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28.9.20

Elecciones en Uruguay ¿Cómo leerlas?

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Por Esteban Valenti (*)

El domingo 27 los uruguayos, en medio de la pandemia, votamos para elegir los 19 intendentes departamentales, los 112 alcaldes y los 589 ediles (31 por 19 departamentos). Además del obvio significado político local, en este caso estas elecciones transcienden todavía más hacia la política nacional.

Las notas de Bitácora se escriben varios días antes de su aparición los días lunes, así que es imposible que hagamos el balance sobre los resultados considerando que salimos al otro día de las elecciones, por lo tanto vamos a trazar lo que consideramos son nuestras claves para interpretar los resultados.

Desde el punto de vista de las posiciones anteriores, la Concentración multicolor, es decir los partidos que gobiernan el país, y a pesar de que en diversos departamentos se presentaron en forma separada, menos en Montevideo, donde obviamente lo consideraron una batalla política nacional y presentaron una candidata única de los 5 partidos oficialistas. El actual oficialismo gobierna en 13 departamentos y el Frente Amplio en 6 (Montevideo, Canelones, Paysandú, Rocha, Salto y Río Negro). Desde el punto de vista de su población e importancia socio-económica, el FA gobernaba a nivel departamental una población de 2.206.967 habitantes (1) un 63% del total de 3.505.985 (estimación al 2018)  ,mientras que el oficialismo gobernaba en 13 departamentos con 1.299.018 habitantes en el resto del país. Doce departamentos gobernados por el Partido Nacional (Artigas, Colonia, Maldonado,  Soriano, Florida, Flores, San José, Tacuarembó, Cerro Largo, Lavalleja, Treinta y Tres, Durazno) y uno por el Partido Colorado (Rivera).

(1)    Total de habitantes, no son votantes inscriptos.

Montevideo 1.325.968; Canelones 520.173; Salto 124.861; Paysandú 113.112, Rocha 68.088; Río Negro 54.765  TOTAL 2.206.967 (Fuentes Congreso nacional de Intendentes).

 

La primera pregunta que debemos hacernos para el balance es ¿Cómo ha quedado la situación a nivel de departamentos y de población luego de estas elecciones?

Los resultados no son absolutos, también corresponde analizar los números y porcentajes de los resultados electorales en cada uno de los departamentos y en su conjunto. En este último sentido, considerando que las elecciones se desplazaron varios meses de su fecha original, debido a la pandemia, los números tienen una importante influencia de un primer balance de la acción del gobierno de la república, en especial sobre dos aspectos: el manejo de la pandemia desde el punto de vista médico-sanitario y en segundo lugar de la situación económica y social del país. Por ello para leer los resultados importan los porcentajes departamentales y nacionales.

Luego aparecen determinados departamentos que tienen, por su peso demográfico pero también político un impacto local y nacional, primero de todos Montevideo, donde la lucha política fue muy dura, y donde además se disputo también dentro del Frente Amplio con tres candidaturas. La relación en la capital entre la votación del FA y la de la candidata de la Coalición multicolor es un  dato político comparativo (con anteriores elecciones) muy importante.

Canelones es también un punto de referencia local, aunque allí el resultado se daba por descontado a favor del Frente Amplio, el porcentaje de votos obtenido por YamandúOrsi y los grupos y partidos del FA, considerando el peso político popular y nacional que adquirió el intendente canario.

La otra base de análisis es la situación que quedará en el plano interno dentro de la Concertación multicolor entre sus cinco componentes y dentro del Frente Amplio dentro de sus innumerables integrantes. Son un termómetro de primera importancia política.

Aunque siempre hay que recordar - y habrá que comprobarlo en estas elecciones - que en las votaciones locales, juegan de manera importante los candidatos y los temas de cada departamento y en algunos municipios incluso esas situaciones, que hasta ahora no han alcanzado altos porcentajes de participación.

Ese es otro factor ¿Cómo influyó la pandemia en el porcentaje de participantes en las elecciones que en Uruguay siempre supera el 90% de los inscriptos? Y ¿Cómo votaron las diversas franjas etarias y como se votó por los alcaldes?

Lo cierto es que esta semana habrá festejos y caras largas a nivel de los departamentos, de los partidos, de los municipios y a  nivel nacional y en este último caso más que en otras oportunidades anteriores, entre otras cosas porque las permanentes protestas del FA y de los colorados por la presencia del Presidente de la República en las zonas en disputa más álgida le dieron a este enfoque una obligatoria trascendencia.

Hay otros elementos. En el voto de cada partido y las posiciones conquistadas, Intendentes, ediles y alcaldes importan, ¿por ejemplo como votó Cabildo Abierto? considerando los sucesos políticos de los siete meses del nuevo gobierno y su innegable capacidad para influir en la agenda política, incluyendo su recule espectacular en el tema del desafuero de su líder el senador Guido Manini.

Como siempre hay dos planos de lectura obligatorios, pero que en este caso se han acentuado, las situaciones departamentales, los liderazgos y la consolidación o debilitamiento del predominio político e ideológico y por otro lado las señales hacia el panorama político nacional y hacia las elecciones del 2024.

Aunque todos los nieguen en público, en la interna todos los partidos hacen sus análisis y sus cálculos a los que se sumarán los analistas, las encuestadoras, los periodistas especializados proyectando los resultados.

Como siempre y una vez más, las empresas encuestadoras festejarán sus aciertos o tendrán que explicarnos nuevamente sus limitaciones y sus errores. Veremos, los uruguayos somos generosos...

El cuadro político que emerja de estas elecciones se da en medio de la tercera gran batalla política nacional, primero está el manejo de la pandemia donde el gobierno está obteniendo excelentes resultados, luego la LUC, cuyos efectos todavía no se han visto y en tercer lugar la Ley del Presupuesto nacional de cinco años, donde además de asignación de recursos, hay el trazado de toda la estrategia económica y social y por lo tanto con una determinante influencia política, que en este caso se agrava por el fuerte impacto de la peste el coronavirus-19 y la caída del PBI, de las exportaciones, de la recaudación impositiva y el empeoramiento de todos los indicadores sociales (pobreza, indigencia, y desocupación).

No se trata de la batalla tradicional sobre dos formas diferentes de manejar los recursos del Estado y sus instrumentos y políticas, sino de cómo reaccionará el país para reiniciar una ruta de crecimiento, que se interrumpió luego de 16 años de crecimiento, el periodo más prolongado e importante de la historia nacional.

Con las elecciones del domingo pasado se ha cerrado definitivamente el ciclo de las consultas electorales, todos proclamarán a voz en cuello que ahora hay que gobernar y hacer oposición para construir y no mirando en las urnas. Lo hacemos y lo hacen siempre, aunque en Uruguay las urnas son una obsesión permanente e interminable. Y estoy por creer que es parte del ADN básico de la política democrática y que se debe gobernar y hacer oposición, construyendo, haciendo cosas, pensando y generando ideas y también  atendiendo el impacto en el futuro electoral. Es parte del juego.

Hay también otros temas que no han sido directamente influenciados por las elecciones o lo han sido colateralmente pero que vuelven a ocupar su lugar en el tapete nacional. Los escándalos: los viajes del ex secretario general de la presidencia a Roma y Washington con una asistente injustificable; la homologación de los tribunales militares y las actas que obligatoriamente deberían haberlos acompañado con las declaraciones de los criminales Gilberto Vázquez y José Nino Gavazzo, y la moral departamental. Si, porque parece que existe una moral nacional y departamentos como Colonia y Artigas donde rigen otras normas básicas y se puede hacer casi todo que los votantes son capaces de soportarlo e incluso premiarlo levantando figuras políticas. ¿Cuánto durará esa doble moral?

Hay muchas otras preguntas sutiles que deberán incorporarse al balance electoral cuando conozcamos los números definitivos, departamento por departamento y municipio por municipio para completar un análisis completo y profundo.

(*) Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITACORA. Uruguay.


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