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31.5.21

Un esperanzador futuro demócrata para Estados Unidos

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Por Robert Kuttner (*)

Los republicanos han seguido adelante despojando a Liz Cheney de su puesto en la dirección [número tres del Partido]. Pero la posición de principio de Cheney forma parte de una rebelión mucho mayor. Mañana, más de un centenar de veteranos exfuncionarios republicanos desvelarán sus planes para una posible escisión del Partido.

Eso podría marcar el comienzo del primer partido nuevo de envergadura desde 1856, cuando los republicanos substituyeron a los "whigs". La analogía es apropiada. Los "whigs" se vinieron abajo porque no pudieron decidirse sobre qué hacer con la esclavitud. Los republicanos podrían perecer porque no pueden decidir qué hacer con Trump.

Pongamos todo esto en un contexto más amplio. La historia está repleta de puntos de inflexión que podrían haber seguido un rumbo u otro. FDR estuvo a punto de ser asesinado en 1933. Supongamos que FDR hubiera sido asesinado antes de que empezara siquiera el New Deal. O supongamos que JFK hubiera seguido vivo.

¿Qué habría pasado si Hitler, siguiendo el consejo de sus generales, hubiese invadido Gran Bretaña en 1941, en lugar de Rusia? Y supongamos que hubieran salido mal los riesgos calculados de la crisis de los misiles de 1962, ocasionando un intercambio nuclear.

Por lo que a eso respecta, supongamos que hubieran prevalecido los republicanos en 2020 y Trump todavía estuviera en la Casa Blanca.

Hoy Norteamérica se encuentra en uno de esos puntos de inflexión cruciales. JoeBiden inspira nuevas esperanzas mientras canaliza su Franklin Roosevel interior.

Pero si los republicanos se imponen en la destrucción de la democracia y llegan a controlar cualquiera de los dos cámaras en 2022, el New Deal II de Biden concluirá antes de que haya apenas empezado. En un estado tras otro, y de modo muy notable en Texas, Florida y Georgia, los republicanos se aprestan a introducir medidas destinadas a suprimir votos y amañar los recuentos electorales.

Pero hoy, por primera vez en cuestión de semanas, me siento optimista, basándome en varias razones.

En primer lugar, podría estar cerca la quiebra, largamente predicha, del Partido Republicano. Los republicanos se encuentran fatalmente divididos entre los que se creen de verdad las fantasías y los desvergonzados oportunistas que entienden lo sucedido, pero temen el castigo de las bases de Trump, y los conservadores con principios.

Resulta difícil imaginar que se recompongan los pedazos de Humpty-Dumpty. Y si el nuevo partido presenta candidatos a la Cámara y el Senado, eso podría darle la vuelta a docenas de escaños en favor de los demócratas, neutralizando los intentos republicanos de amañar el voto.

En segundo lugar, es probable que Trump se vea imputado y bastante probable que sea condenado. Eso podría menoscabar el núcleo duro que sigue apoyándole.

En tercer lugar, el Tribunal [Supremo bajo la presidencia de John] Roberts rechazó todos los esfuerzos por anular los resultados electorales en noviembre y diciembre pasados. El Tribunal todavía puede revertir algunos de los esfuerzos más groseros de los estados republicanos de amañar el escrutinio de votos.

Por último, 2022 nos traerá la mayor movilización de base que haya visto Norteamérica para salvar la democracia en las urnas. La historia, como reza el dicho, es a menudo algo muy reñido. Y nunca tanto como en este momento.

 

(*) Robert Kuttner cofundador y codirector de la revista The American Prospect, es profesor de la HellerSchool de la Universidad Brandeis. Columnista de TheHuffington Post, The Boston Globe y la edición internacional del New York Times, su último libro es "Debtor´sPrison: ThePolitics of Austerity Versus Possibility".

Fuente: The American Prospect, 12 de mayo de 2021


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