, sobre todo con la cantidad de verdaderos desastres que nos ha impuesto este gobierno. Desastres, escándalos que se suman uno sobre otro y que no han tenido una sola respuesta decente, verdadera.

Hagamos juntos un ejercicio de imaginación a través de una sola pregunta: ¿Qué estaría sucediendo en el Uruguay si durante un gobierno de izquierda se hubiera entregado el puerto miserablemente por 60 años, si el jefe de la custodia presidencial a los 28 meses de ejercer su función, fuera detenido por ser un delincuente de largo prontuario y hubiera hecho funcionar desde la Torre Ejecutiva y comprometiendo mandos policiales al más alto nivel una asociación para delinquir de diversos delitos; si se le hubiera entregado de forma express un pasaporte al más importante narco traficante uruguayo detenido en Dubai; si a un senador del gobierno lo hubieran denunciado varios menores por violación, todo a partir de una denuncia de una integrante de su propio partido. Imaginen.

Agreguen que se "fundió" Casa de Galicia e impidieron a instituciones uruguayas y españolas de la salud participar en el remate y lo compró una mutualista directamente vinculada al director de ASSE, con un millón de dólares en la mano y 14 millones de un préstamo del BROU y que se pagaron más de 4 millones de dólares por traslados (ambulancias) a una empresa de servicios marítimos, sin licitación y con observación del Tribunal de Cuentas.

Si además, la población de toda el área metropolitana estuviera obligada a consumir agua no potable porque OSE se quedó dormida y no tomó medidas elementales, junto al gobierno para prevenir una situación anunciada hace varios meses. Agreguen el bochorno del equipo que estaba en Huston y lo traen cuando estamos con el agua más debajo de los tobillos y les queda grande a los aviones Hércules y ahora se demorará varios meses en venir por barco.

Para no hablar de bajarle el presupuesto a la educación, entregar viviendas a dedo a dirigentes de uno de los partidos multicolores, si hubieran tenido que renunciar la gran cantidad de jerarcas que lo han hecho, etc. etc etc. Y dejo para el final los 3 años de pérdidas de los salarios y las jubilaciones. Imaginen lo que estarían diciendo y haciendo la oposición blanca y colorada.

A los izquierdistas nos estarían colgando de los pulgares a los largo de toda la avenida 18 de julio. Crucificados, linchados. Y lo voy a confesar, posiblemente yo también estaría muy, pero muy indignado. Porque la izquierda, una parte de la izquierda uruguaya con una situación así también hubiera participado de su propio linchamiento.

Sin embargo, en las encuestas, el Presidente de la República, que es el que encabeza y está presente y dominando la escena política del gobierno y de la Coalición, mantiene un nivel medio de aprobación, y solo en alguna de esas encuestas el rechazo es, por algunos pocos puntos es mayor que el apoyo. Incluso en los que se declaran posibles votantes del FA tiene algunos apoyos.

También es cierto que las últimas encuestas creíbles, dan una consolidación e incluso ampliación de la ventaja del FA en intención de voto del FA contra toda la Coalición. Bajan todos pero sobre todo los socios de los blancos.

Varias personas me han preguntado en estos días ¿Por qué no se desbarrancan los oficialistas? Algunos culpan a las encuestadoras, otros a que el Frente Amplio no es lo suficientemente duro con el gobierno, otros reclaman, piden respuestas. Incluso no les importa que el FA en esas mismas encuestas figure casi siempre con una previsión de votos superior a la Coalición. Les preocupa y les indigna que haya gente insensible al lento desbarranque del país.

Y me han agregado una pregunta, casi todos ¿Y lo que menos nos explicamos es porque el Partido Nacional es el menos afectado, cuando es por lejos el que tiene la mayor responsabilidad?

Algunos podrán opinar que la campaña permanente de comunicación del gobierno y de los dirigentes multicolores, es la responsable de estos hechos. Se agrega la capacidad del Presidente y su oportunidad en manejar las apariciones en la prensa. Es una explicación demasiado simple. Hay causas más complejas.

Los gobiernos de la izquierda lograron un doble efecto, por un lado consolidar la base para que el Frente Amplio nunca haya perdido su condición de ser el primer partido en el escenario nacional, rondando entre el 41% y el 43%, su intención de voto actual, de acuerdo a las encuestas creíbles.

El segundo elemento que produjo, es una fuerte, muy fuerte resistencia en una parte importante de la población, a la que los escándalos, los fracasos, los errores multicolores y sobre todo de los blancos no los afectan, porque su prioridad política es "contra el Frente Amplio" y por esa vía explican y justifican cualquier cosa.

Por ello, la "campaña de comunicación" multicolor, siempre tiene un capitulo central: "la culpa es del maldito pasado" o iniciar una competencia de quien lo hace o lo hizo peor. Triste nivel para la polémica y para la política nacional. Y las campañas de comunicación profesionales, también tienen mecanismos de medida del humor social y en el territorio.

Esas heridas que dejamos, ese resentimiento, no es solo en los sectores históricamente alejados de la izquierda, hay gente de izquierda que todavía no ha superado nuestros errores y debilidades y está bien, hay que ganarlos, ganarnos con argumentos y con acciones, con ideas y  con una elaboración profunda y seria que muestre como miramos el pasado, el presente y sobre todo el futuro. Solo con resaltar y señalar el desastre de este gobierno, no alcanza.

Hay gente que no quiere que se repita lo que hicimos en el último gobierno del FA, aunque haya sido mucho mejor que este, y que hagamos algunos remiendos y mejoras, ese no puede ser de ninguna manera nuestro mensaje. No por conveniencia electoral, sino porque realmente tenemos la obligación ante el pueblo en general y el pueblo frenteamplista en particular de hacer mucho mejor las cosas y no cometer los errores que cometimos.

Es una batalla no solo política, sino también y fundamentalmente ideológica y cultural y eso no vale solo para los sectores intelectuales, es a nivel general, es sobre el talante y el ánimo de nuestro mensaje si queremos crear expectativas positivas sobre un futuro gobierno transformador, alejados de toda soberbia, de toda refundación, de toda venganza por la derrota del 2019. Los principales responsables fuimos nosotros.

Extremar ante la sociedad la alerta frente a los negociados, a las inmoralidades, a las exigencias frente a los políticos en general y a los gobernantes a todos los niveles en particular, es una gran tarea, muy compleja en este mundo de creciente desprestigio de los políticos y de surgimiento de procesos peligrosos de fanatismo de derecha.

La política, sobre todo en un país como Uruguay, con sus tradiciones y con más del 90% de los ciudadanos que votan, no deja vacíos, siempre viene alguien a llenarlos, no se cambia un clavo por un agujero, sino por otra cosa que ocupe su lugar de forma fructífera y esperanzadora en serio.

Lo peor que podemos hacer es considerar que la suma de burradas, inmoralidades y otras cositas, hundirán de por si a los multicolores. La prueba definitiva para ganarles, somos nosotros. Y no se trata de reiterar que tenemos que tener un programa un plan de gobierno  y una fórmula adecuada y creíble. Esa es la base elemental, pero necesitamos mucho más, porque si no construimos una expectativa sólida, seria y audaz de futuro, tampoco tendremos asegurado un buen, un excelente gobierno, que es lo que necesita este país.

Es más, no podemos quedar enredados en todos sus escándalos, tenemos que ser firmes denunciando, pero mucho más firmes proponiendo y construyendo la alternativa.

También necesitamos una fórmula presidencial a las elecciones que exprese todo ese ánimo, esa concepción constructiva y renovadora.

Y lo otro, es creer que por la acumulación de cosas negativas de este gobierno, nosotros tenemos asegurados abundante fundamentación, para otra etapa de un concurso de errores y horrores. Esa no puede ser nunca NUESTRA IDENTIDAD.

 

(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay


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