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27.6.22

¿Hay un plan?

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Por Esteban Valenti (*)

Se realizó una "pijamada" en la estancia presidencial de Anchorena donde participó el núcleo duro y principal del lacallismo que nos gobierna desde hace 27 meses con el apoyo de los otros integrantes de la coalición multicolor. ¿De que hablaron?

¿Hipotetizamos? No es tan difícil. Han pasado algunas semanas y por las múltiples declaraciones y las pocas acciones, podemos hacer ese ejercicio. No puede ser un ejercicio simplemente descriptivo, sino prospectivo - uno de los ejes de la política - prever hacia dónde vamos y en qué plazos.

Los motivos de este ejercicio pueden ser dos: primero, para considerarlo en el trazado de una propia línea de acción política a corto y mediano plazo; la segunda, para los comunes mortales para tratar de entender que le sucederá a nuestras vidas en el Uruguay.

Salieron con todo a discursear, a atacar a todo lo que se mueva del otro lado del gobierno, el Frente Amplio, en especial su presidente y sus principales figuras; a los sindicatos y a cualquiera de los que opinen contra las políticas gubernamentales.

Los argumentos no variaron mucho, se concentraron y se pusieron mucho más agresivos. La herencia maldita, desempolvada y rediviva, la pandemia, la guerra en Ucrania y naturalmente la situación de nuestros vecinos y a nivel mundial. Eso sí, solo la parte que les puede servir, los precios de novela de los productos exportados por Uruguay, es decir el huracán de cola, de eso no hablan ni una palabra.

Primera conclusión, no tienen la menor intención de cambiar de rumbo en nada, solo de explicarlo y justificar sus consecuencias sociales, económicas, en la seguridad, en todo. Y mucho menos tender la mano ante estas emergencias (seguridad, economía, educación) e incluso su agravamiento para una salida Nacional, Estatal y uruguaya.

Plan tienen, a la altura de sus capacidades y habilidades para manejar la economía, la seguridad, la educación, el turismo  otras actividades de gobierno y sobre todo de su enfoque ideológico de acero. Hasta ahora han demostrado que sus capacidades no son muchas.

Por eso su primera medida es afinar la capacidad de hablar, de discursear, de relatar todo a su gusto y gana, aunque tengan que chocar con la realidad, con los números, con los informes de la ONU y contra la opinión pública que está cambiando todos los días en su contra y así lo registran TODAS las encuestadoras.

Su segunda medida, es mantener el rumbo, a toda costa, en particular su visión "financiera" de la economía, empeorar la situación de los derechos sociales conquistados desde hace décadas por los trabajadores, como la negociación colectiva, las inversiones sociales en serio y no los parches móviles que han utilizado hasta ahora y, ya demostrarán en la Rendición de Cuentas el rostro completo de sus prioridades y de su plan. Falta poco.

Tercera medida, prepararse, como ya prevén que esto empeorará, acumular municiones mantecosas para en el 2023 y sobre todo en el 2024 y tirar toda la manteca que puedan al techo para tratar de completar el discurso, el relato y dejar un país para el 2025 - les toque gobernar a quien le toque - mucho peor, más comprometido y sin rumbo que el actual. Lo que ellos quieren por sobre todas las cosas es seguir ellos sentados, atornillados  en los sillones. Saben que no les será fácil y que todo depende de la candidez y la poca memoria de los ciudadanos.

Lo que tenían claro en la pijamada (el nombre no es un invento mío, es de Selene) es que la luna de miel se cae a pedazos y la realidad embiste y no solo en materia social, de seguridad, de educación, de jubilaciones  sino en otros dos flancos muy delicados. El judicial,  (turismo; puerto-Katoen Natie; Casa de Galicia; campos "colonizados" y protegidos por la LUC con nombre y apellido y otros menores).

Y en segundo lugar es la falta absoluta de proyectos, de ideas, de miradas estratégicas propias, a lo sumo se puede rebautizar alguna y confiar que el mercado aportará alguna, incluso "loca" como la isla kuwaití en Punta Gorda. Lo único de que aferrarse es del hidrógeno.

En el relato, en los discursos, en el humo no se avizoran ideas en serio, elaboraciones complejas y serias sobre el progreso del país y sobre los principales problemas que afrentamos y algunos que son realmente críticos. Para este o para cualquier gobierno, como la caída del consumo, la desmejora de los indicadores sociales y sobre todo el crecimiento del consumo de drogas y todas sus consecuencias. Aunque algunos problemas vengan desde antes pero hayan empeorado. No nos hagamos los distraídos como si nosotros no tuviéramos nada que ver.

El sistema de argumentar comparándonos con los peores del continente y con otras situaciones problemáticas en gobiernos anteriores, no funciona. Ellos prometieron cambiar y ofrecernos los 5 mejores años de nuestras vidas. Y eso pinta imposible, con o sin pandemia.

Si luego de esta descripción del plan maestro en ejecución, el Frente Amplio considera que dejando que transcurra el tiempo y los fracasos, con mucha crítica y nada máss le servirá para volver al gobierno, está profundamente equivocado.

El país necesita cada día más un programa serio, bien elaborado, que aborde la realidad, las experiencias buenas y malas de los 15 años de gobierno, los nuevos tiempos a nivel global y en Uruguay, para lo cual hay que poner en tensión toda la capacidad intelectual, cultural y social que dispone la izquierda incluso sectores más amplios y resumirla políticamente.

Si la respuesta "al plan" oficial es la denuncia de la situación (imprescindible), el tejido electoral interno para definir los candidatos presidenciales y el posicionamiento de partidos, grupos, listas etc. No solo se compromete la alternativa, sino que se debilitan peligrosamente las capacidades para gobernar con éxito un nuevo nivel de cambios y sobre todo un auténtico Proyecto Nacional, una mirada de cinco y más años de desarrollo en serio, con un crecimiento a otros ritmos y con un impacto social, cultural, educativo, científico y tecnológico, ecológico a nuevos niveles. Y plantearnos esa dura pero implacable alternativa para un país como el Uruguay: o no atrevemos a dar un gran salto en nuestro desarrollo o seguiremos reptando en la decadencia.

La nueva situación en el continente con las victorias de la izquierda en Chile, en Colombia, seguramente en Brasil son un aliciente, un compromiso con nuestra gente, pero tambi{en plantean nuevos problemas. No tenemos modelo, ni lo necesitamos, menos modelos europeos...

Los uruguayos  pueden, vaya si se puede. Lo mejor del referéndum, fue precisamente el SI.

 

(*) Esteban Valenti. Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es), de Other News (www.other-news.info/noticias). Integrante desde 2005 de La Tertulia de los jueves, En Perspectiva (www.enperspectiva.net). Uruguay


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