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29.5.23

Ecuador: la muerte cruzada. Dossier

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Por Daniel Kersffeld, Jaime Chuchuca Serrano, Sergio Pascual (*)

Ecuador: muerte cruzada

Daniel Kersffeld

Antes que resolver los problemas estructurales en los que se encuentra el moribundo gobierno de Guillermo Lasso, el mecanismo constitucional de la "muerte cruzada" podría favorecer el cambio en la correlación de las fuerzas políticas del Ecuador.

En este sentido, y frente a la extrema gravedad de las circunstancias, Lasso acaba de dar un verdadero manotazo de ahogado para eludir el proceso de juicio político por el delito de peculado en el que se encuentra, como si una disposición presidencial pudiera borrar de un plumazo el hecho concreto por el que la Asamblea se aprestaba a sancionarlo y, finalmente, resolver su poco honrosa salida del poder.

La herramienta

La "muerte cruzada" es una herramienta incorporada en la última reforma constitucional celebrada al inicio del gobierno de Rafael Correa. Apunta originalmente a la preservación de la institucionalidad cuando el gobierno es asediado por un parlamento dispuesto a utilizar cualquier tipo de recurso con tal de impedir su labor o, directamente, de provocar su crisis terminal.

La "muerte cruzada" opera, por tanto, como el último instrumento al que puede apelar un presidente en conflicto con la Asamblea Nacional: su aplicación implica, en la práctica, el llamado a elecciones generales en un corto plazo para medir el grado de popularidad de oficialistas y opositores en un nuevo contexto político.

En suma, se trata de una apuesta a todo o nada, en la que el gobierno buscará relegitimarse en las urnas esperando que cambie la composición del parlamento. Aunque también podría suceder lo contrario y que el presidente que convoque a un nuevo proceso electoral termine vencido por una oposición todavía más fortalecida en la Asamblea.

En principio,  Lasso desvirtúa este recurso constitucional al proponerlo como una vía de escape con un sentido estrictamente individual y ante la persecución política de la que dice ser objeto por parte de la oposición. Algunas fuerzas políticas ya se manifestaron en contra de la intención del gobierno por medio de presentaciones legales, declarando la inconstitucionalidad de esta medida.

Probablemente, Lasso se presentará en la próxima elección presidencial, como si existiera la remota posibilidad de salir de todo este entuerto fortalecido y hasta aclamado por las masas. Todo indica que la realidad será bien distinta, con dos organizaciones que, a partir de motivos y razones distintas, podrían proclamarse beneficiadas por este marco de debacle política.

Ganadores y perdedores

En este sentido, no sólo el cada vez más deshilachado grupo político referenciado en la figura de Lasso perdería lo poco que todavía puede defender y conservar. La crisis terminal favorecería además a otros partidos y agrupaciones de derecha, principalmente al Partido Social Cristiano, el que pese a también encontrarse en una coyuntura compleja podría ostentar un predominio ya sin discusión dentro del espacio ideológico conservador y neoliberal.

Por otra parte, este barajar y dar de nuevo impulsado por la "muerte cruzada", podría beneficiar al correísmo y a la izquierda en general, finalmente, quiénes más se opusieron a las reformas impulsadas por el gobierno de Lasso y quienes en definitiva propiciaron el juicio político contra el presidente.

Pero debido a la profundidad de la crisis política, cabe imaginar que otras fuerzas políticas del Ecuador actual, como Pachakutik y la Izquierda Democrática, también sean alcanzadas por la onda expansiva de una coyuntura tan particular, favoreciendo así nuevas configuraciones y alineaciones internas.

Algo de esta situación ya se pudo percibir durante todo el trámite del juicio político, por lo que no sería extraño que la próxima convocatoria electoral termine por redefinir políticamente a quienes optaron por mantenerse "neutros" o "en defensa de la institucionalidad".

Legitimidad empobrecida

Mientras tanto, en los próximos meses y hasta que se defina quién será el próximo mandatario, el gobierno de Lasso, con una legitimidad cada vez más empobrecida, pero con el estratégico respaldo de las Fuerzas Armadas, intentará cumplir con un programa mínimo y responder así ante los poderes fácticos, tanto internos como externos, que le han brindado su principal sostén.

Con una Asamblea disuelta, Lasso apelará con gusto al decreto presidencial en un entorno social y político que, seguramente, será cada vez más hostil a su figura y a su propuesta.

Más allá de lo que finalmente ocurra, y de las formas y nuevas delimitaciones que adquieran los distintos partidos en los próximos meses, lo que está claro es que la derecha política agotó sus posibilidades de reciclarse en un corto plazo y que, carente de ideas, programa y líderes con amplio respaldo social, sólo apuesta a morder su propia cola para tratar de convencer a su núcleo duro de votantes de que todavía vive y que, incluso, aspira a mantenerse en el poder.

El fracaso del neoliberalismo y la muerte cruzada en Ecuador

Jaime Chuchuca Serrano

El neoliberalismo nunca se ha llevado bien con la democracia. En el año 2000 el pueblo y el Congreso Nacional tumbaron al ex presidente Jamil Mahuad, y a más tardar, dentro de seis meses, se espera que Guillermo Lasso se vaya de Carondelet.

Las élites políticas, la oligarquía financiera, terrateniente y comercial que han dirigido estos dos años el Gobierno de Lasso, han demostrado profusa ineptitud y corrupción en todas las áreas.

Después de las vacunas contra el COVID 19, se consagraron las "vacunas" de la extorsión en los pequeños comercios, barrios, escuelas. Las cifras notablemente superadas fueron las de la violencia: 4 603 personas fallecidas por homicidio en 2022, la cifra más alta de la historia.

El dejar hacer del neoliberalismo gubernamental, ha llegado a la administración de varios servicios públicos, que se han visto teñidos de sangre por los sicariatos de directivos de los hospitales, fiscalías, cárceles, alcaldías y candidatos de elección popular.

La deuda ecuatoriana con el FMI supera a la mayoría de países de América Latina (8 100 millones de dólares), para ubicarse solo por detrás de Argentina. Las reformas legales realizadas por Lenin Moreno y ahora Lasso,

han garantizado que el dinero de la deuda únicamente sirva como resguardo de los grupos financieros, depositados en las reservas internacionales por sobre los 9000 millones de dólares. Con lo que el dinero de la deuda no ha podido ir ni siquiera al presupuesto público. Asimismo, las reformas legales impiden que las operaciones del capital estatal en entidades financieras privadas sean controladas. Algunos grupos de la burguesía industrial han criticado este favoritismo del gobierno, en política esto marcó una disputa entre las fuerzas de Lasso y el socialcristianismo.

Aunque con la dolarización, los Chicago Boys Ecuatorianos, como Jamil Mahuad, habían dicho que no habría inflación, el país tiene una inflación acumulada, del año 2000 a enero de 2023, del 428%, según el INEC. Si el salario está en 450 dólares, la canasta básica casi lo duplica, está en 767,31 dólares. La capacidad industrial de Ecuador ha disminuido ostensiblemente, por no poder competir con los productos chinos y estadounidenses. Desde finales del gobierno de Moreno, hasta la mitad del período de Lasso, la migración ha crecido: miles de ecuatorianos solo han logrado encontrar empleo en el ostracismo de la migración, principalmente en EEUU.

El Juicio Político

El gobierno de Lasso desde hace meses camina desequilibradamente por la cuerda floja. Además de los enfrentamientos con la Asamblea con su débil bancada, ha disputado por tener a su mando el Consejo de Participación Ciudadana, el Consejo de la Judicatura, la Contraloría, la Superintendencia de Bancos, entre otros. Entre tanto, la Asamblea aprobó el sábado 4 de marzo de 2023, la moción de investigar a Lasso por redes de corrupción, para iniciar el juicio político. El miércoles 29 de marzo, la Corte Constitucional admitió la solicitud del juicio político de la Asamblea, de acuerdo al Art. 129 de la Constitución, segunda causal, singularizada por peculado en los contratos de la Flota Petrolera Ecuatoriana (FLOPEC) con Amazonas Tanker, por 6 millones de dólares. Caso en el que está involucrado un hombre de confianza de Lasso, actualmente prófugo, Hernán Luque Lecaro, ex presidente del directorio de la Empresa Coordinadora de las Empresas Públicas (EMCO).

El 9 de mayo se aprobó con 88 votos en la Asamblea Nacional continuar el juicio político contra Lasso. Las dilaciones de la Asamblea, mientras cambiaba sus autoridades el domingo 14 de mayo, mostraron que la oposición se consolidaba: Virgilio Saquicela, era reelegido como presidente del legislativo con 96 votos a su favor. El partido de Lasso, CREO, no gana ningún puesto. El martes 16 de mayo, los interpelantes, Viviana Veloz de Unión por la Esperanza (UNES) y Esteban Torres del Partido Social Cristiano (PSC), se distribuyeron la intervención: la primera relató los hechos y expuso una decena de pruebas de 75 documentos y 30 testimonios; el segundo, se concretó al encausamiento legal. El ingreso de Lasso a la Asamblea, para su intervención, fue acompañado de las fuerzas armadas y seguidores, la mitad de su discurso se defendió mencionando la carencia de pruebas y la otra mitad con una adelantada rendición de cuentas. Después del debate venía la votación, se inscribieron 46 legisladores, hablaron 36 hasta las 22h05. A las 7h00 del siguiente día, 17 de mayo, ninguno era legislador. La muerte cruzada se había firmado.

La Muerte Cruzada

A la media noche del 16 de mayo, los lobistas de Lasso se dieron cuenta que no tenían la cantidad de votos suficientes para evitar la destitución presidencial (46), por lo que decidieron la disolución de la Asamblea. Henry Cucalón, ministro de gobierno, a pesar de sus esfuerzos y negociados vaticinó que Lasso caía. En la noche y la madrugada el equipo de Lasso preparó la cadena nacional, la logística militar, la comunicación de redes y el resto de la agenda mediática. 

La Constitución, en su artículo 148, señala tres causales para la disolución de la Asamblea: arrogación de funciones del legislativo (previo dictamen de la Corte Constitucional); obstaculización del plan nacional de desarrollo; o crisis política y conmoción interna. A pesar de no existir ninguna de estas causales, el objetivo era impedir la votación por destitución presidencial de la Asamblea. Además, la Constitución exige también que dentro de 7 días el Consejo Nacional Electoral llame a elecciones de Presidente y de la Asamblea. Aproximadamente en 6 meses Lasso dejaría de ser presidente.

Desde las 6H00 de la mañana, Carondelet entró bajo vigilancia atenta de las fuerzas armadas, se publicó el Decreto 741 de la disolución de la Asamblea Nacional a las 7 am. El Decreto consta de 12 páginas. El gobierno ha organizado un discurso como un dispositivo autoritario sobre la sociedad ecuatoriana. A la Asamblea se le atribuyó la obstrucción política, sin embargo, si somos fieles a los hechos, la crisis política y la conmoción interna es causada por el mismo Lasso. En estos días, ni siquiera ha habido movilizaciones nacionales. El decreto termina con los cargos de los asambleístas, así como de los contratos ocasionales del personal legislativo.

Las bancadas de UNES, Pachakutik (PK) y el Partido Social Cristiano (PSC) han dicho que el decreto de disolución legislativa es inconstitucional, por no adaptarse a ninguna causal, y que lo demandarán ante la Corte Constitucional. Algunas voces de Pachakutik y otras fuerzas, han llegado a hablar de una nueva Asamblea Constituyente. 

Nuevas elecciones

El Decreto como la Constitución también solicitan al Consejo Nacional Electoral la convocatoria inmediata a elecciones. El Código de la Democracia en su Art. 87, indica que las elecciones se deberían realizar máximo en 90 días. Es decir que en 45 días sea la elección presidencial y legislativa en conjunto, y antes de ajustar los 90 días, la segunda vuelta. La constitución en su Art. 143 manifiesta que la segunda vuelta se realizará en 45 días: si en la primera vuelta nadie ha obtenido más del 45% de la votación y una diferencia del 10% respecto del segundo. 

El panorama electoral nacional está atravesado por algunas tendencias centrales.

Primera, la correlación de fuerzas políticas del último proceso eleccionario, ha marcado el avance del correísmo, lo que permitiría posiblemente que este capitalice nuevamente la mayor parte de la Asamblea Nacional, y sea uno de los principales contendientes en las elecciones presidenciales.

Segunda, las otras fuerzas de la centroizquierda como Pachakutik han tenido un significativo avance electoral; sin embargo, Pachakutik y la Izquierda Democrática sufrieron graves divisiones internas por sus negociados con Lasso.

Tercera, las diferencias de la centroizquierda han producido en las últimas elecciones otras candidaturas visibles, las que podrían presentarse como una alternativa en medio de las disputas del correísmo y Pachakutik.

Cuarta, la división de la derecha del PSC y las fuerzas de Lasso (CREO), así como de otras fuerzas más pequeñas, ha impulsado el juicio político y la muerte cruzada; su unidad para las próximas elecciones será difícil, aunque no imposible. Hasta el momento las fuerzas de derecha alrededor de Lasso impulsan su reelección.

La Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), el Frente Popular (FP), las organizaciones de mujeres, trabajadores, estudiantes, jóvenes, se han pronunciado contra la muerte cruzada de Guillermo Lasso; por los procedimientos autoritarios y los anuncios de represión de las Fuerzas Armadas y policiales; además, de pedir a que la Corte se pronuncie sobre la constitucionalidad del decreto. La CONAIE está organizando una Asamblea del Poder Popular y Plurinacional para una agenda de consenso. 

La larga lucha por la democracia ecuatoriana se encuentra pisoteada por grandes episodios autoritarios. Lasso representa la decadencia de varios grupos oligárquicos que viven de la explotación intensiva de millones de ecuatorianos y del sometimiento estatal a sus intereses particulares.

Crisis política en Ecuador

Sergio Pascual

*El presidente Guillermo Lasso anunció públicamente hoy 17 de mayo su voluntad de aplicar el artículo 148 de la Constitución ecuatoriana que refiere al mecanismo conocido como «muerte cruzada».

*Este mecanismo constitucional permite al presidente de la República disolver, con carácter inmediato, la Asamblea Nacional y llamar a nuevas elecciones para renovar tanto el Poder Legislativo como el Ejecutivo.

*Conforme a lo dispuesto en el artículo 87 del Código de la Democracia, el Consejo Nacional Electoral convocará en un plazo máximo de siete días a un proceso electoral que deberá celebrarse, a su vez, en un plazo máximo de 90 días (mediados de agosto de 2023).

+Las autoridades electas en este nuevo proceso estarán en sus cargos sólo hasta 2025.

+Entre tanto, durante los 3 próximos meses el presidente podrá gobernar -con limitaciones- por decreto en materia económica urgente (ya ha anunciado una reforma tributaria y laboral).

*La «Muerte Cruzada» invocada por Lasso es una respuesta del Gobierno al juicio político que se estaba llevando a cabo en la Asamblea Nacional y que tenía previsto concluir el próximo día sábado.

+Con esta jugada, Lasso se adelanta a la votación e impide su censura.

*Si bien la «muerte cruzada» requiere ser convalidada por la Corte Constitucional ecuatoriana, el apoyo público de las Fuerzas Armadas al presidente impidió de facto que la disuelta Asamblea sesionara en la jornada de hoy, lo que apuntaría a que el escenario electoral es ya irreversible. Sin embargo, el Partido Social Cristiano (PSC) ha anunciado que impondrá una demanda de inconstitucionalidad ante la Corte Constitucional, pues en ningún momento se cumple con lo que estipula el artículo 148 sobre la causal para invocar a una «muerte cruzada», que es que el país viva una «grave crisis política y conmoción interna».

*Ante esta nueva crisis institucional, los principales actores políticos del Ecuador ya se están posicionando:

+Por un lado el correísmo -sin duda la primera minoría del país, la más estructurada y con un liderazgo más fuerte- vería las elecciones como una oportunidad para trasladar su éxito electoral en las pasadas elecciones seccionales (en las que venció en las principales gobernaciones y ciudades del país) a las elecciones generales, con vistas a recuperar la Presidencia.

+Por otro lado, el Partido Social Cristiano, la principal fuerza conservadora del Ecuador, adversaria de Lasso y gran perdedora de las elecciones seccionales, apostaba por la destitución del presidente y un interregno de su actual vicepresidente, Borrero. Este interregno le hubiera dado el tiempo necesario para recomponer fuerzas tras el golpe que le asestaron los resultados electorales del pasado febrero. Como se mencionó, la estrategia de corto plazo del PSC es presionar para que la Corte Constitucional desautorice a Lasso y regresar, así, al escenario del juicio político.

+Finalmente, hay que considerar al movimiento indígena, esta vez liderado por el progresista Leonidas Iza, que ha sido el gran adversario de Lasso, el único capaz de oponer resistencia organizada en las calles y plantarle cara fuera de las instituciones del Estado. Aunque su fuerza política -Pachakutik- aún no está completamente bajo el control de Iza y algunos asambleístas siguen lógicas prebendistas, no cabe duda de que será un actor relevante en las próximas elecciones generales.

https://www.celag.org/crisis-politica-en-ecuador/

 

(*) Daniel Kersffeld. Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus últimos libros son Rusos y rojos. Judíos comunistas en tiempos de la Comintern (Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012) y Contra el Imperio. Historia de la Liga Antiimperialista de las Américas (Siglo XXI, México, DF, 2012, Mención Honorífica del Premio Pensamiento de América Leopoldo Zea, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2013).

(*) Jaime Chuchuca Serrano. Jurista y filósofo, es profesor de la Universidad Nacional de Cuyo, Universidad de Cuenca, Ecuador.

(*) Sergio Pascual. Ingeniero de Telecomunicaciones y antropólogo. Fue secretario de organización de Podemos y diputado en las XI y XII legislaturas.

Fuente: Página12 - 21/05/23 y OnCuba News, 18/05/23


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