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23.8.21

Un debate sobre el método del programa marxista (II)

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Por Matías Maiello,

No Maiello, no es así, no se trata de cualquier relación de fuerzas, sino de una relación de fuerzas precisa: la clase obrera de pie y con las armas en la mano (más abajo amplío sobre relación de fuerzas). A ver si queda claro, Maiello: no estamos hablando de relación de fuerzas plasmada en alguna manifestación obrera más o menos masiva, en algunos o muchos movimientos huelguísticos, sino de clase obrera de pie, con armas y en el poder. Por eso Engels dice que de faltar esas condiciones esas medidas son "quimeras de reformadores".

Sigue Maiello describiendo la posición de Engels:

2."y que las dificultades que se presentan para llevarlas adelante se pueden traducir en un avance en la comprensión de su necesidad por parte de los trabajadores".

De nuevo, Maiello está equivocado. Las dificultades surgen no porque las demandas transicionales se planteen sin las condiciones para aplicarlas (en ese caso, las medidas son quimeras, dice Engels), sino porque con las condiciones apropiadas (proletariado de pie y armado) la dificultad para aplicar una medida llevará al proletariado a encarar o profundizar otras medidas, que a su vez impulsarán al resto, etcétera. Esto es, para que se dé ese proceso de superación, una medida debe enlazarse necesariamente con la otra, y toda la aplicación del programa debe ser respaldada con una "correlación de fuerzas" precisa, armas en la mano.

A lo anterior mi crítico agrega: "hay que resaltar que es muy diferente afirmar que esas medidas no pueden conquistarse en una situación pacífica, que es el planteo de Engels, que lo que está defendiendo Astarita que es la inviabilidad de hacer "agitación" de esas mismas consignas más allá de los momentos de crisis revolucionaria".

Aquí Maiello se hace el distraído en relación a lo principal: que, según Engels, hay que decir que las medidas transicionales solo se pueden aplicar de conjunto, y a condición de que la clase obrera esté de pie. Y esto es lo que no dicen los trotskistas. Para que se entienda: según Engels, los revolucionarios que proponen medidas transicionales deben aclarar que solo son posibles si la clase obrera se ha levantado en armas. Repito, eso hay que DECIRLO. Maiello lee esto y mira para otro lado. ¿Por qué? Pues porque sabe que eso es lo que no dicen los candidatos de su partido cuando van a los medios.

Más aún, en otro pasaje de su crítica a Heinzen Engels insiste en que es necesario explicar que "la conquista del poder político por los proletarios, pequeños campesinos y pequeños burgueses es la primera condición para poner en práctica estos medios [las medidas transicionales]". De nuevo, no se trata de una indefinida "relación de fuerzas", sino de "toma del poder político" y del "armamento del proletariado". Esto, repito, hay que decirlo, y es vital decirlo. Es que al no precisar las condiciones de posibilidad (de Engels) de las medidas transicionales, los socialistas desembocan inevitablemente en un planteo reformista burgués. Curioso resultado para quienes acusan a toda la tradición socialista anterior al método transicional trotskista de los 1930, de haber relegado la estrategia revolucionaria a "los 1° de mayo".

Trotsky, escalera transicional y el poder

A fin de que se entienda la raíz de la negativa de los trotskistas a hacer explícitas las condiciones de posibilidad de las medidas transicionales, es necesario volver un momento a las explicaciones de Trotsky sobre el PT. Las mismas se encuentran en las discusiones con sus partidarios, recogidas en sus Escritos de 1938-39. En esos encuentros Trotsky realiza una doble operación con respecto a las recomendaciones de Engels.

En primer lugar, dice que para movilizar a las masas los revolucionarios deben concentrarse en una o dos consignas transicionales: "... si repetimos las mismas consignas adaptándolas a la situación, entonces la repetición, que es la madre de la enseñanza, actuará de la misma forma en política.... Es necesario repetir con insistencia, repetir todos los días y en todo lugar. Este es el objetivo del borrador del programa, dar una impresión homogénea". Es una forma de diluir, de hecho, las condiciones de posibilidad discutidas más arriba (toma del poder, armamento de los obreros).

Pero en segundo término, la desaparición de las condiciones propuestas por Engels se hace explícita en la recomendación de Trotsky sobre la manera de agitar, en EEUU, la consigna de reparto de las horas de trabajo y escala móvil de salarios. Sostiene que ante las objeciones que se pueden presentar sobre la imposibilidad de lograr esa demanda, los militantes deberían responder que todo depende de la "relación de fuerzas" (la misma idea de Maiello; todo se remite a una indefinida "relación de fuerzas", argumento muy común en el oportunismo posibilista). La toma del poder entonces sería la conclusión de una movilización que arrancaría por demandas que parecen fáciles, pero que de hecho son imposibles de lograr en el capitalismo (esto lo saben los enterados, los militantes) por lo que llevan a la insurrección.

En mi crítica al PT, escribí: "... al concentrarse en una o dos consignas sin especificar qué relación guardan con el poder, la metodología política se conforma según la idea de un ascenso progresivo. Se trata de una táctica escalera que alienta la perspectiva de un avance por escalones". Trotsky es muy claro en esto. En otro pasaje afirma que se puede comenzar concentrando la atención en un punto (reparto de las horas de trabajo y escala móvil de salarios) y "las otras consignas se pueden agregar en la medida en que se desarrolle la situación". Sostiene que la consigna del reparto de horas y escala móvil "es el sistema de trabajo en una sociedad socialista. La presentamos como una solución a esta crisis" [la Gran Depresión en EEUU]. "Es el programa del socialismo, pero presentado de una manera muy simple y popular". En otra parte precisa que "no hablamos [en el PT] sobre la revolución social, sobre la toma del poder por la insurrección, la transformación de la sociedad capitalista en la dictadura, de la dictadura en la sociedad socialista".

Es lo que hacen los militantes trotskistas. Es lo opuesto de lo que recomendaba Engels. Maiello hace piruetas con los textos, pero no hay manera de tapar el asunto. Por supuesto, en esto no hago valer argumento alguno de autoridad. Simplemente señalo que Trotsky y Engels dijeron cosas muy distintas sobre las medidas transicionales. Maiello intenta disimular esta diferencia, pero en esto no hay pirueta retórica que valga.

Consignismo vacío, minusvaloración de la propaganda y la crítica teórica

La idea de que los socialistas ganarán a las masas trabajadoras para su programa repitiendo machaconamente una o dos consignas es una ingenuidad. En primer lugar, porque la clase dominante tiene capacidad de maniobrar y llevar a vía muerta ese tipo de demandas, antes de que se desplieguen mecánicamente en escalera; en segundo lugar, porque las movilizaciones no ocurren en el vacío teórico, en ellas inciden las direcciones políticas y sindicales de las masas, y las ideologías dominantes.

Pero además de no dar resultado, la propuesta de concentrarse en repetir una o dos consignas lleva a la minusvaloración de la propaganda y de la agitación, entendida esta no como  vociferar de consignas, sino como "explicar una o dos ideas sencillas a las masas" (Lenin). A lo que se agrega el hecho de que con ese consignismo transicional  la teoría y la crítica pasan a un segundo plano. Después de todo, para elaborar recetas como "eliminemos el desempleo bajando las horas de trabajo", y semejantes, ¿quién necesita El capital o el Anti-Dühring? ¿Para qué el bisturí de la crítica?

Todo esto, por otro lado, tiene poco y nada que ver con las tradiciones del marxismo. Por ejemplo, con esa idea de Engels (que repite Lenin) de que la lucha debe desarrollarse en los tres planos, el económico, el político y el teórico.

El control obrero y la táctica de Trotsky para Alemania

En su crítica Maiello apela a la idea de Trotsky de que los revolucionarios pueden y deben agitar consignas transicionales aunque no estén dadas las condiciones sugeridas por Engels (aunque en sus discusiones sobre la táctica transicional Trotsky nunca menciona la crítica de Engels a Heinzen ¿Maiello tendrá alguna idea de por qué?).

He tratado este argumento de Trotsky en mi Crítica al PT, y aquí reproduzco los principales pasajes. Escribí:

"En Trotsky hay un permanente sesgo hacia la abstracción idealista, a desconocer las raíces materiales que pueden limitar la fuerza de una consigna. Tomemos como ejemplo... su explicación sobre la necesidad de agitar en favor del control obrero en Alemania, en 1932, en el artículo "¿Y ahora?". Allí Trotsky parte del reconocimiento de que la agitación de esta consigna en épocas no revolucionarias le confiere "un carácter puramente reformista", ya que el control se remite "en bruto, al mismo período que la creación de los soviets". Pero enseguida explica que puede ser agitado aunque no exista una ofensiva de las masas. Dice Trotsky: "En la actualidad sería incorrecto rechazar esta consigna, en una situación de crisis política creciente, únicamente porque todavía no hay una ofensiva de las masas. Para la ofensiva misma se necesitan consignas que precisen las perspectivas del momento. La penetración de las consignas en las masas debe ser precedida invariablemente por un período de propaganda".

"Aquí Trotsky invierte los supuestos tradicionales del control obrero. Este deja de demandar premisas específicas - una situación revolucionaria pre-insurreccional- porque ahora esas premisas pasan a ser resultados. Por cierto, la relación entre presupuestos y efectos no debe entenderse de manera mecánica. Dadas las premisas 'clásicas' -armamento y poder obrero- la agitación por la implementación del control obrero de la producción agudizará seguramente la tensión revolucionaria. Pero el orden de los factores no se puede invertir a voluntad porque se trata de una asimetría dialéctica entre las condiciones sociales y la actividad subjetiva, que remite en última instancia, al reconocimiento de las limitaciones objetivas de la agitación y propaganda de los grupos para generar situaciones propicias para el control obrero".

A este texto, escrito hace más de 20 años, le agrego la observación de que nunca la agitación por el control obrero, en situaciones de control más o menos normal de la burguesía (como puede ocurrir hoy en Argentina) ha llevado ni siquiera a un atisbo de doble poder. Por lo cual, e irónicamente, cobra importancia la observación del mismo Trotsky: la agitación de esta consigna en épocas no revolucionarias le confiere "un carácter puramente reformista", ya que el control se remite "en bruto, al mismo período que la creación de los soviets".

Es que esta demanda, en las condiciones actuales, solo se puede aplicar en sentido burocrático - burgués, y esto hay que decirlo a las masas trabajadoras. Y agrego: es ingenuo pensar que la agitación de consignas, realizadas por pequeños grupos revolucionarios, cambia las relaciones de fuerzas entre las clases, o determina ofensivas generales del trabajo. Pero por eso mismo estas medidas, aparentemente tan revolucionarias, adquieren un contenido puramente reformista si se proponen al margen de las condiciones específicas de su aplicabilidad.

El Manifiesto Comunista y el programa de transición

En mi nota que critica Maiello dije que el programa de transición fue presentado por primera vez por Marx y Engels en El Manifiesto Comunista. Expliqué que son medidas para impulsar a la clase obrera hacia la abolición de la propiedad privada y que ese programa fue concebido para ser aplicado por la clase obrera desde el poder. Amplío: El Manifiesto Comunista es un texto para intervenir en una revolución. En ningún lado se hace mención a alguna forma de escalera transicional para desatar una insurrección. ¿Cómo puede afirmar Maiello que ese texto de 1848 es un antecedente directo de la política trotskista con las consignas transicionales?

Programas socialistas aprobados por Marx y Engels

Maiello sostiene que el programa del Partido Obrero Francés, de 1882, redactado en parte por Marx, es un antecedente del PT de Trotsky. Una vez más, es incomprensible de dónde saca semejante cosa. En la introducción al programa de 1882, escrita por Marx, se declara que el objetivo del partido es la propiedad en común de los medios de producción. Y que esa propiedad en común solo puede ser el resultado de la acción revolucionaria de la clase obrera. A continuación, se presentan las "reivindicaciones inmediatas", con las cuales el Partido Obrero iría a elecciones. Este programa está conformado por las reivindicaciones mínimas. En ninguna parte se presenta un programa de transición; ni se hace mención a alguna forma de escalera transicional. La demanda de "la explotación de todos los talleres del Estado confiada a los obreros que trabajan en ellos", que entusiasma a Maiello, está presentada en el marco del programa mínimo, esto es, como una medida compatible con el sistema capitalista (véase más abajo). Además, sería absurdo, contrario a toda lógica, que Marx propusiera un programa de transición al socialismo para ir a elecciones, sin aclarar a los obreros franceses que se trataba de iniciar, por la vía electoral, una transición al socialismo.


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