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27.3.23

La nueva pandemia bancaria. Dossier (III)

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Por Michael Roberts, Adam Tooze, Martine Orange, Michael Hudson, Luigi Pandolfi, Harold Meyerson (*)

Con CreditSuisse, el miedo al contagio se extiende a Europa

Martine Orange

Después del Silicon Valley Bank, el segundo mayor banco suizo se encuentra ahora en una situación turbulenta. Antaño considerado una institución, se ha convertido en un eslabón débil del sistema bancario. Está arrastrando consigo a los bancos europeos. Los bancos centrales están pagando sus excesos en el sector financiero.

No ha durado ni dos días. Tras las medidas de emergencia anunciadas el 12 de marzo por la Reserva Federal y el Gobierno estadounidense en respuesta a la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), bancos centrales, gobiernos y financieros esperaban evitar el contagio. Una simple declaración de un ejecutivo del SaudiNational Bank, principal accionista de CreditSuisse, anunciando en Bloomberg TV el miércoles 15 de marzo que no tenía intención de participar en el rescate del banco suizo si éste se metía en problemas, bastó para incendiar el mundo financiero.

En pocas horas, la cotización de CreditSuisse perdió hasta un 30%, para terminar con un descenso del 24% a 1,7 francos suizos (1,84 euros), su nivel más bajo de la historia. Para el banco, el coste de los Credit Default Swaps (CDS), los instrumentos financieros que se supone que protegen en caso de quiebra, se acercan ya a la fase de angustia, por encima de los 870 puntos, con los financieros estimando el riesgo de impago en más del 60%. A 1.000 puntos, el mundo financiero considera que se ha acabado.

El contagio se extendió a todos los grandes bancos europeos. Todos cayeron en cuestión de horas, y más de 60.000 millones de euros se esfumaron. La acción de BNP Paribas, que tuvo que ser suspendida en un momento dado debido a las fuertes ventas, perdió un 9,7%. La cotización de Société Générale se desplomó un 11,8% y la de CréditAgricole un 5,8%. Deutsche Bank cayó un 9,3%, UniCredit un 9% y Santander un 6,2%. El índice bursátil bancario europeo ha bajado más de un 16% con respecto a la semana pasada, antes de la quiebra de SVB.

Dado el peso de los bancos, todos los índices bursátiles europeos bajan (- 3,58% el CAC 40, - 3,32% el DAX, - 3,9% el FTSE). Y Wall Street hizo lo propio, registrando una caída del 2,16% a media sesión.

Por miedo, todos los inversores se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense, supuestamente el último refugio seguro. Los bancos regionales estadounidenses, considerados los más vulnerables, que habían encontrado un ligero respiro el 14 de marzo, volvieron a sumirse en la confusión. En un movimiento familiar, las agencias de calificación se han despertado y han rebajado la calificación de varios bancos.
CreditSuisse, uno de los eslabones débiles del mundo bancario

En el mundo bancario, el nombre de CreditSuisse sigue causando una gran impresión. El banco sigue siendo considerado una institución. Sin embargo, no es casualidad que ahora esté en primera línea del pánico en el sector bancario: se le considera uno de los eslabones más débiles del mundo bancario, una presa ideal para la especulación.

Desde hace varios años, CreditSuisse está plagado de escándalos, errores y equivocaciones. Evasión fiscal a gran escala, manipulación de ciertos mercados, inversiones en fondos dudosos, relaciones con clientes de dudosa reputación, primas disparatadas para sus ejecutivos... el banco se ha visto acusado en numerosas ocasiones por sus prácticas sulfurosas, y condenado por los tribunales y las autoridades reguladoras.

Sacudido por esta sucesión interminable de asuntos, el banco vio una sucesión de directivos, cada uno prometiendo cambiar su estrategia y su comportamiento, hasta que fracasaron a su vez. Su penúltimo presidente, el portugués António Horta-Osório, no duró ni nueve meses: se vio obligado a dimitir por violar repetidamente las cuarentenas impuestas por Covid.

En enero de 2022 le sucedió Axel Lehmann, cuando el banco se enfrentaba a una revuelta de sus accionistas. Ex directivo de ZurichInsurance y UBS, Lehmann fue en cierto modo designado por la comunidad empresarial y financiera suiza para poner orden en el segundo banco del país. Inició una gran limpieza, cerrando oficinas y negocios, liquidando posiciones y saneando cuentas. Prometió volver a centrar el banco en sus negocios tradicionales.

7.300 millones en pérdidas

Pero la caída parece no tener fin. Cada mes, más o menos, la dirección reconoce nuevos errores, nuevas debilidades. La confianza acaba por erosionarse y luego desaparece, tanto entre los accionistas como entre los clientes del banco. En el último trimestre de 2022, los clientes retiraron más de 100.000 millones de dólares de fondos, en particular de su negocio de gestión de patrimonios, una de las divisiones emblemáticas del banco, a medida que aumentaban las dudas sobre su solidez financiera.

En febrero de 2023, CreditSuisse presentó los peores resultados de su historia: las pérdidas ascendieron a 7.300 millones de francos suizos (7.500 millones de euros), anulando en un año varios años de beneficios. El 14 de marzo reconoció que las retiradas de fondos de los clientes no se contenían, aunque fueran menores. Se lanzó una ampliación de capital de 4.000 millones de francos suizos para consolidar el banco. Pero algunos ya se han marchado. Harris Associates, que había sido el mayor accionista de CreditSuisse, ha vendido su participación del 10% en los últimos meses.

Mientras que CreditSuisse ha tenido que aplazar la publicación de su informe anual bajo la presión de las autoridades bursátiles estadounidenses y admitir "debilidades materiales" en sus controles internos, ahora le toca el turno al SaudiNational Bank. El banco saudí, que había invertido 1.400 millones de francos suizos en los últimos meses para hacerse con una participación del 9,9% en CreditSuisse, aduce problemas reglamentarios para ayudar al banco. Más allá del 10%, explicó uno de sus ejecutivos, el banco estaría sujeto a otras obligaciones reglamentarias, que no desea. También podría hablar del problema de rentabilidad: en pocos meses, su inversión ha perdido más de mil millones de dólares.

Un banco sistémico

En la mañana de este miércoles, Axel Lehmann, preguntado por la caída en bolsa de su banco, descartó "cualquier ayuda del Gobierno". "Nuestros balances son sólidos, nuestros ratios son buenos", afirmó. Según el Financial Times, los ejecutivos de CreditSuisse pidieron apoyo público al Banco Central Suizo y a los reguladores, mientras la cotización de sus acciones se desplomaba. "Parece inevitable que el Banco Nacional Suizo tenga que intervenir y proporcionar un salvavidas. El Banco Central y el Gobierno suizo son plenamente conscientes de que una quiebra de CreditSuisse o incluso las pérdidas de unos pocos depositantes destruirían la reputación de Suiza como centro financiero", afirma Octavio Marenzi, analista de Opimas.

Aunque CreditSuisse es en muchos sentidos un caso especial, su situación no puede ignorarse: a pesar de su quiebra, CreditSuisse sigue siendo un banco sistémico. Mantiene múltiples relaciones con otros actores financieros. Designado como oveja negra, el banco ya no inspira confianza. Podría quedar aislado del mercado interbancario, experimentar problemas de liquidez y arrastrar a otras instituciones a sus dificultades.

"Si los reguladores no manejan bien la situación de CreditSuisse, podría provocar conmociones en el sector", advierte el jefe de investigación de ABN AMRO. El Banco Central Europeo (BCE) parece compartir el análisis. En voz baja, funcionarios del BCE también se han puesto en contacto con bancos europeos y otras instituciones financieras para preguntarles por su exposición al banco suizo, según el Wall Street Journal.

La gran complacencia de los bancos centrales

Pero las dudas sobre el sector bancario van mucho más allá del CreditSuisse. Como reveló la quiebra de SVB, los balances de los bancos contienen miles de bonos comprados cuando los tipos de interés estaban en su nivel más bajo. Desde el endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales, estos títulos no han dejado de depreciarse. Pero las pérdidas no realizadas no se han reconocido, lo que lleva a todo el mundo a preguntarse por el valor real de los activos que poseen los bancos y que garantizan su solvencia.
Según un estudio de cinco investigadores universitarios americanos , que acaba de publicarse, "el valor de los activos del sistema bancario americano es inferior en 2 billones de dólares" a lo que figura en sus libros. La situación del sistema bancario europeo no debe distar mucho de la del otro lado del Atlántico.

"El mayor problema es que la Fed ha actuado con demasiada rapidez tras 14 años de política monetaria laxa. Cuando los tipos suben, el valor de mercado de los activos financieros cae y los bancos tienen muchos activos financieros. Los reguladores tienen que examinar la capacidad de todos los bancos para soportar pérdidas de mercado en sus carteras de valores si se ven obligados a venderlos antes de que venzan. Los reguladores también tienen que replantearse el tratamiento de los títulos del Estado, que se consideran básicamente libres de riesgo según las normas de capital y liquidez. Cuando los tipos suben, son cualquier cosa menos seguros", afirmó un antiguo regulador estadounidense en un artículo de opinión.

Pero a ambos lados del Atlántico, los bancos centrales y los reguladores han optado por ignorar la cuestión, como hicieron con los problemas de las burbujas de activos y la creciente desigualdad creada por sus políticas. La quiebra del SVB y ahora la del CreditSuisse son un recordatorio de su complacencia culpable. Hoy se enfrentan a un dilema: luchar contra la inflación o preservar la estabilidad financiera.
De cara a la reunión del BCE del 16 de marzo, muchos creen que el BCE tratará de dar largas e intentará hacer ambas cosas, subiendo los tipos más gradualmente. Pero es probable que este enfoque fracase: a corto plazo, ambos objetivos parecen imposibles de alcanzar al mismo tiempo. El mundo financiero podría estallar en cualquier momento. Y los bancos centrales se enfrentan de nuevo al chantaje de los financieros.

Publicado originalmente en Mediapart, "AvecCréditSuisse, la crainte de la contagiongagnel'Europe". Traducción Antoni Soy Casals.


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