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26.10.20

Dos entrevistas con Rossana Rossanda

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Por Rossana Rossanda (*)

Estas dos entrevistas con Rossana Rossanda, inéditas en castellano, se cuentan entre las realizadas en los últimos años de su vida en París y Roma.

La primera, a cargo de Marina Turi para Ilmanifesto, se publicó originalmente con el equívoco e irrelevante titular de "Casi preferiría una victoria de Merkel". En realidad, versa en su mayoría sobre el parecer y las impresiones de Rossanda acerca de Podemos al escuchar el testimonio de Turi, recién llegada de la Asamblea Ciudadana de la formación política, celebrada en Madrid en 2017. 

La segunda, de Concetto Vecchio, se publicó originalmente en octubre de 2018 en el diario La Repubblica, que la reprodujo de nuevo el día de su muerte, el pasado 20 de septiembre. SP

 

Rossana Rossanda opina sobre Podemos

Comentarios y entrevista realizada por Marina Turi para Ilmanifesto.

La curiosidad nunca envejece. Es verdad. Pienso en esto volviendo de la Asamblea Ciudadana de Podemos, de la que salió victorioso Iglesias. Me detuve en París para charlar con Rossana Rossanda.

Me recibe en su casa y quiere conocer los resultados. Tiene miles de preguntas sobre cualquier cosa: sobre los partidarios, sobre cómo se desarrolló el congreso (como insiste en llamarlo), sobre impresiones comparadas.

Para Rossanda "es importante que exista un movimiento aguerrido de Podemos, dispuesto a salir a la palestra políticamente".

En pocas palabras resume lo que va viendo por Europa.

Empieza por Francia, donde está en curso la campaña presidencial. "Hay dudas sobre Marine Le Pen, porque en Francia ha habido treinta años de predominio antifascista, y no creo que esto pueda disolverse de repente ni que se desvanezca con un voto a la extrema derecha". Añade con franqueza: "Fillon está abrumado por los escándalos y, por lo tanto, políticamente muerto. Ni siquiera los socialistas quieren a Hamon. Una lástima, porque su propuesta de renta básica es bastante buena, en mi opinión. Y Mélenchon, del Front de Gauche, es el único que presenta batalla, rechazando la idea de una mayoría mixta".

Rossanda, que vive aquí y sigue el debate de cerca, cree que este rechazo no es más que un gran error. "Y luego tenemos a Macron, el "outsider" apoyado por el Partido Socialista. No como socialista sino como hombre de la Unión Europea".

Creo que Europa "tiene miedo, con el agua al cuello. Ahora que hay cada vez más países que no quieren o no pueden soportar sus dictados, es Europa la que está explotando".

También le preocupa Alemania. No se fía del salto que ha dado Martin Schulz: "No creo que esté bien. Die Linke quizás represente mejor a la izquierda, pero por desgracia le falta entusiasmo". Con una sonrisa provocadora, se burla de mí diciendo: "Casi preferiría una victoria de Merkel. Todo lo que conozco de los socialistas es muy negativo. Quizás me equivoque".

Yo abro de par en par los ojos. La imagen que dibuja de los socialistas europeos resulta desmoralizadora. "Con frecuencia me siento desconsolada. No hay un solo partido socialista decente en toda Europa."

"En España está esta esperanza de Podemos, con sus raíces de masas y su voluntad de permanecer abiertos. Aquí de lo que tengo miedo es precisamente de su aislamiento. Los grandes villanos europeos tratarán de bloquear a Podemos también, que tiene la ardua tarea de mantener vivo el conflicto. Se trata de una contradicción positiva que sigo con interés, aunque siga siendo un tanto escéptica respecto al liderazgo de Iglesias, con su aire de joven profesor, un poco de protagonista. Errejón me da también la impresión de ser un tipo demasiado agradable, podría añadir"

Coincidimos y bromeamos sobre el aspecto de Pablo Iglesias, su coleta, su camisa blanca, nunca tan reluciente como las que lleva Renzi, como si usara el programa de lavadora equivocado, sobre la corbata roja que ostentaba en el discurso final de la asamblea y ese puño levantado.

"He estado pensando mucho. Creo que la gente tiene hoy una necesidad espontánea de conectar con personas, en lugar de con ideas. Me acuerdo de entonces, al inicio de la historia de Ilmanifesto, aquellos tres o cuatro de nosotros que éramos más visibles, a buen seguro teníamos muchos fallos, pero no nos tomábamos en serio eso de la personalidad. Por supuesto, éramos guapos y muchos nos criticaban porque éramos demasiado guapos y bon vivant como para ser comunistas".

Tomamos un poco de te y unas chocolatinas. Acaricia a Mefis, su gato negro, un par de veces, y de inmediato continúa con sus preocupaciones teóricas.

Me pregunta por el grupo de anticapitalistas dentro de Podemos. Quiere saber si son incluso comunistas. "¿Se llaman así porque los demás no lo son? En Italia casi nadie se autoidentifica como anticapitalista, o si pretenden que lo son, a menudo tienen de anticapitalistas lo que yo de tigresa. ¿Y qué ha pasado con Marx? Ojalá los sistemas teóricos de Ia izquierda reintrodujeran al menos un poco de Marx y, por qué no, un poquito de Lenin".

Pero añade con determinación: "La única cosa de Lenin que creo que no hay que resucitar es la necesidad de la violencia y la dictadura sobre el proletariado. Porque no es verdad que puedas librarte de la cuestión de la libertad. Eso no es verdad nunca. En ilmanifesto, por lo menos reconocimos que el problema existía".

No le convence que Podemos aplique la teoría de Laclau. En su opinión, "confunde el conflicto de clase. Pero el redescubrimiento de Marx puede valer para redefinir lo que realmente es el concepto de clase. La composición de clase ha cambiado. Sigue existiendo el problema de quienes trabajan y quienes dependen del trabajo. Hoy, asimismo, el trabajo es distinto. Resulta urgente tratar de reconsiderar qué parte de la sociedad impulsa el cambio. Resulta evidente que la fábrica ya no es el centro de producción y que hay mucho de lo que entonces llamábamos trabajo muerto que hoy se consigna a un sistema mucho más complejo de de máquinas y tecnologías. El problema persiste, y la cuestión es cómo juntas estos nuevos temas, y cómo los confrontas unos con otros.

"Hoy es más fácil porque los sistemas de comunicación son más sólidos que los teníamos entonces. Soy persona de avanzada edad, y me asombra el hecho de que el movimiento del 15-M llegara en realidad a generar un partido, aunque nadie parezca querer más partidos. Pero siempre hay que tener un centro de atención, lo más democrático posible".

Me pregunta con detalle cómo se celebró el congreso y quién seleccionó a los oradores. Cuando le digo que no había mesa presidencial, sonríe sorprendida. Le cuento también que el orden de los oradores se había decidido en un debate digital y en los círculos locales y que cada una de las alocuciones duraba solamente diez minutos, sólo para ilustrar los documentos.

"¡Pero diez minutos es demasiado poco como para profundizar!" se queja. Le cuento que cuando el orador se excedía en el tiempo asignado, había un pianista que empezaba a tocar una breve melodía para acelerar la conclusión.

"Para que Podemos siga creciendo, tiene que ocuparse de los conflictos y ocuparse del Parlamento. Debería hacer un poquito de lo que el Partido Comunista solía hacer".

En ese punto, se siente con ganas de hacer una autocrítica en relación con Togliatti: "En aquella época, éramos todos anti-Togliatti debido a su prudencia; sin embargo, habría sido mejor de no haber muerto en 1964. A buen seguro, Stalin le recomendaba ser prudente".

"Hoy no hay atajos. Si el conflicto social no se reaviva en torno a intereses y derechos materiales, no iremos a ninguna parte. En Italia, la mitad del centroizquierda está de acuerdo con las políticas neoliberales europeas. El resultado del referéndum sobre las reformas constitucionales constituyó una señal clara. Esto debe generar un proceso que hostigue a Renzi y sus medidas políticas si queremos estar a la altura a la hora de enfrentarnos al ascenso del populismo y de este Movimiento Cinco Estrellas, que considero peligroso".

Hablamos de las feministas que hay en Podemos y de la tendencia feminista en política.

"La verdad es que me gusta su idea de igualdad. La prefiero a la idea de paridad. Tenía dudas sobre los actos del 25 de noviembre, pero cambié de opinión", afirma, refiriéndose a las manifestaciones contra la violencia contra las mujeres.". Hubo una participación apreciable. Es un camino importante".

Me pregunta por el 8 de marzo y le cuento de esta idea de la huelga. "¿Se han sumado los sindicatos?", se pregunta.

La tarde llega a su fin.

Mientras recojo mis notas, me hace una última pregunta: "¿Cómo se comunica Podemos? ¿Dispone de algún periódico? Porque, por lo que he visto entre los muchos diarios que leo, solo ilmanifesto ha comprendido la importancia de esta convención y le ha dedicado un suplemento".

Ilmanifesto, 17 de febrero de 2017

 

Rossana Rossanda: "Es culpa nuestra si gana Salvini, la izquierda ha defraudado las esperanzas"

Entrevista con Concetto Vecchio para el diario La Repubblica

"En julio decidí volver a Italia, acuciada por la necesidad de comprender. Desde París, donde he vivido doce años, seguía a Salvini por televisión y me daba vergüenza lo que veía. 'Es también culpa mía, culpa por parte nuestra', me repetía. Había pasado mi vida haciendo política y juzgaba mi lejanía como un abandono del terreno. Mi marido desapareció hace tres años, no me quedaba ya nadie en Francia, en Roma ya no están los compañeros de toda una vida: Lucio Magri, Luigi Pintor, Valentino Parlato han muerto todos y yo soy ya muy vieja".

Rossana Rossanda, 94 años, periodista, escritora, partisana, "la muchacha del siglo pasado", como tituló su famosa autobiografía, está hojeando en el salón de casa los primeros números de la colección de ilmanifesto, diario fundado por ella en 1969. "Quiero volverme a leer las crónicas de las luchas obreras de entonces, los trabajadores se batieron por sus derechos y vencieron".

¿Qué Italia se ha encontrado?

Un país irreconocible, sin espina dorsal. Me da miedo ver en qué se está convirtiendo.

¿Le da más miedo Salvini o Di Maio?

Salvini, porque sabe lo que quiere. Di Maio es siempre el que ríe.

¿Qué le da miedo de Salvini?

La prepotencia. He estudiado a fondo el decreto sobre seguridad, no comprendo cómo ha podido firmarlo Mattarella.

¿Le parece racista?

Lo es. Al migrante se le ve solamente como un potencial criminal.

¿Qué poder es este que está en el gobierno?

Es la deriva racista del populismo. Di Maio y Salvini son ambos populistas, pero de manera distinta, porque en el gobierno prevalecen sobre todo las ideas del liguista. A los Cinco Estrellas no llego a tomármelos en serio.

Han conseguido el 32 % ¿cómo puede decir que no se les tome en serio?

Quizás sea un modo equivocado de decirlo. Quiero decir: no llego a entenderlos. Me dicen que muchos de izquierda han votado por ellos, pero los Cinco Estrellas de izquierda la verdad es que no tienen nada.  

Muchísimos antiguos extraparlamentarios han votado por el M5Es. ¿Cómo se lo explica? ¿Con una propuesta de radicalidad que la izquierda reformista ya no ofrecía?

Me parece evidente. Han buscado un cambio vindicativo después de que sus esperanzas se vieran defraudadas.

¿Qué nos dice esto de la izquierda italiana?

Millones de personas votaban a la izquierda, porque estaba en su ADN la defensa de los más débiles. Esto hoy no lo piensa nadie. 

¿Cuándo se produce esta mutación?

Yo diría que se inicia con el cambio del nombre de Occhetto. Cambiar de nombre significa mudar la propia identidad. Desde entonces han cambiado de nombre tres o cuatro veces y en cada ocasión se han ido alejando un poco más de su base. Veltroni ha llegado a decir que no ha sido nunca comunista.

¿Es usted todavía comunista?

Yo, sí.

¿Por quién votaría hoy?

No sabría. Coja los candidatos a secretario del Partito Democratico: Zingaretti, Minniti, Martina, Boccia, Richetti. No los distingo. Me dicen que Delrio es estupendo. No lo dudo. Pero, ¿cual es su visión del mundo? Cuando yo era joven, en Milán, conocí bien a la izquierda democristiana, la de Marcora y  Granelli: sus voces se distinguían nítidamente de otras corrientes. Tome el caso del democristiano FiorentinoSullo: sus batallas contra la especulación inmobiliaria se recuerdan todavía hoy.

¿Le asombra que los obreros voten a la Lega?

Esa es otra historia, más antigua. Ya pasaba hace quince años. Carné de la CGIL [principal sindicato italiano] y voto a la Lega.

¿Por qué ha sucedido?

La Lega proporcionaba explicaciones simples. "Si pierdes el empleo, te lo ha quitado el inmigrante", y antes el meridional, el "terun". No es culpa tuya. No es culpa del sistema. Se ofrece al mismo tiempo un enemigo y un consuelo.

¿Le preocupa la prima de riesgo?

En sí misma no parece una indicación de ruina, me parece más grave una maniobra que no lleve a ningún crecimiento ni cree empleo.

¿Está a favor de la renta básica?

Por una cuestión de principio, sí, es justo sostener a los pobres, pero ¿qué quedará luego? Hace falta crear trabajo. Y en esto estoy de acuerdo con ese proverbio chino que dice: dale un pez a un hombre y le darás de comer un día, enséñale a pescar y le darás de comer toda la vida.

¿Cómo se alineará en las europeas?

Votaré a favor de Europa, contra los peligros fascistas que veo moverse. Del  fascismo me acuerdo bien, porque me da miedo.

Pero, ¿qué vías le quedan a la izquierda atrapada entre el populismo y la austeridad?

A quienes dicen que no hay alternativas, les digo: mirad a Sánchez y a Podemos en España, o al pequeño Portugal, haced como ellos.

¿Le impresiona la simplificación del debate político?

Me impresiona la vulgaridad. El otro día vi en televisión un programa en el que todos repetían "me importa una mierda". Si yo hablaba así, mi padre me soltaba como mínimo un tortazo. 

¿Lamenta no haber tenido hijos?

Sí. Hoy me sentiría menos sola, y sobre todo tendría la sensación de haber transmitido algo de mí.

¿Por qué no los tuvo?

Tenía mucho qué hacer.

¿Cómo fueron sus dos matrimonos?

Grandes amores. Eran ambos muy simpáticos. Entre nosotros había siempre ganas de estar juntos, no hay nada más bonito, ¿no cree?

¿Cómo mira al futuro?

Sé que no me queda mucho y en el fondo no me disgusta. He tenido una vida muy afortunada, he conocido gente interesante.

¿Las figuras más importantes?

Mi suegro, mi maestro Antonio Banfi, Sartre.

¿Cómo era Sartre?

Un raro caso de francés disponible, abierto. Venía a Roma todos los años, amaba Italia, tenía curiosidad, [Simone] de Beauvoir era más rígida.

¿Cuál es el último libro que ha leído?

Le assaggiatrici, de RosellaPostorino, interesante. Quisiera leer [el libro de] Scurati sobre Mussolini [M. El hijo del siglo, Alfaguara, Madrid, 2020].

¿No está en las redes sociales?

Las detesto. Quiero irme al otro mundo sin haberle dado un solo euro a Zuckerberg.

En el balance de su vida ¿prevalecen más las razones o las equivocaciones?

He tratado de hacer prevalecer las razones, pero he cometido grandes errores; por lo demás, quién puede negar haberlos cometido.

¿Cuál ha sido el error más grande?

No se lo digo. Lo digo con cansancio también conmigo misma.

 

La Repubblica, 31 de octubre de 2018

 

(*) Rossana Rossanda (1924-2020) Veterana resistente antifascista, comunista e internacionalista, fue co-fundadora del diario IlManifesto y miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.

Fuente: IlManifesto, La Repubblica

Traducción:Lucas Antón


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