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29.5.23

Turquía: El triunfo de un nacionalismo rabioso

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Por Esen Uslu (*)

Como era de esperar, la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Turquía ha terminado de manera inconclusa y el eventual ganador se decidirá en la segunda vuelta, que se celebrará el 28 de mayo.

Sin embargo, ese no es el caso de las elecciones parlamentarias, que se celebraron simultáneamente el 14 de mayo. Hay un claro ganador en la forma de un nacionalismo rabioso, aunque se dividió en tres componentes.

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del actual presidente Recep Tayyip Erdogan ha demostrado durante mucho tiempo que no puede ganar una mayoría absoluta en unas elecciones generales. Sin embargo, todavía obtiene el mayor número de votos, que esta vez se sitúa en un 35 %. Ha contado constantemente en el apoyo del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), fundado originalmente por los infames Lobos Grises, para retener su mayoría en la asamblea nacional.

Sin embargo, antes de las elecciones generales, el MHP estaba en un estado lamentable. La cooperación con Erdogan y sus políticas, sin pestañear, ha provocado importantes crisis internas. Un gran sector finalmente se escindió para formar el Partido Bueno (IYI), que se posicionó como la principal oposición nacionalista y finalmente se alineó con el Partido Popular Republicano (CHP) como la columna vertebral de la coalición Alianza de la Nación.

El estado del MHP era tal preocupación para Erdogan y el AKP que se apresuraron, en abril de 2022, a reducir el umbral electoral (diseñado para mantener a los kurdos fuera del parlamento) del 10%  al 7%, con el fin de tratar de garantizar una representación suficiente al MHP. Pero inesperadamente recibió el 10% de los votos, una pérdida de solo el uno por ciento en comparación con las elecciones de 2018, y como resultado del nuevo umbral reducido ganó un escaño más, situándose en 50. El resultado es que la coalición AKP-MHP tiene una mayoría parlamentaria con 317 de 600 escaños.

Mientras tanto, la escisión del MHP, el IYI, también obtuvo el 10% (y el 7% de los escaños, uno más que en 2018). La necesidad de la alianza de la oposición de recoger los votos kurdos para ganar tanto las elecciones presidenciales como una mayoría en el parlamento puso al IYI en una posición difícil. Sus políticas se han basado en un enfrentamiento existencial con el movimiento de liberación kurdo (y especialmente con el Partido Democrático de los Pueblos, HDP).

Además, el CHP insistió en que Kemal Kiliçdaroglu, que pertenece la minoría turca alevi, debería ser el candidato presidencial de la Alianza de la Nación, pero para el presidente de IYI, Meral Aksener, Kiliçdaroglu no era elegible. Su propuesta era que se designase como candidato al alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, o al alcalde de Ankara, Mansur Yavas, por sus impecables credenciales nacionalistas.

Cuando finalmente Kiliçdaroglu fue aceptado como candidato por los seis líderes de la coalición en marzo, Aksener se retiró de la Alianza de la Nación. Costó dos días de intensas negociaciones traerle de vuelta al redil. Hubo un compromiso por el cual Imamoglu y Mansur servirían como consejeros en una presidencia de Kiliçdaroglu.

Sin embargo, como dice el refrán turco, "los pantalones rotos no se pueden mantener juntos con tachuelas". A partir de ese momento, el IYI siguió participando en la campaña de la coalición, pero sin mucho entusiasmo. Por ejemplo, en todas las ocasiones posibles hizo hincapié en su oposición al "terrorismo", palabra con la que se refiere al movimiento de liberación kurdo.

El lema de Aksener, "Un voto por Kemal y un voto por Meral", es indicativo. Lo más probable es que el IYI no pudiera, o no estaba dispuesto, a volcar los votos de su base popular a favor de Kiliçdaroglu, ya que el tercer candidato a la presidencia, Sinan Ogan, también pertenece al ala nacionalista.

Ogan fue elegido como diputado de la provincia de Igdir, en la frontera con Armenia, en las elecciones de 2011 en una candidatura del MHP, pero en 2015 fue expulsado del MHP. Presentó un recurso legal y, como resultado, fue readmitido en el partido. Pero fue expulsado de nuevo en 2017, junto con el sector que formó el IYI, aunque no se unió al nuevo partido.

Azerbaiyán

Su familia es de origen azerbaiyano. Su carrera académica ha estado enfocada a la economía y la política de Azerbaiyán y, después de obtener su doctorado en Moscú, dio conferencias en la Universidad Estatal de Economía de Azerbaiyán. Tras la desintegración de la Unión Soviética, Ogan estuvo cerca de Abulfaz Elchibey, el segundo presidente del Azerbaiyán ya independiente. Trabajó en la oficina presidencial hasta que un golpe de estado derrotó a Elchibey. Ogan también trabajó como representante de Azerbaiyán en la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación, creada para alentar las políticas pro-túrquicas en los países vecinos, bajo el manto de la cooperación cultural.

Formó el centro de investigación Rusia-Ucrania del Centro de Estudios Estratégicos Euroasiáticos (ASAM), el principal instrumento en la negación turca del genocidio armenio durante la Primera Guerra Mundial. Ogan también formó el Centro de Relaciones Internacionales y Análisis Estratégicos, uno de los grupos de reflexión nacionalistas más influyentes que existen hoy en día, que se presenta como la "fábrica de pensamiento de Turquía".

Para ser candidato presidencial, Ogan necesitaba 100.000 firmas. El presidente del Partido Zafer (Victoria), Ümit Özdag, lo apoyó. Özdag también es una figura importante en los círculos nacionalistas. Es hijo de uno de los oficiales de la junta que derrotó al gobierno en 1960 y un estrecho colaborador de Alparslan Türkes, el presidente fundador del MHP y otro miembro de la junta militar de 1960-61.

Cuando Türkes y sus 14 compañeros conspiradores intentaron hacerse cargo de la junta, fueron derrotados y exiliados en la práctica. Fueron enviados como diplomáticos a países lejanos. El padre de Özdag fue enviado a Japón y nació allí. Educado en Alemania, se especializó, como académico, en las relaciones políticas entre militares y civiles. Özdag también participó en la formación de ASAM y su Instituto de Estudios Armenios.

Se convirtió en un miembro prominente del MHP e intentó presentarse como candidato contra el líder del partido Devlet Bahçeli en su congreso de 2006, pero fue expulsado dos días antes de que se convocara el congreso. Regresó al trabajo académico y se convirtió en el presidente del Instituto Turquía del Siglo XXI, otro grupo de expertos nacionalistas y ex generales.

Özdag se reincorporó al MHP en 2010 y fue elegido miembro del comité nacional, convirtiéndose en diputado en 2015. En el congreso de 2016 fue candidato a la presidencia del partido y, al igual que Ogan, ¡fue expulsado! Posteriormente participó en la formación del partido IYI y elegido diputado en 2018.

También fue expulsado del IYI en 2020, pero una vez más ganó un recurso ante los tribunales. Así que regresó al partido en 2021, pero dimitió para formar el Partido Zafer (ZP). En las elecciones presidenciales de 2023 defendió la idea de la candidatura de Mansur Yavas, pero cambió para apoyar a Sinan Ogan. Para las elecciones parlamentarias, ZP formó la coalición ATA con partidos de derecha más pequeños y ganó solo el dos por ciento de los votos, sin obtener escaños en el parlamento.

Sin embargo, Sinan Ogan obtuvo más del cinco por ciento, por lo que el apoyo que obtuvo puede ser bastante importante para decidir el resultado de la segunda vuelta.

Los resultados de la izquierda

En primer lugar, está el Partido de Izquierda Verde (YSP), formula con la que el movimiento de liberación kurdo se vio obligado a participar en las elecciones parlamentarias cuando el HDP se vio amenazado con desaparecer si su apoyo electoral no mejoraba. Los votos del YSP cayeron al nueve por ciento, pero eso fue suficiente para conseguir 61 escaños.

En las elecciones de 2018, el HDP obtuvo 67 escaños después de ganar más del 10 % de los votos. Debemos tener en cuenta que en esas elecciones el umbral era del 10% exactamente, y muchos sectores de la izquierda apoyaron la campaña para superar ese obstáculo. Esta vez, el Partido de los Trabajadores de Turquía (TIP) se coaligó con la Alianza del Trabajo y la Libertad, junto con el YSP, pero presentó su propio candidato. El TIP obtuvo menos del dos por ciento y ganó cuatro escaños. Si el YSP y el TIP hubieran ido en una sola lista, habrían ganado más escaños.

La campaña del TIP atrajo muchas críticas de la izquierda, ya que su sesgo antikurdo se hizo muy evidente a pesar de su coalición con la Alianza del trabajo y la Libertad. Los otros partidos comunistas y de izquierdas que participaron en las elecciones, que se postulaban de forma independiente, obtuvieron resultados malos, como se esperaba.

Ahora tenemos un parlamento con una clara mayoría de la coalición AKP-MHP, aunque el AKP presentó en sus propias listas a candidatos de partidos pretendidamente religiosos. Como resultado, el Huda Par, el partido asociado a Hezbolá en Kurdistán, ahora tiene tres escaños en el parlamento. Y el Nuevo Partido del Bienestar (YRP) obtuvo el tres por ciento de los votos y cinco escaños: el YRP ha utilizado la alianza liderada por el CHP para superar el umbral electoral.

Las listas del CHP incluían a miembros de la coalición Alianza de la Nación, excepto los de IYI. La decisión unánime de la Alianza de la Nation había sido no presentar a los líderes del partido como candidatos. Su expectativa era que cuando Kiliçdaroglu ganara las elecciones, serían nombrados ministros, por lo que ya no son parlamentarios y su última esperanza de seguir en política es si Kiliçdaroglu gana la segunda vuelta.

Sin embargo, dado el ascenso de la derecha nacionalista, tal victoria parece poco probable. Su esperanza es persuadir al cinco por ciento que apoyó a Sinan Ogan en la primera vuelta para que apoye a Kiliçdaroglu y movilizar a los que no votaron. Al mismo tiempo, mantener el nivel de apoyo de los votantes kurdos será muy difícil. El movimiento de liberación kurdo hizo un excelente trabajo al apoyar a Kiliçdaroglu: en algunas provincias kurdas obtuvo el 70 % de los votos. Pero pedirles que hagan lo mismo una vez más, a pesar del escaso apoyo en el centro y el oeste de Turquía de los "turcos blancos", podría ser pedir demasiado.

Además, la pequeña burguesía urbana de izquierda será muy difícil de movilizar una vez más, porque su decepción y apatía son tangibles. Teniendo en cuenta la inmensa logística necesaria para transportar a los desplazados que deben votar en la zona del terremoto para votar, una vez más, el 28 de mayo, cuando comienza la temporada de vacaciones, podría ser muy difícil.

Pero, a menos que se hagan tales esfuerzos, el resultado de estas elecciones parece estar decidido y Erdogan ganará su tercer mandato como presidente.

 

(*) Esen Uslu es un analista poli´tico residente en Estambul que contribuye arti´culos regularmente a las revistas Sercesme y Sakayak.

Fuente: https://weeklyworker.co.uk/worker/1443/triumph-of-rabid-nationalism/

Traducción: Enrique García


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