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Lenin 150: La centralidad de la hegemonía (I)

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Por Lars T. Lih (*)

Lenin ha sido calificado de muchas maneras. Sus admiradores pueden describirlo como el padre de la Unión Soviética, el fundador del movimiento comunista internacional o un gran teórico marxista.

Sus detractores pueden contradecir con afirmaciones como un 'fanático sectario' y/o un 'elitista muy cínico' y/o un 'increíble demagogos', o quizás simplemente, el  fundador de la Unión Soviética. Pero trabajemos desde una nueva y original perspectiva: consideremos cómo el propio Lenin definió constantemente su propia identidad política, y luego intentemos situar esa identidad en un contexto histórico.

Durante la mayor parte de su carrera política, Lenin se identificó como el dirigente de la "socialdemocracia revolucionaria" en Rusia. "Socialdemocracia revolucionaria" fue el nombre que se le dio al ala izquierda de la socialdemocracia internacional en la época de la Segunda Internacional en las décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial. En 1917-18, Lenin rechazó la etiqueta de "socialdemócrata" a favor de la de "comunista", porque creía que la bandera de la socialdemocracia había sido arrastrada por el barro por los partidos de Europa occidental que habían apoyado el esfuerzo de guerra de sus respectivos gobiernos. Sin embargo, este cambio de nombre no fue un rechazo, sino una afirmación angustiada de su identidad política. En la mente de Lenin, él había sido el que se había mantenido fiel a los principios de la socialdemocracia revolucionaria de antes de la guerra, mientras que los líderes de la mayoría de los otros partidos en la Segunda Internacional habían sido unos renegados que habían traicionado la teoría marxista. En este sentido, sus escritos durante la guerra insistieron agresivamente en su propia falta de originalidad, alegando que su posición se basaba firmemente en el consenso anterior a la guerra de la socialdemocracia revolucionaria.

Para comprender la identidad política de Lenin, no deberíamos apresurarnos y centrarnos solo en aquello que era específicamente suyo. Deberíamos comenzar a principios de la década de 1890, cuando el joven Vladimir Ulyanov configuraba su identidad política, y mirar con sus ojos al movimiento socialista en Europa occidental. Marx y Engels se diferenciaron de otras corrientes socialistas no tanto por su concepción de la naturaleza de la sociedad socialista como por su concepción de la vía al socialismo. Mientras que otros socialistas entendían el socialismo como algo llevado a los trabajadores para aliviar su sufrimiento, Marx y Engels lo vieron como algo creado por los trabajadores, actuando como una clase. El núcleo del legado de Marx a la socialdemocracia revolucionaria es la idea de la misión histórica mundial del proletariado de alcanzar el poder estatal como clase y utilizar este poder para construir una sociedad socialista.

Una serie de implicaciones cruciales surgieron de esta visión. Primero, el proletariado tenía que estar preparado para su misión histórica mediante la comprensión de la naturaleza de su misión que, gracias a la organización, le permitiría actuar como clase. Las formas prácticas y concretas utilizadas para llevar a cabo esa comprensión y la organización del proletariado fueron desarrolladas en el terreno por generaciones de activistas, particularmente en Alemania. El resultado fue el "modelo SPD" inmensamente influyente: es decir, el conjunto de técnicas empleadas por el Sozialdemokratische Partei Deutschlands. La pieza central del "modelo SPD" fue una enorme prensa socialista, con cientos de periódicos que fomentaron una identidad de clase específica de los trabajadores. Otras herramientas del "modelo SPD" fueron la agitación directa, manifestaciones, panfletos, campañas electorales, sindicatos afiliados a los partidos, todo tipo de organizaciones culturales voluntarias, como las sociedades corales, e incluso el uso generalizado de tabernas como sitios de reunión. La lógica del "modelo SPD" puede resumirse como una campaña permanente para inculcar el sentido de su misión en la vida cotidiana de los trabajadores.

Kautsky

El "modelo SPD" dependía de manera crucial en la existencia de alguna medida de las libertades políticas en la sociedad en su conjunto, es decir, libertad de prensa, de reunión, de organización y similares. Por lo tanto, otra implicación fundamental de la misión histórica mundial del proletariado era que el socialismo tenía un interés vital en las revoluciones 'democráticas' anti-absolutistas, un compromiso que distinguía a los marxistas de la mayoría de las otras corrientes socialistas del siglo XIX. Otra implicación se hizo más evidente a medida que avanzó el siglo. En la década de 1840, cuando se escribió el Manifiesto Comunista, a la burguesía se le dio el papel de dirigente de las fuerzas anti-absolutistas, con el proletariado como socio menor. Pero la burguesía se interesó cada vez menos en una reforma democrática profunda, mientras que el proletariado superó su estado primitivo original y formó partidos como el SPD. Como resultado, el proletariado tuvo una nueva misión histórica, aunque subsidiaria: actuar como dirigente de la revolución democrática, al frente del narod, das Volk, le peuple, es decir, las clases "democráticas" subordinadas de la sociedad en su conjunto. A principios del siglo XX, los socialdemócratas rusos le dieron a este papel de liderazgo el nombre de hegemonía, pero la lógica básica era originaria y parte integrante de la socialdemocracia revolucionaria.

El principal portavoz de la socialdemocracia revolucionaria fue Karl Kautsky, un hecho que explica su extraordinaria importancia en la perspectiva y los escritos de Lenin. Por supuesto, Lenin formó su propio juicio independiente sobre los diversos temas que leyó en los escritos de Kautsky (Marx, el "modelo SPD", el colonialismo, y otros), pero casi siempre estuvo de acuerdo con la opinión de Kautsky. Kautsky pudo expresar los principios esenciales de la socialdemocracia revolucionaria en varias formulaciones contundentes. La idea de misión histórica está implícita en su definición de la socialdemocracia como "la fusión del socialismo y el movimiento obrero": es decir, el papel imprescindible de los militantes obreros para convertir los ideales del socialismo en realidad. Lenin le hizo un cumplido extravagante a Kautsky cuando comentó que la famosa fórmula de Kautsky "reproducía las ideas fundamentales del Manifiesto Comunista".

Kautsky también insistió (en una formula inmediatamente adoptada por los socialdemócratas rusos) en la importancia primordial de la libertad política:

"Estas libertades [de asociación, de reunión, de prensa] son la "luz y el aire" del proletariado; quién las deja marchitar o las confisca, el que evita que el proletariado luche por ganar estas libertades y extenderlas, esa persona es uno de los peores enemigos del proletariado".

Finalmente, la idea detrás de la hegemonía, el liderazgo proletario del pueblo en general, también fue expuesta por Kautsky a principios de la década de 1890, cuando afirmó que la socialdemocracia debe convertirse en "el representante no solo de los trabajadores asalariados industriales, sino de todos los estratos laboriosos y explotados, y por lo tanto, la gran mayoría de la población, lo que comúnmente se conoce como Volk".

Todos estos principios tuvieron una inmensa relevancia para Rusia, como veremos. Y para comprender completamente lo que los escritos de Kautsky significaron para Lenin, necesitamos saber que Kautsky no solo enuncia principios generales, sino que también desempeñó un papel directo en la elaboración de su aplicación en Rusia. Su contribución fue particularmente importante en el caso de la hegemonía y, como todas las facciones en Rusia entendieron, sus intervenciones generalmente favorecieron a los bolcheviques. Todo esto explica la furia titánica de Lenin cuando sintió que Kautsky había traicionado sus propios principios después de 1914: Lenin comparó obsesivamente al "renegado Kautsky" con "Kautsky cuando era marxista".

Volvamos ahora al joven revolucionario ruso que definió su identidad política a principios de la década de 1890. Para 1894, Lenin había asimilado completamente la lógica de vanguardia de la socialdemocracia revolucionaria y había esbozado su aplicación a Rusia en particular. Su primer escrito político importante termina con la siguiente oración cuidadosamente construida (énfasis de Lenin):

"Cuando los representantes avanzados de esta clase asimilan las ideas del socialismo científico, la idea del papel histórico del trabajador ruso, cuando estas ideas reciben una amplia difusión, cuando se crean organizaciones duraderas entre los trabajadores que transforman la actual guerra económica sin coordinación de los trabajadores en una lucha de clases intencional: entonces el obrero ruso, situado a la cabeza de todos los elementos democráticos, derrocará el absolutismo y guiará al proletariado ruso (al lado del proletariado de todos los países) por el camino directo de la lucha política abierta hacia la victoria de la revolución comunista".

Todos los elementos constitutivos de la socialdemocracia revolucionaria se expresan aquí claramente y se sitúan en un contexto específicamente ruso: el papel asignado por la historia a los trabajadores rusos, la necesidad de explicación y organización, el imperativo de derrocar al absolutismo y la posición del proletariado a la cabeza de todos los elementos democráticos. Sorprendentemente, Lenin vivió para ver todos estos elementos puestos en práctica, pero no sin algunas decepciones amargas y ajustes importantes.

Primera década

Una simplificación útil divide la carrera política de Lenin en tres décadas, cada una con su enfoque principal particular. El foco de la década 1894-1904 fue la creación de un partido socialdemócrata implantado en toda Rusia. Algunos observadores en ese momento (y aún hoy) pensaban que el marxismo, el análisis del capitalismo y la visión del socialismo basado en la industria avanzada, apenas eran aplicables a la Rusia zarista, con su economía atrasada y su rudimentaria clase trabajadora. A lo sumo, al parecer, el marxismo prometía una sociedad mejor en un futuro lejano. La lógica de la socialdemocracia revolucionaria, sin embargo, otorgaba a los marxistas rusos un papel positivo y estimulante que desempeñar incluso en la Rusia atrasada. Podían comenzar a propagar sus ideas y organizar incluso a una clase obrera incipiente, y de hecho tuvieron un éxito temprano y alentador en la dirección de huelgas. Los socialdemócratas rusos también tenían un objetivo político inmediato: el derrocamiento del absolutismo zarista y la conquista de las libertades políticas. Incluso podían reclamar un papel central en la vida política rusa al afirmar la hegemonía proletaria en la próxima revolución anti-zarista.

La socialdemocracia revolucionaria ofreció así una salida al callejón sin salida de la tradición revolucionaria rusa en la década de 1880. Un observador británico informado, escribiendo en 1905, describe la década de 1880 como la recordaban los socialistas rusos:

"Llegamos así a principios de los años 80. Considerese la situación: el Partido de la Voluntad del Pueblo [Narodnaya Volya] tirado en el suelo roto y exhausto, la reacción desenfrenada, todo lo que había sido hace poco tiempo esperanza, ahora desanimo y amargura. ¿A dónde acudiremos para luz y orientación? ¿Al pueblo? Está mudo ¿A la clase obrera? No existe. ¿A las clases educadas? Todos están hundidas en el pesimismo, conscientes de su debilidad. ¿Qué hacer? ¿Se ha perdido toda esperanza? ¿No hay salvación para Rusia? En este momento de oscuridad y desesperación, una voz nueva y extraña resuena en el espacio: una voz llena de dureza y sarcasmo, pero vibrante de esperanza. Esa es la voz de la socialdemocracia rusa".

El desafío inmediato para aplicar la socialdemocracia revolucionaria a las condiciones rusas fue la completa falta de libertad política. ¿Cómo podía aplicarse el "modelo SPD" de una campaña permanente sin periódicos, manifestaciones o campañas electorales legales, en resumen, sin un partido socialdemócrata legal? La respuesta -como en Alemania, fue elaborada en el terreno por una larga serie de activistas, pero después recibió una exposición elocuente en ¿Qué hacer? de Lenin (1902) - fue crear un partido clandestino que combinara, en la mayor medida posible, contactos estables con la base de masas trabajadora con la protección contra el acoso y el arresto de la policía. El resultado se puede llamar un partido clandestino (konspiratsiia), ya que la palabra rusa konspiratsiia no significa 'conspiración' (y de hecho generalmente se traduce más bien como 'clandestino'), sino el conjunto de reglas que le permitieron al partido escapar del aislamiento auto-impuesto de una conspiración genuina (zagovor en ruso). De hecho, konspiratsiia se puede definir como "el bello arte de no ser arrestado".

El papel de los "revolucionarios profesionales" era hacer que este tipo de partido clandestino fuera viable: Lenin popularizó este término, pero fue adoptado por todo el movimiento socialista clandestino, porque defendía un formato familiar y necesario. La idea extendida de que Lenin inventó un "nuevo tipo de partido" que apuntaba a una casta conspiratoria de revolucionarios profesionales, reclutados únicamente de la intelectualidad, no es verdad. De hecho, el ideal del partido konspiratsiia y el papel del revolucionario profesional eran necesidades funcionales de cualquier partido político clandestino (y antes de 1905 todos los partidos rusos eran clandestinos) y, como tales, fueron totalmente aceptados en todo el espectro socialista.

El partido konspiratsiia, por lo tanto, representaba el "modelo SPD" aplicado a las condiciones muy poco propicias del absolutismo zarista. Debido a la represión zarista, el partido konspiratsiia tuvo que ser un partido clandestino ilegal. Pero, en la medida de lo posible, imitaría al modelo SPD alemán. Por ejemplo, Lenin hizo de un periódico político, Iskra, la pieza central de su plan para construir un partido ruso. Lejos de preocuparse por los trabajadores y sus supuestas tendencias reformistas (el núcleo de la interpretación habitual de los libros de texto sobre Lenin), todo su plan dependía de su certeza de que los trabajadores responderían al mensaje socialdemócrata, incluso cuando el mensaje se transmitía a través de un periódico clandestino difícil de obtener y de leer. Y, de hecho, Iskra se convirtió en un periódico muy influyente.

El objetivo político a corto plazo de este partido era el derrocamiento revolucionario del absolutismo para lograr las libertades políticas imprescindibles para lo que Lenin llamó en 1894 la "lucha política abierta". Por lo tanto, el programa político de Lenin se puede resumir de la siguiente manera: construyamos un partido lo más parecido posible al SPD alemán en las condiciones del Zarismo, para derrocarlo y construir un partido aún más parecido al SPD alemán.


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