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6.6.22

El momento de la izquierda colombiana

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Por Santiago Castro-Gómez (*)

Lo que vemos en países como Chile y Colombia no es el renacer de la vieja izquierda revolucionaria del siglo XX, sino la emergencia de una izquierda republicana que busca poner a la sociedad y la economía en "estado de derecho".

Los resultados de las elecciones legislativas y de la consulta popular para elegir candidatos presidenciales realizadas el pasado 13 de marzo en Colombia no deberi´an sorprender a nadie. El uribismo, la fuerza poli´tica que domino´ al pai´s durante 20 an~os, habi´a venido perdiendo su hegemoni´a desde las pasadas elecciones presidenciales de 2018 y con el advenimiento de la pandemia -y los levantamientos sociales que la acompan~aron- entro´ en lo que con Gramsci pudie´ramos llamar una "crisis orga´nica". Las poli´ticas neoliberales que lanzaron a la precariedad a millones de personas, su oposicio´n al proceso de paz firmado en 2016 con la guerrilla de las FARC, el incremento de asesinatos de li´deres sociales y la infame represio´n policial con la que el Gobierno de Iva´n Duque hizo frente a las protestas sociales de 2019 terminaron por desacreditar al uribismo. Casi todos los partidos poli´ticos que hasta el momento le acompan~aron han salido corriendo de alli´ como quien huye de la peste. No es extran~o, entonces, que las fuerzas de la izquierda, lideradas por Gustavo Petro, que en las anteriores presidenciales obtuvo ocho millones de votos en la segunda vuelta, hayan tomado con claridad la delantera.

Una figura tan representativa como Francia Ma´rquez, respaldada por un sector importante de los votantes, aumenta considerablemente las fuerzas del Pacto Histo´rico

Lo que si´ es una sorpresa es el ascenso meteo´rico de la activista social, feminista y ambientalista negra Francia Ma´rquez, quien apoyada por el Polo Democra´tico -el partido de izquierdas ma´s so´lido de Colombia- obtuvo nada menos que 800 mil votos, superando incluso a Sergio Fajardo, li´der de la coalicio´n de centroderecha. Una figura tan representativa como Francia Ma´rquez, respaldada por un sector importante de los votantes, aumenta considerablemente las fuerzas del Pacto Histo´rico, la coalicio´n de izquierdas liderada por Petro. Y si a esto sumamos que las listas del Pacto Histo´rico obtuvieron una importante votacio´n para el Senado y la Ca´mara, la fo´rmula Petro-Ma´rquez se perfila como ganadora en primera vuelta en las presidenciales del pro´ximo mes de mayo en Colombia. No se ve por el momento ninguna otra fuerza poli´tica que pudiera impedirlo.

Los medios de comunicacio´n en manos de la derecha se han encargado de difundir una imagen demoniaca de la izquierda

Pareciera entonces que el "momento de la izquierda" hubiese llegado para Colombia. Este pai´s, dominado desde el siglo XIX por una oligarqui´a tradicional bipartidista, recientemente oxigenada por un conjunto de narcotraficantes y cristianos neopentecostales, jama´s conocio´ un gobierno de izquierdas. Los medios de comunicacio´n en manos de la derecha se han encargado de difundir una imagen demoniaca de la izquierda: se tratari´a de una banda de "castro-chavistas" y homosexuales que se oponen a los valores de la familia, que expropiara´n a los empresarios de su bien habida riqueza y que no dudara´n en mandar a la ca´rcel a todos los opositores poli´ticos, como es propio de su herencia comunista. Pero, como se ha dejado ver en la pasada consulta popular, la imagen de una izquierda comenin~os ya no asusta ma´s a un sector considerable de la poblacio´n colombiana. Lo que la izquierda encarna hoy en di´a no son los valores de la revolucio´n bolchevique, sino aquellos que hasta hace no muchas de´cadas eran compartidos incluso por los partidos ma´s moderados. Que la gente tenga mayores oportunidades de empleo, que exista un sistema de salud asequible a las mayori´as, que los jo´venes puedan acceder a la universidad pu´blica sin tener que hipotecar el patrimonio de sus familias, que los trabajadores puedan gozar de una pensio´n digna, que se respete el derecho a las diferencias culturales y personales, que todos podamos respirar y disfrutar de un medio ambiente sano. Esos "antiguos" valores poli´ticos expulsados tanto por la izquierda marxista (por liberales y pequen~oburgueses), como por el neoliberalismo (por inoperantes econo´micamente).

Pues bien, para esca´ndalo de las viejas y nuevas derechas, la izquierda democra´tica se ha convertido en abanderada de estos valores, razo´n por la que hoy recibe el apoyo social de las mayori´as. Entere´monos finalmente: el tablero de la poli´tica cambio´ por completo en las u´ltimas de´cadas. Mientras que la derecha neoliberal asumio´ el papel "anti-sistema", destruyendo las instituciones pu´blicas y desvirtuando la funcio´n universal del Estado, la izquierda defiende ahora los valores democra´ticos y constitucionales. Quie´n lo creyera. Lo que actualmente vemos en pai´ses como Chile y Colombia no es el renacer de la vieja izquierda revolucionaria del siglo XX, sino la emergencia de una izquierda republicana que busca poner a la sociedad y la economi´a en "estado de derecho". De lo que se trata es de arrebatar al neoliberalismo su falsa careta democra´tica y poner las cosas en su sitio. Frente al intento fracasado de establecer una equivalencia entre el mercado y la democracia, la nueva izquierda comprende que la funcio´n de la poli´tica es democratizar la economi´a, evitando que instituciones pu´blicas como la educacio´n, la salud y las pensiones sean convertidas en un negocio al servicio de intereses particulares. Recuperar estas instituciones para el bien comu´n y fortalecer el Estado social de derecho es la u´nica "revolucio´n" a la que aspira la nueva izquierda. Bienvenidos al mundo pospande´mico del siglo XXI.

Colombia no dejara´ de ser Colombia, pero al menos podri´a salir poli´ticamente del s.XIX y enfrentar los retos compartidos que tiene la humanidad

Desde luego, un eventual gobierno de izquierdas en Colombia, en caso de llegar a producirse, no sera´ tarea fa´cil y tendri´a que actuar con una mano amarrada. Al frente tendra´ el poder de la derecha econo´mica y la derecha media´tica, pero tambie´n de las mayori´as en el Congreso, que movilizara´n en su contra toda la bateri´a ideolo´gica y poli´tica de la que son capaces. La correlacio´n de fuerzas no le favorece y necesitara´ por ello recibir apoyo masivo en las calles y gozar de la solidaridad internacional. Por eso es tan importante que sea precisamente Francia Ma´rquez la fo´rmula vicepresidencial de Petro. Los afectos poli´ticos que ella moviliza en el imaginario popular sera´n decisivos cuando lleguen las horas ma´s difi´ciles. Pero tambie´n habra´ que enfrentar la oposicio´n "interna", las fuerzas de la vieja izquierda que aprovechara´n los errores del gobierno para gritar a cuatro voces: "Te lo dije". Sobrevive au´n en muchos sectores vetero-izquierdistas la idea de que su misio´n no es el gobierno sino la oposicio´n perpetua y prefieren por ello mantener la pureza de los principios antes que ensuciarse las manos con los asuntos de la res publica. Algunos han renunciado de entrada al universalismo de la poli´tica y quisieran incluso regalarle a la derecha el precioso legado de la Ilustracio´n. De ellos no podra´ esperarse otra cosa que la ma´s despectiva e inoperante de las cri´ticas, dirigidas tambie´n hacia la figura sen~era de Francia ("¿Co´mo fuiste capaz de pactar con el conquistador y traicionar el legado anticolonial de tus ancestros?"). Los reaccionarios en Colombia no son solo de derechas.

Pero imaginando por un momento que las cosas seguira´n su curso, que la izquierda tendra´ su momento histo´rico y lo aprovechara´ de la mejor forma, imaginando, pues, el mejor escenario posible, sabemos que Colombia no dejara´ de ser Colombia, pero al menos podri´a salir poli´ticamente del siglo XIX y enfrentar de mejor forma los retos compartidos que tiene la humanidad en estas alturas de la historia. Demostrar que el Pacto Histo´rico no es solo una estrategia electoral contingente sino el paso necesario hacia la construccio´n de una nueva hegemoni´a democra´tica en Colombia: tal es la tarea inmensa que tendri´a el gobierno izquierdista de Gustavo Petro en los pro´ximos an~os. 

 

(*) Santiago Castro-Go´mez es filo´sofo, profesor de la Universidad Javeriana, miembro del Polo Democra´tico Alternativo.


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