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“Las consecuencias de la Ley de Seguridad Nacional de Pekín no se limitarán a Hong Kong”. Entrevista

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Por Joshua Wong (*)

El Parlamento chino votó el jueves 28 de mayo una ley que tiene como objetivo "salvaguardar la seguridad nacional" en Hong Kong. Joshua Wong, figura de la «revolución de los paraguas» de 2014 y secretario general del partido prodemocracia Demosisto, se propone proseguir su lucha contra la extensión del poder chino a su territorio.

Perdido entre los sobresaltos de la pandemia de coronavirus en Europa y los disturbios raciales en los Estados Unidos, el hecho podría pasar inadvertido. Para los militantes demócratas locales, la ley destinada a "salvaguardar la seguridad nacional" en Hong Kong, adoptada el jueves 28 de mayo para el Parlamento chino, es un verdadero mazazo.

El texto, muy controvertido, autorizaría a Pekín a instalar sus servicios de información y de seguridad en la ciudad. Con un objetivo: prohibir los actos de traición, de secesión y de subversión contra el poder central chino. La sociedad de Hong Kong teme que esto ponga claramente fin a la fórmula "un país, dos sistemas ". Este principio, concebido por el antiguo número uno de la República Popular China entre 1978 y 1992, DengXiaoping, permite a la antigua colonia británica disfrutar de una cierta autonomía durante cincuenta años, tras la devolución del territorio a China, que se produjo en 1997.

Joshua Wong, 24 años, figura de la "revolución de los paraguas", que marcó las calles de Hong Kong en 2014, secretario general del partido prodemocrático Demosisto, forma parte de quienes se rebelan contra este nuevo texto. Lo entrevista Alexandra Saviana para el semanario francés Marianne.

Marianne: Hace poco menos de un año ya habló usted con Marianne, en julio de 2019, con ocasión de las manifestaciones contra el proyecto de ley de extradición a China, que contaba con que fuera aprobado por el poder de Hong Kong. ¿Cómo ha evolucionado la situación en poco menos de un año?

Joshua Wong: Hemos disfrutado de una victoria de corta duración. Tal como usted menciona, hemos luchado durante mucho tiempo para hacer que se retire ese proyecto de ley. Conseguimos la retirada del texto en septiembre, sin poder por ello parar un momento el combate.

Pekín ha decidido casi inmediatamente introducir una nueva legislación en la que una vez más no se nos había ocurrido pensar. Si se pone en práctica, las consecuencias de la aplicación de la ley destinada a "salvaguardar la seguridad nacional" serán terribles para la democracia en Hong Kong.

En estos últimos días ha calificado usted el texto de "ley del mal". ¿Por qué? ¿Qué riesgo corremos de que cambie Hong Kong ?

Esta ley tendrá efectos muy directos sobre la libertad de expresión. Nuestras posibilidades de comunicación se verán muy reducidas, pues podríamos no tener ya acceso a Facebook y Whatsapp, tal como ha explicado Mark Zuckerberg, director general del grupo, hace algunos días. Este texto va a permitir al poder chino seguir ejerciendo presiones sobre los defensores de la democracia.

Con ello ya no hablaremos más de detenciones por parte de la simple policía de Hong Kong. Pekín tendrá la posibilidad de establecer una policia secreta, detener a la gente y juzgarlas después en territorio chino. Hablando claro, tememos que una vez que se aplique la ley en el territorio, Hong Kong no vaya a ser otra cosa que una cudad sumisa al régimen autoritario, como cualquier otra ciudad china.

El viernes, 29 de mayo, Donald Trump anunció que su país iba a poner fin a las exenciones acordadas a Hong Kong en el marco de su relación especial con los Estados Unidos. ¿Qué opina usted de esta decisión?

El futuro de Hong Kong debería decidirse con independencia de las tensiones entre los Estados Unidos y China. Queremos animar a más dirigentes extranjeros, y no sólo al presidente norteamericano, a prestar más atención a lo que pasa entre nosotros. Sabemos que el calendario no es el mejor para nosotros: la evolución de la pandemia de coronavirus preocupa a los dirigentes, lo que hace difícil interesarse por Hong Kong. Pero es imperativo que los legisladores comprendan que no somos un caso aislado.

Europa se ha mostrado de momento muy discreta respecto a esta ley...

Hace falta, sin embargo, que los países europeos apoyen a Hong Kong en esta batalla. Esta situación va a afectar a los intereses económicos de las empresas europeas instaladas en el territorio. El intervencionismo de Pekín estará más presente que nunca. Si nadie se opone a este texto, entonces los empresas que hayan invertido en Hong Kong sufrirán las consecuencias del mismo.

Evidentemente, habrá efectos políticos. Si se aplica esta ley, Pekín podrá hacer callar fácilmente a periodistas y activistas, y utilizar después la misma estrategia para reducir al silencio a los habitantes de Taiwan, y luego irá más allá. Si Europa no hace frente a sus responsabilidades respecto a Hong Kong, debe tener en cuenta que el efecto de esta ley china no se limitará a nuestro territorio. No es más que una etapa. Las consecuencias de esta ley van a afectar a otras partes del mundo, incluso a Italia, que ha firmado contratos masivos con ocasión de la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda. Los países que participen en ella se verán también amenazados.  

El 24 de mayo se organizó ya una manifestación para protestar contra la entrada en vigor de esta ley en Hong Kong. ¿Se prevén otros movimientos de protesta?

Sí. La pandemia está casi concluida en Hong Kong, no tenemos más que algunos casos confirmado de Covid-19 desde hace varias semanas. Tenemos prevista una manifestación para el 4 de junio. Es una fecha muy simbólica, puesto que se trata de la conmemoración del día de la matanza de la plaza de Tiananmen, en 1989, cuando el ejército chino reprimió el movimiento de estudiantes, obreros e intelectuales chinos que pedían más democracia a Pekín. En Hong Kong estamos hoy listos para salir de nuevo a las calles.

 

(*) Joshua Wong.  Activista demócrata en Hong Kong, es secretario general del partido Demosisto.

Fuente: marianne.net, 2 de junio de 2020

Traducción: Lucas Antón


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