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Mientras Trump hace la guerra con sanciones, la UE se inclina silenciosamente ante el “soberano”

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Por Alberto Negri (*)

Estamos en vísperas de una guerra librada con sanciones, lo que es acaso preludio de un mayor conflicto: económico, energético y militar. Esta es la situación que quería la administración Trump cuando salió del acuerdo nuclear con Irán de 2015, situación que ahora compromete directamente a los estados europeos. 

Los estados europeos han aprobado sanciones a ciertos aliados de Irán, como es el caso de Siria con Asad, pero al mismo tiempo les gustaría mantener su relación con la República Islámica. Las contradicciones no acaban ahí. Las medidas políticas, tan amigas de sancionar, de Trump podrían dirigirse bien pronto también contra China y Rusia, que tienen estrechos lazos comerciales tanto con Teherán como con Europa.   

Beijing todavía importa petróleo iraní, pese a haber expirado la exención de seis meses concedida por los norteamericanos a ocho países, un periodo durante el cual, pese a estar Italia en la lista, el ENI se negó a comprar una gota de petróleo iraní. Así sucede debido a que nuestros "soberanistas" se han inclinado ante el verdadero "Soberano" (es decir, los EE.UU.) y se han puesto en fila detrás de Washington, tal como pareció mostrar la visita de Salvini a Washington. .

Putin visitó Italia, no tanto para llegar a nuevos acuerdos o sortear las sanciones de la UE a causa de Ucrania como para asegurarse antes bien de que Italia no recorte sus compras de gas ruso debido al aumento de las presiones norteamericanas sobre Europa.

El hecho de que la tensión esté aumentando lo demuestra la captura cerca de Gibraltar de un petrolero, que transportaba crudo iraní y se dirigía aparentemente al puerto sirio de Tartús, por parte de treinta soldados británicos que actuaban siguiendo instrucciones de los Estados Unidos.
Por supuesto, no es la primera vez que los británicos han actuado como músculo ejecutor de las sanciones norteamericanas: de sobra lo saben las empresas italianas que mantienen relaciones con Teherán. Irán amenaza ahora con represalias, mientras que el secretario de Seguridad Nacional de los EE.UU., John Bolton, calificaba el suceso de "excelente noticia". No se puede evitar advertir que es la primera vez que se ha capturado un buque, aunque la guerra en Siria lleve ocho años activa.  

Nada hay que pueda denominarse "excelente" en esta relación: estamos yendo hacia un periodo de enorme tensión y de espinosas cuestiones diplomáticas. Es el "caos creativo" norteamericano vuelto a cocinar el que ha desestabilizado Oriente Medio de nuevo. Entretanto, el domingo se cumplió el final del plazo de sesenta días concedido a Irán  por sus socios europeos para que se avenga a las condiciones del acuerdo nuclear que cerraron con Teherán.

La república Islámica ha anunciado que si los europeos no se atienen a los términos del acuerdo para esta fecha límite, continuará enriqueciendo uranio al 5%, por encima del nivel estipulado en el acuerdo (3.67%). Sin embargo, si Europa hiciera que funcionase el sistema INSTEX, destinado a sortear las sanciones norteamericanas, el embajador iraní en Rome, Hamid Bayat, declaró que Irán estaba dispuesto a dar marcha atrás y cejr en el enriquecimiento de uranio.

Irán no tiene intención alguna de abandonar el acuerdo, como hicieron los EE.UU. con Trump, pero si no se hace nada para esquivar las sanciones, el acuerdo -según Bayat- podría encaminarse a una desintegración automática.

Por ende, el sistema de INSTEX para las transacciones en euros podría acabar abarcando no solo a Irán, sino también a Moscú y Beiying en un próximo futuro.

La cuestión de las sanciones contra Rusia, impuestas a cuenta de la crisis de Ucrania, podría convertirse en algo particularmente apremiante si los EE.UU. decidieran adoptar otras medidas restrictivas contra Moscú o Beiying en el futuro (véase, por ejemplo, el caso de Huawei). No hay más que pensar en las continuas presiones contra los países europeos que importan gas ruso.

Los EE.UU. han condescendido sólo a que Alemania construya el oleoducto Nord Stream hasta Moscú a cambio de adquirir gas licuado de origen norteamericano. Las tensiones podrían aumentar todavía más cuando se concluya el Turkish Stream que conectará Moscú y Ankara. Turquía es uno de los compradores más importantes de gas ruso, junto a Alemania e Italia.  

Muchos trabajaban con la ilusión de que el viaje de Putin a Roma pudiera representar un giro en las sanciones europeas impuestas a Moscú. Pero el líder del Kremlin nunca había considerado siquiera esa posibilidad. El viaje, además del encuentro con el Papa en el Vaticano, era importante para Rusia a fin de demostrarle a los Estados Unidos que Moscú no está aislado en Europa.   

Al mismo tiempo, la visita de Putin ayudó al gobierno italiano a dar la impresión de que Italia sigue siendo un país importante, que tiene un papel más destacado en la Unión Europea que el de cumplir las órdenes de los norteamericanos. 

Sin embargo, Putin vino a nuestro país sabiendo muy bien que somos un protectorado norteamericano, que alberga no menos de 60 bases estadounidenses y 10.000 soldados norteamericanos, además de 90 cabezas nucleares. No albergaba ilusiones de poder cambiar la orientación geopolítica italiana, pero quería hacer igualmente buenos negocios.  

En 1969, Italia se convirtió en el primer Estado europeo en llegar a un acuerdo con la URSS para adquirir su gas natural; ahora Putin quería asegurarse de que seguiríamos siendo uno de los clientes principales del gas ruso, sobre todo en vista de la nueva guerra de sanciones, que comenzó con Irán, pero que es probable que se extienda a Rusia y China en el futuro.

 

(*) Alberto Negri prestigioso periodista italiano, ha sido investigador del Istituto per gli Studi degli Affari Internazionali y, entre 1987 y 2017, enviado especial y corresponsal de guerra para el diario económico Il Sole 24 Ore en Oriente Medio, África, Asia Central y los Balcanes. En 2007 recibió el premio Maria Grazia Cutuli de periodismo internacional y en 2015 el premio Colombe per la Pace. Su último libro publicado es "Il musulmano errante. Storia degli alauiti e dei misteri" del Medio Oriente, galardonado con el Premio Capalbio.

Fuente: Il Manifesto, 8 de julio 2019

Traducción: Lucas Antón


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