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3.4.23

Un gobierno gris y triste

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Por Esteban Valenti (*)

Hay muchos adjetivos que se pueden aplicar a un gobierno, positivos y negativos. A tres años y un mes de existencia de este gobierno multicolor, en realidad hay dos palabras que lo definen muy precisamente: gris y triste.

Llegó a la Torre Ejecutiva bajo el lema de que venían a cambiar, luego de 15 años de gobiernos de Frente Amplio y por primera vez con una coalición estructurada y con documentos y compromisos programáticos que agrupaban los 5 partidos.

Lo único sonriente que le queda son las selfies del señor Presidente Lacalle Pou a diestra y siniestra y las inauguraciones diversas, la mayoría de las veces intranscendentes o culminando obras del anterior gobierno. Lo demás, gris y triste.

Los gobiernos son un conjunto de personas, no son una institución abstracta y en ese rubro la acumulación de grisor y tristeza, comenzando por el Ministro del Interior, el mayor portavoz del fracaso del gobierno en seguridad y con un mensaje sin ningún brillo y novedad. La tristeza también desciende de la reiteración cargosa de echarle la culpa a los anteriores. Un ministro que violando sus directas responsabilidades absuelve personas investigadas por fiscales. Más oscuro imposible.

El Ministro de Relaciones Exteriores, es una sombra de promesas presidenciales imposibles y de una dependencia oficial caída en la más absoluta tristeza por falta de empuje, de iniciativas, de todo. El Ministerio de Salud Pública, mientras estuvo Salinas y la pandemia se salía de la media, pero el problemita es que tiene a ASSE y ese es el desbarranque de la tristeza, del retroceso, de un gris tirando a oscuro, con la cúspide en Casa de Galicia, las ambulancias "marítimas" contratadas por 5 millones de dólares, la falta de inversión en medicamentos etc.

El ministerio de Transporte y Obras Públicas, vive de los banderazos de cifras, pero nada de lo importante de los estructural - excepto los nuevos aeropuertos - se sale de la tristeza. Y podríamos seguir con el MIDES arañando cifras de pobreza infantil del 20% y festejando porque bajó menos del 1 por ciento en un año y en lucha perpetua con las ollas populares, sin darse cuenta que el problema, lo gris, lo triste y terrible es que a varios años de la pandemia seguimos con miles de familias dependiendo de las ollas o de las viandas congeladas. Más gris que entregarle a gente muy pobre, comida congelada, hay que tener mucha imaginación.

En la educación, hay un locuaz director de ANEP, que habla todos los días por los medios, sobre la reforma, pero se calla, sobre la rebaja del presupuesto para la educación, el aumento del número de alumnos en los grupos, la falta de decenas de miles de horas docentes asignadas, y de construcciones nuevas de liceos, UTUs y escuela,. Y parece no distinguir entre repintadas y nuevas, como los 135 institutos prometidos en la campaña electoral y sobre todo en el balotaje.

A ello se suma que ahora se multiplicó la violencia en los institutos de enseñanza y la directora de Secundaria aprovechando para hacer campaña. No se sabe bien de que méritos, pero golpea duro el bombo de la campaña, con un nivel realmente muy gris.

No hablemos de la Torre Ejecutiva, que no incluye solo el 4to piso que se pasó de gris y triste a una alegre Asociación para Delinquir con la pieza clave del jefe de la custodia presidencial y su empresa de múltiples funciones de negocios con el Estado. Están todos los que rondaron en torno a este personaje, el prosecretario de la Presidencia, el secretario personal del Presidente y el propio Presidente, cuyas relaciones y encargos a Astesiano no están claros en absoluto, son también gris oscuro.

El Ministerio de Economía y Finanzas, que se guareció detrás de la pandemia, ahora muestra la síntesis del "modelo, gris, triste e injusto". Un país que crece y los salarios, jubilaciones e ingresos de zonas enteras de la economía micro, pequeña y mediana, sobre todo en el litoral está más pobre e inquieta por su seguro laboral y sobre su nivel de vida. Y los malla de oro festejando. Excepto por el retraso cambiario...

Esto no es culpa del gobierno, pero es gris sobre gris, tristeza sobre tristeza, incluso los mallas de oro que ganaron en los tres primeros años más de 12 mil millones de dólares por los precios de huracán de cola de las materias primas, ahora tienen la seca, más grave que la del 2008, la gripe aviar, los murciélagos con rabia. ¿Qué les falta?

Bueno al menos de la seca no pueden echarle la culpa al anterior gobierno, sobre todo porque si se compara que se hizo en el 2008 ante una seca importante y como impactó en la producción, se verá la diferencia.

En los entes y empresas públicas, OSE, UTE y ANTEL vegetan o retroceden, no tienen ni muestran un plan estratégico, no se generó una sola fuente de energía limpia, ni un molino, ni nada similar. La Coalición, vive de lo que le dejaron los gobiernos anteriores, vendiendo energía a Brasil y la Argentina, por el cambio y el crecimiento exponencial de la generación y por la interconexión con Brasil. De eso no se quejan, administran su tristeza estratégica.

El nepotismo también es una fuerte de tristeza y si se suman las dependencia del gobierno nacional y las intendencias blancas el ejército familiar de funcionarios contratados o incorporados a las plantillas es legión. Y un triste manto de silencio por los escándalos de horas extras desbocadas en Artigas.

Las buenas noticias, eran en el primer año de la pandemia, 2020, cuando nos fue y les fue bastante bien, comparativamente y por la capacidad probada de darle casi todos los días a la cadena de radio y televisión encubierta del Presidente con los comentarios de Delgado y Salinas. Luego todo cambió en el 2021 y finalmente empezó a entristecerse el panorama con los miles de muertos y decenas de miles de contagiados. Cuando se le agotó la lucha contra la pandemia como el único escudo del gobierno, quisieron apelar a la guerra y es raro que ahora no quieran parapetarse detrás del CreditSuisse y la quiebra de los bancos norteamericanos.

Sobre las pérdidas contables del Banco Central del Uruguay que reclaman una capitalización de más de 900 millones de dólares, fue un economista del FA Martín Vallcorva el que con gran honestidad profesional y políticaexplicó la situación, quitándole todo dramatismo. Pero lo que no le saca nadie de arriba al gobierno, es las nubes más que grises del atraso cambiario, para alegría de los exportadores, de los importadores y de toda el comercio y la producción de frontera.

Los únicos anuncios con cierta luz y alegría, fueron de los acuerdos con Lula, luego de la visita tripartita a Brasilia (Lacalle, Mujica, Sanguinetti) y la de Lula a Montevideo. Qué ironía, con Bolsonaro mucho intercambio de camisetas de fútbol y poco más.

Lo más triste de todo, los más gris, además del panorama social es la reinstalación en el Uruguay de la pregunta sobre su viabilidad, las miles de personas que abandonan el país, y el clima general de la política, donde los escándalos de todo tipo son diarios, incluso varios el mismo día. Me ahorro de hacerles la lista.

Todo esto no es casualidad, para una parte pequeña de la sociedad la sensación es totalmente diferente, refulge el oro de sus mallas. Este es el rumbo y avanzan a toda máquina.

 

 

(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay


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