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Después de todo, eso ya lo sabe. Piense, por favor, lo qué debería suceder el próximo lunes por la mañana (la noche del domingo déjela para los festejos esperados).
Y la agenda del lunes es evidente. O hay negociaciones para el próximo gobierno de António Costa con la izquierda o no las hay. Si no las hay, y es lo que el PS, a lo largo de su campaña, ha dicho preferir, tema cerrado. Sería la opción de convertir al gobierno en un comité electoral, continuando durante años el sorprendente registro de los últimos tiempos contra los partidos "problemáticos", incluso si estos son los que han garantizado los acuerdos de mayoría al PS durante los últimos cuatro años. Si fuera necesario apostar, quizás gane quien adivine este escenario en el que el PS, solo queriendo la mayoría absoluta, le dará la espalda a la izquierda si no la consigue. Pero hay otra hipótesis más, y puede haber negociaciones si los resultados de las elecciones así lo dictan y el PS reorganiza sus prioridades.
Lo que quedó sin terminar
En caso de negociaciones, y sin ser exhaustivo o jerárquico, creo que hay dos conjuntos de temas que serán prioritarios en la agenda. El primero es la concretización difícil de los expedientes en los que ha habido un esbozo de consenso hasta la fecha. Primer ejemplo, el Sistema de Salud Público (SNS). Con la nueva ley de base, el trabajo comenzó, pero las buenas intenciones no contratan anestesistas u obstetras, médicos de familia, enfermeras especializadas ni reparan equipos. Por tanto, ahora tenemos que llevar a cabo un plan de inversión y contratación, resolver las licitaciones en plazo y comenzar a construir nuevos hospitales. Falta el dinero y la gente.
Segundo caso, la ley de base de vivienda y la esperada derogación de la ley Cristas (para desalojos). Nuevamente, buenas normas, ahora tenemos que comenzar a aplicarlas. Será una elección difícil entre un programa mínimo para satisfacer la necesidad de las personas sin hogar o un ambicioso programa de vivienda para conseguir alquileres más bajos para todos. El ritmo de ambos dependerá del acceso a los fondos estructurales, así como del esfuerzo presupuestario y de la construcción social del programa, movilizando la propiedad pública y cooperando con los propietarios sin recursos.
El tercer ejemplo es el de los cuidadores informales. Cumplir con la ley será un gran esfuerzo, por lo que debe comenzar por lo realizable en la Seguridad Social, en la carrera contributiva de aquellos que cuidan a sus dependientes. El primer paso ya supondrá un nuevo mundo de respeto.
Y lo que queda por hacer
La segunda categoría de temas en la agenda de este lunes es aún más difícil, y me limito a algunos ejemplos. La Ley del Trabajo estará entre los problemas más complejos. Recién aprobada, hay una norma bajo consideración en el Tribunal Constitucional, la resistencia será inmensa contra cualquier cambio. Además, hay varios problemas: período a prueba, trabajo por turnos, pago de horas extras, trabajo temporal. Y luego otro: si el Gobierno otorga a la patronal derecho de veto sobre el ajuste del Salario Mínimo Nacional, ya tienen la respuesta, queridos lectores, de porque rechaza los acuerdos con la izquierda. Si los quiere, una negociación sobre todos estos temas podría avanzar hacia un acuerdo global.
Segundo problema, menor: el estatuto de los servicios postales (CTT). El gobierno tiene el cuchillo y el queso en la mano, los accionistas están hambrientos y son incompetentes y sería una opción barata recuperar el control de la compañía pagando el precio apropiado a quienes no cumplieron con el acuerdo de concesión.
Finalmente, un tercer tema, el cambio climático. Por razones obtusas, el gobierno rechazó la declaración de emergencia climática que le impuso el Parlamento. Una vez más, buenas intenciones. En este caso, se trata de revisar las fechas de cierre de las centrales termoeléctricas, pero también, por supuesto, más audaz, de reducir el automóvil en las ciudades y acelerar la costosa construcción de alternativas, comenzando por el ferrocarril.
¿Es una agenda pequeña? Estas son prioridades razonables, y habrá más. Lo que es evidente es que Portugal no puede escatimar ese esfuerzo.
(*) Francisco Louça catedrático de economía de la Universidad de Lisboa, ex parlamentario y miembro del Bloco de Esquerda, actualmente es Consejero de Estado.
Fuente: https://www.esquerda.net/opiniao/um-guiao-simples-para-manha-de-segunda-feira/63698
Traducción: G. Buster
