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12.9.22

Una dura lección: la derrota en el referéndum chileno

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Por Esteban Valenti (*)

Los sabemos todos: el Rechazo a la nueva Constitución chilena triunfó ampliamente con más del 62% de los votos y esto representa un momento político fundamental no solo para Chile sino para el proceso democrático y progresista en América Latina. Hay que comenzar a analizarlo a fondo. Tiene implicancias muy amplias y profundas.

Debemos recordar que el proceso constitucional para reformar un texto que venía de la época de la dictadura pinochetista se inició el 15 de octubre de 2019, a partir de un masivo movimiento de protesta social en octubre de ese año, que cruzó todo el espectro político, social y geográfico y que hizo fijar un calendario para la redacción y posterior plebiscito de una nueva Constitución. El primer acto fue un plebiscito donde el 78% de los chilenos votaron por cambiar con la Constitución vigente en ese momento y resolvieron que se designaría una Convención Constitucional especialmente electa para redactar el nuevo texto y someterlo a consideración de la ciudadanía por voto obligatorio. En Chile el voto es voluntario.

Tres años después ese fuerte impulso al cambio sufre un gran revés, y una aplastante mayoría votó en contra del nuevo texto constitucional, diferentes dirigentes de la derecha y de apoyo al Rechazo festejaron su victoria contra el "octubrismo radical" y sobre todo contra un texto opuesto al "alma de Chile" y al "sentido común de los chilenos".

Se una victoria hace tres años, en octubre del 2019 donde el apoyo a la reforma se dio en 346 comunas de Chile y solo fue rechazada en las 5 comunas del "alto" de Santiago de Chile donde vive las clases dominantes y más ricas del país. Fue todo un símbolo. Ahora la situación se ha invertido, en solo 35 meses.

Una primera comprobación en el 2019 la sociedad no estaba polarizada entre izquierda y derecha, como lo demostraron posteriormente las elecciones presidenciales, sino que fueron un plebiscito contra la política y sus partidos tradicionales, fue un choque social entre la mayoría abrumadora de los sectores populares y las elites políticas y económicas.

Previo a este resultado hay que recordar dos momentos muy importantes: la elección de los integrantes de la Convención Constitucional, además de determinar su composición paritaria entre mujeres y hombres, las dos coaliciones históricas desde la salida de la dictadura tuvieron apenas el 20% de los votos y fueron elegidos una gran mayoría de candidatos independientes. De los 155 integrantes de la Convención, 103 no tenían militancia en ninguna de las fuerzas políticas tradicionales, por lo tanto con una clara mayoría para los sectores progresistas, en particular de las fuerzas y tendencias políticas que surgieron de las grandes protestas sociales, con fuertes posiciones contrarias a las élites, a favor del feminismo y del indigenismo. Ese era un reflejo momentáneo y particular de las opiniones de la sociedad chilena.

El otro elemento fue la elección presidencial, del 21 de noviembre del 2021, donde el actual presidente Gabriel Boric de destacada militancia en el proceso de protestas del 2019 en primera vuelta ocupó la segunda posición,  con 1.814.777 votos y el 25.83% del total y en el balotaje alcanzó el 55.87% con 4.620.890 votos, con una diferencia sobre su rival superior a la prevista.

José Antonio Kast de la extrema derecha obtuvo en la primera vuelta 1.961.387 y el 27.91% de los votos y en el balotaje 3.650.088 y el 44.13% de los votos. El nuevo presidente asumió el 11 de marzo del 2022.

¿Qué sucedió para este abrupto cambio de tendencias? ¿Ganó el Rechazo o perdió el Apoyo a la nueva Constitución?

Nunca sirven las explicaciones lineales, el cambio y sus consecuencias y lecciones son tan grandes que reclaman un análisis muy profundo de parte de las fuerzas políticas y sociales chilenas, pero también una gran atención de parte del resto de América Latina.

Este cambio de estado de ánimo, de actitud política en la gran mayoría del electorado chileno reclama una interpretación. Solo daremos algunos elementos, a partir de un dato: ya la mayoría de las encuestadoras e incluso las dirigencias políticas manejaban la posibilidad de la derrota de la reforma constitucional.

Hay cuatro elementos básicos a tener en cuenta, primero el proceso político de discusión y aprobación del proyecto: el segundo el clima político general del país en la actualidad; tercero el contenido del proyecto de nueva constitución; cuarto la campaña en el plebiscito. No son elementos separados, sino que forman un conjunto y se expresan en el resultado.

La discusión en la Asamblea Constituyente lejos de dar la imagen y la sustancia de algo diferente a las instituciones tradicionales, ser el anti sistema político, lo reprodujeron con excesos y con muchos elementos que ayudaron a los adversarios tanto de la Asamblea como de la nueva Constitución. En su funcionamiento dilapidaron un capital fundamental, el valor democrático abrumador de la ciudadanía (78%) para generar una gran polarización y dar pasto a las fieras del descrédito de la Constituyente.

El gobierno actual que apenas tiene menos de 6 meses de existencia, enfrenta una situación compleja tanto del punto de vista económico, social y de dura resistencia de los grandes capitales y empresas, que no se resignan. Y en Chile, como en  ningún otro país tienen una gran experiencia y capacidad de reacción y de acción. El gobierno de Boric, tiene por ahora (esperemos) muy malos números de apoyo ciudadano. Y esta derrota en el plebiscito por la reforma, no lo ayuda por cierto. (1)

En cuanto al contenido, fueron mucho más allá de lo que la ciudadanía, o una parte fundamental de ella, estaba dispuesta a aceptar y radicalizaron en muchos artículos y temas las posiciones, que no por ser justas y reivindicadas por una parte importante del pueblo y ser reivindicaciones históricas, eran parte de la conciencia y la cultura cívica y política de la mayoría de los chilenos. Esta es una gran lección, algunas veces las "nuevas elites" rebeldes no logran expresar en absoluto a las grandes mayorías. Sucedió en el mayo francés de 1968. No negociaron, no acordaron, no tuvieron el olfato suficiente y la sensibilidad para no confundir la calle, la manifestación y las urnas. Y las urnas le dieron una dura lección.

La campaña por la aprobación a la reforma fue muy pobre y encerrada en el mismo círculo de sus limitaciones, con una fuerte carga histórica y emocional de reivindicación de las luchas del pueblo chileno, pero que no tuvo en cuenta lo fundamental, por donde debía pasar la línea divisoria para poder ganar el plebiscito y hablarle para ello a las nuevas mayorías, incluso que con el voto obligatorio irían a votar por primera vez. Una campaña electoral muy nostálgica, muy sensible, pero con lagunas importantes en llegarle al público necesario para ganar. La campaña esencialmente volvió a las viejas divisiones del "sistema" cuando en la etapa anterior se triunfó saliéndose de ese sistema tradicional.

Fue en lo principal una campaña para octubre del 2019 y no para setiembre del 2022, donde lo que estaba en juego era diferente. La falta de amplitud y acuerdo en el contenido de la reforma tampoco ayudó a la propia campaña.

Según mi opinión, se conjugaron cuatro elementos que ya desde antes comprometieron el resultado, aunque creo que nadie previó una derrota tan severa.

Es una derrota severa de la reforma y su futuro, para las fuerzas progresistas, reformistas y de izquierda y es una victoria de las fuerzas conservadoras y de derecha que se volcarán con toda su fuerza a sacar réditos, tanto en Chile como en América Latina.

También es cierto que hay otra faceta que debe considerarse y sobre la que debemos interrogarnos ¿ Este viraje hacia la derecha y el conservadurismo forma parte de la tendencia mundial, en especial en Europa, pero también en otras latitudes?

Se desatará una fuerte batalla para interpretar estos datos y para utilizar la realidad a favor de esta perspectiva, mucho depende del rápido aprendizaje que haga la izquierda, el progresismo, su inteligencia, su sutileza en el análisis. De otro lado está el peligro de siempre, los que se reafirman en sus posiciones supuestamente radicales y desconocen la complejidad de los procesos. Ellos bien barricados en sus "verdades" y una parte muy grande de las sociedades viviendo complejos procesos de cambios de época.

(1)   La derecha festeja alborozada en todos lados. Para prueba este twitter de Javier Milei en Argentina.

Javier Milei

FELICITACIONES CHILE...!!!

El pueblo chileno ha logrado evitar que avance en su País las ideas socialistas al rechazar ese panfleto liberticida que tenía patina de una nueva Constitución.

Ganó la vida, la libertad y la propiedad privada.

Hoy ganaron los chilenos de bien.

VLLC !!!

 

(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay


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