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4.7.22

Significación y respaldo integral a la economía popular

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Por Roberto Sansón Mizrahi (*)

Qué significación social, política y económica tiene ese enorme universo poblacional y que tipo de respaldo requiere.

El espacio socioeconómico denominado "economía popular" es enorme y diverso. En algunos países abarca a casi toda su población, en otros puede representar alrededor de la mitad de la población o un tercio de ella. Sólo en muy pocos países esa proporción puede reducirse aún más. Ojalá fuese distinto, pero no lo es, con el agravante que las "cifras" (seres humanos que sufren y buscan sobrevivir) cambian con el tiempo. En épocas como la actual donde prima la desaforada concentración de la riqueza y el consiguiente poder decisional, crece la economía popular como frágil refugio a un ritmo semejante.

La economía popular engloba comunidades de personas que sobreviven en siempre durísimas circunstancias, trabajando rudimentariamente para lograr magros ingresos casi sin apoyos que les permitan enrumbarse en otras trayectorias. Hay excepciones donde valiosas organizaciones dan batallas, siempre cuesta arriba, para lograr derechos que les son escamoteados.       

La economía popular no es un espacio que existe independiente de aquello que la origina. Esto es, surge del accionar de poderosos grupos minoritarios que imponen a las mayorías sistemas económico-político-mediático-judicial-cultural-valorativos que impactan todas las dimensiones de la vida de los seres humanos, incluyendo la educación y salud, la seguridad, la alimentación, el resguardo habitacional, la ciencia y tecnología, la tremenda destrucción ambiental. Todo ello funciona inter ligado, aunque no se plasme como estructuras estancas, rígidas o inamovibles.  

Significación de la economía popular

El punto de partida pasa por una razón ética y política de justicia, reparación y movilización de múltiples sectores populares que viven en condiciones de subsistencia. Los dominadores los tratan como parias sin derechos. Es una situación inaceptable que exige inmediata solución.

Otra crítica razón es que en la economía popular anida una capacidad productiva de enorme dimensión que si fuese apoyada apropiadamente podría convertirse en activo estratégico de desarrollo sustentable. Esta capacidad ha sido esterilizada, represada, arrinconada. Si lograse ser activada sobre bases de efectividad, equidad y justicia, se ensancharía beneficiosamente el aparato productivo incorporando unidades con fuerte raigambre social. Esas raíces posibilitan la emergencia de actores que, avanzando en esclarecimiento, orienten su esfuerzo productivo al doble propósito de obtener ingresos y derivar los eventuales efectos multiplicadores de su actividad a favorecer su comunidad, en un contexto de respeto al entorno ambiental.  

El desarrollo de la economía popular puede aportar un halo de esperanza a la entera sociedad; dependerá de cómo se materialice. Una trayectoria posible es integrar la economía popular al proceso concentrador predominante; esto es, que cada emprendimiento avance por su cuenta y debilidad para conectarse con lo existente. Otra opción es articular los emprendimientos en asociaciones gremiales y productivas con mayor poder de negociación con el resto del sistema económico y con quienes deciden las políticas públicas. Una perspectiva que procura aunar lo productivo y una buena inserción comercial con la ayuda solidaria a su comunidad y el impulso de políticas públicas que respeten los derechos y necesidades populares.    

Respaldo integral a la economía popular

La complejidad y profundidad de las circunstancias en que está sumida la economía popular hace imperioso contar con un respaldo que encare el conjunto de aspectos que bloquean su desarrollo. Un apoyo que posibilite a nuevos y existentes emprendimientos de base popular identificar y acceder a oportunidades promisorias con criterios más amplios que sus propios intereses. Esto es, conscientes que las decisiones productivas impactan tanto el entorno social como ambiental, escoger aquellas que conjuguen la búsqueda de efectividad económica con el ejercicio de responsabilidad social y ambiental. 

El punto de partida es complejo ya que la economía popular no cuenta con los factores que son necesarios para potenciar sus emprendimientos. Esos factores están disponibles para las empresas del sistema económico formal; de igual modo, debieran ser provistos a la economía popular. Vale explicitar que ninguna empresa exitosa utiliza apenas uno de esos factores sino casi todos, aunque en diferentes proporciones y modalidades. De ahí que no sea suficiente un respaldo sólo parcial y de dudosa calidad a los emprendimientos de la economía popular. No funciona así la economía productiva, se requiere respaldo técnico y de gestión de excelencia, disponibilidad financiera y condiciones que permitan preservar la impronta comunitaria.

De lo contrario, si por ejemplo accediesen a asistencia técnica sin acompañamiento financiero, el probable resultado será mantenerse concentrados en actividades de subsistencia o de baja rentabilidad. Tampoco serviría acceder a magros financiamientos sin desarrollar la capacidad de identificar y acceder a oportunidades promisorias; de lo contrario seguirían operando en las opciones que les son familiares. Además, si sólo recibiesen apoyo productivo y financiero sin la guía de sus organizaciones para crecer en esclarecimiento y lograr un accionar integrado a su comunidad, crecería el riesgo de diferenciación social entre participantes de emprendimientos exitosos y el resto de su entorno social. 

Es crítico asegurar una justa y no subordinada inserción en los demás estamentos del sistema económico. Esto implica poder negociar una justa integración en las cadenas de valor para no ser exprimidos vía precios o condiciones comerciales por las empresas líderes. Si careciesen del poder necesario para lograrlo, ¿no debiera mediar el Estado?   

Son estas y otras circunstancias las que sustentan el tipo de respaldo que requiere la economía popular. La asistencia convencional lleva a magros resultados económicos y consecuencias no deseadas, furibundos "daños colaterales", con fracturas sociales, rivalidades y antagonismos. El respaldo a la economía popular debiera apuntar a una construcción inclusiva y solidaria que refuerce la unidad comunitaria.

Mucho han sufrido los pobladores de la economía popular para embarcarse en trayectorias de contradictorios resultados. No es que falta talento o determinación, sucede que la población está sometida a permanentes bombardeos valorativos que encubren intereses de los actores dominantes. Se les impone un sentido común que opera como los siniestros cantos de sirena señalados en la Odisea de Homero: no permiten advertir el peligro de dejarse llevar al fracaso por promesas falsas e infundadas.

Estrategias e Instrumentos de apoyo integral

Si bien es de alta prioridad ofrecer un respaldo integral a la economía popular, no existe una única modalidad para implementar ese apoyo. La estrategia a utilizar necesita adaptarse a las singularidades de cada tiempo y situación. Es así porque las sociedades son diversas en cuanto a conformación, tradiciones culturales, experiencia política, naturaleza de sus liderazgos. Sólo es posible señalar eventuales comunes denominadores como es el caso de exigir excelencia en todo lo que se provea, tanto en materia de inteligencia económica, modalidades financieras y esfuerzos de esclarecimiento.

Un importante desafío es sobrepasar los estrechos espacios de posibilidades inculcados como lo único accesible para la economía popular. No sólo es posible sino imperiosos identificar y aprovechar más promisorias oportunidades que las predominantes en la economía popular. Para ello habrá que sortear todo aquello que busca minar la esperanza de cambio posible, una añagaza antipopular que es indispensable desenmascarar.

En verdad existe una diversidad de propuestas para evaluar. Cada organización de la economía popular sabrá escoger la que les sirva, eventualmente adaptar lo que requiera ser ajustado, y descartar aquello que no se corresponda con su propia realidad.

También Opinión Sur ha procurado aportar modalidades de apoyo a la economía popular en las que destacan dos poderosos instrumentos: las desarrolladoras de emprendimientos de la economía popular y fideicomisos especializados en financiarlos. Un breve resumen de estas propuestas puede verse en el artículo Economía popular, acciones concretas de envergadura.

Nebulosas inducidas y decisión política 

Respaldar la economía popular exige una firme decisión política. Una decisión de actuar con la efectividad y la envergadura que el desafío exige. No sirven programas residuales apartados de las grandes decisiones macro y meso económicas. Es tal el impacto que medidas de respaldo a la economía popular pueden generar que debieran ser parte esencial de las grandes decisiones de desarrollo nacional. No cabe relegar a tanta población a un enfoque de asistencia social por más que con frecuencia deban adoptarse medidas de emergencia que son impostergables.

Quienes dominan los países suelen aducir toda suerte de argumentos para no respaldar con el nivel sugerido de excelencia a la economía popular. Uno de los más utilizados es que no hay recursos suficientes, lo cual es una falacia. Existen enormes excedentes producidos al interior de los países sólo que son apropiados por grandes corporaciones que no los registran en su totalidad, evaden su responsabilidad impositiva de la parte que esconden y esterilizan lo mal habido fugándolo al exterior. Como estos y otros delitos no pueden defenderse abiertamente, inducen todo tipo de nebulosas para enmascarar sus fechorías.

Si los recursos existen, toca dilucidar si ese enorme drenaje seguirá castigando a las mayorías populares o si, por el contrario, corresponde desmontar los mecanismos de apropiación para reasignar esos recursos atendiendo el crítico respaldo a la economía popular.

También se argumenta que lo fundamental es que crezca la economía sin explicitar que lo más probable es que se beneficien grandes conglomerados oligopólicos y no la entera sociedad. Los dominadores sostienen que eso se produce en primera instancia, pero luego los beneficios se "derraman" hacia todos los estamentos sociales, algo que no sucede. De ahí que sea imperioso respaldar a los emprendimientos de la economía popular para que la equidad se genere desde su producción y no por redistribución de ingresos que los poderosos registran como propios.

Otro argumento que hace parte de las inducidas nebulosas es la necesidad de certidumbre para decidir invertir. Nadie propondría promover incertidumbres, pero toca preguntar si la certidumbre que aducen los poderosos implica reproducir indefinidamente el proceso de concentración de la riqueza. Por otra parte, aun cuando existan políticas y reglas firmes de funcionamiento, la codicia sin límites mantiene ciclo tras ciclo las prácticas de apropiación, evasión tributaria y fuga de capitales.

Las nebulosas se construyen con el fin político de escamotear la significación de la economía popular y negarle un respaldo integral de envergadura. Se asegura así preservar el statu quo que favorece a los dominadores. No hay casualidades sino causalidad en el orden establecido. 

 

(*) Roberto Sansón Mizrahi. Economista, planificador regional y urbano, consultor, dirigió empresas, autor de Un país para todos, Crisis global: ajuste o transformación, Democracias capturadas y otros libros, Co-Editor de Opinión Sur www.opinionsur.org.ar


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