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Elecciones en Uruguay: Un salto hacia el 1999

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Por Esteban Valenti (*)

Los resultados electorales tienen una ventaja, se transforman en números y porcentajes que, naturalmente hay que interpretar, pero que tienen mensajes muy claros, porque pueden compararse y tratar de ser lo más precisos posibles y formularse las preguntas de manera muy exigente.

¿Qué pasó en estas elecciones del 2019? El dato más notorio es que luego de gobernar durante 15 años, el Frente Amplio dio un salto hacia atrás de 20 años pero mucho peor. Con un porcentaje de votos entre del 39.03%, en 1999 el Frente Amplio obtuvo el 40.10%. En 20 años, 15 de los cuales gobernando, perdió 194.000 votos, uno de cada cinco electores del FA de las últimas elecciones, las del 2014, no votaron al FA este año. Este es el dato más importante de esta vuelta electoral. Tanto desde el punto de vista político electoral, como ideológico-cultural.

Con una "pequeña" diferencia, en 1999, Rafael Michelini obtuvo 4.44% y en ese momento estaba afuera del Frente Amplio-Encuentro Progresista, pero brindó su apoyo en segunda vuelta a la fórmula Tabaré Vázquez - Rodolfo Nin Novoa, que alcanzó en segunda vuelta el 45.87% contra el 54.13 de la fórmula Jorge Batlle - Luis Hierro López Partido Colorado). Las cifras son concluyentes en cuanto al retroceso de 20 años en el porcentaje de votación del FA, mejor dicho, peor en relación a todos los votos de la izquierda.

Pero hay otro cambio muy importante, en el año 1999 los dos partidos tradicionales que se coaligaron en segunda vuelta, obtuvieron en la primera ronda electoral 55.1% y en el balotaje, unidos ambos partidos perdieron 1% de sus votos. Los líderes de ambos partidos eran sin duda del ala derecha o más liberal, en el sentido económico-social de ambos partidos, Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle Herrera.

Veinte años después se ha producido un cambio cultural e ideológico transformado en votos, muy importante, ambos partidos suman en el 2019 el 40.99% del total de los votos, pero a ello hay que agregarle el 11.00% de votos a Cabildo Abierto, es decir que el eje ideológico político de la oposición se ha corrido notoriamente hacía la derecha. Ese es el segundo resultado más visible de estas elecciones nacionales, el serio y consistente reforzamiento de la derecha en el Uruguay, que aunque nadie en este país quieren que lo llamen de derecha, todas las indicaciones son muy precisas y claras, en torno a Cabildo Abierto se han agrupado personas y trayectorias claramente de derecha. Es un fenómeno nuevo que debemos analizar. No cayó del cielo.

¿Estos elementos, de la composición de la sociedad en su conjunto, luego de gobernar 15 años un Frente Amplio que se auto define claramente como de izquierda, no se deben considerar con atención? ¿No son un retroceso claro para cualquier visión progresista, más allá de la pérdida de 8 diputados y 2 senadores y por lo tanto de la mayoría parlamentaria? ¿O todo hay que analizarlo desde el poder y los sillones?

Hay otro cambio muy importante. En 1999 el Frente Amplio expresaba en su votación y en su bancada de 40 diputados y 12 senadores un espectro equilibrado y representativo de un amplio conjunto político, social, cultural e ideológico, mientras que en estas elecciones el MPP a pesar de que el también perdió 60 mil votos, es por lejos la primera minoría con 300 mil votos y obtiene 24 de los 42 diputados , es decir tiene la mayoría absoluta de la bancada con el 57% de los cargos y si se le suman los 5 diputados de la 1001 (PCU) aliados habituales del MPP, y los 3 diputados elegidos por el Partido Socialista con su nueva orientación ortodoxa, se llega a los 30 diputados, es decir al 71% de los diputados del FA.

Pero hay otros datos preocupantes e importantes: la Redes Frenteamplistas que por primera vez se lanzaron al ruedo electoral apoyando a la candidatura al senado, la de Mario Bergara (2 senadores) obtuvieron un solo diputado; sí, 2 senadores y un solo diputado. Aunque usted no lo crea, el caso de la Vertiente Artiguista es todavía peor, obtuvo 2 senadores y ningún diputado; además desaparecieron de la Cámara Baja los representantes de la Alianza Progresista, lista 738 que paradójicamente tiene una senadora y en la legislatura pasada tenía dos diputados, mientras un representante de Sendic fue electo por la lista 609 (MPP) lo que tiene un claro significado político, no fueron electos ni el senador Rafael Michelini (1 diputado) ni Constanza Moreira y ningún representante de lo que anteriormente se llamó el Casa Grande y la Liga Federal de Darío Pérez perdió su propia banca y quedó con un solo representante por 33. Un capítulo aparte es la situación de Asamblea Uruguay, una de las grandes fuerzas integrantes del FA desde 1994, que retrocede, como todo el Frente Líber Seregni que directamente desaparece y tiene un solo senador, Danilo Astori y tres diputados. Tenía 3 senadores y 9 diputados en las elecciones del 2014.

En resumen, el FA es hoy mucho menos plural, mucho menos representativo en todos los planos en relación a 1999 y además el conjunto de la sociedad no se desplazó hacia el centro como afirmaban casi todos los analistas, sino que se corrió claramente hacia la derecha. Este es un nuevo y muy diferente Frente Amplio, no solo que el que nació en 1971, sino del que ganó las anteriores 3 elecciones.

El Frente Amplio en estos 15 años cavó una profunda zanja con el resto de todos los partidos del Uruguay, no hay un solo partido que se sume a su fórmula en el balotaje, ni siquiera Unidad Popular, ni el PERI. ¿Ese no es un mensaje de prepotencia, de uso del poder por encima de toda consideración estratégica?

La segunda pregunta obligada que deberíamos tratar de responder todos, en primer lugar el propio Frente Amplio y con el mayor rigor, son las causas de este proceso y hay que analizarlas de manera dinámica, no como una foto de un momento sino como parte de un proceso y su tendencia.

La primera causa de este fuerte cambio de tendencia luego de 15 años de gobiernos del FA es la caída de la imagen y la aprobación aguda que tuvo el Frente entre el segundo y el tercer gobierno (Mujica y Vázquez 2), es un balance de parte de la ciudadanía de la obra de esos gobiernos, en la economía y la gestión en su conjunto y su impacto social, la inseguridad y en tercer lugar de la enseñanza. Aunque los dos primeros aspectos son los fundamentales.

Nadie puede negar - las cifras cantan - que la situación económica y social del país comparada con el 2004 tuvo una mejora constante y muy notoria, pero las elecciones muestran que nadie puede negar - los números electorales también cantan - que hay un descontento creciente de un amplio sector de la sociedad con la acción de este gobierno y del anterior. Y no es nada exótico, el primer gobierno de Tabaré Vázquez fue un buen gobierno y a partir de allí las cosas cambiaron lenta pero permanentemente. Y si no impactaron en las elecciones del 2014, fue porque los peores números y las peores cosas, ANCAP, el despilfarro en proyectos fracasados, el crecimiento del déficit público y el endeudamiento, la caída del empleo y otras señales, se comenzaron a conocer y a sentir luego del 2015. Y nadie, se atrevió desde el oficialismo a hacer un análisis medianamente crítico de la situación. No para la galería, sino para corregir, para "hacerlo mejor", que es lo que proponen ahora.

La primera causa del retroceso fue la gestión de los dos últimos  gobiernos del FA, incluyendo otra larga lista de situaciones mucho más incómodas, como la corrupción en ANCAP, las pérdidas multimillonarias, la alegre gestión en las entes y empresas del Estado, el clientelismo político en diversos aspectos de la labor del Estado, incluyendo el MIDES y sus fracasos.

Con una diferencia no pequeña, mientras que algunos sectores les fue mucho mejor, por ejemplo a la 1001 que manejó todo su peso a través del "gobierno en disputa" y es el gran defensor de Maduro y su dictadura, aumentó sus votos y sus legisladores en forma importante. Bergara que fue el Ministro de Economía de José Mujica a todos los efectos y que triunfó ampliamente sobre Astori el responsable directo de los mayores éxitos económicos de los gobiernos FA y esto sumado a la disolución y desaparición del FLS, que en diputados pasó de 9 a 4 diputados (3 Astori, 1 de la 99000 Michelini y ninguno de la 738). Bergara obtuvo 1 diputado...Agreguemos que el Partido Socialista a pesar del apoyo directo del candidato a Presidente, perdió la mitad de sus votos y tres legisladores (una senadora y tres diputados)

Este que emerge de las elecciones del 2019 es otro Frente Amplio, por el peso inexorable de los hechos, por la mayoría absoluta en ambas cámaras, en la Asamblea General y en el Plenario y en el Congreso del FA del MPP, PCU y PS ortodoxo. Esto es otro Frente Amplio. Y las consecuencias se verán en muy poco tiempo, en el balotaje, en las relaciones sociales, en las posiciones internacionales, en las definiciones programáticas, en todo.

Este cambio en la estructura del FA no tiene nada que ver ni con la militancia, ni refleja al pueblo frenteamplista, ni siquiera con los resultados electorales, el bloque MPP-PCU-PS no obtuvieron ni de cerca el 71% de los votos, que si tienen en la Cámara de Diputados. La dispersión en 396 listas  del FA favoreció a algunos y destruyó a otros. Ganaron los que saben manejar mejor el poder. La atomización de las listas departamentales, no es un error de ingeniería electoral, es parte del proceso de cambio de la esencia del FA. ¿Alguien cree realmente que hay centenares de visiones políticas, ideológicas, programáticas diferentes en el FA a nivel nacional y departamental. NO. Es que el poder le pudrió el alma y personificó las disputas a esos niveles, y los grandes se quedaron con todo.

Ahora las explicaciones y justificaciones se orientan a criticar a la campaña del FA. Que realmente fue mala y que no se enfocó en ninguno de los temas centrales de disputa para ganar votos en los sectores políticos, sociales y culturales descontentos, se concentró en defender lo hecho y prometer hacerlo mejor, ayudando a un tipo de polarización que le servía a la oposición. Que se salteó un mínimo creíble de autocrítica y de colocarse del lado de los que no están en el poder desde hace 15 años, que cometió errores como la elección de la candidata a vice, sin ninguna justificación creíble.

Pero el problema más grave no es la campaña ni la fórmula y sus debilidades y de la tendencia a hablarse a sí mismos, a los convencidos, lo determinante es que la gente percibe que lo que se viene para los próximos cinco años es más y mejor de lo mismo y eso no le alcanza. Como no le alcanzan los buenos resultados del primer gobierno, ya los comió y los digirió, ahora reclama otras cosas muy diferentes en muchos sectores.

Otros análisis que haremos más adelante son las causas de la derechización de la sociedad uruguaya que a diferencia de lo que muchos analistas afirmaron, no fue hacia el centro. En ese análisis corresponde considerar los errores profundos y graves de la política hacia los militares de los dos últimos gobiernos del FA, incluyendo la Verdad y la Justicia y el peso determinante de la inseguridad, del cambio en la calidad de vida de los uruguayos, en particular de los más humildes y frente a la inseguridad aparece la eclosión del pequeño pero potente enano derechista que todos llevamos dentro frente al delito y a los delincuentes, incluyendo los delincuentes de cuello blanco, que por primera vez en la historia aparecieron fuerte dentro del Frente Amplio. Y eso no se tapa por comparación con otros corruptos.

(*) Periodista, escritor, militante político de izquierda, director de Uypress y Bitácora.

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