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19.12.22

Mirar lejos

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Por Esteban Valenti (*)

Pensar el futuro cuando el presente es chatarra
Es ser revolucionarios
Nosotros.

La avalancha de escándalos, de hechos que afectan la convivencia democrática y que se suman y se enlazan con situaciones anteriores, tienta a dedicar todas las fuerzas y la atención al presente más inmediato y sus consecuencias. No es equivocado, porque estamos viviendo el mayor escándalo político gubernamental de la historia uruguaya. Yo revisé prolijamente y no encontré nada parecido.

El impacto en la opinión pública no puede medirse todavía con precisión, ni siquiera en las diversas fuerzas políticas. ¿Hasta cuándo todos los miembros de la Coalición Multicolor soportarán estoicamente hundirse en este pantano? Sobre todo considerando que por ahora los que pagan el pato y se lo tienen que comer crudo, son ellos, el Partido Colorado, Cabildo Abierto y el Partido Independiente.

Hay cosas menos vistosas y explosivas, pero de importancia fundamental para el país que hay que atender. Algunas están en la agenda parlamentaria, otras deberían colocarse en la agenda política con mucha fuerza.

Los primeros son por un lado la reforma de las jubilaciones y de las pensiones (efectivamente ese es el contenido del proyecto y no del sistema de previsión social) y en segundo lugar, de la reforma educativa, con la cual tuvimos bastantes controversias y problemas internos en la izquierda y el progresismo.

Es notorio que además de oponernos con fundadas razones - que se está haciendo - , se necesita dar señales más amplias y concretas de nuestras propuestas. No será fácil porque mucho dependerá de cómo dejará este gobierno la situación, ese sin duda será un elemento básico para cambiar en serio, con un sentido progresista y más democrático. Pero tenemos que intensificar el trabajo. Lo que ha quedado claro es que hay que cambiar ambas cosas y como un elemento clave para el futuro del país en los dos extremos de la situación demográfica, la tercera edad y los niños, adolescentes y jóvenes, aunque el estudio puede considerarse hoy una actividad de toda la vida.

La principal deuda que tiene acumulada la sociedad uruguaya, incluso los 3 gobiernos progresistas es con La niñez, no solo por las deudas de pobreza, sino porque esta situación se agrava con el crecimiento demográfico y es la fuente de la degradación de la seguridad, el foco de peligro. Las cárceles están rebosantes de jóvenes pobres y ahora las morgues también.

Ningún proyecto nacional de cambios progresistas puede eludir esas dos materias, a la que habrá que aplicar toda nuestra coherencia programática, nuestra experiencia acumulada y las relaciones con el bloque social de los cambios. Es uno de los mayores desafíos políticos.

Pero si nos quedáramos en este obligatorio juego de contragolpe estaríamos en grave falta, tenemos que elegir bien las prioridades e intensificar y calificar la elaboración de las propuestas hacia el futuro.

La inseguridad y la violencia en la sociedad, con el crecimiento de los asesinatos y del tráfico y la instalación de potentes bandas de narco delincuentes, a nivel grande, mediano y capilar. Tenemos acumulada en la sociedad uruguaya una dolorosa experiencia, que nos incluye. Que además debería obligarnos a reforzar en todos los planos la lucha contra las relaciones entre el narcotráfico y zonas del poder. Ese es uno de los factores más peligrosos que se han producido en la actualidad y que socava cualquier intento exitoso de hacer retroceder la delincuencia, las bandas, los crímenes y el tráfico de drogas y dinero sucio dentro y fuera del país.

Un cuarto aspecto fundamental, es que frente al fracaso estrepitoso del modelo económico del derrame, que se intentará camuflar con medidas demagógicas y parciales en los años 2023 y 2024, hace falta una respuesta integral sobre toda la política económica. No voy a agregar ninguna otra consideración, la izquierda uruguaya aprendió bien y a los golpes como la economía es una clave de nuestra identidad y de nuestro éxito o nuestro fracaso. Tenemos una base política y profesional de muy alto nivel. Hay que saber elegir y hay que considerar los cambios que se han producido en el mundo y el retroceso impuesto por este gobierno.

El proyecto nacional tiene OBLIGATORIAMENTE que incorporar los cambios que ya tenemos encima y que tendrán un impacto directo sobre nuestra principal producción, el campo. No es una materia electoral, es una materia vital, la preparación para el cambio climático, en la ganadería y la agricultura implica abordarlos en forma urgente el tema del riego, masivo y las reservas de agua, la sombra para el ganado, considerando que el stress afecta especialmente a los rumiantes, y la genética de las razas más resistentes. Utilizando las experiencia de otras latitudes y la nuestra. Y se está haciendo casi nada.

Las políticas sociales, pueden ser la sensibilidad del pasado pero no sus contenidos, sus instrumentos. Las heridas en la sociedad, sobre todo entre los niños, los jóvenes y las madres solteras son todavía muy duras y dolorosas,  pero no es solo sensibilidad, es que el Uruguay no dará un salto en su desarrollo con los problemas de empleo, de viviendas dignas, de educación y salud,  al nivel y como factor de igualdad de oportunidades.

La redistribución de la riqueza tiene diversas componentes y hay que manejarlas adecuadamente a todas ellas, con mucha potencia y decisión. Justicia es desarrollo. Podemos y debemos construir un verdadero estado del bienestar, una sociedad del bienestar. Y la izquierda no puede tapar o disminuir sus responsabilidades con la moda de otros frentes, como los nuevos derechos, son dos planos que atender, pero la justicia social reclama siempre de distribuir la riqueza y la renta.

La política energética, que está directamente relacionada con un tema clave: el cuidado medio ambiental y considerando que este gobierno no hizo prácticamente nada, requiere de un plan audaz y de punta a nivel regional y mundial. Para tener una voz fuerte y escuchada, tenemos que ser vanguardia en ecología. Además varias de nuestras principales riquezas, agro producción, turismo, industria, infraestructuras, dependen de nuevas políticas energéticas. No tenemos que correr de atrás, sino de prever y adelantarnos. No habrá riego extendido, multiplicado por 10 o por 100 sin adecuar el costo de la energía. Y ese aumento de la superficie regada es la revolución productiva que el Uruguay necesita y puede afrontar. ¿Qué se está haciendo? Nada.

La agenda democrática, que incluye los nuevos derechos, el equilibrio entre los diversos sectores, pero la atención a los más vulnerables e históricamente postergados y sobre todo, la agenda de las mujeres, en todos los planos, en el empleo, los ingresos igualitarios, el acceso en igualdad de condiciones a todos los niveles, la lucha implacable e inteligente contra la violencia. Un salto histórico para las mujeres será un salto inigualable para todos los uruguayos.

Los derechos de los trabajadores, de los asalariados, la calidad de su forma de presencia social y su capacidad negociadora y su aporte a los valores democráticos a través del privilegio de tener una de muy pocas centrales únicas en el mundo, no puede ni debe ser una costumbre, requiere siempre de una mirada crítica, desde el estado y desde los propios sindicatos.

Dentro de los derechos democráticos, hay dos capítulos fundamentales, la lucha mucho más frontal contra la corrupción y el derecho democrático a una información profesional, plural y de calidad. Es sobre todo una gran y permanente batalla cultural pero también incluye aspectos legales e institucionales.

La cultura no es un lujo, es la medida del nivel de desarrollo de una sociedad y no crece, se mejora y avanza espontáneamente. Tenemos la tierra nutricia para florecer, pero también necesitamos políticas, recursos, atención y mucha imaginación de la sociedad civil pero también del Estado.

El Estado es sin duda un instrumento fundamental para construir junto al sector privado y a la sociedad civil un país de bienestar y nos falta mucho para resolver los desequilibrios, las deformaciones de décadas. Así como es fundamental considerar la ACUMULACION POSITIVA, es decir todo lo positivo que las generaciones anteriores construyeron en los físico y en el alma de los orientales, también debemos considerar las deformaciones, las callosidades que todavía tenemos en el Estado. Una clave de ese cambio es la formación en la gestión, sistemática, permanente, con directa relación con los rendimientos, con carreras funcionales donde se suba y se baje y no por antigüedad sino por méritos.

Una política especial se requiere para dos de los tejidos productivos y sociales más importantes que tiene el país, sus micro, pequeños y medianos empresarios y sus profesionales, que requieren de una atención especial no solo por razones económicas, sino porque son una formidable fortaleza creativa, en el campo y las ciudades, una fuente fundamental de mano de obra y un ambiente de decenas de miles de gente que arriesga, que trabaja, que emplea y que crea.

Particular atención especializada y con políticas adecuadas, que no son solo de créditos, sino también de formación, de apoyo en diversos planos,  debemos dar al sector cooperativo que además tiene un enorme capital ideal y cultural.

Hablar hoy de ciencia y tecnología es una obligación, pero sobre todo se necesita una visión donde la coloquemos entre las prioridades en la inversión y en la relación con todo, la educación de toda la vida, con el campo, los servicios, la industria, las exportaciones y la propia cultura dominante en el país.

El hueco que nos dejarán en la política internacional, edificada fracaso tras fracaso, el aislamiento con países vecinos y fundamentales para cualquier estrategia sólida e inteligente, será una tarea prioritaria y hay que elaborarla desde ahora.

La acumulación positiva no es solo seguir los ritmos y los valores principales, es sobre todo creatividad, audacia, sensibilidades y proyectos que parezcan imposibles, que es el mejor legado que nos dejaron los grandes gobernantes y pensadores de nuestra historia.


(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay


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