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75º Aniversario: El fin de la II Guerra Mundial y sus consecuencias (II)

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Por Ernest Mandel (*)

El fracaso de los ejércitos aliados en su avance hacia Milán y Viena en la segunda mitad de 1944, el fracaso de la entrada de Montgomery a través del Rhin en el otoño de 1944, el avance hacia Yassy de Malinovsky y Tulbukhin, y la victoria de Tito en Yugoslavia, alteraron radicalmente la situación.

Ahora, por primera vez, se hizo posible que el Ejército Rojo estuviera en Budapest, Viena, Berlín y Praga antes que sus contrapartes anglo-americanas. Pero todavía estaba en duda quién llegaría primero a Hamburgo, Munich y Milán. Así la cuestión de la división de Europa en zonas de ocupación militar y de influencia se situó en el centro del escenario diplomático y estaba en el corazón de la negociación de Moscú y Yalta.

En enero de 1945, las negociaciones estaban basadas en una estimación esencialmente realista del equilibrio de poder militar en Europa. Ese equilibrio había tenido un cambio a expensas de los imperialistas occidentales como resultado del avance de Tulbukhin en el frente de Pruth y la ofensiva de las Ardenas de Hitler. Probablemente no estamos equivocados al pensar que fue al finalizar el verano de 1944 cuando Stalin, Molotov y otros empezaron a considerar la posesión de varios países de Europa oriental por parte de la burocracia soviética, aunque sin precisar claramente cuáles serían /21. Stalin actuó de una manera esencialmente pragmática en todos los casos. Su ambición se extendió hasta aprovechar las oportunidades territoriales con un mínimo de riesgo (incluyendo el de la confrontación con revoluciones populares). Esto no era nuevo. Ya en 1939-41 se había presentado la oportunidad de apoderarse de los estados del Báltico, Ucrania occidental, Bielorusia y Besarabia como resultado del pacto Hitler-Stalin. En 1944-48 la oportunidad de imponer regímenes políticos pro-Moscú en la mayor parte de Europa central y oriental fue aprovechada. Pero fue una operación estrictamente burocrática-militar, basada en acuerdos de facto con el imperialismo -es decir, la división de Europa y Asia en esferas de influencia- y sin ninguna intención de "estimular" la revolución socialista internacional.

La prueba más clara de que esta opción estaba fuera de la agenda es lo que sucedió en el resto de Europa. Stalin abandonó a las fuerzas griegas del Frente de Liberación Nacional y a su brazo armado, el ELAS y al PC griego, a una lenta erosión (y luego la derrota final) a manos de la burguesía griega y de los imperialismos británico y americano. Impuso con Thorez, en Francia, y Togliatti, en Italia, una línea de total capitulación a la reconstrucción de un Estado burgués y una economía capitalista. Así que había una genuina do ut des involucrada en los convenios de posguerra entre Stalin y Churchill primero y luego Stalin, Roosvelt y Churchill. Los logros del capitalismo fueron ciertamente mayores que los de la burocracia soviética.

¿Por qué la Guerra Fría no se convirtió en una guerra caliente, excepto en Corea, y aún allí, muy significativamente, sin la participación de la URSS? Poderosos sectores de la burguesía de EE UU estaban a favor, si no de una prueba de fuerza militar total con la Unión Soviética, al menos de una posición de "riesgo" constante. Ese riesgo fue en gran medida evitado -aunque se dio más tarde en Corea y resurgió sobre Dien Bien Phu- básicamente por razones políticas. A pesar de la dura presión de Truman y Forrestal, el Congreso de EE UU no aceptó el reclutamiento en tiempo de paz en 1945. La posibilidad que obsesionaba a Churchill de que el ejército de EE UU saliera de Europa, casi ocurrió /22. Ciertamente la presencia militar fue fortalecida de nuevo tras de la proclamación de la Doctrina Truman, cuando EE UU estableció bases en Grecia y Turquía, y con la constitución del Tratado para la Organización del Atlántico Norte (OTAN) después del estallido de la guerra de Corea. Pero, entretanto, el resto de las fuerzas de EE UU en Alemania y Austria eran insuficientes para empezar una guerra contra la URSS.

Sin embargo, las razones sociopolíticas fueron más importantes que cualquiera de las razones técnicas. En el período entre el lanzamiento de la bomba atómica sobre Japón y el desarrollo total de la Guerra Fría, el imperialismo americano se enfrentaba con una cada vez más compleja serie de crisis. El soldado raso empezó a manifestarse y estuvo a punto de amotinarse para ser repatriado. El movimiento obrero americano se lanzó a la huelga más grande y la segunda con mayor militancia en la historia americana. La guerra civil se desarrolló en Grecia. Los obreros franceses e italianos se sublevaron, con independencia, e incluso en contra, de sus líderes socialdemócratas y estalinistas, levantamiento que llegó a su clímax en la huelga general insurreccional de Italia el 14 de julio de 1948, después del atentado contra la vida de Palmiro Togliatti. La guerra civil se encarnizó en el país más populoso del mundo: China. El segundo país más populoso del mundo, India, estaba agonizando debido a las sangrientas convulsiones después de su independencia y no era seguro que allí, como en Indonesia, la burguesía fuera capaz de retener el control. Y por encima de todo, no era seguro que la enorme maquinaria industrial americana, hinchada por las inversiones en tiempo de guerra, fuera capaz de transformarse en producción doméstica sin caer en una profunda crisis de sobreproducción.
La conclusión que se saca de esta lista de problemas para el imperialismo americano y el capitalismo internacional es obvia. A pesar de su absoluta superioridad militar y su hegemonía industrial-financiera, el imperialismo de EE UU fue incapaz de afrontar todas estas crisis y conflictos y arriesgarse a una guerra "caliente" con la URSS al mismo tiempo. La Unión Soviética era ya la segunda potencia militar más grande en el mundo, con un ejército endurecido en combate y exaltado por un sentimiento de seguridad y éxito.

Con el reconocimiento por haber derrotado al fascismo europeo, gozó de un enorme prestigio a los ojos de la clase obrera. Pero, sobre todo, el surgimiento de la militancia de la clase obrera en las zonas centrales del capitalismo mundial y los logros de las revoluciones en China, Yugoslavia, Grecia, Indochina e Indonesia, se mostraron aunque desiguales, suficientemente fuertes para salvar la paz mundial y a la URSS. El Pentágono fue obligado a limitarse, por temor a que estas explosiones se multiplicaran. Y a un nivel más modesto, la elección del gobierno laborista en Gran Bretaña en 1945 actuó como un factor de restricción /23.

En última instancia, era cuestión de prioridades. El gobierno burgués de EE UU tuvo que organizar una estrategia de posguerra, cuya primera tarea fue la reestabilización del capitalismo en Europa occidental, Japón y en su propia patria. Se situó en el papel de gendarme mundial del capitalismo, pero limitando su intervención a las guerras locales, es decir, a guerras limitadas de contrarrevolución. Tras la derrota movimiento por la independencia y la revolución griegas, dirigió su atención a Corea. Y éste seguiría siendo el patrón: se mantenían los expedientes de simulacros y preparativos de guerra de los planificadores militares, pero la embestida contra la URSS había sido retirada de la agenda por todo un período. Aún hoy no está en ella.

El imperialismo americano pudo limitarse porque tenía una salida de carácter económico. La opción que escogió entre 1946-48 fue concentrar sus esfuerzos en la consolidación política y económica del capitalismo en los principales países imperialistas y garantizarles suficiente crédito y espacio para desarrollarse, con el fin de iniciar una amplia expansión mundial de la economía capitalista, con base en la cual el capitalismo se estabilizaría política y socialmente en sus principales fortalezas. Por esa prioridad, otras metas fueron subordinadas, incluyendo la "salvación" de China del comunismo y la "reducción" de la URSS a sus fronteras de antes de la guerra y a la impotencia. Ayudado por los partidos locales, comunista y socialdemócrata, cuya forma recordaba claramente la estrategia de la burocracia obrera después de la Primera Guerra Mundial, el proyecto de Estados Unidos demostró ser muy satisfactorio para, exactamente, veinte años: de 1947-48 a 1967-68.

Traducción de Berenice López García para Editorial Fontamara, México 1991.

Notas:

1/ Durante mucho tiempo, los autores comunistas condenaron el Plan Marshall como perjudicial para la economía (capitalista) europea. Una revisión táctica de esta tesis está ahora comenzando. Así Nagels, ex dirigente del PC belga, insiste en su libro Un contre-projet pour I´Europe (Bruselas, 1979) que el Plan Marshall era de crucial importancia para volver a lanzar la economía capitalista en Europa occidental.
2/ The Time for Decision, Cleveland, 1944, p. 332. Ver Horowitz, D (1965) From Yalta to Vietnam: American Foreign Policy in the Cold War, Nueva York. (En castellano: Ediciones de Cultura Popular, Barcelona, 1967). Welles resaltó esta declaración insistiendo en la no interferencia en los asuntos internos de los países de América Latina. Lo mismo obviamente se aplicó el axioma de que los gobiernos de Europa oriental debían ser "cooperativos y propicios" con la URSS.
3/ Fue en la reunión de Moscú con Stalin, en octubre de 1944, donde Churchill escribió sus famosas notas que dividían los Balcanes y Europa oriental en esferas de influencia. Funcionaba de la siguiente manera: Rumania:90% URSS, 10% Gran Bretaña, Bulgaria:75% URSS, 25% Gran Bretaña, Grecia:10% URSS, 90% Gran Bretaña, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia: 50% URSS, 50% Gran Bretaña. Estos porcentajes fueron posteriormente cambiados en tortuosas sesiones entre Eden y Molotov. Churchill,W (1954) The Second World War, Londres, vol. 6, pág. 227.
4/ Reflexiones del almirante Leahy sobre la reunión de emergencia celebrada en la Casa Blanca para prepararse para las discusiones con Molotov, quien llegó a Washington el 22 de abril de 1945. Truman estuvo desacostumbradamente torpe en la posterior reunión con Molotov, quien luego se quejó: "Nunca me habían hablado en esa forma en mi vida". Yergin, p. 83.
5/ Bulgaria, a diferencia de Hungría y Rumania, nunca mandó sus tropas a la Unión Soviética pero las empleó para la ocupación de los Estados vecinos. El Ejército Rojo simplemente entró en Bulgaria. No hubo un solo tiro entre las unidades soviéticas y las búlgaras.
6/ De acuerdo con el diario de Alanbrooke, Churchill le dijo: "Que ahora teníamos algo en nuestras manos que equilibraría la balanza con los rusos. El secreto de este explosivo y el poder para utilizarlo alteraría completamente el equilibrio diplomático, que estaba a la deriva desde la derrota de Alemania" (Citado en Yergia, p. 120).
7/ Ibid, p.117. En Potsdam, Churchill fue reemplazado por Attlee, el nuevo primer ministro, y Eden por Bevin, sin que se produjera ningún cambio en la dirección política de la conferencia. "Solamente los ingleses, con su fantástica capacidad para el empirismo, podían haber admitido a un hombre como Attlee en las filas socialistas", escribió Bidault, ministro de Asuntos Exteriores francés.
8/ El Ministerio de Hacienda finalmente se había salido con la suya en contra del departamento de Asuntos Exteriores respecto a la cuestión de Grecia. Gracias al mal tiempo y a la crisis de combustible de ese invierno, los británicos finalmente decidieron "ponerle fin a nuestro interminable despilfarro de dinero de los contribuyentes británicos para los griegos". Era su intención "presentar el asunto (de Grecia) en Washington de manera que incitara a los americanos a asumir la responsabilidad" (Yergin p. 280). Y esto fue ciertamente lo que pasó: "Los americanos se alarmaron por temor a que Rusia invadiera los Balcanes y el Mediterráneo oriental. Los funcionarios del Tesoro me dijeron, más tarde, que nunca pensaron que el efecto se daría tan rápido y en forma tan contundente" (Dalton, citado por Yergin pp. 280-81).
9/ Citado en ibid, p. 281.
10/ Ibid.
11/ Ibid. p. 283.
12/ The Observer, 3/4/1944.
13/ La exigencia de las reparaciones de la URSS debe oponerse a los antecedentes de la política de "tierra quemada" de Hitler en Bielorusia y Ucrania. En tres órdenes típicas del Wehrmacht (21 de diciembre de 1941, 30 de agosto de 1943 y 7 de septiembre de 1943) se declaró que todas las aldeas debían ser quemadas sin consideración de las consecuencias para sus habitantes; todos los alimentos y herramientas agrícolas expropiadas; todos los campos destruídos; toda la producción de alimentos imposibilitada; todo el equipo industrial, artesanal y de transporte, trasladado. Carell, P. Verbrannte Erde, pp. 463-65 y 293-9.
14/ El embajador americano en Moscú, Harriman, cablegrafió al Departamento de Estado en enero de 1945 diciendo que la Unión Soviética daba "suma importancia" a sustanciales créditos de posguerra como base para el desarrollo de las relaciones soviético-americanas. "A partir de su (de V. M. Molotov) declaración percibí la implicación de que el desarrollo de nuestras relaciones amistosas dependería de un crédito generoso". La solicitud formal de un crédito de seis mil millones de dólares se hizo el 3 de enero de 1945. Pero el 23 de abril Truman le dijo explícitamente a Molotov en Washington que la ayuda económica dependería de un convenio satisfactorio sobre la cuestión polaca. (G. Paterson, P. Ed, "Foreign Aid as a Diplomatic Wapon", en op.cit. pp. 69,70,72)
15/ Es por supuesto escandaloso -refleja la responsabilidad histórica de Bevin- que el mismo partido que en Gran Bretaña apoyó la nacionalización del carbón y el acero se rehusó a hacerlo en el Ruhr, aun cuando los propietarios habían estado entre los principales respaldos financieros de los nazis, habían obtenido mucho provecho de su política de saqueo de Europa e importado trabajo forzado a escala masiva a Alemania.
/16 El PCA obtuvo el diez por ciento del voto popular en las elecciones regionales de Alemania Occidental en 1946-47. Tenía trescientos mil miembros y mantenía posiciones importantes en los sindicatos locales y entre los representantes de los obreros en secciones de fábricas en todo el país.
17/ La clase obrera alemana en ambas zonas de ocupación, oriental y occidental, era muy favorable a la supresión de la propiedad privada de los medios de producción. En la primavera de 1946 se aprobó un referéndum en Sajonia, ocupada por los soviéticos, y en Hessen, ocupada por los americanos, sobre la cuestión de la nacionalización de las industrias básicas. El 77.7% en la primera y el 72% en la última votaron a favor de la expropiación de los capitalistas. Comentando sobre el deseo de Stalin de ver desmantelada la industria pesada alemana, Isaac Deutscher escribió: "No pudo haber ignorado que su plan, tan quimérico como implacable, si se hubiera llevado a cabo, hubiera ocasionado la descomposición de la clase obrera alemana, la principal, si no es que la única fuerza social a la que el comunismo podía haber apelado y cuyo apoyo podía haber conseguido." (Deutscher, Stalin, Harmondsworth, 1982, p. 523. en español, México, Ed. ERA, 1965). Toda la estrategia de Stalin hacia Europa estaba desde luego, basada en la premisa de una profunda desconfianza y especialmente de la clase obrera alemana.
18/ En abril de 1945 Stalin dijo a Tito y Djilas en Moscú: "Esta guerra no es como en el pasado; quienquiera que ocupe un territorio también impone en él su propio sistema social. Cada uno impone su propio sistema hasta donde su ejército tiene el poder para hacerlo" (Djilas, Conversations with Stalin, Harmondworth, 1963, p. 90. En castellano: Barcelona, Seix Barral, 1962). Trotsky había escrito ya en 1939: "Mientras escribo estas lineas la cuestión de los territorios ocupados por el Ejército Rojo todavía permanece oscura... Es más probable que en los territorios planeados para convertirse en parte de la URSS, el gobierno de Moscú realice la expropiación a grandes terratenientes y la nacionalización de los medios de producción. Esta variante es más probable no porque la burocracia siga siendo leal al programa socialista, sino porque no está deseosa ni es capaz de compartir el poder y los privilegios que este último supone, con las antiguas clases dominantes en los territorios ocupados" (The USSR in War", 25 de septiembre de 1939, en Trotsky, L. (1942) In defense of Marxism, Nueva York, p. 18. En castellano: Barcelona, Fontamara, 1980).
19/ De acuerdo con Jacques Hannak, en Austria, Renner, que fue instalado como presidente y bajo quien se estableció un gobierno de coalición con la participación del PC tan pronto como el Ejército Rojo entró en Viena, realmente logró engañar a Stalin . Stalin pensó que tenía el dominio del chantajista con el antiguo líder socialdemócrata. El hecho de que Renner públicamente hubiera solicitado apoyo para el Anschluss durante el referéndum de 1938, posiblemente desempeñó cierto papel en esta apuesta. Pero Renner juzgó correctamente que las masas austríacas no estaban interesadas en su comportamiento de siete años antes sino que lo juzgaría por la forma en que defendiera la independencia de Austria contra las fuerzas de ocupación soviéticas aquí y ahora. Esto es lo que pasó. Primero, Renner aceptó a un comunista como ministro del Interior en el gobierno de coalición. Pero cuando el PC sufrió una derrota demoledora en las elecciones del 25 de Noviembre de 1945, el comunista fue reemplazado por el socialdemócrata Helmes, quien fácilmente evitó que el PC conectara con el movimiento de huelga de 1947 (Jacques Hannak, Kark Renner und seine Zeit, Viena, 1965, pp. 669-87). Es interesante señalar que, en su oposición sistemática hacia los gobiernos de coalición con la participación comunista en Europa oriental y central, los imperialistas británicos y americanos protestaron enérgicamente por la creación del gobierno provisional de Renner por los soviéticos; corrigieron su opinión más tarde. Es verdad que "más tarde" Austria tenía sus propias fuerzas armadas.
20/ Sherwood, Robert E. pp. 400-01, 710, 713, 715-16.
21/ Varios autores soviéticos -así como algunos autores en Occidente- tienden a exagerar este asunto. De hecho, Hitler primero había retirado las divisiones desbaratadas del frente oriental para hacer posible la ofensiva de las Ardenas. Toda la evidencia disponible confirma que la ofensiva ya había terminado -en primer lugar a causa de la falta de combustible para los tanques alemanes- y los americanos ya habían pasado a la contraofensiva, antes de que el Ejército Rojo atacara el frente del Oder o antes de que cualquier división alemana se retirara del frente occidental al oriental.
22/ La diferencia hecha por las tropas americanas en Europa está bien ilustrada por la crisis sobre Trieste a mediados de mayo de 1945. Cuando el ejército de guerrilleros yugoslavos trató de extender su ocupación sobre esta zona, Truman pidió a Eisenhower, por medio del general Marshall, que mandara tres divisiones al Paso Brenner o arriba de Trieste. Marshall contestó que Eisenhower estaba preparado para mandar cinco divisiones. Truman solicitó al almirante King buques de la armada americana para llevarla al Adriático. El general Arnold dijo a Truman que varios escuadrones de la fuerza aérea estaban listos para ponerse en movimiento en cualquier momento. Truman cablegrafió todo esto a Stalin y la crisis fue solucionada. Truman, Memoirs, vol.1 pp. 249-50.
23/ La intervención de Attlee contra el plan de MacArthur de utilizar la bomba atómica en Corea después de la derrota masiva de las fuerzas americanas a manos del Ejército de Liberación del pueblo chino, fue probablemente uno de los factores clave para evitar su legitimación después de Hiroshima y Nagasaki.

(*) Ernest Mandel (1923-1995), economista marxista belga, fue autor de obras fundamentales como el Tratado de Economi´a Marxista (1962), El Capitalismo Tardi´o (1972) y Las Ondas Largas del Desarrollo Capitalista (1978 y 1995). Como dirigente de la IV Internacional fue autor de numerosos libros de ana´lisis y cri´tica poli´tica, entre ellos El Significado de la Segunda Guerra Mundial.

Fuente: http://www.ernestmandel.org/es/escritos/txt/las_consecuencias_de_la_2_guerra_mundial.htm


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