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6.3.23

Sobre transiciones energéticas y transiciones ecológicas (II)

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Por Jorge Riechmann (*)

"¿Cómo puede un joven (en especial el de la gran ciudad) afrontar los problemas más profundos, la miseria de la sociedad, sin sucumbir al menos temporalmente al pesimismo?

Adición en vez de reemplazo

La larga fase de descenso energético en cuyos prolegómenos ya nos encontramos nos llevará, o por las buenas o por las malas, a sociedades energética y materialmente más austeras.17 Pero de momento seguimos tratando de crecer por todos los medios. Richard Heinberg ha sintetizado adecuadamente nuestra tesitura: las energías renovables no están reemplazando la energía de los combustibles fósiles, sino sumándose a ella.18 Como Jean-Baptiste Fressoz ha señalado desde hace años, y Jaume Franquesa reitera ahora, en rigor la transición energética no existe: no se van sustituyendo fuentes, sino añadiendo nueva capacidad energética de fuentes nuevas, mientras el uso mundial de energía no deja de crecer.19 Y a pesar de todas las inversiones e instalaciones de energía renovable, las emisiones globales de GEI siguen aumentando.20

Eso se debe en gran parte al crecimiento económico: si bien los suministros de energía renovable se han expandido en los últimos años, el uso mundial de energía se ha disparado aún más, y la diferencia la proporcionan los combustibles fósiles. Cuanto más crece la economía mundial, más difícil es que las adiciones de energía renovable cambien el rumbo reemplazando realmente la energía de los combustibles fósiles, en lugar de simplemente aumentarla.

"En el año 2000, la dependencia mundial de los combustibles fósiles rondaba el 90% y veinte años después este porcentaje sólo se redujo a 83%. Que la participación de estos combustibles en el mix energético se haya reducido sólo 7% en veinte años no quiere decir que hoy consumamos menos hidrocarburos que antes, al contrario: el consumo actual es un 40% superior al de aquel entonces. Esto muestra otra de las características de la historia de las transiciones energéticas hasta acá: nunca reemplazamos una fuente por otra, sino que más bien agregamos nuevas fuentes a las anteriores. La historia de las transiciones energéticas ha sido una historia de adiciones."21

No habrá transición energética real sin un horizonte de fuerte decrecimiento (en el uso de energía y materiales) que de momento nuestras sociedades ni se plantean. Y, por otra parte, seguir añadiendo generación eléctrica con renovables sin tocar los demás elementos del sistema nos sume con más fuerza en el control corporativo sobre la energía (y a través de éste en el control sobre la sociedad entera)22 y en las dinámicas de extractivismo colonial/ neocolonial que ya hoy son muy poderosas.23

Lo llaman transición y no lo es

Xan López, un proponente del Green New Deal desde el colectivo madrileño Contra el Diluvio, sugiere que hemos de llamar retardismo climático a "la postura que niega la necesidad de una acción urgente o agresiva para mitigar o adaptarse a los efectos de ese cambio climático" (postura que, desde luego, sitúa de entrada tal retardismo en el ámbito de la irracionalidad, y pone al grueso del movimiento ecologista fuera de cualquier acusación de retardismo) y apunta que

"en el retardismo pueden confluir una infinidad de inquietudes, muchas de ellas no sólo legítimas, sino fáciles de comprender y apoyar. Pienso en la preocupación por el impacto medioambiental, por la profundización de la desigualdad territorial, en la desconfianza hacia las empresas energéticas, el Estado, y en general a la intromisión en nuestras localidades o regiones de poderes ajenos; otras pueden tener menos gancho, pero ser capaces de movilizar a una cantidad importante de personas, como el impacto en intereses empresariales muy concretos, o el simple deseo de rechazar los costes de una transición energética sin rechazar sus beneficios."24

De manera harto significativa, entre las "inquietudes legítimas" identificadas falta la más importante de las razones que pueden hacer enunciar el lema renovables sí, pero no así: que lo que se presenta como transición energética (ese mero añadir módulos solares fotovoltaicos y molinos eólicos) no lo es. Que cualquier supuesta transición energética que no apunte en primer lugar, en el Norte global, hacia formas de vida buena con fuerte decrecimiento en el consumo de energía y materiales no es una transición ecológica.

Una trampa civilizatoria

Vamos con decenios -por no decir más de un siglo- de retraso. "El etanol se utilizó por primera vez en motores de combustión en 1826. Rudolf Diesel inventó el motor diésel en 1890 con la intención de que funcionara con combustible biológico. La primera batería práctica, la célula Daniell, se inventó en 1836. La primera célula de combustible de hidrógeno se inventó en 1839. La crisis energética de la década de 1970 llevó en EEUU al establecimiento del Departamento de Energía en 1977, y desde entonces miles de millones de dólares han financiado investigación sobre energía en universidades y Laboratorios Nacionales. El problema básico y no resuelto es que las fuentes de energía alternativas requieren combustibles fósiles para cada paso de su ciclo de vida".25

Por ejemplo, producir polisilicio es un proceso altamente intensivo en electricidad. El analista alemán Johannes Bernreuter señala que las tres cuartas partes del polisilicio existente, componente esencial para la construcción de células fotovoltaicas, procede de fábricas chinas... cuya electricidad se genera a partir de carbón.26 Ahora que aumenta mucho la demanda de células fotovoltaicas para impulsar una "transición energética verde", lo previsible es una explosión concomitante del uso de carbón.27 Así nos engañamos a nosotros mismos, fingiendo que los desplazamientos de impactos son reducciones reales de los mismos...

La dependencia de nuestras renovables de alta tecnología con respecto a los combustibles fósiles es un asunto central.28 "La inversión en renovables es en sí misma muy intensiva en energía. Así que, a corto plazo, vamos a necesitar más crudo. (...) John Hess, jefe del productor independiente de petróleo de EE UU que lleva su nombre, predice que los 16 billones de inversiones verdes previstas 'turboalimentarán' la demanda de petróleo en un futuro próximo".29 O como lo explica Antonio Turiel:

"A día de hoy nadie ha sido capaz de construir una presa hidroeléctrica, un aerogenerador o una placa fotovoltaica de forma que en el proceso de fabricación, instalación, mantenimiento y desmantelamiento eventual no se utilicen combustibles fósiles. Nadie lo ha conseguido sólo con energía renovable porque no es evidente que se pueda hacer. A lo mejor se podría en una virguería técnica, pero seguramente gastaríamos más energía de la que el sistema nos devolvería, con lo cual tendríamos un sumidero energético y no una fuente de energía. Por otra parte, no nos damos cuenta de que materiales que damos por garantizados, como el cemento y el acero, dependen críticamente de la existencia de combustibles fósiles. Nadie aborda este problema seriamente porque es un punto insalvable. No está en absoluto demostrado que estos sistemas se puedan hacer sin combustibles fósiles. De hecho, algunos autores dicen que los sistemas renovables actuales, los eléctricos, son solamente extensiones de los combustibles fósiles. Obviamente tienen menos huella de carbono, emiten menos CO2 por unidad de energía producida, pero sin CO2 fósil no se pueden poner en marcha."30

Y profundizando un poco más en el asunto: como explican Óscar Carpintero y Jaime Nieto, la construcción de estos dispositivos renovables de alta tecnología implica poder alcanzar altas temperaturas en la industria: entre 1480ºC y 1980ºC para los paneles fotovoltaicos; entre 980ºC y 1700ºC para el cemento y el acero de los aerogeneradores. Esto requiere el uso de combustibles de alta densidad como petróleo, carbón o gas. Con la gran mayoría de las tecnologías renovables sólo cabe lograr temperaturas para procesos industriales en la franja baja: menos de 400ºC. Así, si pensamos en la gran escala, "no es posible fabricar tecnologías renovables con el uso de electricidad procedente de las propias fuentes renovables, teniendo que acudir al consumo de combustibles fósiles. Por desgracia, las renovables no tienen autonomía que las haga independientes de los combustibles fósiles".31

Recetas factibles frente a tecnologías viables

Ahora bien, asumiendo que las fuentes de energía alternativas requieren combustibles fósiles para cada paso de su ciclo de vida, supongamos for the sake of the argument -es muchísimo suponer- que se lograra una transición al "100% renovable" (entendido convencionalmente) en los estrictos plazos impuestos por la tragedia climática, dos o tres decenios (en realidad, la urgencia que impone esa tragedia climática en curso es mayor, y las transiciones energéticas de la sociedad industrial han operado con plazos mucho más largos).32 En ese período de transición las emisiones de GEI apenas menguarían o incluso podrían aumentar (por la dependencia de los combustibles fósiles ya mencionada y por el impulso del crecimiento económico que se sigue buscando). Es lo que el profesor de la UPM Mariano Vázquez Espí (miembro del Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad) ha propuesto (sólo medio en broma) llamar la "paradoja de Carpintero" (por el economista ecológico Óscar Carpintero, profesor de la Universidad de Valladolid) siguiendo la estela de la paradoja de Jevons (que venía a decir que el aumento de rendimiento de las máquinas de vapor, lejos de disminuir el consumo de carbón, en conjunto lo aumentaba). La enuncio, dice Vázquez Espí, "a mi manera, sin permiso de su autor: en la situación actual, construir todo lo necesario para una transición hacia el todo renovable para 2050 o así, lejos de disminuir las emisiones de GEI, las aumentará".33

La vida útil de aerogeneradores y células fotovoltaicas se sitúa, a lo más, en ese plazo: dos o tres decenios. De manera que apenas completada la instalación de la primera generación de máquinas habría que empezar ya a sustituirlas. ¿Cómo se haría, si no disponemos de sistemas de alta tecnología para la captación de energía renovable que se reproduzcan a sí mismos? Y no se crea que nos hemos encontrado de repente con este problema: hace medio siglo, Nicholas Georgescu-Roegen ya lo formuló en estos términos.

"Las tecnologías viables basadas en la radiación solar o en las reacciones nucleares requieren, para darles forma, una inmensa cantidad de materiales -en el primer caso, para concentrar su baja densidad; y en el último, para restringir su alta densidad-. Únicamente los combustibles fósiles pueden ser utilizados con instalaciones más pequeñas, y en algunos casos virtualmente sin instalación alguna. (...) La materia es un factor tecnológico tan crucial [y restrictivo] como la energía."34

Como Ernest Garcia ha recordado en numerosas ocasiones,35 Nicholas Georgescu-Roegen formuló una distinción entre recetas factibles (cosas que sabemos hacer) y tecnologías viables (conjuntos de recetas factibles autosostenidas por un proceso de alimentación básico). Se podría hablar también de sistemas sociotécnicos autorreproducibles o matrices técnicas durables. Las tecnologías viables han de ser autorreproductivas.

Georgescu-Roegen decía que, a lo largo de la historia humana, sólo han existido dos tecnologías viables: el control del fuego -sociedades preindustriales, Prometeo I- y la máquina de vapor -sociedades industriales, Prometeo II-. Ahora que llega a su fin el modelo energético fosilista, ¿cuál será la tercera tecnología viable -si es que llega a haberla (Prometeo III)-?36

Como explica Art Berman, "una economía 100% renovable es un concepto correcto sólo en el caso de que estemos dispuestos a aceptar un nivel de vida más bajo y una población mucho menor que la actual. Los seres humanos nunca han pasado de una fuente de energía de mayor densidad a una de menor densidad. Un mundo de energías renovables tendría una economía más pequeña y menos productiva debido a la menor densidad energética de sus fuentes primarias. Soy un defensor de la energía solar y eólica, y me tomo el cambio climático muy en serio. Sin embargo, es fundamental que la gente sepa la verdad: el mundo será mucho más pobre cuando se abandone la energía fósil."37

Si no captamos la dependencia profunda de las sociedades industriales con respecto a los combustibles fósiles, infravaloraremos las dificultades de cualquier transición ecosocial poscapitalista en serio. Y si abrimos los ojos al profundo carácter fosilista del capitalismo, aparece una fenomenal dificultad estratégica: descarbonizar significa empobrecernos,38 y parece harto difícil movilizar a la sociedad en pos de objetivos climáticos y ecológicos que van de la mano con cierto empobrecimiento. Tal es la dura píldora que hemos de tragar, no dorarla. (Y a continuación, por supuesto, podemos y debemos matizar sobre qué es pobreza y riqueza, qué es escasez y abundancia, y cómo son pensables vidas buenas para todo el mundo con un uso mucho menor de energía y materiales.)39

Dejar ir

La palabra clave para cualquier transición ecológica es menos (decrecimiento), pero nos empeñamos en seguir usando más. "Si no hay paneles fotovoltaicos" ?se nos dice? "habrá carbón, gas y petróleo". Lo excluido de antemano en el debate es lo único que de verdad nos sacaría de la trayectoria de ecocidio más genocidio: usar (mucha) menos energía...

El mero añadir (potencia de generación eléctrica con renovables) no es realizar ninguna transición. Es necesario también soltar, desprenderse, saber dejar ir. Eso nos cuesta horrores, casi siempre, en nuestra vida personal; también en nuestra vida colectiva.

Otra forma de enunciar la palabra clave para una verdadera transición ecológica, si estamos conversando en el Norte global, sería renuncia (o ascesis, si lo prefieren ustedes más bien en griego). Renuncia a segmentos del dominio humano; la apropiación de espacio ecológico; la explotación colonial que se nos convirtió en neocolonial; el abuso patriarcal sobre las mujeres; el entertainment que desvalija nuestra conciencia y atención; el confort que encubre las estructuras del crimen.

Ya sé que la renuncia no es una idea popular. Pero ¿qué va a pasar cuando, a pesar de la penetración de eólica y fotovoltaica en los sistemas eléctricos de algunos países, sigan aumentando las emisiones de GEI a escala planetaria ?como lo están haciendo ahora? ¿Qué sucederá cuando más y más países de la periferia vayan desplomándose? ¿Qué ocurrirá si entramos en la fase de runaway climate change y hay que dar casi todo por perdido?

Como indicaba un investigador y divulgador en Twitter, las renovables de alta tecnología son aparatos admirables que no pueden sostener este modelo civilizacional ni ayudar con el overshoot ecológico. "El foco principal tendría que ser cómo reducimos y simplificamos nuestra civilización para vivir dentro de los límites ecológicos planetarios y a su vez cubrir las necesidades básicas de toda la población. Éste y no otro es el gran reto de la década. Dentro de esa transición ecológica real (reducción fuerte de la producción y el consumo), las renovables tienen un papel que jugar..."40

Concluyamos. Habrá un cambio relevante en la generación eléctrica en países como España (está en curso) y lo llamarán "transición ecológica". Pero será un jugar con las palabras, porque por desgracia no superará la prueba de la práctica: evitar el ecocidio más genocidio hacia el que avanzamos. Y nos autoengañaremos (estamos en ello) como el borracho que busca las llaves debajo de la farola.41

La pregunta clave de la transición ecológica no es cuántos MW de eólica y solar fotovoltaica vamos a poder enchufar a la red eléctrica,42 sino: ¿qué niveles inéditos de amor, justicia y racionalidad vamos a ser capaces de desplegar? Y de momento no estamos respondiendo bien...

Notas:

1 Walter Benjamin, Obras, libro II, volumen 1, Abada eds., Madrid 2016, p. 10.

2 Citado por Paco Fernández Buey en una conferencia que dictó en la Facultad de Humanidades de la UPF, 28 de abril de 1998. Ahora recuperado por Salvador López Arnal en https://espai-marx.net/?p=12745

3 Editoral de Nature: "¿Existen límites al crecimiento económico? Es hora de poner fin a una discusión de 50 años", traducido en Viento Sur, 18 de junio de 2022; https://vientosur.info/existen-limites-al-crecimiento-economico-es-hora-de-poner-fin-a-una-discusion-de-50-anos/ . Texto original en Nature 603, 361 (2022), 16 de marzo de 2022; https://www.nature.com/articles/d41586-022-00723-1

4 "Investigadores como Johan Rockström, del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania), defienden que las economías pueden crecer sin hacer inhabitable el planeta. Señalan que hay pruebas, sobre todo en los países nórdicos, de que las economías pueden seguir creciendo aunque las emisiones de carbono empiecen a bajar. Esto demuestra que lo que se necesita es una adopción mucho más rápida de la tecnología, como las energías renovables. Un movimiento de investigación paralelo, conocido como 'post-crecimiento' o 'decrecimiento', afirma que el mundo debe abandonar la idea de que las economías deben seguir creciendo, porque el propio crecimiento es perjudicial. Entre sus defensores se encuentra Kate Raworth, economista de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y autora del libro de 2017 Doughnut Economics, que ha inspirado su propio movimiento mundial (...). Ambas comunidades deben esforzarse más por hablar entre ellas, en lugar de hacerlo contra ellas. No será fácil, pero el aprecio por la misma literatura podría ser un punto de partida. Al fin y al cabo, los límites inspiraron tanto a la comunidad del crecimiento verde como a la del poscrecimiento, y ambas se vieron igualmente influidas por el primer estudio sobre los límites planetarios (J. Rockström et al. Nature 461, 472-475; 2009), que intentó definir los límites de los procesos biofísicos que determinan la capacidad de autorregulación de la Tierra".

5 Yo contesté: o si no se puede hacer de ninguna de las dos formas, querido amigo -que es, me temo, nuestra situación real. Pero quede esbozada esa reflexión aporética y aparcada para mejor ocasión.


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